Desayuno de Paz 15
DESAYUNO DE PAZ 15
Invitada especial: Jineth Bedoya,
Periodista de El Tiempo,
18 de octubre de 2014
Este desayuno se inició con una pequeña presentación de los asistentes, y su respuesta a qué pensaban cuando se les mencionaba “violencia sexual”, donde se obtuvo resultados como: dolor, machismo, impunidad, maltrato, vergüenza, victimización, silencio, ignorancia, necesidad de reparación física y psicológica, desigualdad de derechos, incapacidad del Estado, entre otros.
A continuación Jineth Bedoya relató cómo vivió en carne propia la violencia sexual en el marco del conflicto armado, explicando que compartir es parte del proceso de sanar. Relató cómo en el proceso de una investigación periodística sobre tráfico de armas al interior de la Cárcel Modelo se relacionó con guerrilleros y paramilitares detenidos. Como resultado de la investigación, entre 1998 y 1999, recibió numerosas amenazas. Posteriormente, en una visita a la cárcel para entrevistar a una fuente, fue secuestrada frente al penal y posteriormente torturada y violada. Por la forma cuidadosamente planeada como ocurrieron los hechos, y porque tanto los internos como de los guardianes de la cárcel negaron sistemáticamente conocerla, Jineth sostiene que hubo participación de las fuerzas de seguridad del Estado. En otro momento fue víctima también de un atentado perpetrado por sicarios, que la dejó ilesa pero en el que quedó herida su madre. “Tras estas experiencias parece más fácil morir que volver a vivir” afirmó Jineth. Por eso, insistió en la necesidad de entender la magnitud del dolor de todas las víctimas, más aun cuando intimidación y revictimización continuan. Su relato generó emotivas reacciones entre los asistentes.
Luego salimos al aire libre para realizar una dinámica de grupo. Todos cerramos los ojos y nos tomamos de las manos, formando un círculo para después dejarnos guiar por la moderadora. Formamos una nueva figura que resultó en un “nudo” entre todos; el cual debíamos deshacer para llegar al estado inicial. Esta dinámica generó varias percepciones: (1) para llegar a cierto fin hay que colaborar entre todos, actuar juntos; (2) la importancia de confiar en el otro y saber que si se puede; (3) la importancia de otros los tipos de lenguajes cuando no se puede utilizar el oral; y (4) de actuar con igualdad entre todos, víctimas y sociedad civil.
A partir de las discusiones entre los asistentes se llegó a ciertos consensos importantes a la hora de hablar de las víctimas en el conflicto armado:
- La agresión sexual se da como un método para controlar y castigar, no solo a hombres, sino también a mujeres. Esta agresión es una acción con tintes políticos, una forma de dejar un mensaje vivo para los demás. Un mensaje que afecta a la víctima no sólo físicamente, sino psicológica, moral y emocionalmente, que le obliga a cambiar el proyecto de vida y toda la vida en sí; aspectos que son muy difíciles de superar.
- La impunidad es una de las problemáticas más serias en la situación actual de las víctimas que contribuye a su invisibilización. La falta de castigo a los victimarios por parte de las autoridades contribuye a la continuación de las amenazas. La impunidad en muchas ocasiones es producto de que los victimarios son actores importantes en la sociedad y por la participación de autoridades estatales en los actos cometidos contra las víctimas.
- La normalización del conflicto y más explícitamente de la violencia sexual contra las mujeres, donde estas son tomadas como las culpables, ha llevado a que la sociedad civil se aísle y sea apática con la situación y la necesidad actual de las víctimas de una acción conjunta para su visibilización y la no impunidad.
- La educación es un tema clave para el empoderamiento de las víctimas y para que estas reconozcan sus derechos y estén dispuestas a exigirlos.
- El perdón de la víctima al victimario es algo muy subjetivo, ya que existen miles de víctimas de la violencia sexual, y todas ellas lo afrontan de manera diferente. Así, el perdón se torna más que en un principio imprescindible para la paz, en un proceso largo y difícil para lograr la reconciliación.
De aquí se desprendieron ciertas reflexiones y retos en el marco del actual proceso de paz:
- Es clave que la sociedad entienda y sea menos apática e indolente con la situación de las víctimas, entender la gravedad de su estado y apoyarlas en su lucha por la no impunidad, por la verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición. La sociedad tiene un papel muy importante en estas acciones conjuntas y es hora de ponerse en los zapatos de las víctimas y rodearlas, de forma que éstas logren recuperarse.
- Es importante la difusión de las historias de las víctimas como un mecanismo para formar conciencia y memoria, para visibilizarlas y para que se entienda la magnitud del conflicto. En esto todos tienen gran responsabilidad, victimas, hombres y mujeres; y la sociedad civil en general.
Hay que propiciar un contexto favorable para que las víctimas luchen por los derechos de las demás víctimas, fortaleciendo así su papel de liderazgo en la reconciliación de la sociedad colombiana.