Rodeemos el Diálogo
Tertulia de la serie: Los artistas y la construcción de paz
Invitado: Diego Trujillo, actor, escritor y director de teatro
9 de diciembre de 2015
El actor Diego Trujillo, nuestro invitado, inicia diciendo que más allá de ser actor es un ciudadano común y corriente que también se preocupa por el país. Cuenta que aunque ejerció durante 10 años la arquitectura, desde que estaba en el colegio hizo teatro como hobby y con el tiempo se dio cuenta de que en el teatro podía sentirse más realizado y exitoso por lo cual decidió dedicarse por completo a esta profesión. Empezó actuando en televisión hace 21 años y durante este tiempo también ha hecho teatro y cine.
La televisión como formador de subjetividades
Ante la pregunta sobre cómo ve el papel de la televisión en la formación de subjetividades y en la construcción de paz, Diego opina que los contenidos en la televisión han ido perdiendo calidad. El Estado abandonó los canales públicos como medio para la cultura, dejando todo el espacio a los canales privados con fines lucrativos, que responden a intereses particulares. Antes, estos mismos canales hacían programas con otro tipo de contenido como las telenovelas que mostraban las regiones, sus costumbres y su cultura y eran educativos a la vez que entretenían. Ahora no existen programas de este tipo en la televisión. Se tiende a copiar y repetir las mismas fórmulas, pareciera que los libretistas estuvieran estancados. Diego considera que la televisión en Colombia está ahora en un proceso de contar su historia a través de estos formatos. Sin duda hace falta mejorar pero se está en el proceso de construcción, y en este sentido rescata algunos logros. Por ejemplo, se ha tendido a satanizar producciones como la serie sobre Pablo Escobar y piensa que es importante contar esto para que la sociedad no repita la misma historia.
El rol del teatro en la construcción de paz
Diego señala que el teatro puede ser un medio de catarsis que permite expresar los gustos, los dolores, las angustias, entre otros sentimientos. Al sacar a flote todas las emociones tiene un poder transformador en las personas y puede ser un espacio para sanar. Hay experiencias en las cuales los actores han trabajado por propiciar espacios de reconciliación en el teatro. Es el caso del Teatro del Oprimido surgido en Brasil, practicado con variaciones en otros países como Argentina y Colombia.
En cuanto a los diferentes formatos del teatro, nos cuenta que aunque al principio creyó que el drama era el medio más adecuado para contar sus historias, descubrió que era capaz de comunicar mejor a través de la comedia y el humor. Define el humor como una actitud frente a la vida y como un lenguaje a través del cual se puede hacer crítica social, denunciar el malestar de la sociedad y contar historias terribles que, aún en medio de la risa, logran transmitir emociones profundas a la gente.
Los actores en relación con el proceso de paz.
A la pregunta sobre el compromiso de los actores con la construcción de paz, Diego manifiesta que en general las nuevas generaciones de actores se han formado en función de intereses comerciales, lo que no depende de ellos, sino de las escuelas de formación. Destaca que hay sin embargo algunos actores que han dedicado su carrera a transmitir contenidos de calidad. Está convencido de que los actores pueden ser fundamentales en la visibilización del proceso de paz, ya que el reconocimiento con que cuentan puede ser de gran valor para informar y transmitir a los ciudadanos la importancia de este proceso. Señala que por primera vez los actores han logrado organizarse en un sindicato que reúne más de 1.200 miembros. Este puede ser el canal de comunicación con el gremio para empezar a trabajar juntos, empezando por hacer pedagogía sobre el proceso de paz. Agrega que otro actor clave son los libretistas, ya que cumplen un papel fundamental en el contenido de los programas y dramatizados.
Su percepción sobre el proceso de paz.
Diego Trujillo cree en la importancia de apoyar este proceso a pesar de los inconvenientes o imperfecciones que pueda tener. Considera que iniciativas como Rodeemos el Diálogo se deben difundir, con el objetivo de empezar a hablar de manera colectiva sobre lo que está sucediendo en el país. Hace falta información, la gente está a la expectativa y no tiene muy claro lo que está sucediendo en la Habana. Nos habla de la emoción que le produjo ver a Santos y Timochenko, el 23 de septiembre de 2015, darse la mano. Ahí pensó que a pesar de todo “vamos para adelante”. Y sobre la eventual firma del acuerdo de paz el 23 de marzo de 2016, manifiesta que su mayor preocupación son los niños, porque la decisión finalmente no está en sus manos sino en las personas poderosas y necesitamos ser capaces de dejarles a las nuevas generaciones un país en paz.
Reflexiones finales
Los invitados señalan que la televisión y el teatro tienen audiencias distintas aunque es mayor el impacto de la televisión dado que es un medio de comunicación masivo. Diego ve sin embargo más posibilidades en el teatro, por su naturaleza. Se esperaría que exista un cambio en las narrativas, lo que no significaría contar una sola verdad sino poner sobre la mesa las diferentes perspectivas. Ahí el papel de la televisión, el cine y el teatro juegan un rol fundamental.