Desayuno de Paz No. 17 de 2016
Invitado: Fernando Serrano (investigador y consultor en temas LGTBI)
Tema: Políticas sociales y participación del movimiento LGBTI en la construcción de paz
28 de mayo de 2016
En esta oportunidad, Rodeemos el diálogo conversó con Fernando Serrano, antropólogo de la Universidad Nacional de Colombia (1994), magister en Resolución de Conflictos de la Universidad de Bradford en Inglaterra (2004) y profesor de la Universidad de los Andes. Fernando es parte del movimiento LGBTI en Colombia y también se ha aproximado al mismo desde una perspectiva académica. La pregunta alrededor de la cual giró el diálogo fue: ¿cuáles han sido los aportes del movimiento LGBTI a la construcción de paz en el país?
Las transformaciones del sector LGTBI en los últimos 20 años
Fernando inició el diálogo reconociendo que en los últimos 20 años en Colombia se han generado, en poco tiempo, grandes cambios para el sector LGTBI, pues se ha transitado de un escenario de represión y persecución, a un momento en el que las demandas de este grupo se han posicionado en la agenda pública. Estos cambios han sido resultado de una serie de movilizaciones sociales y de procesos de resistencia civil no violenta, que si bien han estado ligadas a una reivindicación identitaria, también han estado orientadas a una apuesta de transformación social.
Desde sus inicios, el movimiento de liberación homosexual que surgió en Estados Unidos en el contexto de los movimientos contra la guerra de Vietnam, y en Latinoamérica durante los procesos de democratización de finales de los 70s e inicios de los 80s, ha tenido una relación directa con la construcción de paz. En Colombia, la semilla del movimiento LGBTI fue plantada en el año 2000 por el proyecto Planeta Paz, en el que aun cuando en el país todavía no se reconocía a este movimiento, se les invitó, junto a otros sectores sociales, a dar sus aportes para la de paz del país. A partir de este momento, se fueron generando distintos espacios de participación para esta comunidad, que han abierto la posibilidad de un cambio.
De acuerdo a Fernando, aunque el movimiento LGBTI ha obtenido ganancias en el ámbito de las políticas públicas al conseguir que se aprobara el matrimonio igualitario, y que se reconocieran los derechos patrimoniales de las parejas del mismo sexo, entre otros logros, ha perdido de vista la importancia de luchar por la generación de cambios culturales, y se ha desconectado de sus base, pues si bien los cambios legales pueden desencadenar transformaciones culturales, también pueden reproducir vulnerabilidades en aquellos miembros del movimiento cuyas necesidades básicas insatisfechas son tan apremiantes, que los beneficios otorgados por las leyes pasan a un segundo plano, porque aunque buscan cobijarlos desde una perspectiva identitaria, no abordan sus necesidades más básicas. Para superar esta dificultad, Fernando sugiere lograr un balance entre la agenda legal y la agenda cultural del movimiento.
Diversidad y participación en las negociaciones de paz de La Habana
Más adelante, algunos asistentes reflexionaron sobre la importancia de evitar que la efervescencia de la diferencia y la excesiva categorización sectorial atomicen el movimiento social en Colombia, para lo cual Fernando afirmó que aunque es importante celebrar la diferencia, es esencial generar alianzas intersectoriales que permitan construir un proyecto colectivo de paz territorial.
En relación al acompañamiento que hizo nuestro invitado a la organización Caribe Afirmativo, la cual trabaja por el reconocimiento de los derechos de la diversidad sexual e identidades de género y fue invitada a participar en los diálogos de la Habana, Fernando señaló que esta organización presentó una agenda de paz en la que se abordaron temas como la verdad y la importancia de esclarecer los hechos bajo los cuales la guerrilla persiguió a personas con VIH en las regiones, el proceso de desmovilización y reinserción a la vida civil de los miembros de las FARC, y los derechos de los LGBTI que hacen parte de este grupo armado.
Para nuestro invitado, la gran ganancia de estos años para el movimiento LGBTI, es que ya tienen la posibilidad de ser escuchados, pero de ahí a que les hagan caso es otra historia; pues aunque el movimiento ha encontrado nuevos escenarios de expresión, éste ha sido instrumentalizado por la clase política del país, la cual ha nutrido sus campañas al completar la foto multicolor e incorporar la diversidad en su proyecto político para ganar votos pero con la intención de mantener el status quo vigente. En relación a la interlocución que ha tenido este movimiento con la Iglesia, recordó que existen distintos sectores dentro de la misma, y que en algunas ocasiones ha sido más fácil abrir espacios de diálogo con la iglesia católica que con las iglesias cristianas evangélicas, las cuales predominan en algunas regiones del país.
Reflexiones finales
Para finalizar, Fernando afirmó que el movimiento LGBTI tiene mucho que aportar a la construcción de paz en Colombia, pero para identificar estas contribuciones es clave poner el ojo en los detalles, y ser humildes y respetuosos frente a lo que se hace en los territorios. Para él, las prácticas cotidianas de este sector son muy valiosas, por ejemplo en la creación de formas alternativas de manejo de conflictos por medio de recursos como el humor y el lenguaje no verbal. Además, la apropiación de ciertos roles dentro de sus comunidades (peluquería, decoración, etc) y la creación de redes de apoyo son ejemplo de resistencia, siempre y cuando no sean abordadas desde la curiosidad por lo exótico o para reforzar los estereotipos, sino como prácticas efectivas de construcción de paz.