DECIMO CONVERSATORIO DE PAZ

DECIMO CONVERSATORIO DE PAZ

Bogotá, octubre 6 de 2014

El décimo conversatorio de paz contó con la presencia de Juan Carlos Villamizar, uno de los organizadores del Foro Internacional de Victimas que se realizó el 13 de septiembre en 20 ciudades alrededor del mundo, y que contó con el apoyo del Centro Nacional de la Memoria Histórica y Rodeemos el Diálogo en Londres. El Foro fue una experiencia altamente enriquecedora que permitió, por primera vez, sentar frente a frente a víctimas de diferentes perpetradores para que se escucharan mutuamente; el informe derivado del  Foro se entregó en la sede de ACNUR en Ginebra.

Todo lo que está pasando en La Habana está generando un nuevo paradigma para la teoría de la resolución de conflictos. Según Juan Carlos, esto no hubiera sido posible sin el antecedente del Caguán. Él vivió el proceso del Caguán como representante del movimiento estudiantil. Resumió  las profundas diferencias que, desde su perspectiva, se han presentado entre los diálogos de ese entonces y los  que se adelantan hoy en La Habana.

  1. En el Caguán, las personas que se enfrentaron en la mesa eran tecnócratas, en La Habana son los mismos combatientes los que se dan la cara e intentan sacar adelante una agenda común.
  2. En el Caguán no se contaba con la tecnología de hoy. En La Habana Las redes sociales se han convertido en una herramienta importantísima de la sociedad civil, que participa día a día en el proceso; estas tecnologías son fundamentales en la democratización de la información, y son un sistema de retroalimentación desde la sociedad civil, especialmente desde las víctimas Por ese motivo, los representantes de las FARC han tenido que recoger aspectos como la igualdad de géneros, que no se consideró durante el Caguán.
  3. En La Habana está se está creando un nuevo marco de referencia para la terminación de los conflictos porque se han preocupado por aclarar conceptos como víctima, reparación y justicia, creando incluso un diccionario para el consenso de estos términos. En el Caguán no.

Todo esto hace que la negociación en La Habana sea un proceso vivo, donde se incluyen las voces de las víctimas. Para Juan Carlos el actual proceso de paz pasó una línea de no retorno; sin embargo, enfatizó que va a ser más fácil que los combatientes dejen los fusiles a que se llegue a una paz general, lo cual depende de la sociedad entera. Aunque en relación con el proceso de desmovilización de las FARC, resaltó el esfuerzo interno que va a significar cambiar una estructura militar por una política de partido.

Juan Carlos cuestionó que no se hubieran incluido en principio a los exiliados colombianos en las categorías de víctimas que se eligieron para invitar a La Habana. Se esgrimieron tres razones para que los exiliados hagan parte de una categoría diferente:

  1. la doble, y a veces triple, victimización de la que son objeto las personas que permanecen refugiadas en otros países;
  2. la experiencia casi desconocida en Colombia de desplazamiento transfronterizo; y
  3. la relación con formas de victimización socio-económicas que las víctimas en el exterior viven de forma diferenciada.

Fue como respuesta a esa exclusión que se organizó el Foro Internacional de Víctimas. Hoy el Foro tiene el reto de ayudar a hacer la cartografía del emigrante colombiano. Hasta ahora, Colombia no conoce a su exilio, cuya mayoría es femenina, y sin embargo sus remesas constituyen un 3.5% del PIB. El Foro logró que las víctimas alrededor del mundo reunieran y formularan propuestas para la negociación en La Habana.

A futuro, una de las tareas claves es la formulación de unos protocolos de retorno al país en el posconflicto. Es importante para el país que los que se fueron vuelvan, ya que vieron otros modelos sociales y pueden aportar mucho desde esta visión. Si esto pasa, los colombianos dentro del país deben estar listos para recibir a estas personas con los brazos abiertos, con un reconocimiento para el sufrimiento que han padecido, y con el apoyo necesario para que puedan hacer estos aportes tan valiosos que ayudarían en la construcción de un posconflicto.

Los participantes al conversatorio coincidieron en que la participación de la sociedad civil es esencial para la reconciliación y para lograr que el proceso de paz llegue a buen término. Sin embargo, hubo diferentes apreciaciones en relación con el nivel de intervención que debe tener la sociedad civil en la mecánica de la negociación. La conclusión, sin embargo, fue que para lograr la paz  es necesario que sectores de víctimas que han sido invisibles por décadas tengan un espacio en La Habana para exigir la protección de sus derechos y que para lograr la reconciliación es fundamental que en Colombia reconozcamos el impacto, el daño y por ende la necesidad de reparar a las víctimas que se vieron obligados a salir del país a causa del conflicto armado.

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Los Conversatorios de Paz son espacios para hablar de los desarrollos del proceso de paz entre Santos y las FARC. Son organizados por Rodeemos el Diálogo (ReD), una red transnacional de la sociedad civil que apoya la salida negociada al conflicto armado y busca construir una cultura de dialogo entre los colombianos. Visita nuestra página web www.rodeemoseldialogo.org y síguenos en Facebook o twitter @RodeemosDialogo

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