Desayuno: La enseñanza del SENA y la Construcción de Paz
Desayuno de Paz N. 25
Invitada: Lina María Reyes Corral, de la Dirección General del SENA
Tema: La enseñanza del SENA y la Construcción de Paz
25 de julio de 2015
En este desayuno hablamos del rol del SENA (Servicio Nacional de Aprendizaje) como institución, su papel frente al proceso de paz, cómo este visibiliza los retos de Colombia, y cómo los programas en desarrollo pueden apoyar las transformaciones que se requieren, a partir de lo que sucede en La Habana.
Nuestra invitada fue Lina María Reyes, funcionaria de la División de Relaciones Internacionales de la Dirección General del SENA, quien contó sobre su trabajo en la institución, a la cual está vinculada hace tres años, y su participación en los programas que se han creado para poblaciones vulnerables, como: personas con discapacidad visual, población LGBT y personas desplazadas y víctimas de la violencia. Se refirió también a las dificultades que implicó la creación del programa “Volunteer teachers” para la enseñanza del inglés, por el corto tiempo que se tuvo para cumplir con la meta de traer 150 profesores que tuvieran este idioma como lengua nativa. Insistió en que el rol principal de la organización es instruir técnicamente a sus aprendices para el óptimo desempeño laboral.
El Servicio Nacional de Aprendizaje tiene una cobertura nacional del 99%, y orienta sus servicios de formación de acuerdo con las necesidades de cada región, aunque con frecuencia sus recursos son escasos para la alta demanda. Manifiesta Lina María su preocupación por las responsabilidades que le son asignadas al SENA por el Gobierno para responder a las coyunturas del país, y para las cuales no siempre está la institución preparada. Cita como ejemplo la Ley de Víctimas (1448 de 2011), que dictamina dar prioridad en la asignación de cupos a víctimas de la violencia, lo que supone una gran tarea para el SENA. Al respecto plantea la dificultad para atender esta exigencia, y en cierta forma su desacuerdo, pues esto deja en segundo plano a todos los demás aspirantes de estratos bajos que necesitan esta oportunidad, para privilegiar en cambio a víctimas y a desmovilizados. Como respuesta los presentes manifiestan que en circunstancias como las actuales este criterio de priorización está plenamente justificado.
Se señaló la importancia de la relación entre la empresa privada y el SENA, ya que su financiación depende de los aportes parafiscales de aquélla; también este vínculo es muy estrecho en cuanto a los programas, porque la formación que se imparte debe atender directamente la demanda que tienen las empresas de personal capacitado. Lina nos comenta con preocupación que actualmente existe el riesgo de que con la Reforma Tributaria se afecten estos aportes, lo que dejaría al SENA sin recursos para funcionar, o ante la necesidad de cobrar por sus servicios, algo que cambiaría profundamente la naturaleza de la institución.
Acerca de la financiación que recibe por cooperación internacional, nos explica que esta fuente de recursos ha sido importante para el SENA pero se ha reducido últimamente, ya que a medida que Colombia mejora en su calificación, al dejar de ser catalogado como país “en vía de desarrollo”, deja también de ser candidato para algunas de estas ayudas.
Otro de los problemas que enfrenta el SENA se debe a la mala calidad de la educación en los colegios públicos, ya que llegan algunos aprendices que, aun siendo bachilleres, no saben ni siquiera leer bien; por ende, la institución debe invertir tiempo y recursos en alfabetizar y enseñar, en algunos casos, incluso matemática básica. Resalta con esto la importancia del mejoramiento de la enseñanza en planteles públicos de modo que los aprendices al ingresar al SENA lleguen preparados en los conocimientos básicos, y así la organización pueda dedicarse a instruirlos técnicamente para facilitarles la obtención de un trabajo y con esto contribuir a disminuir el desempleo. Los asistentes estuvieron de acuerdo con las fallas que presenta la educación en Colombia y con la necesidad de mejorarla.
Un gran interrogante planteado en el desayuno fue si el SENA podría establecer un programa de pedagogía de la paz. Lina sostuvo que el rol del SENA no es enseñar temas culturales y sociales del país, ya que eso le corresponde al Ministerio de Educación. Explicó que el SENA tiene como finalidad específica la formación para el trabajo -y por esto es una entidad adscrita al Ministerio del Trabajo-, mientras que la responsabilidad de educar integralmente y desde los niveles básicos, le corresponde al Ministerio de Educación. Quedó sin embargo planteada la posibilidad que la pedagogía de paz pueda enmarcarse dentro de las llamadas ‘materias transversales’ (o sea, no técnicas) que el SENA proporciona a sus aprendices y que contribuyen a su formación integral, como la protección del medio ambiente, el cuidado por el otro y el respeto por la diferencia, entre otros.
Por último, hubo una ronda de preguntas y comentarios de los participantes, de donde quedaron las siguientes reflexiones:
- El SENA no está aislado de los retos que enfrenta Colombia. Incluso podría conversar en las mesas de trabajo de reintegración.
- Se podrían usar los recursos del SENA y los alcances que tiene a nivel nacional, sin incrementar gastos, para cambiar la percepción del proceso.
- Es muy preocupante pensar que el SENA no consideraría incluir en sus programas la pedagogía de la paz y de los derechos humanos. Muchos reconocieron que una de las causas del conflicto armado que sufrimos hoy en día se debe a la falta de educación, la desigualdad y la pobreza. Colombia está muy próxima a conseguir la paz y debemos procurar evitar otro ciclo de violencia, entonces todos deberíamos hacer lo que podamos para apoyar este proceso.
- Se planteó la idea de escribirle una Carta al Ministro de Trabajo enfatizando esos puntos de importancia, así como la preocupación por la sostenibilidad financiera del SENA en el mediano plazo.
Para concluir, quedó la impresión que existe escepticismo entre las instituciones del Estado, al igual que entre amplios sectores de la sociedad colombiana, sobre si Colombia logrará implementar un eventual acuerdo de paz en La Habana. Por tanto, el reto es ir más allá de cumplir las tareas que cada institución tiene, para así aprovechar los nuevos aires de la paz.