Los desayunos de paz se realizan bajo la dirección de ReD Bogotá con el objetivo de reunir a diferentes conferencistas para que nos expliquen diferentes temas politicos relacionados con la paz de Colombia.

Desayuno de Paz N. 42

Invitada: Myriam Criado, representante de las mujeres excombatientes en el Consejo Nacional de Paz

5 de diciembre de 2015

 El desayuno del 5 de diciembre tuvo como invitada a Myriam Criado, ex militante del Partido Comunista de Colombia – Marxista Leninista (PCC-ML) y vocera departamental del proceso de paz del EPL.  Diecisiete personas nos reunimos para escuchar la experiencia de Myriam quien es vocera de las mujeres provenientes de la insurgencia ante el Consejo Nacional de Paz.

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Los inicios y la militancia

Myriam creció en Norte de Santander, una sociedad machista y patriarcal. Sin embargo, su familia, en donde había cinco hijas mujeres, fue muy distinta al contexto santandereano. Tanto su padre como su madre fueron personas creativas y de mente abierta, que las animaban a tomar iniciativa y ser autónomas. Y aún cuando eran una familia humilde nunca careció de lo necesario, y la idea de pobreza le era ajena, hasta cuando comenzó a leer las teorías del Marxismo-Leninismo que explicaban los problemas sociales que ella evidenciaba en su región.

Después de convertirse en maestra rural con 5 grupos de niños a su cargo,  Myriam se vinculó al sindicato de maestros. Fue entonces cuando conoció también el PCC-ML que tenía un proyecto político conjunto con el EPL (Ejército Popular de Liberación) y otros  movimientos de masas. En ese tiempo la vinculación tanto a un grupo armado como a una propuesta política que lo sustentara estaba basada en la convicción y la decisión de los integrantes de exponer la vida por una causa política.

Entre 1984 y 1988, la labor de Myriam consistió en trabajar en el Magdalena Medio y lograr un espacio para el EPL en un territorio marcado por las operaciones del grupo MAS (Muerte a Secuestradores). Si bien su trabajo no implicaba empuñar un arma, su liderazgo la llevó a ser representante departamental del partido, lo que le produjo enemistades en la región con los militares.

La mujer en la guerrilla

Myriam afirma que el tema de género no es visto ni trabajado en las organizaciones sociales ya que  el papel de la mujer dentro de un grupo armado o un partido político de este tipo está muy limitado. Por eso, sus labores se dividían entre cuidar a dos hijas, liderar huelgas sindicales, organizar reuniones del partido y cumplir tareas del hogar. Myriam recuerda que sus compañeros de partido, en la época en que compartían vivienda, la llamaban para que preparara el desayuno para todos con la disculpa de que esa función hacía parte de  “su misión histórica”.

Entre 1989 y 1991, el EPL entra en el proceso de desmovilización. Antes de que este momento llegara, los miembros de la guerrilla empezaron a cuestionar si su lucha era realmente la vanguardia de la revolución. Myriam responde “de las luchas sindicales, sí… pero no de la revolución”. El EPL se había situado en el rincón más radical de la izquierda y el socialismo no podía construir desde el radicalismo: “la tarea para construir el socialismo es agotar la democracia”. Myriam fue vocera del proceso que duró un año y medio y como tal  tuvo que convencer tanto al Gobierno como a los integrantes del Ejército, de que una persona no armada, y además mujer,  también tenía liderazgo político.

Para los integrantes del EPL, se percibía a los miembros no armados del partido como “flojos”, y pues consideraban que “echar discursos era muy fácil”. Esto evidenciaba el modelo establecido de la guerra que relacionaba directamente al hombre con el arma y dejaba a un lado la fuerza política. Estas discusiones internas de las organizaciones eran un reflejo de las que se daban en la sociedad misma. Asimismo, se percibía que el rol que la mujer desempeña en la guerra era de víctima frente al hombre que empuña armas.

Myriam asegura que hay un nivel de responsabilidad de todos los ciudadanos –tanto adentro como  afuera de las organizaciones–  para reivindicar las estructuras culturales y las prácticas legitimadas en la cotidianidad que victimizan a la mujer. Por tanto, la sociedad civil tiene una obligación de garantizar la reintegración de las mujeres provenientes de la insurgencia en la vida civil.

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Violencias

Frente a la pregunta sobre las violencias en el interior de las filas, Myriam afirma que hay diferentes formas de violencia que no solo afectan a la mujer y que son violencias invisibles puesto que no se tiene mucho conocimiento de ellas. Incluso entre diferentes organizaciones, las narrativas son distintas: por ejemplo, mujeres desmovilizadas de grupos paramilitares tienen otras versiones frente a las relaciones de pareja.

Por otro lado, Myriam se refiere a la guerrilla como una forma de violencia revolucionaria y afirma que no siempre la violencia se aprende en la familia. No obstante, es necesario tener en cuenta que el país de hoy es muy distinto al de 1991 y por ello, las formas de irse a la guerra son otras. En su trabajo, ha recogido testimonios de desmovilizados que se vincularon a los grupos armados porque no tenían trabajo y allí recibían un pago. Hay una naturalización de la guerra que dista de la situación de hace 25 años: “yo no concibo que la guerra pueda ser un trabajo”.

Retos de la reintegración

Sobre las FARC, Myriam asegura que esta guerrilla ha dejado demasiados enemigos en todo el territorio y que si no se enfatiza  en un proyecto político de paz sin armas, esto puede permitir el rearme de otras fuerzas. Piensa que cuando las FARC inicien du proceso de desmovilización y reintegración, las FARC se darán cuenta de que la sociedad es más compleja de lo que ellos consideran.

Finalmente, ante el interrogante sobre una política pública para mujeres, Myriam sugiere que las mujeres ex combatientes pueden convertirse en una ‘bisagra amable’ en los territorios y para ello deben tener más responsabilidades y derechos de propiedad. Es necesario e importante tener perspectiva de mujer.

Desayuno de Paz No. 39 sobre los movimientos sociales y participación en la construcción de paz

Invitados: José Luis Vargas  y Sergio Lizarazo, de  Marcha Patriótica

14 de noviembre de 2015

 El desayuno inició con una ronda de inquietudes y preguntas por parte de los asistentes, entre las cuales estaban ¿Cómo ven la estigmatización de la Marcha Patriótica hacia el postconflicto? ¿Cómo ven la organización para que las FARC hagan una transición hacia un partido político? ¿Qué mecanismos deben activarse para garantizar la protección de las FARC para la participación política? ¿Cómo se puede ver la participación de la sociedad civil en clave de refrendación de los acuerdos?

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Los invitados presentan una explicación sobre qué es y cómo nace Marcha Patriótica: Es un acumulado histórico de muchos procesos de movimientos sociales en especial del sector agrario, además de procesos organizativos en lo urbano, en especial los movimientos estudiantiles como la MANE y la Federación de Estudiantes Universitarios, y la organización Larga vida a las Mariposas, por el trato digno y la libertad de los presos políticos. Es la reactivación de organizaciones que ya venían haciendo reivindicaciones desde diferentes sectores, y que se articularon alrededor de este movimiento político y social que surge de la base. Marcha realiza el 20 de julio de 2010 una movilización social por la segunda independencia, la cual es asociada por los medios con la insurgencia,  y en el año 2012 se constituye formalmente.

En respuesta a la pregunta sobre la relación entre las FARC y Marcha Patriótica, los invitados plantean que no se debe caer en el lugar común que han sugerido los medios, que dicen que Marcha será la plataforma para que las FARC salgan a hacer política; esto es falso. Esta es una plataforma de los movimientos sociales, y no de la guerrilla, que creará un nuevo partido. Comentan que incluso, dentro del movimiento se presentan diferentes tensiones: hay sectores liberales, demócratas, también hay quienes apoyan algunos planteamientos de la insurgencia, así como otros cuestionan su accionar. Es de resaltar que el acuerdo de participación política hace énfasis en las garantías para el ejercicio de la oposición, la no estigmatización y señalamiento. Por esta razón, debe haber una apertura política para que la insurgencia entre en el juego político. Marcha Patriótica hace cuestionamientos a la lucha armada, a la prestación del servicio militar y el reclutamiento de jóvenes.

Relación con Santos y verificación del cese al fuego unilateral

¿Cuál es la relación entre Marcha y el Frente Amplio por la Paz? Consiste en la posibilidad de encuentro de organizaciones sociales, políticas y partidos. Dentro de Marcha hubo un debate interno sobre el apoyo o no a la reelección de Juan Manuel Santos como garantía de continuidad del proceso de paz, y se llegaron a consolidar unos puntos mínimos en común, como la favorabilidad hacia la salida negociada al conflicto armado y el respaldo a los diálogos de paz. Marcha Patriótica y el Frente Amplio por la Paz cumplen un rol activo en el proceso de verificación del cese al fuego y el desescalamiento del conflicto. Este proceso se ha realizado en compañía de la Iglesia y de organizaciones de base que actúan en las diferentes regiones. Este proceso ha enfrentado retos en la parte técnica y de sistematización de la información. Por ello, se han dispuesto talleres de capacitación para fortalecer a las organizaciones locales en este aspecto.

Con respecto a la tensión existente en relación con el acuerdo parcial sobre justicia, se plantea la preocupación pues llevó a un punto crítico sobre el respaldo al proceso. Esto se debe al cambio de discurso por parte del Gobierno de los últimos años: la negación del conflicto armado bajo el gobierno de Álvaro Uribe y la aceptación de negociar con las FARC bajo el gobierno de Juan Manuel Santos. Aquí la inquietud que surge es ¿cómo unir a la sociedad civil en torno a una salida negociada al conflicto, más allá de los contenidos que se puedan pactar en unos acuerdos?

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¿Marcha Patriótica tiene una estrategia de comunicación?

En primera instancia, se pone en evidencia el rol de los medios de comunicación en el conflicto, así como en la estigmatización de los movimientos de izquierda. Esto se ve reflejado en los pocos espacios que brindan los canales privados, RCN y Caracol, y la forma como presentan las noticias sobre la oposición política. Por esto, Marcha Patriótica ha identificado la necesidad de contar con una oficina de prensa y comunicación que promueva de forma trasparente la información. Adicionalmente, han dialogado con medios alternativos para articular esfuerzos, y han creado un canal de televisión independiente. Aquí la gran dificultad es en torno a la parte técnica y de recursos económicos. Pero se cuenta con movimientos y personas que han trabajado el tema de comunicación y han contribuido al fortalecimiento de esta estrategia dentro de Marcha

¿Cuál es la diferencia entre Marcha Patriótica y Congreso de los Pueblos?

Se señala que los dos movimientos nacen de organizaciones de base con reivindicaciones  e inconformidades específicas. Las diferencias son más de composición que estructurales; por ejemplo, Congreso de los Pueblos tiene un gran porcentaje de población indígena. Otra diferencia recae en el origen de cada uno. El campo de la izquierda es bastante amplio y existen diferencias dentro de la misma, pero seguramente en algún momento podrán converger.

Para cerrar, se hace énfasis en cinco puntos: Primero, se debe dejar de lado la estigmatización de Marcha Patriótica y su asociación inmediata con las FARC. Segundo, la Mesa de Negociación no va a resolver todos los problemas del país; va a abrir el debate frente a éstos y es responsabilidad de la sociedad civil asumirlo sin polarizar. Tercero, la Mesa tiene una función concreta: ponerle fin al conflicto armado. Cuarto, se debe realizar pedagogía para el proceso de refrendación de los acuerdos de paz y una campaña por el sí en el plebiscito, si es el caso. Quinto, el acuerdo sobre justicia transicional plantea que  todos los actores van a entrar en una jurisdicción especial que no restringe la justicia a la cárcel.

Desayuno de Paz No. 41 sobre prisioneros políticos y proceso de paz

 

Invitados:  Andrés y Mauricio*

28 de noviembre 2015

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Este desayuno tuvo como tema principal las perspectivas de los prisioneros políticos y de las organizaciones que trabajaban (con y por ellos) sobre el proceso de paz y los diálogos en La Habana, Cuba. En el encuentro entre Andrés y Mauricio y los asistentes se debatieron temas como (1) la problemática de sometimiento y denigración de los prisioneros en las cárceles colombianas;  (2) la presencia de guerrilleros de las FARC y de otros grupos en estos lugares así como sus implicaciones para la paz; (3) los montajes judiciales que sirven para silenciar a los líderes de oposición y desarticular las disidencias, y (4) el rol de los medios de comunicación en la propagación de condenas morales y de justicia pública. Esta relatoría se divide en dos partes. En primer lugar, se presentará la experiencia de Andrés, miembro de una organización de prisioneros políticos en Colombia. Y, en segundo lugar, se dará cuenta de la experiencia personal de Mauricio, quien hace varios años atrás fue víctima de un montaje judicial convirtiéndose en un prisionero político.

Parte I

Andrés se acerca a las organizaciones de prisioneros políticos por su interés en el tema. Antes de brindar su perspectiva sobre el proceso de paz desde la mirada de los prisioneros políticos, Andrés definió el concepto. “Prisioneros políticos” son todas aquellas personas que por su accionar como miembros de grupos insurgentes o de disidencias, por su rol como líderes de oposición, y por hacer parte de montajes judiciales, llegan a las cárceles colombianas por delitos vagos y supuestamente conexos.

Hoy en día no se tienen cifras exactas de cuántos prisioneros políticos existen en Colombia. Esto, puesto que el Estado colombiano niega sistemáticamente su existencia. Por ejemplo, varios prisioneros políticos son condenados por delitos de rebelión que se suman a otra serie de delitos como terrorismo, concierto para delinquir e intento de homicidio. El propósito de esto es añadir varios años de cárcel a las condenas y lograr cadenas perpetúas de facto. Esto muestra la ambigüedad y la falta de definición de los delitos políticos en Colombia, y la forma en que el Estado acude a ellos para reprimir y silenciar la protesta social.

Andrés sostiene que la problematización del delito político en Colombia es clave en el proceso de paz. Si el equipo negociador está contemplando la posibilidad de otorgar indultos y amnistías a presos de las FARC, la salida lógica es que haya una liberación de prisioneros de ambos bandos: por parte del Estado y también por parte de los grupos guerrilleros. De igual manera, debe reflexionarse sobre el destino de los prisioneros políticos que no son parte de las FARC una vez firmado el acuerdo. Asimismo, es importante discutir sobre el futuro del delito político en la coyuntura del posconflicto. También es deber del Estado replantear su política carcelaria y tomar medidas para los abusos que los abusos que tienen lugar en las cárceles no se sigan repitiendo.

Parte II

Mauricio fue víctima de los montajes judiciales del Estado y fue prisionero político en la cárcel La Modelo. Este fue capturado en abril del 2009 por un supuesto atentado contra el ex Fiscal Mario Iguarán. La acusación estuvo justificada en la supuesta pertenencia de Mauricio a las FARC y por conjeturas sobre su posesión de explosivos, mapas y otros elementos que iban a utilizarse en el supuesto atentado. Junto a él fueron detenidos su compañera así como otros familiares cercanos. “Hay cosas en que este país que están mal, realmente muy mal”, dijo Mauricio cuando empezó a relatar su propia historia.

Cuando Mauricio llegó a la cárcel, los guardias y los detectives asignados al caso le decían que estaba en una celda “especial”. “Este es el que iba a matar al jefe”, le decían mientras estaba detenido refiriéndose a Iguarán. Los medios de comunicación también difundieron información sobre el plan de atentado que estaban organizando Mauricio y su familia a nombre de las FARC.  Es así que ellos se convirtieron en el  centro de difamaciones y juzgamientos públicos liderados por estrategias de desinformación de los medios de comunicación en Colombia.

El fiscal encargado del caso, más tarde estuvo acusado públicamente por corrupción y por su experticia en el montaje de “falsos positivos” judiciales, sobre todo, por la manipulación de pruebas en el caso del profesor Miguel Ángel Beltrán de la Universidad Nacional del Colombia.  Por esta razón, Mauricio y su familia que eran militantes del Partido Comunista, se presentaron como víctimas propicias para un montaje de este tipo. Entonces Mauricio junto a su familia, se convirtió en un prisionero político más que habitaría en las cárceles del país.

El abogado David Albarracín asumió la defensa de Mauricio. No obstante, fue tal la sumatoria de delitos con los cuales fue acusado Mauricio que el abogado recomendó que aceptara uno de ellos, el cual equivalía a la menor condena: el de rebelión. Su compañera y su familia fueron acusadas por el mismo delito.

Cuando Mauricio aceptó el cargo de rebelión la Fiscalía decidió dejarlo en libertad por no considerarlo un peligro para la sociedad. Su formación académica como politólogo le permitió alcanzar esa libertad. Sin embargo, su compañera sí fue condenada por este delito y pagó un total de cuatro años de cárcel. Las autoridades judiciales y carcelarias llegaron al punto de querer desbaratar la unión de Mauricio y su compañera trasladando a esta última a una cárcel de Cúcuta. Mauricio solo podía visitarla una vez al mes.

Mauricio dice que las cárceles son lugares hostiles donde prima y persiste el delito. “Las cárceles son radiografías de la sociedad colombiana y si esto no se analiza detenidamente pueden haber conflictos mucho peores de los que tenemos hoy”, afirmó.

En las cárceles existen grupos de prisioneros políticos que se diferencian de otro tipo de presos. Los primeros tienen ciertas normas éticas de convivencia con otros grupos que pasan por principios como la honestidad y el no daño. Al mismo tiempo, los grupos de prisioneros políticos toman acciones para promover la lectura en otros prisioneros e impulsar diálogos respetuosos entre guerrilleros, opositores y paramilitares. Incluso, Mauricio llegó a ayudar a varios prisioneros con la escritura de cartas de derechos de petición. Gracias a esto, llegó a consolidar relaciones cordiales con antiguos paramilitares.

Preguntas de los asistentes

Los asistentes al desayuno hicieron varias preguntas en relación con la problemática de los prisioneros políticos en las cárceles y las experiencias puntuales de Mauricio cuando salió de la cárcel, así como su vivencia en la libertad. Varios asistentes también preguntaron sobre la articulación de los  prisioneros políticos y otros movimientos sociales. Preguntaron por lo que podía hacer ReD para solidarizarse con ellos y promover iniciativas para lograr la paz. Los invitados también recibieron inquietudes sobre cómo hacer pedagogía de paz dentro de las cárceles.

En primer lugar, Mauricio contó a los asistentes que su experiencia al salir de la cárcel fue confusa y dolorosa. Como los prisioneros viven en condiciones de marginalidad, violencia y encierro, su cuerpo experimentó molestias. Mauricio tuvo nervios, distorsiones en las ideas, e intolerancia a los espacios muy abiertos y concurridos tales como parques y centros comerciales.

En segundo lugar, los invitados resaltaron que hoy en día los grupos de prisioneros políticos han logrado demasiadas cosas. La articulación de éstos a otros movimientos sociales en Colombia es, precisamente, uno de esos primeros logros. Los invitados afirmaron que cualquier acción de apoyo y colaboración política era bienvenida.

Finalmente, los invitados expresaron que los prisioneros políticos tienen grupos organizados dentro de las cárceles donde se debaten temas vinculados con la paz. En dichos grupos se debate colectivamente sobre su situación cuando se hayan establecido los acuerdos y sobre el impacto de la implementación de las políticas del posconflicto en ellos. De este modo, se crean procesos pedagógicos para la paz en las cárceles. Empero, las iniciativas pedagógicas no sólo deben incluir a los prisioneros políticos sino también a la sociedad colombiana. Es necesario que la sociedad vaya a las cárceles, que tome conciencia sobre las injusticias que se viven allí y que, con base a ello, se revisen las definiciones actuales de delitos políticos y posibilidades de amnistía e indulto.

*Se usan pseudónimos por cuestiones de confidencialidad.

Desayuno de Paz No. 37: Comunidades LGBTI y paz

Invitado: Alberto Morales, Psicólogo

 24 de octubre de 2015

Alberto es psicólogo de la Universidad Nacional y militante de izquierda. Describió cómo su preocupación por la comunidad LGBTI surgió a raíz de una conversación con un amigo, en la cual éste le manifestó su orientación sexual. Alberto se dio cuenta de su desconocimiento del tema y la falta de atención que en general se le brindaba, aún en la formación profesional de los psicólogos,  y así se fue preocupando e informando más. En particular, lo inquietaba el nivel de desconocimiento entre los movimientos de izquierda, y qué les pasaba a quienes se identificaban como parte de la comunidad LGBTI dentro de la militancia política.

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Foto: Colombia Diversa

A través de su activismo, Alberto alcanzó a conocer al Movimiento Líderes Homosexuales, en los años 80s, convirtiéndose en puente de ese movimiento con las expresiones sociales izquierdistas. En esa época la sociedad se negaba a hablar de los asuntos LGBTI, así que fue entablando un diálogo entre esos dos sectores. En la Mesa por los Derechos de la Comunidad LGBTI, a la que se unió, era la única persona que se identificaba como heterosexual.

Alberto también percibía intolerancia frente al tema, tanto en las organizaciones políticas como en las ciencias sociales. Eso empezó a cambiar bajo la alcaldía de Lucho Garzón en Bogotá, quien dio un “salto grande” nombrando a un profesional encargado de asuntos LGBTI en cada localidad del Distrito, financiando iniciativas y con la creación de una política pública. Con el nuevo compromiso del alcalde, se alcanzó a construir un primer centro comunitario en la localidad de Chapinero, luego otro en Teusaquillo. Para Alberto, el hecho de que se abordara el tema desde arriba fue clave en la consecución de esos espacios físicos y políticos. Destacó también la importancia de que la comunidad científica haya aceptado las evidencias sobre la orientación LGBTI.

Si bien se han dado avances en lo político, se sigue discriminando a esta población, a causa de la ignorancia en la sociedad colombiana sobre la sexualidad en general; y dentro de ese esquema, el tema LGBTI está al final de la fila. Hay un vínculo con el machismo y el poder que tradicionalmente ejercen los hombres; si la sexualidad del hombre se asocia con lo femenino, se siente amenazado en su rol de poder y autoridad.

Foto: Colombia Diversa

Foto: Colombia Diversa

Se presentan casos de violencia contra las personas de orientación LGBTI. Dentro del contexto del conflicto armado, se han registrado muchas dificultades para cambiar actitudes y prácticas dentro de las filas guerrilleras y paramilitares, por el verticalismo dentro de las estructuras. Conoció el caso de un guerrillero del ELN que estuvo a punto de ser fusilado por ser gay. En las organizaciones de carácter civil, se notan matices en términos de ese tratamiento. Pero alguien que porta armas o se involucra en el narcotráfico, se encuentra en un contexto de otras normas. Al que se aparta de esas normas, se le discrimina. Aunque las FARC son más radicales que el ELN, es de esperar que, cuando se desmovilicen empiecen a cambiar de perspectiva.

En este campo aún es necesario desarrollar un diálogo más amplio. Mientras tanto existen prácticas de auto-censura, o de solo decir lo que ‘hay que’ decir. En ese orden de ideas, planteó que para la persona trans-género, su situación no se puede esconder; es algo muy visible que puede dificultarle la vida, y esto le exige ser muy valiente. Alberto se preguntó si, a pesar de algunos avances en la comprensión de la sexualidad, nos estamos volviendo más moralistas. A manera de análisis, vinculó la problemática a un ejercicio cultural que hay que hacer: saber aceptar la diferencia. En este tema, insistió en la necesidad de reformular preguntas sobre la sexualidad, más allá de lo ‘normal’, lo ‘raro’ y lo que es ‘fuera de lo común’.

Todos los asistentes estuvieron de acuerdo con que estas problemáticas no se resuelven en La Habana sino en Colombia, aunque se menciona que el acuerdo de participación política hace referencia a la comunidad LGBTI, y también han abordado el tema dentro de la comisión de género.

Desayuno de Paz No. 1 Pereira: Escuela de Liderazgo por la Paz

 

20 de noviembre de 2015

La Escuela de Liderazgo para la Paz de la Universidad Tecnológica realizó el viernes 20 de noviembre, en el Club del Comercio de Pereira, un desayuno conversatorio con 16 personas que se desempeñan profesionalmente en empresas, colegios, instituciones públicas, universidades y medios de comunicación.

En representación de la Escuela de Liderazgo asistieron Claudia Patricia Herrera, Coordinadora del Diplomado y Stella Cano, docente e integrante del Comité Académico, quien moderó una conversación con Andrei Gómez-Suarez miembro de Rodeemos el Diálogo  (ReD) e investigador asociado de la Universidad de Oxford.

Stella inició la reunión planteando la importancia del momento histórico y del compromiso ético de la sociedad, ya que su papel es fundamental para aprovechar la oportunidad de poner fin al conflicto armado con las FARC-EP y el éxito de la fase de construcción de una paz estable y duradera. A continuación se establecieron las reglas de juego del desayuno, resumidas en los cuatro principios de ReD: honestidad, respeto, generosidad y solidaridad.

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Posteriormente los asistentes se presentaron, explicando la razón que los motivó a asistir  y manifestando abierta y sinceramente sus temores, dudas y preocupaciones frente a los diálogos de La Habana. En general los participantes mostraron una actitud abierta frente al tema y positiva respecto a la negociación. Coincidieron en  manifestar que la paz es necesaria; que el país debe superar esta etapa de guerra; que la paz es un aprendizaje; que la negociación tiene aspectos muy controversiales. Sienten que tienen un “deber del corazón” con sus hijos y las nuevas generaciones; reconocen y agradecen la importancia de estos espacios de diálogo y, aunque aceptan estar desinformados, reconocen que el país “tiene ganas de paz”.  Hablaron también de la ley 1732 que dispone implementar la cátedra de paz en las instituciones educativas, respecto a la cual los representantes de los colegios, solicitaron asesoría a la Escuela de Liderazgo para la Paz porque no tienen una definición sobre la manera como cumplirán con  esta ley.

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A continuación Andrei expresó su satisfacción por el compromiso de los asistentes. Contó la evolución de ReD y como la participación en cientos de espacios de diálogo lo había transformado y motivado a volver a Colombia para trabajar alrededor de los objetivos de ReD: apoyar la salida negociada al conflicto armado y construir una cultura de diálogo. Después compartió tres reflexiones. Primero, la importancia de comprender que el conflicto armado ha dejado más de 7 millones 700 mil víctimas según la Unidad de Víctimas. Segundo, la necesidad de entender que el conflicto armado ha afectado emocionalmente a todos los colombianos a través de la circulación de antipatía, simpatía, indiferencia y olvido; fragmentando y polarizando a la sociedad. Tercero, la urgencia de entender que el proceso de paz es una oportunidad para construir una cultura de diálogo que promueva la honestidad, el respeto por otras ideas, la solidaridad para ponerse en los zapatos del otro y la generosidad para revaluar imaginarios.

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La conversación motivó un compromiso personal y laboral, o social, en los participantes frente a tareas como:

  • Promover una mesa de jóvenes y adolescentes con participación de varios colegios.
  • Programar nuevas reuniones en los sitios de trabajo.
  • Difundir, promover y motivar la refrendación positiva de los acuerdos de La Habana.

El desayuno concluyó con el compromiso de los presentes de compartir con sus círculos lo conversado,  apoyar y asistir a nuevas reuniones para fijar un plan de acción más concreto y unirse alrededor del objetivo de la refrendación de los acuerdos.

Desayuno de Paz No. 2 – Calarcá, Quindío

Invitados: Carlos Enrique Duque Vargas, Claudia Cecilia Ramírez Cardona

Tema: Introducción al proceso de negociación en La Habana

15 de octubre de 2015

La charla tuvo por objeto dar a conocer el contenido del “Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”, suscrito entre el Gobierno  Nacional de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias FARC-EP.

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Foto: El Mundo

En primer lugar se precisó el objeto de la negociación, consistente en la definición de los términos para la dejación de las armas por parte de las FARC y poner fin al conflicto. Se aclaró que se trata de sacar las armas de la lucha política, es decir de civilizar nuestras costumbres políticas. La denominación “PROCESO DE PAZ” ha sido imprecisa, lo que lleva a que se generen expectativas irreales y posteriores frustraciones, al firmar el acuerdo sin que se alcance la paz. Se señaló que se requiere que sea la sociedad colombiana en su conjunto la que se apropie de la construcción de la paz con posterioridad a dicha firma. Se resaltó que la suscripción de los acuerdos no significa la paz, sino un paso en la creación de las condiciones para iniciar su proceso social de construcción por toda la ciudadanía.

A renglón seguido se hizo una breve reseña de los puntos del acuerdo general en los que se destacaron los elementos más relevantes. (Política de Desarrollo Agrario Integral; Participación política, y Drogas de uso ilícito).

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Foto: Arcoiris

De igual manera se advirtió sobre el principio de negociación establecido por las partes de que “nada está acordado hasta que todo esté acordado”. Así mismo se explicó la estructura discrecional de la mesa, lo que ha contribuido de alguna manera a que se instrumentalice por parte de los enemigos del proceso para desinformar y denostar del proceso. También se hizo énfasis en el reciente anuncio hecho por el Presidente Santos y Timochenko, jefe máximo de las FARC, del acuerdo en el punto de víctimas sobre justicia transicional,  el cual marcó un punto de no retorno en estas negociaciones, sumado al hecho de que se señaló el mes de marzo de 2016 como fecha límite para concluir el proceso de negociación.

Se resaltó qué hace innovador el proceso colombiano con respecto a los procedimientos que la comunidad internacional ha diseñado para la solución de los conflictos armados en el mundo: poner a las víctimas en el centro de la discusión, y el énfasis en justicia, verdad y reparación. En justicia transicional hay considerables innovaciones, tal como la jurisdicción especial que juzgará a todos los actores del conflicto.

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Foto: El Tiempo

Al precisar la estructura general del acuerdo para la terminación del conflicto, fueron numerosas las  inquietudes formuladas por algunos de los casi cincuenta participantes, entre las que se destacaron las imprecisiones de muchos sectores, políticos, sociales y culturales, en sus consideraciones sobre el proceso. Se constató que, tanto entre quienes participaron de esta sesión como en la sociedad colombiana en general, prevalece la falta de estudio y conocimiento sobre los términos de los acuerdos de La Habana, lo que demostró la necesidad de consolidar espacios como éstos para divulgar, explicar y profundizar lo acordado. Igualmente se señaló la importancia de la evaluación del impacto en nuestra región y en las localidades, y de  la escogencia de autoridades locales, dado el carácter de paz territorial, como lo ha precisado la mesa de negociaciones.

Desayuno de Paz No. 38

Invitada: Marta Ruiz, asesora editorial de la revista Semana

Serie: Medios de comunicación y construcción de paz

 31 de octubre de 2015

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La sesión comenzó con una serie de preguntas de los participantes sobre los medios de comunicación en relación con la paz: ¿Cómo informar con imparcialidad? ¿En Semana hay lineamientos sobre lo que se debe o no decir? A continuación, Marta Ruiz comenzó su presentación, contándonos que después de dedicarse durante un tiempo a su especialidad de escribir de libretos para televisión y haber sido colaboradora de la revista Arcadia, actualmente dirige también el portal Verdad Abierta. Sin embargo, en el último año se ha enfocado principalmente a cubrir el conflicto y se viene concentrando cada vez más, casi exclusivamente, al proceso de paz.

Para empezar, expuso tres premisas o principios fundamentales, que se convierten en dilemas que actualmente afronta el periodismo:

En primer lugar, se refiere a los retos éticos, la diaria necesidad de tomar decisiones – acerca de qué destacar, qué informar, cómo titular-, que lo definen como profesional. Por lo tanto, lo más importante que debe tener el periodista es el criterio para discernir dichos conflictos. Su segunda premisa, es que el proceso de paz llega en un momento de crisis de los medios de comunicación. La tecnología, la velocidad y la inmediatez con la que se puede acceder a la información, está haciendo que el periodista desaparezca,  pues se está cambiando la narrativa.  Por último, que el problema de la comunicación y la pedagogía sobre el proceso de paz no dependen tanto de los medios de comunicación, sino de la política y de los mensajes que trasmiten los políticos.

Con más de 10 millones de lectores inscritos en internet, además de una importante circulación de la edición impresa, Revista Semana es un referente para la élite del país. Por tal motivo, más que exponer la información en reportajes o crónicas, se concentra en el análisis de los hechos buscando darle un sentido a la información. Esto es resultado de la reflexión de los diversos enfoques de quienes participan en la redacción; por tanto, los artículos que no van firmados.  Actualmente hay un inmenso acceso a la información, sólo presentarla no es suficiente. Semana trata de ver con ojos de radiografía los huesos de la realidad.

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En cuanto a la realidad colombiana de la que los periodistas son testigos, Marta afirma que los colombianos nos hemos acostumbrado a este conflicto que “se volvió parte del paisaje”,  y nos cuesta mucho creer que puede cambiar. Tanto en lo político como en lo económico, aprendimos a vivir bajo las dinámicas de la guerra;  entonces el cambio a algo distinto, para algunos resulta innecesario e incluso hasta incómodo. La paz rompe en este sentido con cierto equilibrio que se ha creado en la sociedad. Los colombianos somos reacios al cambio. Aquí no hemos vivido revoluciones o fuertes transformaciones, como ha sucedido en otros lugares de América Latina. Acá los pocos cambios se han dado de manera paulatina, casi imperceptible. Por tanto, necesitamos aprender que con la paz vamos a romper ese equilibrio y a construir otro.

Los mensajes fuertemente politizados dificultan una mejor comprensión del proceso de paz. Nos dejamos guiar por la comunicación de los políticos, quienes tienen posiciones e intereses políticos frente al tema. En este sentido, posturas como las de Álvaro Uribe Vélez legitiman la violencia en el país y promueven el odio, a la vez que alientan otras fuerzas oscuras que están en contra del proceso. Lo cierto es que los colombianos conocemos muy poco sobre las FARC, sus lógicas, el país que hay detrás. Aún tenemos pendiente hacer una sociología de las FARC.

Por otra parte vemos cómo, luego de tres años de diálogos en la Habana, aún surgen posiciones como la del Consejo Gremial Nacional exponiendo sus preocupaciones frente al proceso de paz: además de ver muchos problemas en los cambios que plantean los acuerdos, afirman que están en contra de una relación simétrica entre el gobierno y las FARC. Sin embargo, de eso se trata una negociación. Una señal de esta simetría es la fotografía del estrechón de manos entre el Presidente Santos y Timochenko. Marta afirma que esta poderosa imagen debería servir para hacer pedagogía del proceso. Desafortunadamente, el Gobierno no la ha aprovechado.

A continuación, Marta habló sobre los riesgos de hacer periodismo en este contexto de conflicto armado: evidentemente el periodismo es una de las víctimas de la guerra; más aún, lo es la libertad de expresión. Por todo el país las personas fueron silenciadas por medio de las balas y muchos temen hablar sobre lo que les ha sucedido. Es muy difícil encontrar espacios en los que se pueda dialogar sin miedo, y el miedo es el alimento principal de una guerra. A pesar de esto, Marta afirma que, más que los grupos guerrilleros, la fuente principal de violencia contra los periodistas son los políticos corruptos.

Entre las intervenciones, los asistentes se preguntaron sobre las garantías de que esta paz sea sostenible,  la responsabilidad que le cabe a la sociedad para alcanzarla, cómo construir paz con los empresarios, por qué la poca presencia de las mujeres en el proceso, las expectativas con el ELN.

Marta citó a John Paul Lederach, cuando habla de los “diálogos entre improbables”, que permiten acercarse a quienes están en partes opuestas y aprender, a través de largos períodos,  a construir juntos. Se trata de transformar las relaciones entre las personas. Muestra como ejemplo La Habana, donde los negociadores duraron más de 6 meses discutiendo cómo se iban a llevar a cabo los diálogos: en ese tiempo se generó la confianza suficiente para que los representantes de partes enemigas por más de 50 años pudieran sentarse a conversar y llegar a acuerdos trascendentales. Sin embargo, nos habla del alto riesgo de que el proceso fracase en la etapa de implementación, como ha ocurrido con otros casos. Por esto dice, necesitamos apoyar por todos los medios la  “paz territorial” de la que habla el Comisionado de Paz. Se requiere un voluntariado profesional, multidisciplinario, comprometido, que acompañe los procesos en los territorios. Aquí, los asistentes destacan diferentes esfuerzos que se vienen haciendo desde el Gobierno y la sociedad, pero reconocen que la tarea es enorme y muchos  deben sumarse a ella.

Sobre la reintegración de los desmovilizados, considera que en Colombia ya tenemos una larga experiencia. Según Marta, las FARC tienen en mente un modelo de reintegración diferente al que nos imaginamos: muy colectivo y político, que se sitúa mayormente en zonas campesinas. Sin embargo, al firmar la paz “debemos reconstruir el país como se hace después de un terremoto” y esto va ser lo verdaderamente complicado. Debemos pensar en las generaciones posteriores a la guerra: crear las condiciones para que las causas del conflicto no se repliquen y eso sólo se puede hacer a partir de transformaciones desde las bases y desde el territorio.

DESAYUNO DE PAZ No. 36

Invitado: Carlos Fernández, Asesor Externo de RedProdepaz

Tema: Construcción de Paz en los Territorios

17 de octubre de 2015

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El desayuno se  inició con una ronda de inquietudes y preguntas de los asistentes: ¿Cómo va funcionar la paz en las regiones en un país tan centralista como Colombia? ¿Cómo va ser la ejecución de las políticas públicas en los territorios? ¿Cómo se está pensando la paz territorial desde la sociedad civil organizada? ¿Qué impacto tienen los medios de comunicación en la construcción de paz en los territorios? ¿Cómo se piensa transmitir los acuerdos de la Habana en las regiones?

Carlos Fernández hizo una presentación de RedProdepaz y el trabajo que viene realizando en alianza con la Oficina del Alto Comisionado para la Paz (OACP). Dicha alianza nace de la necesidad de transmitir y visibilizar lo que está sucediendo en la Habana en torno a los diálogos de paz. Por otro lado, desde RedProdepaz se identifica la necesidad no sólo de informar a la sociedad civil en los territorios sobre lo que acontece en la Habana, sino de generar un diálogo sobre la implementación de los acuerdos. Así, desde junio de 2014 se han realizado 17 encuentros regionales en territorios donde hace presencia las FARC y/o donde el conflicto es intenso. En estos eventos regionales, a los cuales han asistido organizaciones sociales de base y medios de comunicación comunitarios, han participado aproximadamente 10.000 personas, 80% de ellas de la sociedad civil. También se extendió la invitación a los empresarios, pero no asistieron. Carlos señala que en estos encuentros de tres días se realiza una presentación de los acuerdos parciales alcanzados, un análisis de sus implicaciones a nivel regional, y finalmente los asistentes expresan sus dudas e inquietudes sobre los acuerdos y su aplicación en sus comunidades. Otro objetivo de los encuentros es recoger lo que está pasando en las regiones e informar a La Habana sobre cómo se ven los acuerdos de paz en los territorios.

A partir de estos 17 encuentros regionales, RedProdepaz identificó cinco grandes preocupaciones en los territorios:

  • La persistencia de violencia: A los ciudadanos les preocupa que, posterior a los acuerdos, la violencia persista en los territorios por tres factores: a) Un proceso ineficaz de desmovilización de las FARC que resulte en la presencia de bandas criminales, como sucedió con los paramilitares. b) La polarización del país y la estigmatización a las personas que apoyan el proceso de paz. c) La desinformación y manipulación sobre lo que acontece en la Habana. Existen actores en las regiones que intentan sabotear los diálogos de paz.
  • Desarticulación entre las políticas de desarrollo nacional y las necesidades de los territorios: Los ciudadanos perciben que estas dos variables se encuentran en contradicción, por ejemplo, en cuanto a la política minero energética. Las comunidades no tienen autonomía para decidir sobre la distribución adecuada de los recursos en sus territorios. Tienen mayor influencia los intereses empresariales que los de los ciudadanos.
  • Las economías ilegales: En este punto la inquietud gira en torno a dos grandes factores. Primero, los ciudadanos se preguntan cómo se van a desmontar las economías mafiosas en los territorios. Y segundo, señalan la dificultad que representa una institucionalidad corrupta, ilegítima e ineficaz. Ejemplos de ello son la desconfianza frente a las Fuerzas Militares, y el trato indigno que reciben las víctimas en los procesos de reparación por parte de los funcionarios públicos.
  • La participación política: El Estado debe fortalecer las capacidades organizativas locales y garantizar una efectiva participación.
  • Reconciliación: a) Los ciudadanos señalan su disposición para el perdón y la reconciliación, pero deben existir garantías de reparación y restitución. b) Igualmente, deben existir garantías de seguridad para la reintegración de los desmovilizados. c) Existe una estigmatización de los territorios considerados zonas rojas .

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Tras la presentación de Carlos, surgen observaciones y cuestionamientos de los asistentes: Por qué en los territorios los habitantes esperan que las soluciones lleguen desde el centro y no plantean algo ellos mismos. Se requiere evaluar el papel de las ONG y el incentivo a una cultura asistencialista y paternalista en los territorios. Igualmente, surge la inquietud sobre las decisiones de la OACP a partir de los resultados de dichos encuentros y el impacto que ha tenido este proyecto en los territorios. Con respecto a estas observaciones, Carlos señala que estos escenarios tienen un gran potencial y se deben seguir fortaleciendo. Los diálogos y el acercamiento entre las diferentes plataformas se reactivaron en torno a estos escenarios. Igualmente, señala que los 17 encuentros produjeron 17 diagnósticos y hojas de ruta para hacer recomendaciones de políticas públicas en los diferentes territorios. Finalmente, plantea que debe existir un acompañamiento, estrategias y mecanismos que permitan un diálogo entre el Estado y los ciudadanos.

En una reflexión final se planteó la preocupación sobre la implementación antes de la firma de un acuerdo final en La Habana. Asimismo, se señaló que las organizaciones sociales ahora van a quedar más vulnerables, pues el espacio que ocupaban las FARC para dirimir los conflictos sociales en los territorios va a quedar vacío; será necesario encontrar un mecanismo para tramitarlos. Finalmente, se destacó el aspecto positivo de pensar colectivamente hacia el futuro.

DESAYUNO DE PAZ No. 35

Invitada: Nancy Fiallo Araque, Corporación Reiniciar, Mujeres por la Paz

Tema: El papel de las mujeres en la construcción de paz

10 de octubre de 2015

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En la ronda inicial, los asistentes formularon diversas inquietudes, entre ellas la relevancia de los mecanismos para la participación de las mujeres en los diálogos de La Habana, la participación de las mujeres excombatientes en la construcción de paz, y cómo hacer una mejor pedagogía para la paz.

En su presentación, Nancy Fiallo se refirió a su libro “Herencia de Paz”, que relata cien historias de vida de personas asesinadas y desaparecidas por ser figuras de poder local  en diversas regiones del país. Nancy hizo un recuento de su experiencia como jurista y defensora de derechos humanos en los juicios en el marco del proceso de Justicia y Paz, como ilustración de los retos que presenta el nuevo acuerdo de Justicia Transicional. Espera que las víctimas tengan voz dentro de estos nuevos mecanismos establecidos, pues recuerda que en Justicia y Paz las víctimas no fueron escuchadas y fueron la Fiscalía y los victimarios los que hablaron. Señala el papel fundamental de las organizaciones de derechos humanos, pues son estas organizaciones las que van a contradecir las verdades establecidas por los victimarios. Así mismo, con relación a la Comisión de la Verdad planteada por los nuevos acuerdos, se habló de los diferentes riesgos a los que se exponen los defensores de derechos humanos en estos espacios. Surgieron preguntas en torno a cómo se va a manejar el término de “verdad” y el tema de la seguridad de los defensores de derechos humanos y de las mismas víctimas. Nancy recalcó que en el país le tenemos más miedo a la verdad que a la propia justicia, puesto que esta última no ha funcionado adecuadamente. La verdad ha desencadenado asesinatos y amenazas en muchos de los casos de Justicia y Paz. En sus palabras, “hay miedo a la verdad porque cuando la gente empiece a hablar la verdad, se van a generar muchos retos para toda la sociedad”.  Pero hay que buscar a los determinadores de los crímenes.

Otro tema importante fue lo beneficioso o peligroso que pueda resultar que no se haya  establecido una duración específica para el Tribunal para la Paz. Nancy opina que el hecho de que el tribunal quede abierto indefinidamente lo puede desgastar, contrariamente a la Comisión de la Verdad, que tiene un límite de tres años. Otros asistentes, sin embargo, argumentaron que el Tribunal no debe tener plazos. Sin embargo, hubo acuerdo en cuanto a que los defensores de las víctimas tienen un papel fundamental en este Tribunal, pues deben hacer entender a las víctimas su importancia dentro de estos mecanismos de justicia transicional y dentro de la Comisión de la Verdad. Nancy hizo hincapié en que los defensores en la mayoría de los casos están defendiendo el debido proceso y no los crímenes ni a los perpetradores como tal, y mencionó los riesgos que esa defensa genera para ellos; hay persecución de defensores. Así mismo, manifestó que el reciente acuerdo es un gran paso en el tema de justicia y abre espacio a la participación de diferentes organizaciones.

Hubo consenso entre los participantes en cuanto a la importancia de establecer y fortalecer los vasos comunicantes entre la Comisión de Verdad y la Jurisdicción para la paz. Nancy manifestó que en Colombia no apreciamos el sistema judicial, ya que a pesar de los problemas el Estado ha hecho un gran esfuerzo. Esto demuestra los enormes retos en torno a la función de los mecanismos de justicia transicional acordados y a los vasos comunicantes que se deben establecer entre ellos.

En cuanto al tema de las mujeres, Nancy hizo un recuento de cómo en los juicios de Justicia y Paz no se reconocieron ni la violencia sexual ni el reclutamiento, crímenes ocultados por muchos paramilitares. Así mismo, dio cuenta de cómo de las 33 sentencias sólo 3 cobijan  a mujeres.  Mencionó que en todas las masacres cometidas hubo mujeres violadas, aunque esto no se haya querido reconocer. En suma, no hubo transversalidad de género, ni voz de las mujeres en el proceso. Sin embargo, no se debe pasar por alto que se han producido masacres y actos de guerra comandados y dirigidos por mujeres, lo que también es un tema delicado de tratar.

Entrando en el proceso de paz actual y en el rol de las mujeres en éste, se mencionó que se ha visto un avance considerable. Cuando inició el proceso causó preocupación que todos los negociadores fueran hombres. Sin embargo, el nacimiento de la Comisión de Género fue un paso muy importante, novedoso y revolucionario en comparación con muchos procesos de paz a nivel mundial. Se mencionó que, no obstante este avance, las mujeres no han tenido una voz lo suficientemente fuerte, pues los de mayor mando en las negociaciones son hombres. Además, el sistema establecido no da a las mujeres una voz importante.

Sin embargo, al observar la evolución de los acuerdos logrados hasta ahora, se ve cómo en el primer acuerdo, sobre desarrollo rural integral, no se habla en ningún punto de las mujeres, mientras que en el segundo (participación política) y en el tercer acuerdo (cultivos ilícitos) ya se empiezan a incorporar sugerencias sobre el tema de mujeres. No obstante, algunos asistentes señalaron que en la subcomisión de justicia no participaron  mujeres. Los asistentes estuvieron de acuerdo en recalcar que estos procesos tienen que tener en cuenta la transversalidad de género como punto fundamental. Es fundamental así mismo que en los mecanismos de justicia transicional establecidos se abra un espacio para las declaraciones de las mujeres y se tenga en cuenta lo que les ha sucedido a ellas, por ser mujeres, y no sólo lo que les sucede a sus esposos o hijos.

En general en el desayuno hubo consenso sobre la importancia de reconocer los esfuerzos de incluir la transversalidad de género como parte del proceso de paz actual, en comparación con la experiencia de Justicia y Paz. Esto en el marco de una gran conclusión, que es la importancia de reconocer la voz de las víctimas como sujetos políticos y trabajar fuertemente en los procesos de duelo para entender el daño ocurrido desde una dimensión colectiva.

 

El Congreso Nacional y la construcción de paz

DESAYUNO DE PAZ No. 34

Invitado: Rodrigo Lara, Senador de la República, Director Nacional de Cambio Radical

Tema: El Congreso Nacional y la construcción de paz

3 de octubre de 2015

El desayuno abrió con una ronda de inquietudes y preguntas de los presentes, entre ellas el papel del Congreso en la puesta en práctica de la Justicia Transicional, el clima actual al interior del Congreso frente al proceso de negociaciones y lo que va a hacer Cambio Radical ante esta oportunidad, así como el papel de los partidos tradicionales en la construcción de formas de hacer política con base en la ética.

Para Rodrigo Lara el proceso de negociaciones en La Habana es la salida más racional y sensata para el país. Recalca que las FARC se han reducido a 6.500 hombres en armas, 50% de ellos en dos frentes, mientras que ya hay muchas zonas del país sin conflicto, como la Costa Caribe, Cundinamarca y el Tolima. La guerrilla se replegó y lo que queda de ella se mimetiza entre la población civil. La guerra militar contra las FARC se ganó. Queda la guerra política, que no se puede ganar militarmente. Aún quedan 7 zonas críticas  y se trata de una guerra de guerrillas, donde  la lucha se convierte en un conteo de cuerpos, en lugar de la recuperación de un territorio. Es absurdo económicamente seguir invirtiendo recursos en perseguir a 6.500 guerrilleros, que se reemplazan fácilmente, con un gasto de 30 billones de pesos.

Según Rodrigo, el país del post-acuerdo enfrenta retos importantes:

1) La defensa de las fronteras y del mar territorial frente a las acciones de Nicaragua (con el respaldo de la China) y de Venezuela, ese vecino sobrearmado.

2) El diseño de la Justicia Transicional: Cambio Radical estaría dispuesto a ceder en materia de justicia; se inclina al pragmatismo en aras de la paz. En los procesos anteriores, con la Ley de Justicia y Paz,  no hubo justicia, ni reparación, ni verdad. Cuenta que participó en la comisión de seguimiento de estos procesos con los paramilitares extraditados,  y lo que hubo entonces fue una depuración de la mafia; nada de verdad ni de reparación.

3) El tema agrario: Será lo más complicado, ya que hay grandes intereses en la tierra y por lo tanto hay discrepancias de fondo. El gran problema, más que la falta de asistencia técnica, es el microfundio, ya que hay cerca de 2.2 millones de hectáreas bajo esa figura; extensiones inferiores a una UAF (Unidad Agrícola Familiar), que no logran ser productivas. Menciona que los tres casos exitosos de reforma agraria integral en el mundo: Japón, Corea y Taiwán, se debieron al derecho de propiedad individual. Hay que comenzar con una reforma agraria no revanchista, en que se entreguen títulos de propiedad individuales y no en el marco de Zonas de Reserva Campesinas (ZRC), que tienen connotaciones de defensa, como un Kibutz. No cree en las formas de propiedad colectiva; hay que desarrollar formas de propiedad individual que no se fragmenten con el paso de las generaciones. Por esto presentará un proyecto de ley de libertad testamentaria para reformar el régimen actual, que es muy cerrado.

4) Refundar la política: El clientelismo es el peor mal, una forma de democracia subdesarrollada, una forma primaria del ejercicio democrático. Señala que, sin embargo, esas son las reglas del juego que se imponen y el que se sustrae de ellas, pierde. Se da aún en los partidos de izquierda, como el Polo, que llegó al poder a hacer clientelismo, más sofisticado y perverso. Habría que atacar el problema de raíz, sustrayendo la administración pública de la política, como en Francia, y creando un sistema de control fiscal.

Ante las preguntas sobre qué se puede hacer para el cambio de cultura política que se requiere en el post-acuerdo para contribuir a la paz, opina que no ve que sea un problema fundamental, que eso se dará, así como se pudo “des-sovietizar” Rusia y “des-nazificar” Alemania.

Al preguntársele por la posición del vicepresidente de la República frente al proceso de paz respondió que el que el vicepresidente no se haya manifestado no significa que su partido no apoye el proceso. Lo importante no es aparecer en la foto sino actuar. Dice que está dedicado a hacer viviendas y vías y de esta manera también se construye paz.

Ante la preocupación manifestada sobre la forma como se sigue haciendo política y el manejo de los avales, Rodrigo Lara defendió el  aval de su partido a la candidata de Cambio Radical a la gobernación de La Guajira, Oneida Pinto, asegurando que la lectura que se le da desde Bogotá desconoce la dinámica regional. La Guajira es muy diferente de Bogotá, allá no hay Estado, imperan los clanes, y no se puede esperar que sus políticos sean como los imaginamos desde aquí. Oneida es una trabajadora social y no es mafiosa. La estigmatización se debe a que es mujer y es morena, y se ha formado  una espiral mediática generada desde Bogotá, con su moral maniquea y su visión limitada.

Por otra parte, afirmó que se debe evitar que el sistema de justicia restaurativa que se propone se convierta en una cacería de brujas. Resulta clave la definición y el diseño del tribunal; le preocupa que es muy amplio, que todos caben ahí, que incluye no combatientes y ciudadanos que de alguna manera tuvieron que ver con los actores del conflicto. Considera que las FARC querrán que entren todos para así no parecer tan malos. Puede ser muy peligroso, dice, pues  no se sabe cómo se va a diferenciar entre quienes cometieron delitos y quienes, por ejemplo, pagaron sobornos para proteger sus propiedades. Se debe evitar abrir una caja de pandora, hay que pasar la página rápido, pero no con un tribunal sin límites que se convierta en un gran poder en sí mismo, como en los países comunistas.

Considera que en el momento actual ya es posible hacer política tanto para la derecha como para la izquierda. Es un país más tranquilo que en la época del exterminio de la Unión Patriótica; agrega que entiende que las FARC son algo diferente a la Unión Patriótica; entiende el origen de las FARC, pero señala que luego se degeneraron. Lo que sí le preocupa es la violencia que se puede disparar si el Gobierno tiene la decisión y la valentía de quitarles la tierra a los narcos y a los terratenientes que se han apoderado de ella de manera ilegal.

Ante la pregunta sobre cómo se debería redistribuir el presupuesto de la Nación al terminarse el conflicto armado con el fin de promover la educación y el desarrollo en las regiones, Lara plantea que hay que mantener el gasto militar y orientarlo hacia la defensa de las fronteras. En cuanto a la educación, la clave es educar a los maestros, más que dotar de computadores a los niños en las escuelas. Finalmente, frente a la participación política de los desmovilizados, señala que no es nada atractivo hacer política con gente que ha hecho tanto daño; pero hay que aceptarla, hay que abrirles el espacio.

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