Los desayunos de paz se realizan bajo la dirección de ReD Bogotá con el objetivo de reunir a diferentes conferencistas para que nos expliquen diferentes temas politicos relacionados con la paz de Colombia.

Relatoria OCTAVO DESAYUNO DE PAZ

OCTAVO DESAYUNO DE PAZ

14 de marzo de 2015

Invitados: Jesús Emilio Tuberquia, Comunidad de Paz de San José de Apartado, y

                                      Marta Dolores Villarreal (“Lolita”), Lapingachos

Tema: La visibilización de las comunidades afectadas por el conflicto a través de la comida

Jesús Emilio Tuberquia, líder de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, se encontraba en Bogotá para llevar la historia de la comunidad a diferentes sectores de la sociedad civil bogotana. Lolita, administradora y jefa de cocina del Restaurante Lapingachos, sede de los Desayunos ReD desde 2014, viene presenciando los encuentros de manera muy particular, desde la cocina.

Para comenzar se señaló que el chocolate caliente y el tamal ofrecidos semanalmente en los desayunos de paz son producto de los esfuerzos de los dos invitados especiales. Además se llamó la atención a la intimidad inherente al acto de disfrutar juntos de una misma comida. Lolita, de origen nariñense, nos habló del valor de hospitalidad que prevalecía en esa región en su juventud. Jesús Emilio aseveró que la comida, y en especial el chocolate de la Comunidad de Paz, sirve de vínculo entre dos mundos: el del campesinado colombiano y el urbano.

Sin embargo, ambos han sobrevivido a contextos conflictivos aunque los esfuerzos de resistencia colectiva son muy distintos al esfuerzo individual de salir adelante. La siembra y la producción del chocolate son actos concebidos por la Comunidad de Paz como ‘resistencia’, en este caso frente a la entrada e imposición de semillas no autóctonas a lo largo y ancho del país. Resistencia que también incluye un llamado a los actores armados del corregimiento de San José de Apartadó a respetar los derechos a la integridad física y territorial de la población civil, postura en la cual se mantienen desde la declaración en 1997 de neutralidad y no-violencia activa por parte de los campesinos que conformaron la Comunidad de Paz. Se recuerda también, como en Cumbal departamento de Nariño, la hospitalidad brindada por una pareja local a un grupo armado, y el miedo que se generó cuando aparecieron sus cadáveres en una quebrada tras ese gesto de conexión humana.

Se constató que el miedo producido por la violencia del conflicto se ha extendido a los espacios de trabajo. La metodología laboral de la Comunidad de Paz abarca el trabajo en grupo, además de tareas comunitarias, lo que consolida la identidad cooperativa de la comunidad; pero también responde a una necesidad más básica: la de la ‘seguridad a través de la cantidad’, debido al alto número de agresiones que han vivido los campesinos de San José de Apartadó. En contraste, Lolita admitió que la misma propuesta de realizar los Desayunos de Paz en Lapingachos le provocó un sentido de rechazo, ya que la paz no era un tema para hablar.

Sin embargo, al enfrentarse con sus miedos y sus causas, nuestros invitados se han sentido empoderados para seguir adelante y llevar sus propuestas para otros lados. Lolita calificó de “encanto” el hospedar los Desayunos y convertir tanto al restaurante como al tamal en mensajeros de paz. Lo mismo con la Comunidad de San José: desde que los campesinos alcanzaron a preguntarse ¿En qué consiste ser un colombiano activo?, han venido fortaleciendo su voluntad de neutralidad y de resistencia.

El papel del individuo o del colectivo fue el eje de la discusión frente a la pregunta de los retos en la etapa de pos-negociación. Hubo expresiones de escepticismo al sugerirse que el acuerdo parcial sobre asuntos rurales puede estar preparando el terreno para la entrada de más multinacionales, debilitando aún más al campesinado; y se habló de la posibilidad que la protesta social siga judicializándose. Como punto de vista alternativo se aseveró que, según el mismo texto, el acuerdo rural será algo realmente revolucionario para Colombia, y que el parcial sobre el ejercicio de oposición política concede garantías a todos los sectores. Se habló de la voluntad y de posiciones conformistas de algunos campesinos nariñeses, que parecen haber perdido su vocación por el campo. Hubo acuerdo en que ya es hora de que los colombianos se comiencen a apropiar de la democratización de conceptos como “convivencia”, “reconciliación” y “perdón”, y que es oportuno buscar la “desextranjerización”, entendida como la dependencia de la sociedad colombiana del apoyo externo para resolver sus problemas.

Se cerró el desayuno con un llamado a que vayamos venciendo nuestros miedos. En este camino, el chocolate de la Comunidad de Paz y el tamal nariñense de Lapingachos son una muestra concreta llena de simbolismo en el largo camino de la construcción de paz.

Reporte TERCER DESAYUNO DE PAZ

TERCER DESAYUNO DE PAZ

7 de febrero del 2015

Invitada: María Camila Moreno, Directora del ICTJ en Colombia

Tema: ¿Una Comisión de Verdad para Colombia?

El común denominador entre los asistentes fue el desconocimiento de las comisiones de la verdad (CV); se expresaron dudas respecto a su mandato, su función, la selección y el rol de sus miembros, su impacto en las víctimas, así como el papel del sector empresarial, de las comunicaciones, de la sociedad civil, entre otros.

Se esbozó en grandes rasgos el significado de la justicia transicional (JT) y de las CV en sociedades que han tenido que enfrentarse a un pasado de atrocidades, la sociedad decide encarar ese pasado para transformar la situación que la ha llevado a vivir violaciones a los DDHH y reconstruirse. Esto lleva agendas políticas de decisión y agendas sociales de transformación y reflexión. La justicia transicional comprende una serie de mecanismos para: (1) reconocer el pasado de violaciones a los DDHH (que los responsables rindan cuentas ante la sociedad y sus víctimas) y (2) reparar a las víctimas.

Entre estos mecanismos están: 1) La justicia penal, en que los responsables rinden cuentas ante la sociedad y las víctimas. La justicia penal sirve para investigar, juzgar y sancionar a los responsables. 2) Mecanismos de verdad: la sociedad y las víctimas reclaman saber qué pasó, cómo y por qué. El mecanismo central es el de las comisiones de verdad, instancias oficiales que reconstruyen y explican lo que ha pasado para lograr una narrativa oficial (reconocida por la sociedad, pero que no es única ni absoluta), un meta-relato que permite tener un referente común de lo que pasó y por qué, para que la sociedad pueda seguir en el proceso de transformación. La CV no va a eliminar las otras historias y narrativas. Seguirán procesos de reconstrucción de memoria y otras versiones de la verdad desde las experiencias individuales de las víctimas. 3) La reparación y garantías de no repetición. De esto se desprenden agendas institucionales concretas, se producen nuevas constituciones o se reforman las existentes, se inician reformas de las fuerzas militares o del sector de seguridad, o se fortalecen las instituciones de defensa de los DDHH.

El éxito de una CV depende del grado de demanda social que exista por la verdad en ese momento en esa sociedad, así como de su legitimidad. Para generar confianza, la CV debe ser reconocida como seria y autónoma, y los comisionados moralmente probos y políticamente independientes, aunque al final el informe no llene todas las expectativas de la sociedad. Esta insatisfacción con el informe final puede generarse cuando el mandato de la CV ha sido muy amplio y las exigencias a la CV demasiado ambiciosas. Por tanto, el mandato debe ser realista y en concordancia con el respaldo que tenga la CV en la sociedad, con la demanda de verdad y con los recursos financieros, humanos y logísticos a su disposición.

En cuanto al mandato para una CV en Colombia, se requiere que identifique, entre otros, las responsabilidades políticas, individuales y colectivas, los patrones de violencia, la relación entre el estado y los paramilitares, la responsabilidad de las elites económicas y políticas del país, abordando las verdades negadas y que nunca han sido investigadas. El mandato puede centrarse en una explicación estructural y política de la violencia y contemplar escuchar a las víctimas y a los responsables. No obstante, esclarecer todos los hechos que afectaron a todas y cada una de las víctimas es imposible. Se deben contemplar los déficits de verdad que la CV no pueda resolver y cómo complementar el trabajo de la CV por medio de otros mecanismos de justicia transicional, tomando en cuenta que hay muchos sectores que se resisten a esclarecer la verdad.

La CV en Colombia será parte de un acuerdo político, por lo que el diseño saldrá de la negociación de paz entre el gobierno y las FARC. Es posible que el mandato se defina en La Habana, teniendo en cuenta las propuestas y demandas de la sociedad. Es probable que las partes deleguen en un tercero la conformación de la comisión. De acuerdo al Marco Jurídico para La Paz el Congreso de la República creará a través de una ley ordinaria la CV .

A la hora de seleccionar los comisionados, la CV no debe pretender representar a todos los sectores sociales ni grupos poblacionales; debe ser una comisión homogénea. El enfoque diferencial está incorporado en el mandato y no se garantiza por medio de la presencia de representantes de grupos sociales en la comisión. Todos los comisionados deben responder a criterios únicos y centrales: independencia, no tener agenda política ni antecedentes penales o de involucramiento con el conflicto armado, pero sí comprender el conflicto. Se propone que los comisionados sean nacionales y considerar una veeduría o asesoría internacional.

El periodo de funcionamiento de la CV debe extenderse entre 3 y 5 años, aprovechando la demanda de verdad y el interés de la sociedad que busca la transformación. La CV iniciaría su trabajo tras el acuerdo y después de la refrendación. No es posible poner en marcha una CV en medio de un conflicto. Se enfatiza que es poco realista pensar que la Comisión de la Verdad sea un instrumento de reconciliación; no obstante, sin verdad no hay reconciliación.

Los medios deberán informar y sensibilizar. Es importante promover una masa crítica para posicionar la CV y evidenciar la necesidad de verdad. También deben difundir los resultados y el informe final de la CV. Sin embargo, como reflexión final se planteó que esta labor no debe recaer sólo en los medios. Es necesario que la sociedad civil asuma una actitud proactiva y promueva discusiones pedagógicas para fortalecer la legitimidad de la comisión y garantizar la difusión del informe. Incluso, se sugirió que hoy cuando apenas está iniciando la discusión sobre una Comisión de la Verdad, la sociedad civil debe hacer propuestas para hacer de este ejercicio una oportunidad para la construcción de una ciudadanía activa.

Reporte Desayuno No. 7

Desayuno No. 7 de 2015

Rodeemos el Diálogo (ReD)

7 de marzo de 2015

Invitado: Coronel (r) Carlos Arturo Velázquez,

Centro de Memoria Histórica Militar

 

El desayuno empezó con una contextualización y presentación de los participantes entre ellos algunos miembros de ReD. Se explicó que el principal objetivo es generar un espacio para la construcción de paz en Colombia y se expresó una convicción profunda en el poder del diálogo horizontal, a partir de espacios plurales como este que son un microcosmos de lo que debería ser Colombia de cara al futuro inmediato.

El eje central a debate para esta ocasión fue la relación entre Ejército y sociedad en un contexto de post conflicto, por lo que el invitado y expositor fue un integrante del Ejército colombiano, quienes parte del Centro deMemoria Histórica Militar encargado de producir una visión institucional sobre el papel del Ejército en el conflicto armado en Colombia.

En las primeras rondas de participaciones se abordó la complejidad de las relaciones entre las fuerzas armadas y la sociedad civil colombiana, dejándose entrever una relación de desconfianza o, al menos, de ambivalencia frenteal papel que el Ejército ha desempeñado en la violencia. Sin embargo, también se dijo que los integrantes de las fuerzas armadas tienen un lado humano, los hay buenos y malos, y también han sido víctimas de la guerra. Asimismo, se reconoció el papel central que tienen en las negociaciones de paz, así como ciertos indicios de cambio hacia una relación más vertical con la sociedad.

Se llamó la atención sobre el hecho de que no es sólo una cuestión de buenos o malos, sino que hay que analizar la forma en que se han insertado las relaciones entre fuerza pública, autoridades civiles y sociedad y qué transformaciones tienen que ocurrir para que esas relaciones cambien.Es necesario pensar en cómo se van a reestructurar las fuerzas armadas en una nueva lógica de post conflicto.

A partir de esto se planteó que hay que diferenciar entre el impacto que tienen los diseños institucionales y las características personales, así como examinar quiénes se han beneficiado del uso de la violencia. Por lo que las posturas radicales en torno al conflicto no necesariamente se dan solamente dentro de las fuerzas armadas sino por fuera, incluso desde la política o la sociedad civil.

Posteriormente,nuestro invitado Carlos Arturo Velázquez dio una semblanza de su trayectoria de más de treinta años en el Ejército colombiano e incorporó en su relato algunas vivencias personales durante sus años de servicio.

Para él, uno de los principales temas que hay que considerar en la complejidad del conflicto colombiano gira en torno a lo que denominó como la “ausencia del Estado” en muchas regiones del país, lo cual ha facilitado la penetración de los grupos guerrilleros. Al ser cuestionado por parte de varios de los asistentes sobre el papel y la responsabilidad del Ejército en la violencia – particularmente en el respaldo a grupos paramilitares – reconoció que el ejército también ha sido víctima de “los corruptos” y que dicho apoyó “partió la institucionalidad del ejército y abrió la puerta a la barbarie”.

Más adelante planteó que de cara a la terminación del conflicto es importante preguntarnos cuál es la Colombia que hay que construir yseñaló que para eso se requiere la presencia del Estado. Al preguntársele si es posible construir una relación distinta entre sociedad civil y militaresal señalársele que la memoria militardebe reconocer los excesos cometidos, el invitado señaló que quien se haya salido de la línea tiene que asumir la responsabilidad y que el ejército tiene que refundarse como un instrumento y símbolo de paz. Añadió que él ha planteado la necesidad de reconocer históricamente los desaciertos. Finalmente, planteó algunos de los retos que ve de cara al postconflicto para el , tales como: el cambio de roles y misiones en Entre el EjEjército y la policía en todo el territorio nacional, el reto que implican el narcotráfico y las BACRIM, ya que el fin del la guerra no necesariamente significa la llegada de la paz. La experiencia internacional muestra que se pueden dar incrementos en la violencia, como sucedió en Guatemala y El Salvador.

En suma, el principal aporte de esta discusiónfue que contribuyó a la construcción de un diálogo pluralista en el que distintas visiones e ideas convergen con el fin de coadyuvar a la construcción de un microcosmos de lo que debería ser Colombia como un país incluyente en el que el disenso sea canalizado institucionalmente y no mediante la violencia.

Reporte Desayuno de Paz sobre las relaciones civico-militares

Rodeemos el Diálogo

Desayuno de Paz No. 6 de 2015

28 de febrero de 2015

Invitado: Andrés Dávila L. de G.

Tema: Relaciones cívico-militares

 

Después de la habitual presentación de ReD y de felicitar a Carolina Gómez por el éxito de la conferencia organizada en gran parte por ella y realizada el 26 de febrero, Liderazgo, Emprendimiento, Tecnología y Construcción de Paz, los asistentes se presentan y responden a la pregunta: ¿Qué saben ustedes sobre los militares?

Las respuestas revelan una gran ambigüedad en la actitud y los sentimientos hacia los militares. Se expresan sentimientos de temor, resistencia y desagrado recordando los numerosos abusos del poder de las armas. Pero se reconoce que las relaciones familiares y laborales, los recuerdos históricos y las experiencias de vida influyen poderosamente en esa actitud, para bien y para mal, y también pueden matizar los juicios en blanco y negro. La cercanía a personas que son militares o policías permite desmontar prejuicios y prevenciones. Igualmente, se les reconoce a algunos de ellos (ej. General Mora) su coraje al comprometerse con el proceso de paz, a pesar de que el estamento militar está fragmentado. También, se enfatiza que las fuerzas armadas son y serán parte integral de la realidad colombiana y de cómo se construirá el sistema de defensa en el futuro; las FF.AA. tienen que ser parte de cualquier proceso de paz y posconflicto exitoso.

Andrés Dávila, investigador sobre políticas de seguridad y relaciones civiles-militares, comparte recuerdos de su propio paso por el mundo castrense cuando cumplió con su servicio militar obligatorio; relata experiencias duras que lo marcaron, y revela sus propios sentimientos encontrados. Pero insiste en que la sociedad civil debe aproximarse al tema de las relaciones con el poder de las armas, teniendo en cuenta que los militares son parte importante en cualquier proceso de paz exitoso; debe asumirlo para el bien de la democracia y no dejarle las decisiones al gobierno y a los expertos. A continuación aborda los siguientes puntos:

  1. La paradoja de la coexistencia poder militar-democracia en Colombia:

Aunque las FF.AA. y el gasto militar han crecido desde los años 90 hasta hoy (pasando de 2% a 4,5% del PIB y 500.000 hombres), y a pesar de su institucionalización desde mediados del Siglo XX, históricamente han estado subordinadas al poder civil. No hay tradición de caudillos en Colombia. Y a pesar de la influencia de los Estados Unidos en el modelo militar colombiano, se institucionalizan con valores propios. Hubo sólo un golpe militar en el Siglo XX, el de Rojas Pinilla (una “dictablanda”), y a este gobierno militar le pusieron fin las élites y él se fue “por las buenas”. Los militares en Colombia respetan la institucionalidad democrática. Tradicionalmente, cuando se crean tensiones entre el poder presidencial y los militares, ceden los militares.

  1. El narcotráfico y los militares:

Mientras que antes de los años 80 las fuerzas armadas se enmarcaban en la doctrina de seguridad nacional y su tarea principal era combatir el comunismo, en años posteriores tienen que hacer una transición y pasan a liderar la lucha contra el narcotráfico (tarea en que se generan tensiones con la Policía, que cumple a veces las mismas funciones). Pero los grandes carteles de la droga infiltran las instituciones castrenses y las debilitan. Esta debilidad hace que la represión sea ineficaz y no obtenga resultados finales.

  1. Conflicto sociedad civil-fuerzas militares:

Se menciona el caso específico de la comunidad de paz de San José de Apartadó, caso emblemático (aunque no el único) del conflicto entre civiles y militares. Para las FF.AA., San José de Apartadó representa un desafío frente a su honor militar y al mandato de ejercer la fuerza de las armas en todo el territorio nacional. Por eso muestran a la comunidad como “guerrilleros” o “narcotraficantes”.

También las comunidades indígenas – sus valores, su modo de vida, su concepción del territorio – resultan ajenas para las FF.AA. (Aunque, paradójicamente, muchos miembros de las fuerzas militares y la policía son indígenas.) Esto genera una tensión histórica. Se necesita generar instancias de intermediación para propiciar escucha y generar confianza.

Una posible solución es sacar al Ejército y poner la Policía o la Armada en la zona.

  1. Los militares y la justicia transicional:

Las nuevas realidades del proceso de paz ponen a prueba los valores militares. Muchos de los militares de hoy no admiten que se les ponga al mismo nivel que a los guerrilleros. En procesos de paz anteriores se les han hecho concesiones a los guerrilleros (por ej. M-19, que llegaron a gobernar) y a los militares no (fueron a la cárcel). Esto influye en la actual reflexión sobre la justicia transicional para el país.La Ley de Justicia y Paz aporta un recorrido y enseñanzas que se deben retomar. Frente a la propuesta del ex presidente Gaviria, que apunta hacia el olvido, deben encontrarse fórmulas pragmáticas, satisfactorias para las distintas partes. Deben evitarse los fundamentalismos de cualquier lado y ceder posiciones para construir la democracia. Debemos ser imaginativos. Es un elemento importante que los generales estén involucrados en las conversaciones en La Habana, lo que ha mantenido en pie el proceso de negociación.

  1. Género y fuerzas militares:

Las fuerzas militares y de policía eran históricamente instituciones exclusivamente de hombres. Ya no. Las transformaciones que implica la presencia de mujeres, y la reglamentación para mujeres, generan tensiones (como también las genera la presencia de homosexuales, más escondida).Que haya mujeres en las fuerzas no implica un enfoque de géneroen la institución. No obstante, la Policía ya tiene una General como Sub-directora. Las otras armas no han avanzado tanto. Cambiar la cultura predominantemente masculina, machista, tomará generaciones. Andrés sugiere contactar a una oficial mujer y escucharla.

  1. El tamaño de las fuerzas:

Hay ejemplos de que no se deben reducir las fuerzas armadas rápidamente tras los acuerdos de paz, pues está demostrado que después de terminarse un conflicto armado se genera un aumento de la violencia (por ej. Guatemala). La disminución de los efectivos tendrá que darse a futuro. En cuanto al gasto en seguridad y defensa, el presupuesto deberá mantenerse por muchos años para cubrir los derechos pensionales de este personal que además se jubila muy joven.Habrá también que repensar la repartición de roles y funciones entre el Ejército y la Policía, que aunque depende de MinDefensa es muy autónoma y rivaliza eficazmente con el Ejército. Por otra parte, existen problemas de corrupción en todas las fuerzas que serán difíciles de corregir. Adicionalmente, ¿cuál de las fuerzas se encargará del mantenimiento del orden en áreas rurales? Frente a la rivalidad Ejército-Policía, ¿es posible pensar en una tercera fuerza? No parece factible. Frente a la mentalidad militar férreamente anticomunista y atada aún a la doctrina de seguridad nacional, se debe formar mejor a los militares en derechos humanos, educarlos, hacerlos más útiles para el desarrollo y la democracia. Se sugiere que hagan acompañamiento en los procesos de restitución de tierras. Se señala también la inconveniencia del sistema de justicia penal militar y la ampliación del fuero militar.

Para finalizar, Andrés recuerda que es necesario incluir a los militares en estos nuevos procesos, escucharlos y entender los riesgos a los que se exponen, para no generar más conflicto y evitar una mala transición. Pero no debe olvidarse que los cambios de mentalidad son lentos, y por lo tanto los cambios internos en las fuerzas armadas van a tomar décadas

Desayuno de Paz El Arte por el Arte o el “Artivismo”

Rodeemos el Diálogo

Desayuno de Paz No. 5 de 2015

21 de febrero de 2015

Invitados: Petrit Baquero, Julio Palacios y Jaime Barragán

Tema: El Arte por el Arte o el “Artivismo”

 

Invitados especiales: Petrit Baquero (Politólogo, historiador y músico), Julio Palacios (sociólogo con magister en antropología visual) Jaime Barragán (artista con magister en antropología social).

 

  1. Ronda de opiniones: ¿En qué medida es el arte un método para transformar la realidad? ¿Cómo se aprovecha el arte para la construcción de ciudadanía y convivencia? ¿En qué contexto y desde qué perspectiva se piensa el arte?

Algunas ideas compartidas: La educación se puede pensar desde una perspectiva artística, sin que la educación sea más importante que el arte y viceversa. Se intenta tejer la educación y el arte sin que esta relación pueda separarse. Los procesos de comunicación que surgen entre la educación popular y el arte construyen una filigrana para la paz.

  1. Petrit, Julio y Jaime presentan un contexto de cómo se llega a la educación popular y el arte. Para abordar la relación entre educación popular y arte, los invitados estructuran el desayuno de la siguiente manera:
  2. Julio hace un breve recuento histórico sobre la educación popular; explica su importancia y su llegada a Colombia por medio de la teología de la liberación.
  3. Jaime presenta un contexto sobre el arte (de la liberación), Boal y una breve introducción de los talleres del CINEP.
  4. Finalmente, se presenta el programa de ciudadanía y convivencia adelantado por el Centro de Investigación y Educación Popular, Programa por la Paz (CINEP/ PPP). que ha empleado el teatro, la música, la danza y otros para transformar realidades, para que una ciudadanía se prepare para la convivencia ante las pos-negociaciones.
  5. Se llega a la conclusión que sería útil y enriquecedor emplear dos desayunos más para conocer más sobre la relación del arte y la educación popular. También, Petrit planteó la posibilidad de invitar a los asistentes de desayunos de paz para ver los talleres en terreno.

 

  1. Julio explica la importancia de entender la educación popular en América Latina.

La influencia de los medios de comunicación como la televisión y la radio visibilizan qué tanta barbarie es capaz de hacer el ser humano en una guerra o un conflicto. Con esto, muchos movimientos sociales surgen en Estados Unidos en contra de la guerra de Vietnam, de Corea y las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. En Colombia llega el televisor durante el gobierno de Rojas Pinilla después de su llegada de la Alemania Nazi. La primera transmisión en Colombia se da con Rojas Pinilla vestido de general. La transmisión de la información genera un imaginario de naciónque dependedel punto de vista desde el cual sea transmitida.

En Brasil, con Paulo Freire y Augusto Boal, se empiezan a generar las ideas de Educación Popular, que más allá de ser una educación enfocada al enriquecimiento mental, es una educación liberadora, constructiva y crítica, capaz de acercarse a la población. Paulo Freire fue uno de los pedagogos más significativos del siglo XX, y es el que empieza a crear una estrategia de educación relacionada con el diálogo. Este pedagogo influyó en las ideas liberadoras de la educación y de la teología de la liberación. Debido a la dictadura militar en Brasil, Paulo Freire tuvo que salir de su país y crear sus obras desde diferentes lugares de América Latina.

En Colombia, con la aparición de Camilo Torres, “el cura que obligaron a ser guerrillero” -enfatizó Julio, surge también la teología de la liberación y se une a las ideas principales de la educación popular.Camilo Torres y Orlando Fals Borda fueron los pioneros en crear la Facultad de Sociología en la Universidad Nacional. Camilo Torres es un sacerdote que utiliza la fuerza y la influencia de la iglesia para recrear un discurso más enfocado en lo social. Torres quería que la Iglesia se reformara y cumpliera un papel más social en beneficio de los más necesitados. Debido a que las ideas de este sacerdote eran bastante revolucionarias, defendían al campesinado y a las clases sociales bajas que el Estado consideraba de poca importancia, se empieza a dar una masiva movilización de ciudadanos con el fin de que se lograra una teología de la liberación. Sin embargo, y dado el conflicto de intereses políticos que esto generó en la política interna colombiana, Camilo tuvo que huir y resguardarse en el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Camilo Torres no era un señor de la guerra, sino un señor de las ideas: por esta razón fue asesinado en su primer combate.

  1. Jaime habla sobre el arte de la liberación y las teorías tomadas en cuenta para la educación popular llevada al arte.

El descontento que generaba para la sociedad estadounidense el alterado orden político internacional, como las guerras contra Corea y contra Vietnam, muchos de los movimientos sociales y de los artistas empiezan a pensar en qué pasaría si el arte saliera de las galerías, de la interpretación que solo la elite sabe darle a un tipo de arte más cerrado. Por esta razón más la suma del contexto internacional antimperialista, el arte se manifiesta en las calles con performances en los movimientos sociales como los de Seattle en 1991. En América del sur, esto se da gracias al aporte de Augusto Boal, quien fue conocido por su práctica de Teatro Oprimido. Este tipo de teatro es reconocido por ser un teatro pedagógico que transforma cualquier realidad, es decir, el teatro como una representación de la realidad y capaz de transformarla.

En esta medida, se da respuesta a la pregunta inicial del desayuno y es que, en efecto, el arte en sí es un elemento transformador de realidades. A esto, Jaime le suma la idea de la alfabetización estética que Boal plantea y es que este tipo de alfabetización tiene que ser estética, porque a través de la imagen se crea un imaginario. Esta alfabetizacion estética se incorpora y se va adhiriendo tanto a las prácticas artísticas como a las educativas.

Así se plantea la idea de ActivismoArtivismo,y es que las cosas se pueden plantear y realizar de otra manera. A partir de diferentes talleres que se realizan en el CINEP, se educa a partir del sentir y después sí se logra hacer desde el pensar (sentiràpensar). Por tanto, la postura creativa se va planteando a través de lo íntimo de los participantes de los talleres. Jaime insiste en que según la idea de Teatro Oprimido de Boal, la primera fase es pasar del sonido a la imagen, luego de la imagen a la palabra y por último, de la palabra al cuerpo.

  1. Talleres de educación popular y arte.

Estos talleres son financiados y adelantados por el CINEP. Generalmente, también obtienen el apoyo de la Secretaria de Educación Distrital y se realizan no sólo en lugares marginalizados como Usme, sino también en otras localidades de Bogotá. Tienen enfoque de género y desarrollan y van avanzando con la música. El taller de Derechos Humanos y construcción de paz se adelanta con danza y música. Petrit enfatizó que en este taller van saliendo a la luz la corporalidad como tipo de expresión y la comunicación por medio de la danza.

¿Qué es la posnegociación? Y ¿cuál es la relación que le dan estos talleres a la posnegociación? Los tres invitados definieron la posnegociación como aquel proceso que puede recrudecer la violencia en la sociedad y para esto se debe preparar a la población por medio del fortalecimiento de la convivencia para facilitar la reintegración no solo de los miembros de grupos al margen de la ley, sino también de personas afectadas por el conflicto armado. Estos talleres, por medio del teatro y la imaginación logran establecer escenarios posibles comparables con realidades sufridas en el país. Por ejemplo, cómo reaccionaría la población si el ELN, las FARC u otro actor del conflicto secuestraran a su alcalde; y a partir de allí se van construyendo imaginarios de acción popular.

Finalmente, Petrit planteó la posibilidad que los asistentes interesados participen en los talleres realizados por el CINEP, así como la necesidad de extender este tema en unos próximos desayunos. Además, él se comprometió a subir videos que ejemplifiquen los talleres en varias localidades para que fuera de fácil acceso por las redes sociales.

 

  1. Los asistentes y los invitados conversaron y concluyeron que:
  • El arte sí es un método capaz de transformar la realidad.
  • El arte es una excelente herramienta que permite crear un imaginario de construcción de ciudadanía y convivencia de acuerdo a la coyuntura política.
  • El arte es educativo en sí, así como la educación es un arte cuando se hace de la mejor manera.
  • El arte en el postconflicto sirve para comprender, para acercarse a una realidad muy compleja.

Reporte desayuno de Paz con Jose Antequera

Desayuno No. 2 de 2015

Invitado: José Antequera

Sábado 31 de enero de 2015

Este reporte se hace con base en lo discutido por los asistentes al Desayuno de Paz.

En esta ocasión el invitado fue José Antequera, hijo del político asesinado José Antequera. Al inicio del conversatorio se realizó una ronda de opinión acerca del papel de las organizaciones de víctimas en la situación actual de Colombia. Algunos puntos mencionados fueron: el acercamiento afectivo que se da hacía las víctimas; la guía y motivación que dan las víctimas a las negociaciones; el interrogante de cómo acercar las víctimas al ciudadano común; y cómo lograr que las víctimas tomen un papel propositivo.Entre las observaciones más importantes del invitado están:-          No se debe rodear sólo los acuerdos, se debe proteger lo que se avecina después de la culminación de las negociaciones en la Habana.

–          El hecho de cómo comprenderse la victimización es mucho más complejo de como normalmente se muestra en la literatura. Ya que el concepto “víctima” es abierto, y da para muchas interpretaciones y justificaciones para tergiversar los hechos.

–          Para analizar la posición de las víctimas en el post-conflicto es problemático el término “víctima”, ya que implica a un sujeto inocente y NO responsable. Concepción que se debe cambiar, para empezar a pensar en la responsabilidad de las víctimas en los hechos violentos que soportaron.

–          Respecto al futuro, es importante: incluir la seguridad y las garantías, para ello se debe cambiar la doctrina de seguridad existente, que justifica cualquier acto atroz en pro de la justicia; aclarar quienes son los verdaderos beneficiados de la continuación de la guerra, y debe existir un acuerdo con las elites sobre la responsabilidad de cada quien, y su aporte al futuro.

Al final del desayuno, se les pidió a los asistentes anotar una idea, duda, pregunta u observación que se llevaban de la actividad. Estos son los resultados:-  Las víctimas son múltiples, son agentes. Tienen poder creador y transformador, y una trayectoria de organización. Son sobrevivientes. Tienen diversas posturas políticas. Pero hay u creciente reconocimiento de superar polarizaciones (ej. víctimas de la guerrilla vs. del Estado) para el bien mayor de la reconciliación, la paz y la democracia. La sociedad civil tiene una responsabilidad frente a las victimas – rodearlas, reconocer su diversidad y humanidad, integrarlas”.-          “Es necesario promover espacios de diálogo político entre víctimas de diferentes horizontes y que de estos diálogos surjan materiales para difundir en la sociedad”.

–          “Desmitificar las víctimas. Como me dijo una vez una víctima líder de su organización, hay que desmontar el “cartel” de víctimas”.

–          “Me llevo la idea de que es muy importante comprender a las víctimas, pero del mismo modo entendiendo que la noción de víctima es amplia, es importante distinguir “comprender” de utilizar esa noción para justificar cualquier posición radical”.

–          “Me llevo la satisfacción de saber que son precisamente quienes más han sufrido la guerra que están haciendo los mayores esfuerzos para acabarla a través del reconocimiento del otro, la tolerancia y el díalogo. Son un ejemplo, un referente y una inspiración para activar procesos de transformación, no sólo colectiva sino sobre todo desde lo personal”.

–          “Me llena de esperanza saber que las víctimas de violaciones cometidas por distintos actores armados comparten un mismo punto de vista acerca de la importancia de valorizar la vida. Esta es una base sólida para un gran trabajo de pedagogía política en la sociedad colombiana”.

–          “Creo que se debe hacer un debate más profundo para poder aclarar varias dudas sobre el proceso de paz, para que la sociedad civil, las víctimas y los propios desmovilizados puedan tener una idea más clara sobre lo que es y lo que se viene en torno a la paz y al país”.

–          “Las víctimas no son un grupo homogéneo. Una agenda sobre las víctimas no debe diferenciar entre víctimas de diferentes grupos. Hay que desmontar esos grupos que se benefician de la violencia y del conflicto”.

–          “Este conversatorio me permitió dimensionar mejor el papel del movimiento de víctimas y lo que implica las dinámicas que en ellos se vienen gestando”.

–          “Las negociaciones se han convertido en un gran pretexto para pensar el país que queremos, y todos los movimientos están haciendo surgir nuevos líderes y ciudadanías”.

– “Víctima como sujeto político. Víctima como ciudadano propositivo. Víctima que sea mucho más que víctima. Necesidad de seguridad. Necesidad de reconciliación, de verdad y de no repetición.

Desayuno de Paz 19

DESAYUNO DE PAZ 19

RELACIÓN ENTRE EL ARTE Y EL CONFLICTO ARMADO

Invitadas especiales: Clemencia Echeverri (artista),

María Margarita Malagón (curadora, historiadora del arte), Yolanda Sierra (abogada, restauradora, promotora de foros sobre arte y conflicto). Y participación especial de: Felipe Tamayo, antiguo reportero gráfico, viajero en bicicleta, artista, víctima y testigo del conflicto

29 de noviembre de 2014

  1. Ronda de opiniones: ¿Cuál es la relación entre el arte y el conflicto armado?

Algunas ideas compartidas: Posibilidad de expresar lo que las palabras no logran;  de sanar, de contar, de transmitir emociones, de descubrir nuevas sensaciones, formas distintas de ver al otro, víctima o victimario.

  1. Clemencia Echeverri presenta su video

La obra surge de su contacto con desmovilizados de los grupos armados en Medellín, entre 2009 y 2010. Dada la confusión y la falta de verdad sobre las actuaciones de los grupos armados, la desinformación en los medios y la dificultad para confiar, Clemencia decidió ir a la fuente en búsqueda de la verdad difícil de encontrar: a los desmovilizados mismos.  Les pidió contar una verdad suya. Reunió el material para transmitir lo que está oculto y para darles voz. Ellos construyeron el material a partir de sus experiencias.

El video expresa la idea del desenmascaramiento, de quitarse la máscara, por lo menos parcialmente. Máscaras, lugar oscuro, momentos de opacidad y claridad. Presencias oscuras y fantasmagóricas. El sonido es otro elemento que causa asombro: voces que se vuelven eco, que se diluyen. El video se expuso en el Museo Nacional y en el MAMBO en un espacio de 52 mts., donde los espectadores iban haciendo un recorrido. El espectador es interpelado e interpela; se comunica con un “fantasma”.

Se trata de una revelación parcial de lo que hicieron los victimarios, de sus historias.  Pero ellos también son víctimas: de sus propios roles de victimarios, de su estar encapsulados, presos en su rol. Son personas que participan, construyen, nos alimentan.  No son vedettes ni personajes.

Se oyen expresiones y confesiones superpuestas y entrecortadas: “limpieza social”, “se mató tanta gente…”, “desplazamiento”, “darles la pena de muerte por desobediencia a sus superiores”, “hay que fusilarlo”, “los heridos…”, “me arrepiento”, “pido perdón”, “guerra absurda”, “perdón por lo que hice”, “hasta dónde pueden llegar las venganzas”, “me arrepiento de la hora en que…” (llanto). Es el vocabulario de la guerra y también de una posible reconciliación.  El pedir perdón humaniza al victimario.

Clemencia explica que el uso de blanco y negro es intencional. No hubiera podido hacerlo lleno de color, aunque  nuestra realidad es muy colorida, aún la violencia. En el blanco y negro (quienes aparecen están vestidos de negro y cubiertos con pasamontañas igualmente negros; la cámara los enfoca del pecho hacia arriba y de frente)  se destaca la mano y la parte de la cara que se destapa.

  1. María Margarita Malagón habla de la relación entre arte y conflicto

Hay que comenzar por especificar qué arte, qué obra, qué artista; hay que referirse a una obra en concreto. No existe el arte sino los artistas. María Margarita dice que en la exposición del MAMBO  “Arte y Violencia desde 1948”, de 1998, notó el contraste entre los primeros artistas y los contemporáneos; son dos lenguajes contrastantes.

En su libro Arte como una presencia indéxica, muestra cómo a partir de indicios en la obra de  arte nos hacemos preguntas críticas que nos ayudan a comprender y vislumbrar una sociedad distinta, un ser humano distinto. Se entiende el gesto como un indicio que nos lleva a explorar las condiciones y las implicaciones de los hechos, y no los hechos mismos. El artista hace que notemos que la indignación que sentimos es compartida, que nos digamos: ¿cómo es posible que esas personas hayan hecho esto? Los signos indéxicos tienen un papel inquisitivo que nos hacen preguntarnos sobre lo incomunicable, el trauma.

Además sugiere el término comprensión empática: pasar de lo intelectual a lo emocional. Las obras de arte van mucho más allá del análisis intelectual.  Ligan lo estético con lo intelectual.

  1. Yolanda Sierra habla de la relación entre arte y reparación simbólica

En su tesis “El arte como medio de reparación simbólica a las víctimas de la violencia”, Yolanda demuestra que los gobiernos han creado monumentos  como reparación a las víctimas de masacres porque las cortes (por ej. la Corte Interamericana de Derechos Humanos -CIDH) así lo ordenan. Se refiere a varias demandas por masacres, como Villa Tina, 19 Comerciantes y La Rochela. En todos estos casos, la CIDH ordenó erigir una estatua. Pero las estatuas son frías. En la mayoría de los casos, no cumplen la función de reparar y son rechazadas por las víctimas, que no se sienten identificadas con ellas.

En esta relación hay tres visiones diferentes de la reparación simbólica: a) el objetivo del Estado en el marco jurídico de la memoria, el perdón y la garantía de no repetición  (Ley 1448); b) la idea que pueden tener las víctimas – su resistencia, su lucha, sus demandas y sus propias maneras de tramitar su dolor; y c) el objetivo del artista, su propia visión del mundo.

Para Yolanda es más efectivo como reparación hacer reconocimiento de las expresiones propias de la gente: por ejemplo, en lugar de un monumento, hacer una escuela para enseñar a tejer, como en Mampuján.  O montar una obra de teatro, como el Teatro por la Paz en Tumaco, una iniciativa de los pobladores con apoyo de la Iglesia y una ONG alemana.  Hay otros ejemplos de manifestaciones de víctimas que llegan a considerarse arte, como las rondas de las madres de Plaza de Mayo.

Esto va en línea con el “Movimiento anti-monumentos” que rechaza los monumentos en el espacio público, pues la atención se centra demasiado en el objeto y al final no se ven. En Bogotá, por ejemplo, hay 780 monumentos en el espacio público, son visibles pero no los vemos e incluso están en un estado indigno.

El arte hoy nos brinda muchas otras posibilidades diferentes al monumento. Lo fundamental es reconocer que el arte nos conduce a preguntarnos cómo y por qué se rompió la conexión entre estos seres humanos y los otros. Permitiéndonos recordar que el victimario también es un ser humano.

  1. Felipe Tamayo cuenta su experiencia artística en zonas de conflicto

En sus viajes en bicicleta lleva “su casa a cuestas” y una galería móvil con imágenes cotidianas: puertas, ventanas, candados, caminos… cuadrados y rectángulos. Las exhibe, a veces las vende. Para Felipe no hay arte en la guerra, por eso él busca que las personas que la sufren se “cambien las gafas” para ver las cosas de otro modo. Que crean en lo que tienen y en lo que son. Comparte su texto, “Instantes precisos/preciosos”.

Su búsqueda es aterrizar a lo esencial. A través de la imagen, busca romper paradigmas, volar fronteras, empoderar a la gente y enseñarle a que cree y que crea; ayudar a que las víctimas en las regiones, se empoderen, a través de la propia imagen, regalándoles su fotografía. Algunos sólo tienen la foto de su cédula, otros no tienen siquiera cédula. Su invitación es a que nos acerquemos a la gente, a donde está el problema, que  no es aquí en las ciudades.

6. Los asistentes conversaron y dejaron ideas resonando en el con-texto

  • El arte va descubriendo sus propias posibilidades, sus propios medios.
  • El arte nos permite establecer contacto directo entre la experiencia propia y lo que está sucediendo, sin la intermediación de los medios.
  • El arte desanestesia; provoca un despertar colectivo.
  • El arte en el posconflicto sirve para comprender, para acercarse a una realidad muy compleja.
  • La obra no le pertenece al artista. Está ahí para todos, para que le demos un sentido, uno que quizás el artista no se imaginó.
  • El arte tiene sus dilemas éticos. No necesariamente se usa para la paz. Puede ser violento. Por ejemplo, la música también se ha usado para torturar.
  • ¿Cómo hacer que el arte nos ayude a respetar al otro?

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Los desayunos de paz son espacios para construir una cultura de diálogo en los que desarrollamos una conversación informal alrededor de un tamal y un chocolate tradicionalmente colombianos. Así recuperamos el valor de la gastronomía como una experiencia en la que compartir nuestra humanidad y respetamos la diferencia. Visita nuestra web www.rodeemoeldialogo.org y síguenos en fb y twitter @RodeemosDialogo

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Desayuno de Paz 15

DESAYUNO DE PAZ 15

Invitada especial: Jineth Bedoya,

Periodista de El Tiempo,

18 de octubre de 2014

Este desayuno se inició con una pequeña presentación de los asistentes, y su respuesta a qué pensaban cuando se les mencionaba “violencia sexual”, donde se obtuvo resultados como: dolor, machismo, impunidad, maltrato, vergüenza, victimización, silencio, ignorancia, necesidad de reparación física y psicológica, desigualdad de derechos, incapacidad del Estado, entre otros.

A continuación Jineth Bedoya relató cómo vivió en carne propia la violencia sexual en el marco del conflicto armado, explicando que compartir es parte del proceso de sanar. Relató cómo en el proceso de una investigación periodística sobre tráfico de armas al interior de la Cárcel Modelo se relacionó con guerrilleros y paramilitares detenidos. Como resultado de la investigación, entre 1998 y 1999, recibió numerosas amenazas. Posteriormente, en una visita a la cárcel para entrevistar a una fuente, fue secuestrada frente al penal y posteriormente torturada y violada. Por la forma cuidadosamente planeada como ocurrieron los hechos, y porque tanto los internos como de los guardianes de la cárcel negaron sistemáticamente conocerla, Jineth sostiene que hubo participación de las fuerzas de seguridad del Estado. En otro momento fue víctima también de un atentado perpetrado por sicarios, que la dejó ilesa pero en el que quedó herida su madre. “Tras estas experiencias parece más fácil morir que volver a vivir” afirmó Jineth. Por eso, insistió en la necesidad de entender la magnitud del dolor de todas las víctimas, más aun cuando intimidación y revictimización continuan. Su relato generó emotivas reacciones entre los asistentes.

Luego salimos al aire libre para realizar una dinámica de grupo. Todos cerramos los ojos y nos tomamos de las manos, formando un círculo para después dejarnos guiar por la moderadora. Formamos una nueva figura que resultó en un “nudo” entre todos; el cual debíamos deshacer para llegar al estado inicial. Esta dinámica generó varias percepciones: (1) para llegar a cierto fin hay que colaborar entre todos, actuar juntos; (2) la importancia de confiar en el otro y saber que si se puede; (3) la importancia de otros los tipos de lenguajes cuando no se puede utilizar el oral; y (4) de actuar con igualdad entre todos, víctimas y sociedad civil.

A partir de las discusiones entre los asistentes se llegó a ciertos consensos importantes a la hora de hablar de las víctimas en el conflicto armado:

  • La agresión sexual se da como un método para controlar y castigar, no solo a hombres, sino también a mujeres. Esta agresión es una acción con tintes políticos, una forma de dejar un mensaje vivo para los demás. Un mensaje que afecta a la víctima no sólo físicamente, sino psicológica, moral y emocionalmente, que le obliga a cambiar el proyecto de vida y toda la vida en sí; aspectos que son muy difíciles de superar.
  • La impunidad es una de las problemáticas más serias en la situación actual de las víctimas que contribuye a su invisibilización. La falta de castigo a los victimarios por parte de las autoridades contribuye a la continuación de las amenazas. La impunidad en muchas ocasiones es producto de que los victimarios son actores importantes en la sociedad y por la participación de autoridades estatales en los actos cometidos contra las víctimas.
  • La normalización del conflicto y más explícitamente de la violencia sexual contra las mujeres, donde estas son tomadas como las culpables, ha llevado a que la sociedad civil se aísle y sea apática con la situación y la necesidad actual de las víctimas de una acción conjunta para su visibilización y la no impunidad.
  • La educación es un tema clave para el empoderamiento de las víctimas y para que estas reconozcan sus derechos y estén dispuestas a exigirlos.
  • El perdón de la víctima al victimario es algo muy subjetivo, ya que existen miles de víctimas de la violencia sexual, y todas ellas lo afrontan de manera diferente. Así, el perdón se torna más que en un principio imprescindible para la paz, en un proceso largo y difícil para lograr la reconciliación.

De aquí se desprendieron ciertas reflexiones y retos en el marco del actual proceso de paz:

  • Es clave que la sociedad entienda y sea menos apática e indolente con la situación de las víctimas, entender la gravedad de su estado y apoyarlas en su lucha por la no impunidad, por la verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición. La sociedad tiene un papel muy importante en estas acciones conjuntas y es hora de ponerse en los zapatos de las víctimas y rodearlas, de forma que éstas logren recuperarse.
  • Es importante la difusión de las historias de las víctimas como un mecanismo para formar conciencia y memoria, para visibilizarlas y para que se entienda la magnitud del conflicto. En esto todos tienen gran responsabilidad, victimas, hombres y mujeres; y la sociedad civil en general.

Hay que propiciar un contexto favorable para que las víctimas luchen por los derechos de las demás víctimas, fortaleciendo así su papel de liderazgo en la reconciliación de la sociedad colombiana.

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DESAYUNO DE PAZ 13

DESAYUNO DE PAZ 13

Invitado Especial: Juan Carlos Rodríguez Raga

Co-director del Observatorio de la Democracia, Universidad de Los Andes

4 de octubre de 2014

En este desayuno discutimos los resultados de la encuesta hecha por la Universidad de los Andes, el Observatorio de la Democracia, y el Latin American Public Opinion Project sobre las posiciones que tienen los ciudadanos respecto a los diálogos en La Habana.[1]

Comenzamos nuestra conversación con una encuesta de opinión entre los participantes sobre la pregunta: “¿Crees que habrá reconciliación en Colombia?” Con 18 contra 2, los asistentes al desayuno creen mayoritariamente que habrá reconciliación, pero no sin ciertas dudas y escepticismo al respecto.

Refiriéndose al estudio, Juan Carlos explicó que la encuesta se realizó entre agosto y septiembre pasados con dos grupos distintos: se hicieron 1.500 encuestas en 47 municipios representativos del promedio nacional, y esto se contrastó con un estudio en 63 de los municipios más afectados por el conflicto armado. Es decir, se encuestó al colombiano promedio y al colombiano promedio víctima.

Juan Carlos reveló grandes contradicciones en la opinión pública frente al proceso de negociaciones gobierno-FARC:

  1. Aunque hay un apoyo mayoritario a la salida negociada del conflicto, los colombianos no están dispuestos a cederle muchas cosas a la guerrilla. Así, más de un 70 % rechaza que participen en política y alrededor del 50 % dice que no aceptaría el resultado de las elecciones locales si las gana un desmovilizado.
  1. Los municipios más afectados por el conflicto están más dispuestos a solucionarlo por la vía negociada y son menos pesimistas que los encuestados en el resto del país. Sin embargo, tanto en las zonas de conflicto como en las que éste no afecta directamente, se evidencia una clara resistencia a hacerles cualquier concesión a las FARC.

En general, se nota un gran desprestigio político de la “marca FARC”. Los colombianos no quieren aceptar lo que propongan las FARC, aun si son ideas aceptables y aceptadas cuando no vienen de las FARC (por ej. revisar los TLC, programas de alfabetización, etc.).

En general hay escepticismo sobre un éxito inmediato del proceso de paz. Los encuestados no ven una solución rápida. Hay conciencia de que los grandes cambios se hacen despacio, pero esa aparente paciencia es muy volátil. Hay escepticismo también sobre si las FARC se plegarían definitivamente a los acuerdos. Se especula que puede haber frentes autónomos y rebeldes que no lo harán.

Desde luego, quedan por acordarse grandes temas como qué tipo de participación tendrán las FARC post-acuerdos y a qué tipo de justicia se someterán.

Juan Carlos señaló que Colombia es un país muy diverso y que Bogotá no es de ninguna manera representativo. En este sentido, es pertinente visibilizar lo que ocurre en las regiones, lo que piensa la gente que vive el conflicto directamente.

La evolución de las cifras con el tiempo demuestra que es posible cambiar ciertas percepciones, lo que es positivo. Pero el contexto político y social en determinado momento puede influir negativamente (por ej. el paro agrario de agosto de 2013 aumentó las actitudes negativas).

Otro resultado sorprendente es el lugar del conflicto en las preocupaciones ciudadanas: durante los años de Uribe, el conflicto era el problema Número 1 para los ciudadanos. Ya no lo es, y ahora la economía, la pobreza, etc. lo son.

Se revela una creciente desconfianza en todas las instituciones. Hasta la Iglesia Católica ha perdido credibilidad. La ciudadanía parece estar cada vez más escéptica frente al poder y a las instituciones que detentan el poder.

Los participantes al desayuno celebraron la invitación a tener acceso a las bases de datos para poder desarrollar otros tipos de análisis. Por ejemplo, para tener una mayor claridad desde una diferenciación de género de las percepciones. También participaron en una discusión interesante sobre la influencia de los medios y el discurso radical de derecha como un elemento central para entender las percepciones que revela el estudio. A pesar que no s llego a un consenso, hubo un reconocimiento que las percepciones de los colombianos en relación con el proceso de paz no solo son producto de los actos de las FARC sino que hay una multiplicidad de factores que influencian su percepción. La falta de conocimiento sobre ciertos temas y de discusión colectiva son elementos que demuestran la urgencia de crear más espacios de diálogo.

[1] García, Miguel, Rodríguez Juan Carlos y Mitchell Seligson, (2014) Cultura Política de la Democracia en Colombia, 2013: Actitudes democráticas en el contexto del proceso de paz. Bogotá: Uniandes, USAID, LAPOP

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Reporte Desayuno de Paz 12

DESMONTANDO MITOS DEL PROCESO DE PAZ 2

Reporte Desayuno de Paz 12

 Bogotá 13 de septiembre 2014

Dada la coyuntura del 13 de septiembre, día en el que se desarrollaba el Foro Internacional de Víctimas, se aprovechó esta oportunidad para desarrollar, en conjunto con la Oficina del Alto Comisinado para la Paz (OACP), un desayuno de Paz entorno a los mitos relacionados con el tema de las Víctimas y su participación en los diálogos de paz.

Parte I

La OACP  presentó una síntesis de los avances en los diálogos en la Habana frente al tema de víctimas, asunto que ha sido central para el Gobierno en el proceso de paz.

A partir del ciclo 27 de los diálogos de paz, las partes iniciaron la discusión en torno al punto quinto de la agenda sobre las víctimas del conflicto armado. A la fecha, se habían realizado 3 foros regionales de víctimas, y uno nacional. Asimismo, se había comenzado a recibir delegaciones de las víctimas en ala Habana.

En el ciclo 28, se creó la subcomisión de género, con el objetivo de verificar que el enfoque de género sea trasversal a los acuerdos de todo el proceso. También se señaló la creación de la comisión que generará un informe sobre los orígines históricos del conflicto armado, como insumo a la mesa de conversaciones en la Habana, antes de finales del 2014.

Por otro lado, la OACP informó a los participantes  sobre los diez principios que guían la discusión del punto de víctimas, los cuales buscan generar condiciones para que las víctimas logren superar su situación de víctimización, y los cuales incluyen:

  1. Reconocer de las víctimas, como ciudadanos sujetos/ y con ejercicio pleno de sus derechos.
  2. Reconocer de las responsabilidades frente a victimizaciones.
  3. Satisfacer y garantía de los derechos de las víctimas.
  4. Facilitar mecanismos de participación directa de las víctimas, no sólo en La Habana.
  5. Esclarecer la verdad, partiendo de acordar el fin del conflicto armado, y la oportunidad de reclamar la justicia.
  6. Reparar a las víctimas, según lo establecido en la Ley de Víctimas (Ley 1448 de 2011).
  7. Garantizar la protección y seguridad, según los derechos fundamentales a la vida, integridad y libertad de las víctimas.
  8. Garantizar la no repetición de la victimización.
  9. Garantizar la reconciliación.
  10. Garantizar un enfoque de derechos de las víctimas.

Estos principios tienen base jurídica a través de la implementación del Marco Jurídico para la Paz, el cual  permite aplicar mecanismos de justicia transicional. El marco aún debe ser normatizado para posibilitar su implementación, a través de Leyes Estatutarias.

Parte II

Los participantes tuvieron la oportunidad de generar preguntas, inquietudes o comentarios en torno a los mitos relacionados con el tema de las víctimas en la Habana. Estas son algunas preguntas:

  1. ¿Cómo se garantiza la protección de las víctimas que han participado y participarán en la mesa de negociación, ya que muchas de ellas han denunciado haber sido objeto de amenazas una vez retornan de la Habana?
  2. ¿Por qué participan en la mesa de negociación víctimas que no solo fueron víctimas por parte de hechos perpetrados por las FARC, sino también por otros actores armados (Paramilitares, actores estatales, ELN, y otros?
  3. ¿Cómo puede garantizársele a las víctimas derechos a una justicia retributiva, donde se sanciona al perpetrador, a través del Marco Jurídico para la Paz?
  4. ¿Cómo el gobierno hace contrapeso al cuestionamiento de la condición de víctimas por parte de las FARC, como por ejemplo el caso de Clara Rojas?
  5. ¿Cómo diferenciar a las víctimas de los paramilitares y de las víctimas de las “Bandas Criminales” o “BACRIM”?.

También se hicieron comentarios más amplios:

  1. Se cuestionó si las víctimas están realmente al centro de la discusión. Algunos participantes señalaron que hasta antes de este proceso las víctimas han permanecido silenciosas y poco tenidas en cuenta.
  2. Sobresalió la preocupación sobre el rol de los medios de comunicación, ya que hacen eco a las críticas, y no siempre informan objetivamente. Por lo cual se sugirió a la OACP mejorar las estrategias informativas.
  3. Se señaló que es esencial revisar cómo actúa la sociedad civil frente a las víctimas; si se les rodea o al contrario se les estigmatiza y persigue mediáticamente.
  4. Se anotó que existe aún en varias regiones de Colombia mucho miedo de hablar sobre los hechos victimizantes ocurridos. Además porque, se señala y estigmatiza a las víctimas frente a una supuesta búsqueda que únicamente prioriza una compensación económica.
  5. Un reto para garantizar los derechos de las víctimas es la debilidad de las entidades estatales. Por tanto, se señaló la urgente necesidad de fortalecer el Estado de Derecho, así como de garantizar la presencia estatal en regiones permeadas por décadas de conflicto armado.
  6. Un gran reto una vez firmada la paz será la integración de las víctimas y los victimarios a la sociedad. Por consiguiente, se sugiere pensar alternativas de generación de ingresos y productividad para que puedan tener calidad de vida en el marco del post-conflicto. Por otro lado, se propone fortalecer la extinción de dominios y capitales ilícitos pertenecientes a los desmovilizados para lograr la reparación de las víctimas.
  7. Se señaló la necesidad de aceptar las responsabilidades por parte de todos actores armados, así como ser incluidos en el marco de una futura Comisión de la Verdad.

Parte III

Frente a algunas de las preguntas y comentarios presentados, algunos mitos entorno al tema, la  OACP, señaló lo siguiente:

  1. Cuando las víctimas han sido amenazadas, sus casos son remitidos a la Unidad Nacional de Protección, entidad del Estado encargada de valorar el grado de riesgos que tiene la víctima y generar alternativas de protección.
  2. Dado que el objetivo principal es el de generar condiciones para la paz y la reconciliación en Colombia, los diálogos de paz en la Habana permiten generar espacios donde todas las víctimas del conflicto armado interno, víctimas de múltiples actores armados, sean escuchadas. Se han recibido cerca de 3,000 declaraciones de víctimas y más de 5,000 propuestas a la mesa de negociación por parte de las víctimas y la sociedad civil en general, además de los informes generados por los Foros de víctimas que se han realizado en regiones, a nivel nacional e internacional.
  3. El objetivo de la participación de las delegaciones de víctimas en la mesa de negociación ha sido abrir un espacio de escucha para las partes en la Habana; que cuenten su historia, que a pesar de no ser necesariamente representativas de todas las historias de victimizaciones, sensibilicen sobre la fractura social generada por el conflicto armado. Sin embargo, como vimos antes, esta participación de las 60 personas víctimas, no ha sido el único mecanismo de participación.
  4. A través del Marco Jurídico para la Paz no se darán amnistías generalizadas. Lo que se busca es la priozación de los crímenes a ser juzgados, con énfasis en los crímenes de lesa humanidad, ello con el objetivo de garantizar celeridad en los procesos judiciales, ya que de lo contrario el sistema judicial podría saturarse con crímenes menores. El Marco Jurídico para la Paz busca identificar y juzgar a los máximos responsables de los crímenes; ello no necesariamente implica la responsabilidad unicamenete por ser los de mayor jerarquía en la estructura militar del grupo armado, sino por ejemplo su participación en el número de muertes y su responsabilidad intelectual.
  5. Marco Jurídico para la Paz busca integrar todos los instrumentos jurídicos para la reparación de las víctimas y la construcción de paz. En este sentido, la OACP ha identificado que muchas víctimas tienen una gran necesidad de conocer la verdad: quién fue su victimario y por qué perpetraron el crimen, antes que buscar la sanción de los perpetradores, y sobretodo tener las garantías de no repetición.
  6. Por último, coinciden con los asistentes en que se requiere mejorar las estrategias de información por parte del Gobierno, con el objetivo de generar pedagogía sobre el proceso de paz. La OAPC está abierta a participar en espacios como los Desayunos de Paz de ReD, y también ha generado piezas informativas como la Cartilla sobre los diálogos de paz, la cual se está difundiendo ampliamente a nivel nacional.