Comunicado Refrendación del Acuerdo Final
4 de octubre de 2016
El domingo 2 de octubre, una parte de la sociedad colombiana se expresó a favor y en contra de los acuerdos, el margen entre ellas fue 0,4%. Tristemente la gran mayoría estuvo ausente: la abstención superó el 62%. Nuestra invitación desde hace cuatro años ha sido que los colombianos recuperemos el poder del diálogo. Hoy más que nunca hacemos este llamado.
Reconocemos que el proceso de paz cambió la forma de resolver el conflicto armado. Hoy quienes eran opositores al diálogo abogan por este camino. Terminar el conflicto militarmente ya no tiene legitimidad. Esto es una ganancia para la construcción de una nación pacífica, que se logró gracias al esfuerzo del Presidente Santos y las FARC.
Llamamos a la comunidad internacional, a los países garantes y acompañantes, a las Naciones Unidas, y al Papa Francisco, además de los enviados especiales de Estados Unidos, la Unión Europea y Alemania, a seguir rodeando a los equipos negociadores, y a usar sus buenos oficios para crear puentes entre los colombianos.
Es fundamental proteger el Acuerdo Final. En estos últimos dos años hemos vivido los niveles más bajos de violencia en el marco del conflicto armado. La tranquilidad que se vive en varios territorios inspiró el voto de muchas personas por el Sí. Nos duele que los primeros beneficiados por este acuerdo, las víctimas y los habitantes de las zonas más afectadas por el conflicto que en su mayoría votaron a favor, queden en la incertidumbre frente a la implementación de los acuerdos, una tarea urgente que no da espera.
El triunfo del No tiene un sabor agridulce porque la campaña en contra del acuerdo no fue transparente. Tristemente se desaprovechó la oportunidad de promover un diálogo informado sobre los efectos perversos que nos ha dejado la guerra. Reconocemos que esta es la tarea pendiente en el camino de la reconciliación.
Valoramos las declaraciones de las FARC, del Gobierno y del Centro Democrático porque en vez de ahondar en la polarización promueven el diálogo. Sabemos que no será un diálogo fácil. Pero es necesario para evitar volver a la confrontación armada y para desmontar la legitimidad del uso de la violencia de derecha y de izquierda.
Colombia necesita un pacto amplio y ese pacto sólo se puede construir escuchando a la sociedad civil. La etapa de la negociación ha terminado. La refrendación no se acaba en el plebiscito, el respaldo amplio al acuerdo exige un Diálogo Nacional. Ni Uribe, ni Santos, ni las FARC pueden hoy reclamarse nuestro derecho a deliberar y encontrar el mejor camino para que se construya la paz en Colombia. Además, invitamos al ELN a unirse a este diálogo; el momento nos llama a sentar bases sólidas de reconciliación en Colombia, sin vencedores ni vencidos. Llevemos la #PazALaCalle.
Rodeemos el Diálogo