Condenamos los asesinatos de 7 ex-integrantes de FARC en lo que va corrido de 2022
Las próximas elecciones, en las cuales Colombia va a elegir congreso y presidente, son fundamentales para el proceso de reconciliación porque de la voluntad política del gobierno y el mandato con el cual es elegido depende la próxima fase de implementación del acuerdo y la construcción de una paz estable y duradera.
En lo corrido del año 7 ex integrantes de las FARC-EP firmantes del acuerdo de paz han sido asesinados. El lunes 21 de febrero Fabián Rodríguez fue asesinado en Ipiales-Nariño. Al día siguiente Vladimir Valbuena, candidato al senado del partido Comunes sufrió un atentado en Tibú-Norte de Santander. El jueves 24 de febrero otro hecho violento resultó en la muerte del líder y firmante de la paz Jorge Santofimio y dejó a 3 personas heridas en Puerto Guzmán-Putumayo, incluyendo niños. Paralelamente, el mismo jueves en Tuluá- Valle del Cauca el candidato a la Cámara de Representantes del Partido Comunes Jair Torres sufrió un ataque en el cual murió su escolta y también miembro del partido Comunes Luis Caicedo.
Rodeemos el Diálogo manifiesta su apoyo y solidaridad con las personas en proceso de reincorporación firmantes del Acuerdo de Paz ante los hechos de violencia que han venido sufriendo en los últimos días y desde hace 5 años que dejaron las armas. Valoramos su compromiso con la paz y lamentamos profundamente que esto represente un peligro para ellos y sus familias. Pedimos al gobierno nacional cumplir con lo pactado en el Acuerdo de Paz, garantizar la seguridad de los firmantes y crear condiciones que permitan su participación política efectiva. Así mismo, hacemos un llamado a los actuales candidatos al Congreso de la República y les invitamos a que en sus propuestas se incluya un fuerte compromiso con la implementación del Acuerdo de Paz, pues es con esta herramienta que se podrá conseguir una paz estable y duradera en nuestro territorio.
Las garantías a la vida, la participación política y ciudadana efectiva son fundamentales para la construcción de paz y reconciliación. Por ello, manifestamos nuestra profunda preocupación por cada vida que se pierde, tanto de las personas en proceso de reincorporación, como de los líderes y lideresas sociales, indígenas, afro y campesinas que mueren a diario en Colombia, y ven en la implementación real del Acuerdo de Paz una importante oportunidad de cambio.
A partir de nuestros principios instamos al respeto a la vida y a la diferencia, a la solidaridad con cada víctima de la violencia y sus familias, a la generosidad para compartir esta información, a la honestidad para dialogar acerca de lo que está pasando y a la autocrítica para revisarnos como sociedad civil y la corresponsabilidad porque depende de cada uno de nosotros construir una nueva narrativa alrededor del valor de la vida y la no violencia.