CUARTO DESAYUNO DE PAZ
CUARTO DESAYUNO DE PAZ
Bogotá, sábado 3 de mayo de 2014
Durante el cuarto Desayuno de Paz trabajamos tres planos: el conflicto en las regiones lejanas de nuestra realidad; la Habana y Bogotá, donde la mayoría de los participantes tenemos nuestros proyectos de vida.
Las regiones
Pensamos en las diferentes formas de victimización, desde la violencia sexual como arma de guerra, hasta el desplazamiento forzado, pasando por los montajes judiciales. Luego hicimos una lluvia de ideas sobre las experiencias que generan estas tipologías de victimización, desde los efectos psicológicos individuales, como la pérdida de proyecto de vida, el miedo, el trauma y el resentimiento, hasta los efectos en el tejido social, como el control social como efecto de miedo, la pérdida de confianza en el Estado y los impactos en las relaciones en el hogar. Entre los ejemplos actuales de victimización y conflicto, mencionamos el control social y las casas de pique en Buenaventura (y la zona humanitaria que se ha establecido allí como forma de auto protección de una comunidad), los combates entre paramilitares, guerrilla y ejército en el oriente antioqueño y Santander, la extorsión y corrupción en La Guajira, y casos de violencia sexual en Barbacoas (Nariño) el pasado mes de abril.
La Habana
Recordamos que los equipos negociadores deben tener en cuenta la realidad compleja de las regiones. Leímos el discurso del Alto Comisionado para la Paz Sergio Jaramillo en la Universidad de Harvard, que trata sobre las propuestas del gobierno para implementar después de la firma del acuerdo final las políticas que hagan realidad una reforma agraria integral y la participación política de excombatientes de las FARC con un enfoque regional diferencial y con una coordinación inter-institucional.
Tuvimos emociones encontradas respeto al tono del discurso que busca animar a la sociedad colombiana a tener optimismo sobre el proceso de paz. Es difícil ser optimistas respeto a un proceso tan complejo, cuando están negociando solamente dos actores armados y no están los paramilitares, además cuando hay tantas presiones de diferentes lados y mucha polarización.
Sin embargo, nos dimos cuenta que hay muchas razones para ser optimistas debido a los grandes cambios que notamos en el país, como la proliferación de conferencias sobre la paz donde se incluyen también las víctimas y las múltiples iniciativas de la sociedad civil que buscan apoyar al proceso de paz desde la base. En ese sentido, resaltamos del discurso del Alto Comisionado la distinción que hace entre el fin del conflicto entre el gobierno y las FARC y la construcción de paz – un proceso mucho más lento, que debe fortalecerse con el compromiso de todos los ciudadanos.
Bogotá
Nos preguntamos ¿qué vamos a hacer en nuestra vida cotidiana para construir la paz? Hicimos propósitos de compromiso ciudadano y plasmamos recomendaciones para todos los colombianos, tanto dentro como fuera del país, y en el corto, mediano y largo plazo:
1. Ser más proactivos en la búsqueda de información sobre el proceso de paz y no quedarnos en el escepticismo de una opinión poca informada;
2. Hablar con los amigos, la familia, y la gente en nuestro entorno diario respeto al proceso de paz para compartir la información que tenemos y escuchar sus opiniones, con el propósito de promover la importancia de la responsabilidad de cada uno en la construcción de una paz integral;
3. Ser más respetuosos y tolerantes ante las opiniones diferentes a las nuestras;
4. Organizar modelos empresariales socialmente responsables, donde haya un clima favorable para el desarrollo y bienestar personal de todos los empleados, porque el sector privado tiene un rol fundamental en la creación de condiciones que puedan facilitar la justicia social;
5. Promover el respeto, evitar la agresión y pensar en formas de comunicación no violentas;
6. Informarnos sobre los programas de cada candidato presidencial, en particular sobre la construcción de paz, para decidir cómo usar nuestro voto de forma responsable pensando en nuestro futuro;
7. Seguir participando en espacios donde nos formamos, nos informamos y dialogamos sobre el tema de la paz.
Dejamos nuestros propósitos como recomendaciones porque sentimos que como sujetos políticos podemos generar impactos desde lo humano entre los seguidores de ReD y miembros de otras redes sociales y pensamos que está es una oportunidad fundamental para compartir y construir paz.