Desayuno de Paz N. 29: Proceso de paz y medio ambiente en Colombia
Desayuno de Paz N. 29
Invitada: Brigitte Baptiste, Directora del Instituto Alexander von Humboldt
Tema: Proceso de paz y medio ambiente en Colombia
22 de agosto de 2015
Brigitte Baptiste es desde hace cinco años la directora del Instituto Alexander Von Humboldt, una entidad de carácter mixto que se ocupa de la biodiversidad en Colombia, en el territorio comprendido por sus fronteras terrestres y las costas. Es bióloga de la Universidad Javeriana, con una maestría en Conservación y Desarrollo Tropical de la Universidad Internacional de Florida. Fue docente e investigadora de la Facultad de Estudios Rurales y Ambientales en la Universidad Javeriana de Bogotá.
La conversación giró en torno a cuatro puntos: 1) La falta de reflexión sobre la relación entre los seres humanos y la naturaleza. 2) La poca conciencia que hay en Colombia sobre la importancia de la vida biológica y su conservación. 3) La afectación de la biodiversidad por el conflicto, y 4) El futuro de la diversidad biológica una vez se firmen los acuerdos de paz.
Brigitte sostuvo que nos hace falta tomar conciencia sobre las interacciones entre el ser humano y la naturaleza en lo que se refiere al conflicto en Colombia. Considera que es importante hacer mención explícita a nuestra biodiversidad en los diálogos de La Habana, aunque el tema esté implícito en los acuerdos cuando se refieren al agro y los cultivos ilícitos.
Reflexionó acerca de la poca conciencia que tenemos sobre la gran diversidad biológica de Colombia: “nosotros no vivimos en nuestro país, tenemos una mirada muy superficial del territorio.” Cada vez es más, las nuevas generaciones no tienen ningún vínculo directo con el campo: mientras que las generaciones anteriores en su mayoría venían directamente de las zonas rurales, o tenían familiares en el campo. Esto hace que los jóvenes sean ajenos e indiferentes a la realidad de la biodiversidad colombiana. Este desconocimiento es a la vez causa y consecuencia del conflicto.
Sobre las distintas maneras como se ha visto afectada la biodiversidad por el conflicto en Colombia, Brigitte manifiesta que hay una falta evidente de protección estatal de los territorios diversos y que hacen falta regulaciones específicas en la forma como las personas, las empresas y otros sectores se relacionan con el entorno natural. En el marco del conflicto cada actor armado tiene su forma de acceder a la biodiversidad, y estas concepciones en un proceso de confrontación armada entran en disputa. Ejemplo de ello es que las fuerzas armadas no tienen en cuenta el impacto ambiental en el desarrollo de operativos, bombardeos y fumigaciones en territorios biodiversos, mientras que la insurgencia también causa grandes afectaciones buscando garantizar su seguridad. Por su parte, las organizaciones indígenas y campesinas, que tienen sus propios procesos organizativos, han aprendido a valorar los recursos naturales, y adoptan medidas para conservar la biodiversidad. Aunque existen figuras institucionales de ordenamiento territorial como las Zonas de Reserva Campesina, los espacios de toma de decisiones en el marco de dichas figuras son cooptados por intereses particulares en detrimento de la participación de la población en el diseño de políticas públicas para los territorios. Por tanto, mientras no haya regulación y controles no habrá mayores cambios, luego de la firma de los acuerdos.
Por otra parte, la poca importancia que el Estado ha dado a lo rural se evidencia en que hacía más de cuarenta años el país no había hecho un censo agropecuario. También cabe la discusión sobre las políticas de seguridad alimentaria, lo cual atañe a las prácticas de cultivo que tienen los campesinos en los territorios rurales y a la distribución de la tierra.
Una iniciativa que abre gran expectativa es la de promover el ecoturismo. Aquí se debe contemplar la oportunidad de participación de las comunidades en las regiones, y no dejar estos desarrollos solo en manos de los grandes capitales.
Las preguntas de los asistentes giraron en torno a: las iniciativas de las organizaciones de base rurales para la conservación de la biodiversidad; el nexo entre la conservación de la vida y las concepciones ancestrales del territorio que tienen los pueblos indígenas; las posibilidades de participación que tiene la población colombiana en el diseño y la formulación de políticas ambientales una vez firmados los acuerdos de paz; el despojo de territorios colectivos y la resistencia social al respecto; el cuestionamiento a la explotación de recursos naturales por empresas extranjeras y las oportunidades que éstas tienen de contribuir a la conservación de la biodiversidad; y la conveniencia de discutir el proyecto económico del país en La Habana.
En respuesta, Brigitte sostuvo que evidentemente el proyecto económico de Colombia no se está discutiendo en La Habana. Tanto el modelo económico como la conservación de la biodiversidad están relacionadas con los proyectos individuales y colectivos de subsistencia de las personas, y con la forma como los seres humanos dan sentido a sus vidas. Esto necesariamente atraviesa la cultura. Finalmente, se refirió a la problemática del cambio climático, de cuya dimensión no somos conscientes y no nos estamos preparando para darle respuesta adecuada. Cita el caso de los arroceros y los cafeteros, que mantienen sus mismas prácticas, mientras que algunas empresas multinacionales sí están proyectándose con esa perspectiva. Por último, señaló que debe haber iniciativas concretas de gestión ambiental que estén construidas con el aporte del Estado y los diferentes sectores sociales de Colombia.