Desayuno de Paz No. 4 de 2016

Invitado: Pedro Vaca. Director Ejecutivo de la Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP

Serie: Medios de comunicación y construcción de paz

13 de febrero

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Abogado de la Universidad Nacional y cofundador del movimiento social “Hijos e hijas contra la impunidad”, Pedro ejerció como abogado de víctimas en el colectivo José Alvear Restrepo; hace tres años se vinculó a la FLIP como abogado representante de periodistas víctimas de violencia mientras ejercían su profesión, y desde el 2013 es el Director Ejecutivo de esta fundación.

El valor de la libertad de expresión

Inicia con la cita de Javier Darío Restrepo: “La libertad de expresión no es decir lo que uno quiere, sino poder decir lo que uno debe”, y explica por qué no comparte esta definición: la libertad de expresión (LE) es un derecho genérico, mientras que la libertad de prensa (LP) es un derecho específico que se basa en un contrato tácito. Mientras que la LE sirve para decir lo que uno quiere incluso equivocarse, ofender o mentir, en la LP por el contrario, se entiende que un periódico se compromete con la audiencia a brindar contenidos de interés público. Diferencia información de opinión: la información está relacionada con la verdad y tiene un proceso de verificación importante, salvo cuando se está cubriendo una emergencia donde hay posibilidad de equivocarse. Pero en un reportaje o una investigación que lleva realizándose por un tiempo, no debe haber error. También, cuando el periodismo se centra en las reacciones de personas (políticos, otros periodistas, etc.) frente a hechos, se podría decir que se está faltando a ese pacto tácito, pues los procesos de verificación no se están haciendo.

La opinión, en cambio, no tiene por qué ser cierta y de esa mezcla entre información y opinión las personas nos hacemos una imagen de la realidad. Debe entonces haber más rigurosidad, pero sin limitar la LE, ya que el periodismo debe responder a una población diversa, con contenidos para todos, desde temas transcendentales hasta cosas de farándula y deportes.

Los retos para el periodismo en Colombia

A la pregunta sobre los retos Pedro menciona que en general no se tiene en cuenta el entorno de los periodistas. En 1996 la FNPI, Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, estableció un sistema de monitoreo para hacer seguimiento de las condiciones en las que se ejerce la profesión, así como brindar protección a los periodistas. Esto ha permitido establecer que los actores violentos, los motivos y las formas de agresión cambian dependiendo de la región, el tema y el momento. Al respecto Pedro habla de tres periodos importantes: 1) En los 80, la violencia asociada con el narcotráfico se disparó, el debate de extradición de colombianos en la constituyente fue el gran tema; en esta década asesinaron tres periodistas de El Espectador, entre ellos Guillermo Cano. 2) Entre 1998 y2002, durante el proceso de paz del Caguán y el auge paramilitar, los temas giraban alrededor del conflicto y la corrupción, y la violencia no discriminaba entre ciudades grandes o pequeñas. 3) Desde 2005, los homicidios de periodistas disminuyeron pues se intensificaron las acciones para proteger a la prensa y se obligó a hablar del asunto públicamente con la consecuencia de un aumento en el costo político asociado a los asesinatos y las agresiones. Así, se pasó de diez asesinatos en el 2000 a dos en el 2015.

A la pregunta sobre la autocensura Pedro responde que se da de diferentes formas y promovida desde todos los sectores y personas, con 3 efectos principales: a) alguien que está hablando sobre un tema no puede seguir haciéndolo; b) Se dejan de lado temas que son importantes y hace que la sociedad se prive de conocerlos; y c) El chilling effect, es decir, la autocensura que se da como consecuencia de acciones violentas hacia otros periodistas.

La región comunicativa para el proceso de paz

Se preguntó por la definición de este concepto y las implicaciones de estas regiones comunicativas en términos del posconflicto. Pedro explica que la región comunicativa[1] surge para desligar la idea de región de las divisiones políticas en Colombia, ya que éstas no reflejan la realidad. Por ejemplo, Medellín y Urabá son muy diferentes siendo el mismo departamento. Habla de la falta de pluralidad en las regiones apartadas como el Guaviare donde para cuatro municipios hay solo quince periodistas, la mayoría empleados del Gobierno y ninguna rotativa, luego no hay medios impresos, mientras que MinDefensa posee las tres emisoras comunitarias. Nos cuenta que en Colombia, el Ministerio de Defensa tiene 108 frecuencias radiales mientras que Señal Colombia tiene solo 54, con lo cual a muchos lugares solo llegan emisoras de carácter militar. Además, hay en estas regiones emisoras de la guerrilla como La Voz de la Selva en Caquetá, así como de iglesias cristianas. El criterio de la FLIP no es que no existan estos medios sino que debe haber mayor pluralidad que favorezca un balance en las comunicaciones. Debería haber un equilibrio entre los medios comerciales, públicos y comunitarios.

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Reflexiones finales

El rol de la FLIP en La Habana no es protagónico, sino de escucha y generación de reflexión sobre la libertad de expresión. Pedro ve pertinente que lo que se desarrolle en la Comisión de Verdad, se emita por vía radial y que sería deseable que a ella se vinculen periodistas. A la vez, evidencia su preocupación por intentar poner el título de la paz a la financiación de los contenidos, pues ya no sería un fondo para la pluralidad, sino un fondo para propagandas de un momento específico. Se dejó en el aire la tendencia privatizadora de los medios (en todo el continente). Pedro vuelve a hacer un llamado a que se abran las conciencias a todo tipo de contenidos, recuperando así nuestra capacidad de asombro. Se llama a la solidaridad con los periodistas que han sufrido por informar en medio del riesgo.

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[1] Según el informe ‘La palabra y el silencio’ del Centro Nacional de Memoria Histórica, “región comunicativa (…) hacer referencia tejido comunicativo que hay en la regiones, por el cual es posible la producción, el intercambio y la apropiación social de significaciones sociales, políticas, económicas y culturales entre sus habitantes, grupos y entramado institucional. Recuperado de: http://centrodememoriahistorica.gov.co/micrositios/periodistas/pdf/cap4-la-palabra-y-el-silencio-violencia-contra-periodistas.pdf