Desayuno de Paz No. 2 de 2017

Desayuno de Paz No. 2 de 2017.

Invitada: Juliana Hernández (activista de Paz A la Calle)

Tema: El papel de la sociedad civil en la construcción de paz

Enero 28

En este desayuno se conversó con Juliana Hernández, profesional en finanzas y relaciones internacionales y activista de #PazALaCalle, sobre el papel de la sociedad civil en la construcción de paz, en el contexto de la implementación de los acuerdos de La Habana.

La conversación estuvo guiada por tres ejes generales: El primero, fue un recuento histórico del proceso de construcción del movimiento ciudadano Paz a la Calle, sus transformaciones y su horizonte. El segundo, fue la preocupación de mantener un movimiento ciudadano fuerte que se mantenga en el tiempo, en la magnitud observada en las marchas multitudinarias posteriores al 2 de octubre de 2016. Finalmente, se habló sobre el movimiento de veeduría ciudadana en el Congreso de la República, llamado #OjoALaPaz.

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El nacimiento de Paz A La Calle

Luego de los resultados del plebiscito del 2 de octubre de 2016, donde ganó el No, se convocó a una asamblea abierta el 3 de octubre en el Park Way –un parque en el barrio La Soledad en Bogotá. Allí, ciudadanos y ciudadanas tuvieron la posibilidad de discutir sobre la coyuntura en que estaba inmersa Colombia y sobre el papel de la ciudadanía para contribuir a la unidad en tiempos de polarización. Es en ese lugar donde nació el movimiento ciudadano Paz A La Calle.

Como primer proyecto se planteó respaldar la legitimidad de la mesa de La Habana, defender la esencia de los acuerdos y presionar por que se lograra pronto un nuevo acuerdo. De este modo procedieron a la construcción de un decálogo que reclamaba principalmente el respeto por el enfoque de género en los acuerdos, la independencia de los acuerdos frente a las élites políticas nacionales, el apoyo a la mesa de negociación con el ELN y el apoyo a las movilizaciones multitudinarias de los días siguientes.

El Crecimiento

El movimiento se extendió a lugares como Medellín, Barranquilla, Barcelona, y a otros barrios dentro de Bogotá. Con el tiempo, Paz a la Calle ha transformado y organizado para dar un acompañamiento más efectivo al nuevo acuerdo, por medio de diferentes comisiones entre las cuales Juliana menciona las siguientes: jurídica, género, diálogos espirituales, paz territorial, organizativa y de comunicaciones.

Ahora bien, luego de La refrendación del acuerdo final por el Congreso de la República, los objetivos iniciales trazados por Paz a la Calle quedaron obsoletos. Es así como el movimiento debió repensarse y planear un nuevo rumbo, con propuestas que guiaran su horizonte. Así, los nuevos retos internos del movimiento implican: organizarse internamente como un proceso descentralizado y de alcance nacional, definir un nuevo decálogo, planear una manera de hacer pedagogía de los acuerdos, continuar y mantener la horizontalidad, es decir sin estructuras jerárquicas, sin representantes y encontrar la mejor manera de comunicarse y tomar decisiones con esas condiciones. Adicionalmente expone unos retos externos: mantener una masa ciudadana movilizándose, así como también activar la vinculación de más personas, fomentar una articulación territorial del movimiento y una articulación del poder ciudadano y el poder institucional de una manera legítima y autónoma.

La levadura

Otro tema abordado fue el auge de la movilización que se vio por las calles bogotanas y del país –entre lo más recordado estuvo la Marcha de las Antorchas, como la llamaron en redes sociales–, que sin embargo con el paso del tiempo se fue perdiendo al decaer la fuerza de la movilización. Al respecto Juliana hizo una analogía con la teoría de Helen Fisher sobre cómo funciona el amor: los colombianos hacemos política pasionalmente, nos falta pasar del amor romántico al amor racional para que sea sostenible en el tiempo.

Según Fisher el amor tiene tres etapas: Una es la etapa del impulso sexual donde afloran las pasiones, luego viene el amor romántico y en él se idealiza y se quiere buscar un objetivo y por último llega un amor de apego donde se aprende a convivir, por lo mismo dura muchos años.  Juliana plantea que, así mismo , en un momento de apasionamiento los colombianos salimos salen multitudinariamente a la calle, comprometidos con la coyuntura nacional, pero luego que la pasión se acaba ese impulso termina. Son pocos los que llegan al momento del apego para perseguir sistemáticamente el objetivo de la paz.

Así, actuamos políticamente guiados de la emocionalidad pero no de la razón. Si fuera al contrario sería posible generar procesos que se mantengan en el tiempo como una masa crítica. La levadura necesaria para hacer crecer la masa son las personas comprometidas de lleno con la causa. Este fue un punto rebatido: Desde el público se contrapuso la idea de que a falta de inteligencia emocional es que las masas no afloran y que por el contrario, opciones de derecha sí saben usar esa emocionalidad para conseguir objetivos políticos. Se concluyó que es necesario hacer una integración entre la emocionalidad y la racionalidad.

El futuro: Ojo A La Paz

La ciudadanía tiene el poder para propiciar que la paz sea eficaz y que la implementación no se vea obstruida o modificada en el desarrollo de la legislación. Ojo A La Paz nace como un proyecto de veeduría ciudadana, integrado por varios de los grupos surgidos del 2 de octubre y otros, como Rodeemos el Diálogo. Este movimiento, asume la responsabilidad de acompañar los procesos legislativos en el Congreso de la República para la aprobación de los 40 proyectos de ley que posibilitarán la implementación de los acuerdos de paz entre el Gobierno y las FARC-EP en un periodo de seis meses. Se decidió que el tipo de veeduría consistirá en hacer presencia en Senado y Cámara, comunicar lo que allí sucede, buscando incidir en las decisiones de los políticos.

Este movimiento se ha planteado unos objetivos: compromiso con la democracia, el país y la paz, velar por una implementación eficaz y garantizar que los congresistas cumplan su trabajo en los horarios determinados o de lo contrario denunciarlo y hacerlo público. El movimiento tiene puntos por mejorar, como el manejo de la información a la hora de hacer veeduría, además de su papel de pedagogía. Juliana resalta el proceso legislativo enfrentará un momento difícil ya que los congresistas entrarán en campaña para ser reelegidos y no cumplirán en orden con su trabajo. Otra misión tiene que ver con apoyar la participación ciudadana que alimentará la negociación con el ELN, y llegar a las regiones con pedagogía que haga comprensible el proceso que se está llevando a cabo.

Reflexiones finales

Paz A La Calle es una expresión de la sociedad civil que surge en un momento de crisis en la construcción de paz. Juntos, con ReD, que nació hace 5 años con el mismo propósito, nos sumamos en la apuesta por hacer veeduría de la implementación del acuerdo Gobierno-FARC y participar en la negociación Gobierno-ELN.