Desayuno de paz No.39 de 2016

Invitado: Manuel Llano, del Campamento por la paz

Tema: Una apuesta ciudadana para la construcción de paz

12 de noviembre

Para comenzar y conocer un poco de nuestro invitado le preguntamos sobre su trayectoria antes de llegar a ser uno de los fundadores del campamento por la paz que se instaló en la Plaza de Bolívar de Bogotá a los pocos días del plebiscito del 2 de octubre. Manuel nos cuenta que después de estudiar diseño industrial y bellas artes se formó en psicoterapia holística y economía para la transición. Estuvo trabajando con el gobierno en proyectos de innovación social y cuando inició la campaña para el plebiscito, con un grupo de amigos empezó a promover iniciativas ciudadanas por el SÍ.

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La gestación del campamento

El día del plebiscito estuvieron presentes en la sede de la campaña en el Hotel Tequendama donde estaba todo preparado para celebrar el triunfo, así que el inesperado resultado al vencer el NO se vivió de una manera muy emotiva y fue una decepción muy grande. Manuel piensa que esto trajo algo que al país le faltaba: aterrizaren la realidad y mostrar las dinámicas que existen en la sociedad. A la vez, cree que en la campaña institucional por el SÍ la publicidad mostraba un país ideal en el que la gente seguramente no creyó. Ante el nuevo escenario, con su grupo sintieron que había que actuar frente al temor que surgió en ese momento de que se volviera a la guerra, o de que nuevamente se utilizara la guerra como instrumento de campaña política para acceder al poder.

Así surgió la idea de acampar en la plaza de Bolívar. El 5 de octubre se realizó la Marcha del Silencio y, a diferencia de lo que suele ocurrir,  al terminar la gente se quedó en la plaza mucho rato, hubo música, y al final invitaron a quienes quisieran unírseles para quedarse a acampar. La primera noche hubo siete personas en tres carpas  y poco a poco se fueron sumando otros; a la fecha llevan 38 noches y han llegado a más de 200 personas. Desde el principio impulsaron una estrategia de difusión en medios para evitar que los sacaran a la fuerza.

Organicémonos…

Desde el principio fue clara la apuesta política del campamento como ejercicio de presión para exigir una pronta salida a la situación de incertidumbre originada con el resultado del plebiscito. Pronto debieron enfrentar otros retos prácticos como el manejo de la convivencia, la alimentación, la higiene, la seguridad y la comunicación con los medios para tener un mensaje político coherente. Manuel dice que el campamento se ha constituido en una oficina permanente para la paz (24/7); por ejemplo cuando se anunció el nobel de paz para Juan Manuel Santos,a la hora en que se conoció la noticia (4 a.m.) los medios de comunicación llegaron a despertarlos para entrevistarlos ya que en la madrugada no conseguían a nadie más.

La organización en el campamento ha tenido como referentes otros movimientos como el 15 M y los Indignados,gracias a la visita de personas que habían participado en ellos y los orientaron sobre aspectos claves, como la adopción de un sistema de gobernabilidad conformado por una asamblea, que toma las decisiones de mayor trascendencia (salud, seguridad, política) y unos comités por temas que son autónomos en decisiones particulares de tipo práctico.

Crisis

Uno de los momentos críticos que debió abordarse en asamblea fue la instalación que realizó en la plaza la artista Doris Salcedo en homenaje a las víctimas, pues debían mover el campamento y había el riesgo de que no les permitieran volver a instalarlo donde estaba. Esto hizo que algunas personas que ya habían sufrido desplazamiento se sintieran de nuevo en esa situación. Otros por el contrario veían el hecho de moverse como una acción de paz. Finalmente se aprobó con una votación muy apretada.

Otro asunto crítico ha sido la relación con la policía y la alcaldía pues su obligación es hacerles ver que según la ley no deben ocupar el espacio público; así que su permanencia ha requerido un diálogo constante de los voceros con la alcaldía. En varias ocasiones cuando ha habido las marchas ha llegado el ESMAD, por fortuna sin consecuencias que lamentar. En últimas, ha sido el reconocimiento y apoyo ciudadano lo que ha evitado que los hagan desalojar.

Una “Colombia chiquita”

Han mantenido el esfuerzo para que el campamento sea un territorio de paz, inclusivo y respetuoso, para poder exigir hacia afuera el mismo trato. Se ven como una representación del país donde se busca que las decisiones se tomen de manera participativa y en democracia: el campamento nos hace un llamado a recuperarnos como “tribu”, con un real sentido de comunidad, con sistemas alternativos de gobernabilidad donde los movimientos sociales tengan incidencia sin necesidad de incorporarse al aparato político.

La diversidad también se expresa por la presencia en el grupode integrantes que votaron NO, y algunos que se abstuvieron pero habrían votado NO. Por todo esto, el campamento es a la vez una plataforma permanente por la paz, desde donde se ha mantenido articulación con los otros movimientos que surgieron con el mismo propósito, como el de los estudiantes, Paz a la Calle y Acuerdo Ya.

Lo que viene ahora

El campamento definió tres exigencias claras: un nuevo acuerdo, una hoja de ruta concreta, y un mecanismo de refrendación que no polarice más al país. Al parecer está muy próximo el anuncio del nuevo acuerdo; sin embargo aunque es un gran paso no representa el resultado final, por lo cual están por definir cuándo se considerará alcanzado el propósito. Pero se siente que el momento está cerca por lo cual se están preparando para una salida exitosa, en la que la gente haga suyo el logro de la paz.

Esperan que muchos los acompañemos en esa gran celebración que significará levantar el campamento. Será a la vez un momento triste por los lazos creados, y muy feliz por lo que representa su culminación. El reto que sigue será mantener una dinámica de movilización ciudadana, no dejar caer el entusiasmo y el compromiso que se han visto en esta etapa, seguir como sociedad haciendo presión, veeduría y seguimiento para salir a denunciar cuando algo no vaya bien en la hoja de ruta del acuerdo.

Conclusiones

Entre las muchas reflexiones que suscita la experiencia se resalta: La necesidad de recuperarnos como comunidad, dejando de lado el individualismo; la importancia de la apropiación de lo público, donde nos encontramos con el otro y nos fortalecemos; el reto de continuar haciendo incidencia desde la sociedad civil, en donde cada uno aporte desde su lugar y sus capacidades: experiencias como la de ReD son muy valiosas pues se está haciendo escuela de ciudadanía; el gran potencial de los movimientos de jóvenes, aún menores de edad como varios de los asistentes a este desayuno, que se destacan por su inteligencia, su nivel de análisis y sobretodo un espíritu limpio y comprometido con el país.