El Congreso Nacional y la construcción de paz

DESAYUNO DE PAZ No. 34

Invitado: Rodrigo Lara, Senador de la República, Director Nacional de Cambio Radical

Tema: El Congreso Nacional y la construcción de paz

3 de octubre de 2015

El desayuno abrió con una ronda de inquietudes y preguntas de los presentes, entre ellas el papel del Congreso en la puesta en práctica de la Justicia Transicional, el clima actual al interior del Congreso frente al proceso de negociaciones y lo que va a hacer Cambio Radical ante esta oportunidad, así como el papel de los partidos tradicionales en la construcción de formas de hacer política con base en la ética.

Para Rodrigo Lara el proceso de negociaciones en La Habana es la salida más racional y sensata para el país. Recalca que las FARC se han reducido a 6.500 hombres en armas, 50% de ellos en dos frentes, mientras que ya hay muchas zonas del país sin conflicto, como la Costa Caribe, Cundinamarca y el Tolima. La guerrilla se replegó y lo que queda de ella se mimetiza entre la población civil. La guerra militar contra las FARC se ganó. Queda la guerra política, que no se puede ganar militarmente. Aún quedan 7 zonas críticas  y se trata de una guerra de guerrillas, donde  la lucha se convierte en un conteo de cuerpos, en lugar de la recuperación de un territorio. Es absurdo económicamente seguir invirtiendo recursos en perseguir a 6.500 guerrilleros, que se reemplazan fácilmente, con un gasto de 30 billones de pesos.

Según Rodrigo, el país del post-acuerdo enfrenta retos importantes:

1) La defensa de las fronteras y del mar territorial frente a las acciones de Nicaragua (con el respaldo de la China) y de Venezuela, ese vecino sobrearmado.

2) El diseño de la Justicia Transicional: Cambio Radical estaría dispuesto a ceder en materia de justicia; se inclina al pragmatismo en aras de la paz. En los procesos anteriores, con la Ley de Justicia y Paz,  no hubo justicia, ni reparación, ni verdad. Cuenta que participó en la comisión de seguimiento de estos procesos con los paramilitares extraditados,  y lo que hubo entonces fue una depuración de la mafia; nada de verdad ni de reparación.

3) El tema agrario: Será lo más complicado, ya que hay grandes intereses en la tierra y por lo tanto hay discrepancias de fondo. El gran problema, más que la falta de asistencia técnica, es el microfundio, ya que hay cerca de 2.2 millones de hectáreas bajo esa figura; extensiones inferiores a una UAF (Unidad Agrícola Familiar), que no logran ser productivas. Menciona que los tres casos exitosos de reforma agraria integral en el mundo: Japón, Corea y Taiwán, se debieron al derecho de propiedad individual. Hay que comenzar con una reforma agraria no revanchista, en que se entreguen títulos de propiedad individuales y no en el marco de Zonas de Reserva Campesinas (ZRC), que tienen connotaciones de defensa, como un Kibutz. No cree en las formas de propiedad colectiva; hay que desarrollar formas de propiedad individual que no se fragmenten con el paso de las generaciones. Por esto presentará un proyecto de ley de libertad testamentaria para reformar el régimen actual, que es muy cerrado.

4) Refundar la política: El clientelismo es el peor mal, una forma de democracia subdesarrollada, una forma primaria del ejercicio democrático. Señala que, sin embargo, esas son las reglas del juego que se imponen y el que se sustrae de ellas, pierde. Se da aún en los partidos de izquierda, como el Polo, que llegó al poder a hacer clientelismo, más sofisticado y perverso. Habría que atacar el problema de raíz, sustrayendo la administración pública de la política, como en Francia, y creando un sistema de control fiscal.

Ante las preguntas sobre qué se puede hacer para el cambio de cultura política que se requiere en el post-acuerdo para contribuir a la paz, opina que no ve que sea un problema fundamental, que eso se dará, así como se pudo “des-sovietizar” Rusia y “des-nazificar” Alemania.

Al preguntársele por la posición del vicepresidente de la República frente al proceso de paz respondió que el que el vicepresidente no se haya manifestado no significa que su partido no apoye el proceso. Lo importante no es aparecer en la foto sino actuar. Dice que está dedicado a hacer viviendas y vías y de esta manera también se construye paz.

Ante la preocupación manifestada sobre la forma como se sigue haciendo política y el manejo de los avales, Rodrigo Lara defendió el  aval de su partido a la candidata de Cambio Radical a la gobernación de La Guajira, Oneida Pinto, asegurando que la lectura que se le da desde Bogotá desconoce la dinámica regional. La Guajira es muy diferente de Bogotá, allá no hay Estado, imperan los clanes, y no se puede esperar que sus políticos sean como los imaginamos desde aquí. Oneida es una trabajadora social y no es mafiosa. La estigmatización se debe a que es mujer y es morena, y se ha formado  una espiral mediática generada desde Bogotá, con su moral maniquea y su visión limitada.

Por otra parte, afirmó que se debe evitar que el sistema de justicia restaurativa que se propone se convierta en una cacería de brujas. Resulta clave la definición y el diseño del tribunal; le preocupa que es muy amplio, que todos caben ahí, que incluye no combatientes y ciudadanos que de alguna manera tuvieron que ver con los actores del conflicto. Considera que las FARC querrán que entren todos para así no parecer tan malos. Puede ser muy peligroso, dice, pues  no se sabe cómo se va a diferenciar entre quienes cometieron delitos y quienes, por ejemplo, pagaron sobornos para proteger sus propiedades. Se debe evitar abrir una caja de pandora, hay que pasar la página rápido, pero no con un tribunal sin límites que se convierta en un gran poder en sí mismo, como en los países comunistas.

Considera que en el momento actual ya es posible hacer política tanto para la derecha como para la izquierda. Es un país más tranquilo que en la época del exterminio de la Unión Patriótica; agrega que entiende que las FARC son algo diferente a la Unión Patriótica; entiende el origen de las FARC, pero señala que luego se degeneraron. Lo que sí le preocupa es la violencia que se puede disparar si el Gobierno tiene la decisión y la valentía de quitarles la tierra a los narcos y a los terratenientes que se han apoderado de ella de manera ilegal.

Ante la pregunta sobre cómo se debería redistribuir el presupuesto de la Nación al terminarse el conflicto armado con el fin de promover la educación y el desarrollo en las regiones, Lara plantea que hay que mantener el gasto militar y orientarlo hacia la defensa de las fronteras. En cuanto a la educación, la clave es educar a los maestros, más que dotar de computadores a los niños en las escuelas. Finalmente, frente a la participación política de los desmovilizados, señala que no es nada atractivo hacer política con gente que ha hecho tanto daño; pero hay que aceptarla, hay que abrirles el espacio.

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