Reporte Desayuno de Paz # 31 Invitado: Ildefonso Henao.
Desayuno de Paz # 31
Invitado: Ildefonso Henao.
Tema: Las formas de reconciliación y convivencia entre excombatientes y las comunidades en Bogotá
5 de Septiembre de 2015
En este desayuno tuvimos como invitado a Ildefonso Henao, desmovilizado del EPL y ex director del programa de Atención al Proceso de Desmovilización y Reintegración en Bogotá. Actualmente trabaja como Coordinador de la Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas, en la Secretaría de Gobierno del Distrito Capital.
Por su condición de reinsertado y su trabajo tanto con excombatientes como con víctimas, Ildefonso tiene conocimiento bastante amplio sobre el conflicto armado y sobre los procesos de reconciliaciónque se han llevado en el país. De hecho, estos procesos se viven a diario en una ciudad como Bogotá, que recibe una gran proporción de la población vulnerable y desmovilizada del país. Presentamos algunos de los temas tratados en el desayuno:
– Se habló de los procesos de reinserción de los grupos guerrilleros de los años noventa y sus similitudes y diferencias con el proceso actual: en su momento, el proceso de desmovilización del M-19 fue considerado una traición a la lucha guerrillera por los integrantes del EPL. Sin embargo, con el tiempo, este proceso abrió el camino a que el EPL decidiera dejar las armas. En últimas, la desmovilización del EPL no fue necesariamente producto de un análisis racional, sino más bien de un proceso intuitivo: las causas que los habían llevado a las armas no se habían resuelto, pero hubo una reflexión sobre si se justificaba continuar con los actos de violencia contra el país. Una vez se tomó la decisión de dejar las armas, el EPL siguió con el proceso a pesar del miedo a que los mataran, y aún a pesar de los ataques en contra de varios de sus miembros, que terminaron con el asesinato de dos de sus líderes.
Para nuestro invitado, también es importante señalar que la desmovilización debe asumirse como un problema de la sociedad, no solamente del Gobierno. Es por eso importante el trabajo que hacen Rodeemos el Diálogo y otros grupos de la sociedad civil, que apoyan tanto las negociaciones como los avances de construcción de paz desde la ciudadanía.
Específicamente en cuanto a los procesos de reconciliación, es importante señalar que tanto las víctimas como los desmovilizados se encuentran en condiciones sociales muy similares de pobreza y marginalidad. De hecho, esa división entre víctimas y excombatientes es muchas veces artificial, ya que en la cotidianidad comparten los mismos espacios de trabajo y de convivencia. Igualmente, las diferencias entre los combatientes de uno y otro bando se borran una vez se desmovilizan los grupos armados. De hecho, hay muchas experiencias en donde excombatientes de guerrilla y de autodefensas trabajan juntos: por ejemplo, en el Programa de Atención al Proceso de Desmovilización y Reintegración en Bogotá, desde su inicio incluye a excombatientes de todos los bandos: M19, EPL, FARC, ELN y AUC.
– En los 90 los desmovilizados fueron coautores de la política de reinserción, mientras que bajo el gobierno Uribe a las desmovilizaciones se les quitó el componente político y se convirtieron en una transacción del tipo: “yo te doy, tú me das”: un intercambio en el que se pide a una persona que deje las armas y en compensaciónse le otorgan unos beneficios jurídicos y legales. Sin embargo, se dejaron por fuera los elementos emocionales y humanos de lo que significa la reintegración de excombatientes. Por tanto, es importante hacer mayor énfasis en cómo los excombatientes pueden contribuir a la sociedad. En este momento, por ejemplo, hay muchos reintegrados que hacen trabajo con población vulnerable, con víctimas del conflicto, y también en prevención del reclutamiento de niños en grupos armados o bandas criminales.
Igualmente, se podría decir que más que un proceso de reinserción con excombatientes, es el Estado colombiano y el país el que debe reinsertarse. Esto quiere decir que las desmovilizaciones de grupos armados también deben traer transformaciones en el Estado y en la sociedad en general. En este punto, se entró en un debate sobre si el conflicto es o no marginal. Se anotó que aunque efectivamente ha habido un impacto enorme del conflicto en muchas zonas del país, hay muchos sectores de la sociedad queno han sentido su real efecto, especialmente en las grandes ciudades.
También se habló sobre cómo articular a los empresarios al proceso de reintegración. En el Programa de Atención al Proceso de Desmovilización y Reintegración en Bogotá se creó un modelo para abrir oportunidades de empleo para los desmovilizados y sus familias, que implicaba un acompañamiento constante al empresario desde el programa. Los excombatientes no deben ser presentados como un problema para el empresario sino como una oportunidad que también genere beneficios económicos, porque al final esto es lo fundamental en un negocio. Lamentablemente, hay mucho rechazo hacia esta población en las grandes empresas, mientras que son las medianas y pequeñas las que son más abiertas a dar oportunidades de empleo a la población reintegrada.
Para finalizar, se mencionó brevemente el tema la participación de las mujeres como líderes en los procesos de paz y reconciliación luego de los conflictos. Dado que este tema amerita un espacio más amplio de discusión, ReD se encuentra organizando un nuevo conversatorio que reunirá a mujeres excombatientes de varios grupos.