La imaginación al poder, a través de las trincheras creativas

Invitado: Diego Cancino (excandidato a la cámara por Partido Verde)

Desayuno de paz No. 22. de 2018

7 de julio

IMG-20180707-WA0007

En este encuentro con Diego Cancino, conocimos su trayectoria y lo que lo ha inspirado en los diferentes proyectos en los que ha participado. Nuestro invitado manifestó que se sentía aún muy conmovido por la emotiva y masiva movilización que se vivió en la Velatón por los líderes sociales, nos habló, entre otros temas, de las diferentes formas en que ha hecho política desde que fue candidato al Concejo de Bogotá en 2015 hasta cuando, más recientemente, se lanzó a la Cámara de representantes en las elecciones legislativas de 2018.

Las trincheras creativas

Para iniciar se pidió a todos los asistentes que al presentarse contaran un momento en que gracias a la imaginación hubieran hecho una ruptura en sus vidas. Con esto Diego hizo referencia a la necesidad de las rupturas y de cómo la imaginación, la creatividad y el uso de símbolos puede ser algo tan poderoso que rompa con viejas costumbres y aun con la violencia.

Hizo mención de varias lecturas que lo inspiraron desde muy joven para querer cambiar las cosas: una de ellas, Si esto fuera un hombre, de Primo Levi, un testimonio del campo de concentración de Auschwitz, que muestra que, aún en las condiciones más adversas, se puede crear una realidad a partir de la imaginación. 

Diego explica que se le ocurrió traer el tema deLa imaginación al poder, porque además de ser el lema de Daniel Cohn Bendit en mayo del 68, lo ha hecho pensar en la obra de Jean Paul Lederach, La imaginación moral. Explica cómo siente que es este el momento de usar la imaginación para, a través de trincheras creativas – ya no mediante la fuerza o las balas- trabajar por la transformación deseada.

El poder de los símbolos

 Diego estudió filosofía en la Universidad Nacional y desde esa época conoció a Antanas Mockus —al que más tarde acompañaría en la campaña para el Congreso—, de quien dice que al principio sentía que no se tomaba en serio su cargo como rector de la universidad por sus actitudes irreverentes. Luego tuvo la oportunidad de conocerlo de cerca y entendió el valor de su propuesta y su capacidad de usar la pedagogía como medio para transformar el mundo, así como el poder de los símbolos para irrumpir en medio de la violencia y las tensiones del día a día, para comunicar y cambiar actitudes.

Siendo aún estudiante tuvo un incidente con un amigo que, bajo el efecto del alcohol, lo amenazó con agredirlo físicamente, ante lo cual él decidió arrodillarse y quitarse la camisa para exponerse “en máximo estado de vulnerabilidad”, con lo que consiguió que su amigo reflexionara y se calmara. Esto reafirmó su convicción sobre el poder del simbolismo cono mecanismo para cortar con la violencia en medio de un conflicto y le ayudó a apreciar más la posibilidad de trabajar cerca de Mockus.

En 2010 participó activamente en la campaña de éste para la presidencia, con el grupo de Angela María Robledo, candidata en ese momento a la Cámara de Representantes que resultó elegida en lista cerrada del Partido Verde. Diego hace un reconocimiento especial a Angela María Robledo, por quien profesa inmensa admiración.

Hacer público lo público

Diego se desempeñó como profesor de la Universidad Nacional, donde siempre buscó transmitir a sus estudiantes el poder del simbolismo y la creatividad. Participó luego en las elecciones locales para Concejo y en su campaña usó el eslogan “La cámara al Concejo” para significar la transparencia en el manejo de lo público; así, salía con una cámara instalada en la frente para filmar a los funcionarios o políticos mientras hablaba con ellos. Era su manera de mostrar que se debía hacer público lo público. En esto coincidía con el famoso lema de Antanas: “Los recursos públicos son sagrados”.

Sin embargo, anota, en esa ocasión tomó distancia ya que sus convicciones le impedían apoyar a Enrique Peñalosa, a quien Mockus decidió adherir en aquel momento. Esto le costó su elección en ese año, pero quedó haciendo parte del equipo de Angela Robledo y por esta proximidad volvió a estar cerca de Mockus. En 2018 volvió a buscar la elección como candidato a la Cámara por Cundinamarca, con el eslogan “Cámaras a la Cámara” donde, aunque obtuvo 18.000 votos, nuevamente salió quemado.

Así, Diego nos muestra cómo en su trayectoria como docente, como aspirante en dos ocasiones a cargos públicos de representación, y como parte del staff de Ángela Robledo, ha sido persistente en usar los símbolos como una forma de concientizar sobre la transparencia y la responsabilidad en el manejo de lo público y para contrarrestar la polarización, como lo hizo durante su paso por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz.

En medio de la incertidumbre recuperar el optimismo 

Ante los resultados de las elecciones presidenciales y la pregunta por las oportunidades que nos plantea el nuevo panorama, Diego confía en el poder de la sociedad civil, que debe apelar a la imaginación, tomar cada vez más protagonismo, movilizándose para exigir y denunciar, haciendo veeduría, y contribuyendo a que se continúe con una participación ciudadana cada vez más activa.

Considera determinante la unión entre los casi nueve millones de personas que con su voto el 17 de junio mostraron que quieren un cambio. Se debe trabajar para que en las elecciones legislativas de 2019 esta voluntad sea manifiesta y se siga transitando hacia un modelo de país más incluyente, progresista y responsable con el medio ambiente. Considera indispensable trabajar por la formación política de los ciudadanos, aún desde los colegios; además, pensar en un replanteamiento del sistema educativo.