El desplazado no es como lo pintan
1 Jun 2013 – 9:00 pm
En 25 años, Elizabeth Ferris estudió en terreno más de 200 casos de todo el mundo
El desplazado no es como lo pintan
No es cierto que todos quieran volver a sus tierras o quedarse en los lugares que los acogieron.
La controversia acerca de la realidad del desplazamiento en el país asoma con tanta vehemencia con cada nueva medición sobre el número de afectados, que se ha vuelto costumbre reducir la discusión a un debate ideológico respecto del origen de las cifras: que el estudio ignora a las víctimas de aquella región, que excluye a las que ya retornaron a sus hogares, que la metodología esto, que la metodología aquello. Como si los artilugios de la matemática resolvieran la situación de los afectados.
De hecho, en muchas ocasiones se habla sobre desplazamiento como fenómeno que exclusivamente cobija a quienes cambiaron forzosamente de ciudad o pueblo. O como si éste afectara tan sólo a quienes son víctimas del conflicto armado. Ni lo uno, ni lo otro. Por un lado, el desplazamiento intraurbano es un fenómeno de creciente preocupación en las grandes ciudades y, por el otro, los violentos no son los únicos generadores de desplazamiento. El huracán Katrina, el desastre nuclear en Japón o el invierno que cada vez con más asiduidad sacude al país, también lo pueden ocasionar