Reporte Tertulia con Fabio Rubiano
Tertulia de Reconciliación y Paz # 6
Tema: Teatro, política y paz
Invitado: Fabio Rubiano
28 de abril de 2015
En esta ocasión reflexionamos sobre el teatro y sus posibilidades para encontrar nuevas formas de narrar, nuevas formas de comunicar y, sobre todo, formas alternativas que ayuden a potenciar los diálogos de paz. Para ello se contó con la presencia de Fabio Rubiano, dramaturgo de reconocida y amplia experiencia en la escena. Más allá de ser una charla ilustrativa, sus palabras nos interpelaron. Nos hizo un llamado a que en cada certeza hay que buscar sus dudas, que la verdad no se teje de ideas fijas sino de la multiplicidad de interpretaciones, y que el teatro –las artes en general– tiene un poder, el poder de la puesta estética, esa que hace mover los afectos y las emociones. Así que esta tertulia se movió entre afectos, controversias, contradicciones y cuestionamientos, con un público comprometido en sus aportes.
Un primer aspecto que Fabio mencionó, es el papel que ha cumplido el teatro a lo largo de la historia cultural de la humanidad. Más que cualquier otra de la artes, el teatro ha sido el lugar, el testigo, el promotor de las renovaciones en la historia cultural de la humanidad.
El teatro, más que fijar una imagen de la realidad, lo que hace es abrir el abanico de posibles interpretaciones, las cuales precisamente logran interpelar a los espectadores. Las que conducen a que aún hoy, por ejemplo, se sigan interpretando de diferentes formas los personajes retratados en esas obras clásicas.
El teatro griego retrataba la sociedad de su momento, los conflictos, las tensiones, las guerras, los asesinatos. Shakespeare, igualmente, no retrató un mundo ideal sino los conflictos al interior de la sociedad en la que vivió: la decadencia de los soberanos, las peleas de los poderes. Sin embargo, el teatro lleva esos temas al límite y los abre a las posibilidades de la interpretación; va más allá de lo políticamente correcto.
Precisamente, es esto lo que le plantea retos al teatro: la relación del teatro con lo político. Para Fabio es claro que el propósito de una obra no puede ser político, porque de alguna manera esto cosificaría la obra; es decir, si el objetivo final es político, en cierta forma la capacidad, la potencia del teatro, se cierra.
Si bien Fabio insiste en que el teatro no puede tener como finalidad intereses concretos, sí considera que en momentos particulares, a través de su técnica, se pude poner al servicio de la sociedad para fines como procesos de memoria, campañas educativas, etc.
La fuerza del teatro está en la puesta estética, en que juegue con las tensiones dramáticas, en la creación de conflictos, de personajes que se contradicen. Si una obra de teatro no se construye desde la tensión, por más relevante que sea socialmente el tema, no resulta. Claramente, una obra de teatro no es, por ejemplo, un informe sobre la violencia.
El teatro, para crear la tensión dramática, bordea el límite de lo “políticamente correcto”, roza las aguas de la crueldad, corre esos riesgos para decir algo nuevo; algo, que de otra manera no se podría decir. A través del teatro se crean espacios, lenguajes, códigos, comunicación con los espectadores y reinterpretaciones simbólicas.
Al respecto Fabio da varios ejemplos de cómo sus obras se han ido construyendo de esa manera. Por un lado, hacer preguntas para pasar el límite de lo moral, pero con la honestidad del dramaturgo. No es mostrar lo que es bueno o malo, sino cuestionar precisamente cómo se han construido las categorías para que una sociedad piense que algo está bien o mal.
Otro aspecto importante que destacó en su proceso de creación, es el uso de elementos concretos para dar forma a los personajes en la obra, y no partir de conceptos abstractos que no dicen nada. Esto indica, en cierto modo, que los diálogos de paz precisamente se deben mostrar de formas concretas, esas que afectan la realidad concreta y cotidiana de las personas.
Finalmente, los principios sobre los que Fabio construye sus obras son las lealtades alos personajes, alos compañeros y al público. Aspectos que encuentra comunes a los principios de Rodeemos el Diálogo: la honestidad, el respeto, la generosidad y la solidaridad. Con estas frases descubrimos, reafirmamos, que de las tertulias de reconciliación y paz salimos transformados todos, pensado en nuevas apuestas para cuestionar los imaginarios que desde lo cotidiano alimentan la guerra.