Carta abierta de Rodeemos el Diálogo a la sociedad colombiana

El pasado jueves 18 febrero, Jesús Santrich, Iván Márquez y Joaquín Gómez visitaron el corregimiento de Conejo (municipio de Fonseca) en La Guajira donde realizaron un acto público. En el lugar del evento se encontraban presentes, además de unos 2.000 civiles, entre 300 y 400 integrantes armados de las FARC[1].

Al ser conocidos estos hechos, el Gobierno Nacional, en cabeza de Humberto de la Calle, se pronunció[2], ordenando el regreso de los negociadores a La Habana, debido al desacato de los protocolos establecidos para la realización de la misión, y suspendió futuros viajes al territorio nacional para dicho propósito.

Dados estos hechos, Rodeemos el Diálogo (ReD) considera importante hacer algunas reflexiones sobre dichos acontecimientos y sobre la reacción de algunos sectores de la sociedad a los mismos:

Las jornadas pedagógicas sobre el proceso de paz dentro de la guerrilla de las FARC son valiosas y fundamentales, no solo para que se conozcan los acuerdos sino para que haya claridades sobre los compromisos que tanto el Estado como la guerrilla están adquiriendo en La Habana. Dichas jornadas contribuyen de manera particular a crear las condiciones necesarias para una efectiva implementación de los acuerdos.

Sin embargo es importante reflexionar sobre el impacto de realizar estas actividades con personal armado. Esto tiene especial relevancia porque el objetivo del proceso de paz actual es que las diferencias y las contradicciones políticas se aborden en los escenarios establecidos, y sin armas, por lo perjudicial que esa práctica ha sido para la sociedad colombiana y el ejercicio de las libertades políticas.

Los colombianos aún hoy somos testigos del uso destructivo de las armas para eliminar la oposición política, desde todos los extremos ideológicos. Conviene entonces un análisis calmado sobre las garantías de seguridad que pueda ofrecer el Gobierno a las FARC para que continúen con la realización de actividades pedagógicas sobre el proceso de paz hacia sus tropas, lo cual sería un primer paso para que las FARC puedan, en el futuro, hacer política sin armas.

Adicional a ello, llamamos a los colombianos a no permitir que las reacciones y manifestaciones sobre lo ocurrido promuevan la polarización. Las negociaciones de La Habana han llevado al país a estar a las puertas de un acuerdo definitivo. Se trata de un camino de aprendizajes, tanto para los negociadores como para la sociedad, que ya han debido superar más de un obstáculo.

La responsabilidad de los líderes políticos en estos momentos es significativa, por la influencia que pueden tener sobre la opinión pública. Es de suma importancia rodear el diálogo con un lenguaje moderado y ofrecer interpretaciones y apreciaciones constructivas. Expresiones como “proselitismo armado” no aportan al fortalecimiento de los logros de la Mesa, van en contravía de lo que se está proponiendo en La Habana y reviven fantasmas del pasado que han legitimado el uso de la violencia contra opciones políticas de izquierda.

Como colombianos y amigos de Colombia que apoyamos la salida negociada al conflicto armado, guardamos la esperanza de que las partes puedan aprender de los sucesos de La Guajira y reparar cualquier quiebre de confianza. Animamos a los negociadores a seguir trabajando incansablemente por la firma de un acuerdo final, para que podamos disfrutar finalmente de una Colombia que empieza a desvincular las armas del pleno ejercicio de los derechos políticos.

 

Rodeemos el Diálogo

Bogotá, Londres, Barcelona y Bruselas

22 de febrero de 2016

[1] Fuente BBC Mundo. [http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/02/160217_colombia_farc_politica_conejo_crisis_nc

[2] Comunicado de Presa. Alto Comisionado para la paz, [http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/procesos-y-conversaciones/proceso-de-paz-con-las-farc-ep/pronunciamientos-jefe-de-la-nacion/Pages/2016/Febrero/declaracion-de-humberto-de-la-calle-sobre-la-presencia-de-miembros-de-las-farc-en-la-guajira.aspx]