Los desayunos de paz se realizan bajo la dirección de ReD Bogotá con el objetivo de reunir a diferentes conferencistas para que nos expliquen diferentes temas politicos relacionados con la paz de Colombia.

Calidad de la Democracia y reincorporación política de las FARC-EP. Logros y Retos

Desayuno de paz No. 28 

Invitado: Juan Fernando Londoño

25 de agosto de 2018

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En esta oportunidad Juan Fernando Londoño, quien fue viceministro del interior durante el gobierno de Juan Manuel Santos, y miembro de la delegación del Gobierno durante las negociaciones con las FARC, desde una perspectiva muy personal y basado en su experiencia nos explica cuáles son los retos y avances que enfrenta la implementación de los acuerdos en materia de reincorporación, garantías de participación para la oposición, en una democracia que él define como imperfecta.

Elementos determinantes del conflicto armado colombiano.

Juan Fernando describe como causales del conflicto cuatro elementos que se relacionan entre sí:

  1. Las FARC surgieron durante el Frente Nacional, período en el cual las élites de los partidos Liberal y Conservador se repartieron el poder, dando una solución política a la violencia entre ellos, pero olvidándose de la existencia de otros actores en la política nacional.
  2. Este era un sistema político cerrado, que hacía casi inevitable que en Colombia también se conformaran guerrillas, considerando que por ese tiempo se estaban llevando a cabo en toda América Latina insurgencias socialistas.
  3. Se legitimó la violencia como una forma de resolver los conflictos. A pesar de que con la constitución de 1991 se logró incluir otros sectores de la sociedad en el espectro político, el conflicto armado ya había establecido unos sesgos hacia el uso de la violencia.
  4. Se sustrajeron de la discusión política temas medulares de un país en guerra– la seguridad, el manejo de las armas y el actuar de las fuerzas armadas– porque se estableció una separación entre la política y los asuntos militares. Toda oposición empezó a ser vista como un acto subversivo, como una acción comunista o guerrillera. Los fenómenos de protesta se vieron como producto de la infiltración guerrillera en medio de la movilización civil.

De ahí la necesidad de plantear una reforma de este modelo que permitiera la inclusión de los sectores históricamente excluidos, así como de los actores alzados en armas. Es lo que se trató de abordar desde el Acuerdo de Paz.

Reconstruir desde una democracia imperfecta

La manera de interpretar el mundo determina nuestra manera de actuar frente al él, dice nuestro invitado. Por esto, aunque todos estemos buscando la paz, la forma de paz que buscamos es muy diferente. Los opositores al Acuerdo de Paz de La Habana no se oponen a la paz sino al tipo de paz que se firmó. Pero debe entenderse que para llevar a cabo una negociación existen dos premisas fundamentales: primero, la paz implicaba hacer concesiones porque las FARC no estaban derrotadas; segundo, la paz debía construirse a partir de las transformaciones de las condiciones que dieron origen al conflicto; no significa sólo silenciar los fusiles. Estas grandes transformaciones tienen que ver con el tema agrario, la democracia, las economías ilegales y un modelo de justicia transicional que reconozca a las víctimas.

En este caso, nos enfrentamos a tres narrativas: la de la oposición o la narrativa uribista, según la cual no hubo conflicto armado sino acción terrorista; la de la guerrilla, que establece que en Colombia no hay democracia pues no pudieron hacer política y se armaron como respuesta ante un Estado que no les dio oportunidad. De ahí que se percibieran como víctimas y tuvieran dificultad de reconocerse como victimarios en esta guerra; y la última, la narrativa civil, que ha estado en el medio de estas dos. El acuerdo trató de buscar una narrativa alternativa a las dos primeras, tratando de reconocer que ha habido una democracia imperfecta que generó unos problemas que deben ser modificados, y por lo tanto, construir una paz estable y duradera implica hacer modificaciones a dicha democracia, para cumplir el principio fundamental de tramitar los conflictos de manera civilizada.

Se deben construir unos pilares para resolver los conflictos. Primero, una democracia representativa que debe permitir la entrada de los actores políticos que estuvieron en guerra, ofreciendo una transición para que se adapten al sistema, garantizando que tengan una voz en este sistema político; es por esto que en el acuerdo se dan al partido que surge de las FARC cinco curules en el congreso durante ocho años (dos períodos legislativos). Luego de la transición, ellos tendrán el desafío de adaptarse y llegar a la sociedad de tal forma que ganen respaldo político, o desaparecen. Segundo, se deben remover los obstáculos que impiden que la gente pueda crear partidos y hacer política; esto implica una reforma política más profunda para garantizar equidad en la competencia, participación, e inclusión.

Además, la democracia no es sólo representativa: es necesario institucionalizar otras formas de participación como la protesta social. Esto implica la modernización y adaptación de las instituciones a las nuevas realidades del país. La protesta social es el último recurso al que la gente acude cuando sus demandas no son resueltas o atendidas adecuadamente. Si se reconocen otras formas de participación, los ciudadanos no acudirían a la protesta social, pues existirían otros mecanismos de diálogo con la población para tramitar dichas demandas.

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Retos de la implementación del punto de Participación Política

El principal reto radica en que el triunfo del NO en el plebiscito se fundamentó en una serie de mentiras y temores, que el gobierno actual debe desmontar por cuanto representan barreras para la participación del partido FARC como actor político. En la práctica, se está implementando lo acordado en el punto de participación: están ejerciendo como partido, tienen sus curules y tienen una vocación política. Sin embargo, la resistencia de la oposición hacia las circunscripciones especiales de paz y el bloqueo de esta iniciativa, se justificaron en el miedo a que la guerrilla hiciera su transición con poder político y a que estas circunscripciones incrementaran ese poder.

Los acuerdos ya han implicado una restructuración del poder en Colombia. Una evidencia de esto es que un candidato de izquierda estuvo cerca de ganar la presidencia. En un escenario de conflicto, en el que las FARC aun estuvieran alzadas en armas, esto no habría sido posible. Durante el conflicto armado, el temor y el terror fueron la motivación de aglutinación política: a Álvaro Uribe lo eligieron para combatir a la guerrilla, y a pesar de las discrepancias hay que reconocer que lo hizo exitosamente, dice Juan Fernando.

Finalmente, una vez acallados los fusiles, ha sido posible atender otras problemáticas que aquejan a la sociedad colombiana, como la corrupción. De ahí que las demandas sociales cambien y de esta manera las fuerzas políticas se ajusten. Este nuevo escenario representa una oportunidad para que la sociedad civil se movilice en torno a otros temas críticos en Colombia. Esto no habría sucedido en un país en guerra.

“Después del Acuerdo de Paz se ha logrado la identificación y entrega digna a las familias, de los restos 177 personas”

Cesar Santoyo, Director Colectivo Sociojurídico Orlando Fals Borda

Desayuno No. 8 de 2018

Marzo 24

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Nuestro invitado es sociólogo de la Universidad Nacional, con magister en Administración Pública de la ESAP. Desde hace 25 años es activista en temas de paz, empezó en un grupo de impulso y apoyo a los diálogos de paz, y en la Asociación Nacional de Jóvenes por la Paz. Con el colectivo Orlando Fals Borda (OFB), se ocupa de la defensa de los derechos humanos, la desaparición forzada, las ejecuciones extrajudiciales y el fortalecimiento a la capacidad de las comunidades.

Fortaleciendo el trabajo comunitario

Entendiendo que, así como en los barrios urbanos, un actor clave en la ruralidad son las Juntas de Acción Comunal(JAC), OFB comenzó apoyando a estas juntas en su capacidad de organización y en conocimiento sobre derechos humanos, en especial en Vista hermosa y en Cachicamo. En ese momento se desarrollaban los diálogos del Caguán y por debajo se buscaba fortalecer el Plan Colombia dirigido a la guerra total.

En 2007, en convenio con Asociación de Campesinos del Bajo Cauca, trabajaron por exigir compensación por los daños ambientales en la explotación de níquel de Cerromatoso. A propósito, César nos menciona que precisamente el día anterior a este desayuno fue encontrado muerto el líder de esta asociación con quien tuvo la oportunidad de trabajar muy de cerca, al parecer a manos del Ejército, sobre lo cual hay en el momento varios equipos haciendo denuncia.

En 2009 y 2010 denunciaron ataques al plan de consolidación territorial en los llanos orientales. La razón: esta zona de altillanura, área protegida de La Macarena y vista como santuario de las FARC, es rica en coltán, uranio y petróleo, y por lo tanto estratégica para el modelo económico del estado colombiano.

Actuar frente a la desaparición forzada, un imperativo ético

El trabajo relacionado con la desaparición forzada no fue algo que buscaron sino que se encontraron en su tarea por los derechos humanos y el fortalecimiento a las JAC. En La Macarena, se empezó a notar un olor muy fuerte que coincidía con el paso de helicópteros militares en horas desusadas, después de las 10 p.m., entre la base militar y un lugar determinado. Descubrieron que estaban inhumando a personas sin identificar. Calculan una cifra de 2000 cadáveres en este lugar. Esto ocurría también en otros municipios como Granada, Vista Hermosa y Villavicencio.

Se comenzó a trabajar para darles visibilidad a estos casos y exigir la identificación de los cuerpos. Se encontraron con la falta de humanidad y hasta frivolidad en el tratamiento de los casos por parte de los funcionarios de la Fiscalía y la Unidad de Víctimas. Comprobaron la vulneración de los derechos humanos de las víctimas, principalmente por el Estado. Dándoles tratamiento de pro-insurgentes” ya no pro-FARC” justificaba su accionar. Con su presencia lograron que la Fiscalía no siguiera tirando las bolsas de huesos.

La Unidad de búsqueda de personas desaparecidas (UBPD), un logro de las víctimas

César destaca que, más que una decisión de la mesa de negociación de La Habana, el Sistema de verdad, justicia, reparación y no repetición, y en especial la UBPD, fue resultado del trabajo de las víctimas por reclamar sus derechos. Destaca que después del Acuerdo de Paz se ha logrado la identificación y entrega digna a las familias, de los restos 177 personas; antes de la creación de la Unidad, se habían entregado dignamente 77 personas. Menciona cómo este proceso abre el camino a estas familias para la resiliencia.

Un gran salto a la reconciliación

César considera que en medio de todos estos avances hacia la reconciliación, hay que insistir en que tiene que haber reparación. Así mismo, hay grandes retos en las regiones para impedir que sigan ocurriendo casos como el que nos relata, con mucho dolor, de Xiomara, una joven que fue violentada por los paramilitares, la guerrilla y el ejército, y al principio su demanda fue tratada con negligencia por el abogado a cargo. Finalmente, el estado colombiano fue declarado culpable y obligado a reparar.

Menciona a propósito la importancia del fortalecimiento del papel de la mujer en el trabajo por los derechos humanos y destaca los avances en desarrollos productivos en palma africana, entre otros, en regiones como Córdoba y Congal, Nariño en el marco del proceso de paz.

Sin embargo, preocupa el hecho de que muchos niños, niñas y adolescentes en medio del desplazamiento de sus familias, se quedaron en las regiones y fueron acogidos por familias, sin posibilidad de identificación ni adopción legal. Todos estos casos se deberán ir esclareciendo en los procesos por venir.

Quiero perdonar. No quiero plata. Quiero saber qué pasó con mi ser querido.”

Para responder a esta necesidad de verdad, no solo para las víctimas sino para el país, ya está creada la Comisión de la Verdad, que empezará por escuchar a las víctimas. Será un paso importante hacia la no repetición, y tendrá una acción coordinada con la UBPD. Allí se escuchará primero que todo a las víctimas en los territorios, y se recibirá también a todos los actores del conflicto, directos o indirectos, que deseen voluntariamente aportar sus versiones.

Mantenerse alerta, denunciar, recuperar la dignidad

César se refiere con preocupación al asesinato de líderes sociales, y al hecho de que el accionar del ejército sigue siendo preocupante en ciertas regiones. A hechos lamentables como el haber retirado de internet un documental de Pirry sobre el paramilitarismo.

Finalmente, a la necesidad de informar, denunciar, y adelantar acciones afirmativas, como dar un nuevo contenido a palabras como sobrevivientes” (que ya no víctimas”): enfocado a desarrollar una nueva noción de la propia vida.

Se hace un llamado a tener en cuenta los seis millones de exiliados, producto del conflicto armado, y facilitar su retorno, o más que eso porque muchos no quieren retornar, asegurar los mecanismos para hacer valer sus derechos. Por sobre todo, trabajar como nación en privilegiar, recuperar y mantener la dignidad de las víctimas y sus familias.

La imaginación al poder, a través de las trincheras creativas

Invitado: Diego Cancino (excandidato a la cámara por Partido Verde)

Desayuno de paz No. 22. de 2018

7 de julio

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En este encuentro con Diego Cancino, conocimos su trayectoria y lo que lo ha inspirado en los diferentes proyectos en los que ha participado. Nuestro invitado manifestó que se sentía aún muy conmovido por la emotiva y masiva movilización que se vivió en la Velatón por los líderes sociales, nos habló, entre otros temas, de las diferentes formas en que ha hecho política desde que fue candidato al Concejo de Bogotá en 2015 hasta cuando, más recientemente, se lanzó a la Cámara de representantes en las elecciones legislativas de 2018.

Las trincheras creativas

Para iniciar se pidió a todos los asistentes que al presentarse contaran un momento en que gracias a la imaginación hubieran hecho una ruptura en sus vidas. Con esto Diego hizo referencia a la necesidad de las rupturas y de cómo la imaginación, la creatividad y el uso de símbolos puede ser algo tan poderoso que rompa con viejas costumbres y aun con la violencia.

Hizo mención de varias lecturas que lo inspiraron desde muy joven para querer cambiar las cosas: una de ellas, Si esto fuera un hombre, de Primo Levi, un testimonio del campo de concentración de Auschwitz, que muestra que, aún en las condiciones más adversas, se puede crear una realidad a partir de la imaginación. 

Diego explica que se le ocurrió traer el tema deLa imaginación al poder, porque además de ser el lema de Daniel Cohn Bendit en mayo del 68, lo ha hecho pensar en la obra de Jean Paul Lederach, La imaginación moral. Explica cómo siente que es este el momento de usar la imaginación para, a través de trincheras creativas – ya no mediante la fuerza o las balas- trabajar por la transformación deseada.

El poder de los símbolos

 Diego estudió filosofía en la Universidad Nacional y desde esa época conoció a Antanas Mockus —al que más tarde acompañaría en la campaña para el Congreso—, de quien dice que al principio sentía que no se tomaba en serio su cargo como rector de la universidad por sus actitudes irreverentes. Luego tuvo la oportunidad de conocerlo de cerca y entendió el valor de su propuesta y su capacidad de usar la pedagogía como medio para transformar el mundo, así como el poder de los símbolos para irrumpir en medio de la violencia y las tensiones del día a día, para comunicar y cambiar actitudes.

Siendo aún estudiante tuvo un incidente con un amigo que, bajo el efecto del alcohol, lo amenazó con agredirlo físicamente, ante lo cual él decidió arrodillarse y quitarse la camisa para exponerse “en máximo estado de vulnerabilidad”, con lo que consiguió que su amigo reflexionara y se calmara. Esto reafirmó su convicción sobre el poder del simbolismo cono mecanismo para cortar con la violencia en medio de un conflicto y le ayudó a apreciar más la posibilidad de trabajar cerca de Mockus.

En 2010 participó activamente en la campaña de éste para la presidencia, con el grupo de Angela María Robledo, candidata en ese momento a la Cámara de Representantes que resultó elegida en lista cerrada del Partido Verde. Diego hace un reconocimiento especial a Angela María Robledo, por quien profesa inmensa admiración.

Hacer público lo público

Diego se desempeñó como profesor de la Universidad Nacional, donde siempre buscó transmitir a sus estudiantes el poder del simbolismo y la creatividad. Participó luego en las elecciones locales para Concejo y en su campaña usó el eslogan “La cámara al Concejo” para significar la transparencia en el manejo de lo público; así, salía con una cámara instalada en la frente para filmar a los funcionarios o políticos mientras hablaba con ellos. Era su manera de mostrar que se debía hacer público lo público. En esto coincidía con el famoso lema de Antanas: “Los recursos públicos son sagrados”.

Sin embargo, anota, en esa ocasión tomó distancia ya que sus convicciones le impedían apoyar a Enrique Peñalosa, a quien Mockus decidió adherir en aquel momento. Esto le costó su elección en ese año, pero quedó haciendo parte del equipo de Angela Robledo y por esta proximidad volvió a estar cerca de Mockus. En 2018 volvió a buscar la elección como candidato a la Cámara por Cundinamarca, con el eslogan “Cámaras a la Cámara” donde, aunque obtuvo 18.000 votos, nuevamente salió quemado.

Así, Diego nos muestra cómo en su trayectoria como docente, como aspirante en dos ocasiones a cargos públicos de representación, y como parte del staff de Ángela Robledo, ha sido persistente en usar los símbolos como una forma de concientizar sobre la transparencia y la responsabilidad en el manejo de lo público y para contrarrestar la polarización, como lo hizo durante su paso por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz.

En medio de la incertidumbre recuperar el optimismo 

Ante los resultados de las elecciones presidenciales y la pregunta por las oportunidades que nos plantea el nuevo panorama, Diego confía en el poder de la sociedad civil, que debe apelar a la imaginación, tomar cada vez más protagonismo, movilizándose para exigir y denunciar, haciendo veeduría, y contribuyendo a que se continúe con una participación ciudadana cada vez más activa.

Considera determinante la unión entre los casi nueve millones de personas que con su voto el 17 de junio mostraron que quieren un cambio. Se debe trabajar para que en las elecciones legislativas de 2019 esta voluntad sea manifiesta y se siga transitando hacia un modelo de país más incluyente, progresista y responsable con el medio ambiente. Considera indispensable trabajar por la formación política de los ciudadanos, aún desde los colegios; además, pensar en un replanteamiento del sistema educativo.

Una ciudadanía activa, tiene derecho a exigir

Invitado: Jairo Rivera. Docente, activista social, ex miembro de Voces de Paz

Desayuno de Paz No.19 de 2018

16 de junio

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En la víspera de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del año en curso, contamos con la presencia de Jairo Rivera, quien se presentó como ex-militante del movimiento estudiantil durante el mandato de Álvaro Uribe, activista estudiantil y social, asesor durante las negociaciones en La Habana y últimamente, integrante de Voces de Paz ante la Cámara.

Un país que está cambiando

Jairo retrató un escenario político en Colombia que ha venido cambiando durante las últimas décadas, e indicó algunos factores que han alterado el paisaje social y de gobierno. En primer lugar, el narcotráfico ha modificado tanto cultural como éticamente al país, conduciendo a un comportamiento mafioso en la sociedad. Segundo: se promulgó la “primera carta de paz” – la Constitución del 1991 – paradójicamente, en medio del peor momento de la guerra. Tercero: Uribe Vélez, respondiendo al fracaso de las negociaciones del Caguán (donde los protagonistas hablaban de una paz en la cual ninguno de ellos creía), hizo que su proyecto no sólo no fuera una propuesta de élites, sino que verdaderamente creó un sentido de pueblo que se había perdido. Alrededor de la noción de seguridad y orden, Uribe se convirtió en un fenómeno populista de derecha. De acuerdo con nuestro invitado, el ex-presidente supo que la percepción valía más que la realidad, por lo que lo califica como “un Hobbes autoritario” y “un nuevo Núñez”.

El Presidente Santos, elegido con el capital político de su antecesor, pero sabiendo que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) no se podían derrotar militarmente, y que de darse esto en todo caso no llevaría a la sanación de las heridas, cambió de rumbo. El proceso de paz es una ventana de oportunidad, ya que rompe con el proyecto de pacificación de Uribe.

La propuesta de Gustavo Petro

La presencia en el tarjetón electoral para segunda vuelta de Gustavo Petro al lado de Iván Duque, se debe al efecto del Acuerdo de Paz y la concomitante apertura. Para Jairo, la propuesta de Petro representa un proyecto de modernidad centrado en cuatro ejes:

  • Revisión del modelo minero-energético. Petro propone buscar el uso de nuevas energías frente al desafío del cambio climático, frenando la dependencia de la minería.
  • La supremacía de los derechos sociales. Por ejemplo, garantizar la educación pública, gratuita y de calidad, la eliminación de las EPS y la intermediación en pensiones.
  • La construcción de una nueva era de paz. Busca una ‘paz completa’, no solo con la implementación de los Acuerdos con las FARC, sino la continuidad de las negociaciones con el ELN, determinando las condiciones de la entrega de las AGC (Autodefensas Gaitanistas de Colombai), y la ruptura con la política anti-drogas preferida por los Estados Unidos.
  • La diversidad propia de la democracia. Que cada uno desarrolle su modelo de gestión de vida, incluyendo la libre empresa, con menor carga de impuestas sobre los PYMES).

También, para el momento del desayuno, se habían sumado figuras no izquierdistas del calibre de Antanas Mockus y Claudia López a la campaña de la Colombia Humana, asegurando el sistema de pesos y contrapesos, una postura dura en contra de la corrupción y, con todo ello, el Estado de derecho.

El Acuerdo de Paz bajo Iván Duque

Se planteó si los espacios ganados para nuevos sectores de la sociedad se truncarían en caso de la victoria de Duque; y en particular, en vista de la posición de varios miembros del Centro Democrático, si se haría trizas el Acuerdo de Paz con las FARC-EP. Reconociendo que la guerra como herramienta era funcional para el uribismo, Jairo argumentó que lo más probable era que el tratamiento del Acuerdo sirviera para enviar mensajes políticos contundentes, sobre todo poniendo sobre la mesa la extradición, el compromiso con la política anti-drogas favorecida por los Estados Unidos, el castigo ejemplar a los máximos líderes de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), y el desacato a los compromisos del Estado en materia de tierras y víctimas. En vez de ‘hacer trizas’ el Acuerdo, se haría pedacitos, dice Jairo.

No obstante, eso no quiere decir que todo estaría perdido. La paz, aunque debilitada, se puede volver a reconstruir. Es más, los Acuerdos han logrado una nueva realidad que ni la derecha puede ignorar, y de hecho ella se encuentra también en un proceso de concientización de estos cambios. En las palabras de Pepe Mujica de Uruguay, “el péndulo nunca regresa al punto de arranque”.

Conclusión

Se cerró recordando que la promesa de la Constitución del 1991 no se ha cumplido, y que sigue urgente la tarea de defender el Estado de derecho, es decir: 1) La posibilidad de gobernar en democracia, y 2) Que el poder civil esté por encima del militar. Se destacó que Colombia aún tiene miedo al cambio social, más que voluntad para cambiar, y que esta voluntad implica libertad.

Finalmente, Jairo enfatizó el papel de la memoria—la memoria del corazón, como la llamaba García Márquez. Y para terminar, citó las palabras del connacional del ex-presidente Mujica, Eduardo Galeano: “Olvidar es otra forma de morir y callar es otra forma de matar.”

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¿Cómo informa NC Noticias para la paz?

Invitado: Manuel Bolívar (Director Nueva Colombia Noticias)

Desayuno No. 10 

14 de abril de 2018

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Manuel Bolívar, representante de NC Noticias, medio de comunicación de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), estudió comunicación social en la Universidad Santo Tomás de Bogotá y sociología en la Universidad Nacional. Es durante esta época cuando se interesa en el proyecto político de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y es invitado por esta organización a incorporarse en la ciudad. Así c omienza su vida clandestina.

Señala que esto implica desprenderse de la familia y de los afectos ya que, agrega, significa llevar una vida “subversiva”, que conlleva la utilización de la violencia y por ende la persecución por parte del Estado. Dice Bolívar que con el gobierno de ÁlvaroUribe la represión se hace más aguda, recibe amenazas de parte del DAS y es cuando huye hacia la zona rural y se vincula a la guerrilla, en el año 2003. Las condiciones fueron diferentes: alegrías, penurias, tristezas.

La vida en las FARC

Manuel explica que en las FARC-EP llevaban su actividad como la suma de diferentes trabajos, lo que ellos llamaban ser un “guerrillero integral”. Esto implicaba tanto empuñar armas como hacer pedagogía, propaganda, actividades de cocina, entre otras. Esta diversidad de actividades les permitía, insiste, conocer la complejidad del trabajo revolucionario, identificar si un compañero tenía ciertos talentos o habilidades para dedicarse a desarrollarlos según las necesidades de la organización.

Relata que él pertenecía al Bloque Oriental. Ejercía varias tareas de pedagogía porque en las FARC-EP consideraban necesario “primero armarle la cabeza a los compañeros, para que así entendieran por qué empuñaban un arma”. Cuando se unió a las FARC-EP tenía 21 años. Ahora tiene 40.

De la Voz de la Resistencia a las comunicaciones en La Habana

Por años estuvo desempeñando funciones militares hasta que le asignaron la dirección de la emisora “Voz de la Resistencia”. Una emisora itinerante de las FARC-EP. Cuenta que la emisora realizaba, incluso, un programa dirigido a los soldados del ejército de Colombia. Para su funcionamiento contaban con una planta eléctrica que requería gasolina. Era difícil abastecerse de gasolina. Para mantener en funcionamiento la emisora se necesitaban setenta guerrilleros. Señala que con el llamado Plan Patriota, el Ejército de Colombia empezó a contar con nueva tecnología, con la cual los podíanlocalizar más fácil.

En el 2011 lo relevan de su trabajo en la emisora y le asignan nuevas tareas de pedagogía para fortalecer la formación de integrantes de las FARC-EP. En 2012 inician los diálogos de Paz en la Habana e inicia una nueva capacitación para los jóvenes al interior de las FARC.

Por esa época lo designan para ir a un encuentro nacional al cual asistirá Carlos Antonio Lozada, y posteriormente para viajar a la Habana e integrar el equipo de comunicaciones. Se trataba de un proyecto que tenía como propósito potencializar el colectivo insurgente” y convertirlo en una apuestaperiodística. Era un noticiero semanal que realizaban en la Habana.

Nueva Colombia Noticias

Con la culminación de los diálogos, regresa a Colombia. Es entonces cuando nace el proyecto “Nueva Colombia Noticias”, del cual él hará parte. Deciden formar en cada Zona Veredal un equipo de comunicaciones y una escuela de comunicadores, que forma en periodismo, camarografía, diseño y redes sociales. La escuela duró tres meses y capacitó ciento cincuenta personas. Por medio de este proyecto espera que los excombatientes se reintegren a la sociedad.

Invitamos a presentarse al acompañante de Manuel, quien está como camarógrafo registrando este evento para NC NOTICIAS. Roger nos cuenta que es originario de los llanos y que estudió hasta noveno grado de bachillerato. Dice que ingresar a las FARC-EP le trajo un gran cambio en su vida. Hizo parte del grupo de seguridad del Mono Jojoy. Estuvo en la Habana durante los diálogos de paz trabajando como camarógrafo. Ahora apoya cubriendo eventos especiales, aunque confiesa que le gusta más lo relacionado con informática. Desea estudiar ingeniería de sistemas en alguna universidad.

Sin miedo a la diferencia

Finalmente, Manuel nos dice que la única manera de construir la paz es reconocer las diferencias; que no se debe temer a la diferencia pues en ella están los matices y los saberes de los otros, y que es posible encontrarnos en un mismo espacio. Considera que un medio de comunicación es una herramienta poderosa y quieren usarla para el bien. Por eso, dice, pretenden dar a conocer, desde sus propios medios de comunicación, diferentes visiones y versiones. Manifiesta que no entiende la objetividad como algo neutral. Ese tipo de objetividad no existe, señala. “No nos debe dar temor sentar una posición ideológica”. Dice que con este trabajo pretenden dar a conocer la Colombia profunda, rural, donde viven las minorías y hacer conocer al público los problemas de estas personas.

La coyuntura política en vísperas de la primera vuelta presidencial

Invitada: María Fernanda Carrascal, El País Primero

Desayuno de paz No. 16

26 de mayo de 2018

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María Fernanda Carrascal (¡no Cabal!), activista política egresada de la Universidad del Rosario, en la actualidad concentra su trabajo en el movimiento “El País Primero”. Dicha iniciativa busca convocar una alianza entre tres candidatos presidenciales: Gustavo Petro, Humberto De La Calle y Sergio Fajardo, a raíz de la afinidad que, considera la activista, tienen sus propuestas, pues la diferencia entre ellos, “más que ser de los objetivos, es del cómo”.

¿Por qué hacer activismo?

El activismo político es una forma de participación ciudadana que fue reconocido a nivel nacional tras la Constitución de 1991. Así, funciona como un mecanismo para la expresión de la inconformidad y el surgimiento de nuevos liderazgos. Ahora, si bien la ciudadanía sólo ha sido reconocida como ente participativo del ejercicio político desde la promulgación de la carta, la lucha cívica ha estado presente desde antes, usualmente en las manos de las minorías y/o los marginados. Se habla entonces de la década de los ochenta como un periodo de resurgimiento de liderazgos, especialmente de la izquierda, evidenciado en movimientos como el Paro Nororiental de 1987, que convocó más de 120.000 campesinos[1]. La lucha contemporánea es esa misma lucha: por la equidad, la paz y la dignidad.

Búsqueda de la palabra

El País Primero ha sido responsable de varias iniciativas particulares en el marco de la coyuntura nacional actual construida desde la batalla electoral. Los activistas que integran el movimiento han sido responsables, entre otros, de poner en la agenda la posible alianza entre los tres candidatos nombrados antes a través de la presión y la viralización en redes sociales; también organizaron un café con las fórmulas vicepresidenciales de los tres candidatos y líderes sociales y promovieron el popular café entre Fajardo y De La Calle; además de motivar a otros ciudadanos a juntarse a la iniciativa y empezar a construir país desde la participación y el diálogo. No obstante, no todo ha sido un campo de flores y también, por sus objetivos y sus dinámicas, han sido tratados de saboteadores y han sido etiquetados por campañas de difamación que se podrían atribuir a integrantes de los grupos políticos a los que El País Primero busca apoyar.

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Diálogo, juventud y pedagogía

Más allá de las acciones concretas, la iniciativa se funda sobre tres principios generales: pedagogía del afecto; endulzar la diferencia; y apoyar al que pase -entre Petro, De La Calle y Fajardo- a segunda vuelta. Y tres principios para los jóvenes: resignificar la política y generar sentido de pertenencia en torno a ella; impulsar la participación; y resignificar con hechos, es decir, promover los mecanismo de participación y la protesta. En general, la búsqueda de El País Primero es una búsqueda por la coalición para la democracia, la pluralidad y el cambio. Es un impulso a la diferencia y al gobierno de aquellos que jamás han gobernado y siempre han ocupado un segundo plano en la toma de decisiones políticas. Así como es un fomento de la política dirigido a la juventud, que se percibe como desinformada y, sobre todo, desinteresada de las problemáticas nacionales; acudamos entonces al debate entre Youtubers y candidatos (al que, por cierto, sólo asistieron Fajardo, Petro y De La Calle): no es que los Youtubers sean ajenos a la realidad colombiana, sino que son expresión de la realidad colombiana. En lugar de evadir una problemática más y culpar a los jóvenes por su rol político en la sociedad, ¿por qué no hacerle frente e impulsar un cambio?

Bajo la sombra de la tradición. Bajo la sombra de la apatía.

[1]Carrascal, S. (2017). Del Paro Nororiental a la masacre de Tumaco. La oreja roja

“Sabemos que nuestra decisión ha sido la mejor; sabemos que no estamos solos, que es una construcción colectiva, lo que nos permite comprometernos mucho más”

Valentina Beltrán, Candidata a la Cámara, Partido FARC

Desayuno de paz No.7 de 2018

10 de marzo

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Valentina Beltrán (Luz Mary López), acompañada de su pequeña hija Sara Manuela, relata que viene de una familia de Boyacá, la única familia liberal del pueblo. Conmovida por la desigualdad social, resultado del modelo económico neoliberal, y tras el genocidio de la UP, se contacta con un grupo campesino con un programa agrario revolucionario, que veía el país de otra manera, convencido de la solución militar al conflicto por la tierra.  Valentina se incorpora como militante a las FARC-EP. 24 años después de iniciarse en la guerra, hoy se inicia en la política como candidata al Congreso gracias al Acuerdo de Paz.

La cárcel

Cuenta que en 2005 cae presa, en un momento en que el panorama del país se empeoraba y se agudizaba el conflicto.  En la cárcel  se encuentra con una población femenina en crisis social, mujeres víctimas de la violencia encarceladas. En la cárcel, como afuera, persisten las desigualdades, no sólo entre clases sociales sino también entre hombres y mujeres.  Valentina se acerca a las presas, mujeres de todas las procedencias, incluyendo paramilitares. Allí se centra en el trabajo artístico y pedagógico con ellas.

Valentina considera necesario reformar la justicia y el sistema carcelario para que se reconstruya el tejido humano en vez de destruirlo y violentarlo como ocurre actualmente. Dice que en la cárcel también se vive la realidad de la guerra. Estuvo seis años y medio presa, y al salir estudió Comunicación Social y después obtuvo una maestría en Estudios de Género.

El nuevo partido

En cuanto a la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común y su participación en la política, reconoce que  no se trata de hacer borrón y cuenta nueva; admite que faltarán muchos años para que se acepte el proceso de cambios de la transición. Estima que no se puede borrar la guerra de la historia, pero cree que lo importante es reconocer dónde se origina el problema y hacer todo lo posible por no repetir lo ocurrido.

En cuanto a la decisión de mantener las siglas FARC,  Valentina explica que se trata de no negar su historia. A pesar de su decisión de cerrar el ciclo de violencia con la dejación de armas, la sigla del partido implica no desconocer el pasado para que no se repita – a pesar del estigma que conlleva el nombre.

La participación en política

A la pregunta de por qué escogieron a Timochenko como candidato a la presidencia, Valentina aclara que fue una decisión de la asamblea de las FARC para apoyar el proceso de paz.  Timo es uno de los gestores de paz, y es gracias a ellos, a los líderes, que nosotros estamos aquí, añade. La asamblea crea un plan de choque social para garantizar que el cambio perdure a largo plazo.

En la guerrilla asumían roles que hubiera debido asumir el Estado: resolvían conflictos de convivencia en la zona, construían carreteras, desarrollaban trabajo de organización social, alfabetización y apoyo social. Pero la mayor parte del trabajo fue en la tierra, sembrando.

En cuanto a su apuesta política como candidata a la Cámara por Bogotá, dice que está preocupada por el futuro de las nuevas generaciones, por lo que plantea:

  • educación gratuita;
  • derecho al acceso a la tierra (señala que 70% de Bogotá es rural);
  • seguridad humana, sin armas, menos militarizada y represiva;
  • enfoque de género: luchar contra la discriminación por razones de clase raza y género;
  • sistema nacional de cuidado, en que se reconozca el trabajo de cuidado en casa como apto para pensión. Se trata de operativizar la Ley 1314.WhatsApp Image 2018-03-10 at 10.34.54 AM

Las mujeres

Valentina recuerda que 48% de la insurgencia eran mujeres. Las excombatientes llegaban a la guerrilla por varios factores, entre ellos la falta de educación en los territorios, el ambiente de violencia de género, y uno de los aspectos más fuertes: la violencia intrafamiliar. El programa político aspira a cambiar esta realidad. La organización política que se construyó desde el campo es una familia donde se respeta a las mujeres, y donde se rompen los estereotipos de que las mujeres deben ser frágiles y sumisas. No es una organización feminista, es anti patriarcal, anti clasista, y tiene un proyecto social donde se hace sensibilización en enfoque de genero para eliminar las desigualdades.

La autocrítica: a modo de conclusión 

En cuanto a los recursos económicos de las Farc, Valentina admite que pasaron cosas de las cuales no están orgullosos, y que asumen los hechos y las responsabilidades.  Enfatiza la necesidad de autocrítica. Señala que todos los antiguos combatientes van a pasar por la JEP y que no tienen nada que temer.

“La paz no es cuestión del gobierno ni de los actores armados, es cuestión de movilizarnos alrededor de la verdad y justicia”: Jomary Ortegón

Invitada: Jomary Ortegón, Vicepresidenta del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (CAJAR)

Desayuno de paz No. 4 de 2018

17 de febrero

Casi nunca se habla de crímenes de estado. Sólo se habla de crìmenes de la guerrilla. Hay que rodear el diálogo para lograr la paz completa.

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Jomary Ortegón es abogada constitucionalista y miembro del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (CAJAR). Es una mujer comprometida en la defensa de las vìctimas de violaciones de los derechos humanos, principalmente por actores estatales. Durante muchos años ha representado a esta población ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Algunos de los casos más frecuentes que llegan a CAJAR tienen que ver con ejecuciones extrajudiciales, violencia sexual, tortura y graves masacres. Estos crímenes deberían ser prioridad en la JEP (Jurisdicción Especial para la Paz), pero hay gran incertidumbre después de las diferentes modificaciones que se le hizo a la JEP en la Corte Constitucional y el Congreso.

El CAJAR y el caso Manuel Cepeda Vargas

Uno de los casos icónicos del CAJAR ha sido la defensa de la familia del congresista Manuel Cepeda Vargas ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Manuel Cepeda fue senador electo de la Unión Patriótica en 1994, cuando empezaba el gobierno de Ernesto Samper. Entonces ya habían ocurrido varios magnicidios, entre ellos los de los candidatos presidenciales Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo Ossa. Cepeda se presentó a las oficinas del CAJAR y habló con su director Alirio Uribe, quien más adelante sería electo Representante a la Cámara. Cepeda le encomendó al CAJAR su defensa en caso de ser asesinado.

El caso se ha vuelto icónico por un número de razones. Su hijo, Iván Cepeda, ha sido clave en lograr que hubiera verdad en este caso. Se convirtió en Representante a la Cámara y luego en Senador, logrando llevar los casos de la Unión Patriótica de nuevo a la vida nacional. También Alirio Uribe fue congresista y desde su posición ha sido clave en la defensa de los Derechos Humanos. Por otro lado, este caso logró que la Corte Interamericana declarará responsabilidad del Estado sobre el genocidio de la Unión Patriótica y de esa manera fue un paso importante hacía reconocimiento de responsabilidad que hizo primero Germán Vargas Lleras como Ministro de Interior y luego el Presidente Juan Manuel Santos.

Consideraciones sobre la JEP

En muy difícil crear una justicia que le convenga a todas las posiciones de la guerra, en la cual, para citar un ejemplo, encontramos que tanta culpabilidad tiene un soldado de rango bajo al asesinar o herir a un combatiente si él simplemente estaba recibiendo órdenes de un superior. ¿Es más viable judicializar a estos jóvenes o judicializar a los superiores que dieron las órdenes? Cabe recalcar que este sistema no es sólo para el ejército nacional, JEP también es para los excombatientes de las FARC. Y debería incluir también a los terceros no armados que fueron parte determinante del conflicto.

Uno de los grandes riesgos es que las verdades y reparaciones queden incompletas, ya que terceros no armados que tuvieron influencia decisiva en la toma de decisiones no están obligados a comparecer ante la JEP, según la sentencia de la Corte Constitucional. Esto genera incertidumbre sobre si ellos participaran en la Comisión de Esclarecimeinto de la Verdad (CEV) y contribuiran con información a la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas.

Impunidad

El mayor temor expresado por Jomary es que la gente crea que esto llevará a la impunidad y que las víctimas no tendrán reparación simbólica ni verdad, a menos que hayan sido de las Farc. Además, existe el precedente del proceso de Justicia y Paz, en el que la verdad de los paramilitares fue parcial. Sin estos insumos es difícil el trabajo de la CEV en busca de la verdad completa del conflicto armado. También falta la desmovilización del ELN y su adhesión al Sistema Integral. De esta manera, quedan grandes vacíos en la implementación del punto de Víctimas y Justicia del Acuerdo de La Habana. Añade Jomary que se va a requerir una masiva movilización para lograr la restauración total de los derechos de las víctimas, en un país donde la impunidad tiende a ser la norma. Para eso es importante rescatar la pregunta con la cual se inició el desayuno: ¿Será el Sistema Integral suficiente para acabar con la cultura de impunidad en Colombia?

Jomary enfatiza que se va a requerir un movimiento social detrás de la verdad y la memoria histórica que haga que este Sistema realmente cierre el conflicto armado. Pero también es necesario que las víctimas de todos los lados del conflicto se sientan satisfechas con el proceso. La insatisfacción de las víctimas puede desatar en nuevas violencias.

 

Jóvenes urbanos, delincuencia y postconflicto

Invitada: Elena Butti (Candidata a Doctorado, Universidad de Oxford)

Desayuno de paz No.6 de 2018

3 de marzo

El inicio del proyecto

Elena Butti es candidata al doctorado en estudios socio-legales en la Universidad de Oxford. Llegó a Colombia interesada en el tema de Jóvenes y proceso de paz, viajó por varias regiones: Chocó, Cauca y Antioquia, para elegir un sitio, vivir un tiempo allá y conocer bien las historias y las dinámicas de vida. Eligió San Carlos, Antioquia, por ser un centro de construcción de paz, con diversas organizaciones trabajado allí y también con historias de victimización por parte de varios actores armados y procesos de reconciliación importantes. Le interesó ver cómo se desarrollaban allá conceptos como reparación, reconciliación y paz. Vivió allí durante un año y se encontró con un grupo de jóvenes tildados por la gente como conflictivos, que no asisten a la escuela, con problemas de drogadicción, microtráfico. etc. y quiso investigar por qué se presenta esta situación con estos jóvenes. Después de su experiencia en San Carlos, Elena produjo el documental “Somos”.

¿Quiénes son los chicos?

Comenzó su investigación antropológica, se acercó a estos chicos y entendió que son jóvenes desencantados; se sienten marginados, excluidos y ellos y sus familias sufren una brutal marginación social que incluye, por supuesto, la marginación económica. Viven en lugares muy pobres, están en contacto con estratos más altos que tienen acceso a cosas que ellos no tienen, y entonces se agrega el tema de la desigualdad. Hay otros elementos culturales, como la limpieza social contra gente de la calle, drogadictos y gamines, cuyo foco es que hay personas que no deben existir en la sociedad. Esto crea unas identidades de exclusión muy fuerte en ellos. Estas dinámicas se perpetúan a través de la tecnología (redes). Se suma la dinámica de distinción entre niños buenos y niños malos, que incrementa en ellos la identidad “negativa”, reforzada también por la educación punitiva de la familia y de la escuela, cuando tuvieron acceso a ella. Todo ello conjuga una mezcla social y cultural que legitima la violencia como forma de expresión para lograr resultados y la inclinación a obedecer al más fuerte (al “duro”). Después de ser expulsados de la escuela, sienten que ya no pertenecen a ese mundo de las instituciones y que, por lo tanto, deben acercarse a otros “mundos”.

La paz: algo ajeno

Con respecto a la paz, nos cuenta Elena, estos jóvenes sienten que no les pertenece, porque su vida está hecha de violencia. Además, la ven como un proyecto del Estado, que no tiene nada que ver con ellos. Muchos confiesan que no les interesa la paz, sino la venganza por la muerte de sus familiares, como una ruta válida. Y no creen en sus resultados, puesto que ven que han disminuido los homicidios, pero los “duros” siguen actuando. Frente a los acuerdos de paz, estos chicos sienten que también son excluidos con relación  a las posibilidades de mejoramiento que pregonan estos acuerdos.

¿Qué esperar en el posconflicto?

En cuanto a los retos para el posconflicto, Elena señala que es difícil obtener buenos resultados si continúan las inmensas desigualdades y en este sentido es importante implementar cambios estructurales de índole económica, social y cultural. Es urgente una reforma educativa, pues el esquema actual, de un lado, induce a memorizar los conocimientos y, por otro lado, la relación profesor-alumno es muy jerárquica. Además hay que hacer más trabajo con la familia, con la cual nadie se quiere involucrar por considerarla de la esfera privada.

Sobre la legitimidad de estos jóvenes marginados en su contexto, Elena explica que los grupos armados, pandillas ligadas a las mal-llamadas bandas criminales (BACRIM), los reconocen cuando hay una ONG que implemente un proyecto en una escuela pública, por ejemplo, y la BACRIM lo autoriza. Se acepta el papel del Estado en la educación y en las actividades culturales, pero no se acepta la legitimidad del Estado en cuanto a seguridad y justicia; para resolver  problemas de autoridad, los jóvenes acuden a los “duros”, que son más efectivos, intervenciones que, inclusive, son legitimadas por la Policía.

¿Qué se puede hacer con estos jóvenes desde la sociedad civil?  

Elena sugiere que, como sociedad civil y como individuos, debemos ser conscientes de las categorías de lenguaje que usamos para hablar de ellos, por ejemplo, tratándolos de “viciosos”, término relacionado con “vicio”, algo negativo; categorías como ésta generan percepciones negativas sobre ellos, además de crear imaginarios de limpieza social. Podemos comenzar con pequeños cambios a través de nuevas prácticas de lenguaje más incluyentes, más respetuosas, para aceptar a personas diferentes.

Estas reflexiones de Elena conducen a pensar que el tránsito de la guerra a la paz, después del desarme de grupos como las FARC, conlleva procesos difíciles, como desactivar las pandillas urbanas. En segundo lugar, la violencia cultural es mucho más difícil de abordar; es una violencia estructural y de ahí la  importancia de mirar la familia y el colegio como lugares de diagnóstico e intervención para empezar a transformar la cultura cotidiana, como prácticas de transformación de una cultura de guerra a una cultura de paz.

“La UBPD es una oportunidad para que la sociedad recupere y ejerza sus derechos políticos”: Luz Marina Monzón

Desayuno de paz No.1

20 de enero de 2018

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Luz Marina Monzón, elegida como directora de la Unidad para la búsqueda de personas dadas por desaparecidas (UBPD), nos acompañó en el primer desayuno de 2018 de Rodeemos el diálogo. Luz Marina es abogada y se ha dedicado a la defensa de los derechos humanos, principalmente en el tema de desaparición forzada; fue postulada al cargo con apoyo de varias organizaciones de derechos humanos.

Con ella dialogamos sobre los retos que existen para llevar a cabo las labores de la Unidad, desde su constitución y posicionamiento, hasta la sensibilización sobre la importancia del tema para la construcción de paz.

Relevancia de la UBPD

La UBPD hace parte del Sistema integral para Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (SIVJRNR), creado en el marco de los acuerdos de La Habana con el fin de realizar la búsqueda de las personas desaparecidas con ocasión y en razón del conflicto armado. Se creó por iniciativa de las víctimas debido a que los mecanismos existentes no habían dado respuesta a sus reclamos. Aunque desde hace 18 años existe la Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas, creada por la ley 589 del 2000, cuando se reconoció que había un delito que iba más allá del de secuestro, su mandato consiste solo en apoyar la búsqueda, la cual ha estado a cargo de otros organismos como la Fiscalía.  La UBPD, por el contrario, tiene el mandato de buscar, encontrar, identificar y entregar a las personas. Tiene carácter extrajudicial (es decir, no determina ni juzga los responsables, ni aporta pruebas) y un enfoque humanitario.

La búsqueda de personas desaparecidas es un mecanismo cuya finalidad es contribuir a la verdad para que las familias de las víctimas de desaparición forzada logren aliviar su sufrimiento. Además del enfoque humanitario, que significa en esencia actuar desde las necesidades de las víctimas y proteger la confidencialidad, esta unidad tendrá un enfoque territorial, entendido más como una acción itinerante que como la presencia de una delegación en cada municipio, y de participación, lo que implica que tanto las víctimas como la comunidad harán parte activa de los procesos de búsqueda.

Además, complementará a la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición y contribuirá al proceso de definición de responsables, con documentación técnica para la construcción de casos, que estará a cargo de la Jurisdicción Especial para la Paz. En este sentido, es muy importante la sincronía del funcionamiento del SIVRJRNR, y por tanto estos tres mecanismos deben funcionar de manera articulada para que se cumpla con el compromiso de justicia,  reparación y  no repetición.

Los retos de la UBPD

Esta unidad enfrenta muchos retos. En primer lugar, a pesar que el Comité de Escogencia ha elegido a Luz Marina como la directora en su cargo, ella no ha sido posesionada, razón por la cual aún no se ha definido el funcionamiento, ni asignado el presupuesto de la unidad.

En segundo lugar, se está a la espera de su constitución: hasta el momento la Corte Constitucional no ha declarado exequible el decreto presidencial que define sus funciones. Se espera que esto suceda pronto. Ya que este decreto, determina que la UBPD debe ser un órgano independiente, con autonomía presupuestal, que a pesar de pertenecer al sector justicia, no depende de este ministerio. Sin embargo, para su conformación deben intervenir: el Ministerio de Justicia, el Departamento de la Función Pública, del Ministerio de Hacienda que dictamina si hay recursos, y  otras instituciones que contribuyen a determinar su carácter y alcance. El decreto además estipula que entre las condiciones para su funcionamiento están su carácter extrajudicial y la garantía de confidencialidad en el manejo de la información y de sus fuentes.

En tercer lugar, establecer un universo de víctimas en un contexto de cifras oficiales divergentes. Diversas instituciones y organizaciones como la Fiscalía, el Centro Nacional de Memoria Histórica, Medicina Legal, la Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas, entre otras, establecen un rango de entre 20.000 y 60.000 personas desaparecidas en el marco del conflicto armado. Es importante igualmente que se establezca una metodología clara de identificación de restos y de documentación de los casos para evitar el riesgo de una doble desaparición si no se tiene claridad sobre qué hacer una vez se hayan recuperado los cuerpos. Por esto enfatiza en que no se deben hacer inhumaciones indiscriminadas.

En cuarto lugar, es importante establecer el procedimiento para la protección de las zonas en donde se tienen indicios de que puede haber restos de personas. Finalmente, en quinto lugar, el enfoque humanitario debe incluir tanto el acompañamiento psicosocial en articulación con la Unidad de Víctimas, como el apoyo a los equipos de trabajo y su capacitación permanente.

El papel de la comunidad internacional

El papel de la comunidad internacional ha sido muy importante para el desarrollo de la UBPD. Su papel ha sido relevante en dos sentidos: 1) como acompañante en el proceso de constitución y puesta en marcha; 2) a través de los recursos de cooperación internacional que aportan a su funcionamiento, pues estos no están garantizados por el Estado colombiano.

Reflexiones finales: el papel de la sociedad civil

La sociedad civil tiene un papel muy importante. De ahí la pertinencia de sensibilizar e informar sobre el tema de la desaparición forzada. Deben generarse campañas de sensibilización para que las personas que desconocen el delito de desaparición forzada, o no han sido afectadas por él, sean informadas y así mismo sean garantes del cumplimiento de los acuerdos en esta materia.

La creación de la UBPD es una oportunidad para la sociedad recupere y ejerza sus derechos políticos y pueda realizar una veeduría activa, permanente, sistemática y estratégica de la implementación de los acuerdos. Sobre todo, de los mecanismos de reparación, pues son estos los que van a permitir que se pueda hablar de paz. Esta veeduría debe incluir un diálogo con los actores políticos postulados y los elegidos en los próximos comicios, quienes tienen la responsabilidad