Los desayunos de paz se realizan bajo la dirección de ReD Bogotá con el objetivo de reunir a diferentes conferencistas para que nos expliquen diferentes temas politicos relacionados con la paz de Colombia.

Desayuno de Paz No. 21 de 2017 – La construcción de la paz territorial

Invitado: Emilio Huertas, Lutheran World Relief (LWR)

Tema: La construcción de la paz territorial

1 de julio de 2017

Emilio Huertas, director de Lutheran World Relief en Colombia, comienza expresando su admiración por ReD y su deseo de tejer una alianza con este grupo. Menciona también que, aunque es bogotano, siempre ha tenido una estrecha relación con el campo, los campesinos y los indígenas.

desayuno 211

Hace un breve diagnóstico de lo logrado en el proceso de paz en La Habana, pero menciona también la frustración por los errores cometidos, como la construcción improvisada de los campamentos en las Zonas Veredales de Transición y Normalización (ZVTN), que habrían podido ser construidos de manera eficiente por organizaciones campesinas, o incluso los mismos guerrilleros, en ejercicios concretos de reconstrucción del tejido social. Calcula que el marco temporal de la implementación de los acuerdos puede ser de 15 años. Señala que a todos nos incumbe la responsabilidad de la acción: conocer los acuerdos y trabajar por la transformación del país.

Elementos del sistema de paz territorial

Emilio enfatiza la importancia de apoyar y acompañar la implementación de los acuerdos en los territorios. Menciona algunos elementos de la estructura del “Sistema Territorial de Apoyo y Acompañamiento a la implementación de los Acuerdos de Paz entre el Estado Colombiano y las FARC-EP” (TASS por su siglas en inglés –ver artículo en el Hufftingtonspost), el cual en principio se concentrará en las 16 regiones definidas para los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDETs). Según el Acuerdo Final, éstos son territorios muy diversos.

El TASS, es un sistema integral en que deben hacerse inversiones transparentes, eficientes, que vinculen a la sociedad civil, al Estado, al sector privado y a la comunidad internacional. Los capitales privados son un elemento clave para asegurar la sostenibilidad de los logros.  Se necesita trabajar conjuntamente con los colectivos locales, las universidades y las estructuras regionales, aportando apoyo financiero y en recursos humanos, asistencia técnica y respaldo político. Debe existir un sistema para hacer llegar propuestas al sistema, acogiendo aquellas de quienes piensan diferente; hasta ahora, dice, la metodología de participación en el sistema está muy cruda.

También, podría pensarse en una alternativa al servicio militar obligatorio en los territorios, como por ejemplo un servicio agrícola y social en zonas rurales. Se deben implementar comisiones regionales de paz y otros espacios de interacción, en los que la sociedad civil está llamada a participar. Igualmente, es importante de forjar alianzas con entidades extranjeras, como la agencia de cooperación de Estados Unidos, USAID, para impulsar las cooperativas y promover el desarrollo rural. Se necesita apoyo de la embajada de Estados Unidos para la contratación de consultores, por ejemplo.

¿Qué va a pasar con los otros actores armados en los territorios?

Emilio señala que, sin las FARC-EP en armas, el Estado debe poder desmantelar los otros grupos armados presentes en los territorios, tales como el ELN y los grupos herederos del paramilitarismo, así como las bandas criminales al servicio del narcotráfico y las disidencias de las FARC que no se acogieron a la negociación.  El problema central es el de la seguridad y los graves riesgos en esa materia. En este contexto, debe propenderse por hacer alianzas estratégicas con las estructuras locales, tales como la guardia indígena.

desayuno 212.png

Cultivos ilícitos y territorio

Emilio opina que mientras no se legalice la cocaína en Estados Unidos, no se resolverá el problema (como pasó con la prohibición del alcohol en el siglo pasado). Si fuera legal, Colombia tendría un producto de exportación rentable. Por el momento, es el campesino el que menos gana en toda la cadena. Se debe asegurar que haya cultivos alternativos rentables, que tengan mercado y que la familia campesina goce de soberanía alimentaria. Enfatiza que no es necesario construir más vías terciarias sino más bien, especialmente en zonas montañosas, buscar alternativas adecuadas, como el transporte por cable o fluvial. Debemos llevarles a los campesinos aliento.

La sombra de 2018

¿Se hará “trizas” el acuerdo? Emilio es claro en señalar que lo que pase en 2018 depende de todos nosotros. Como sociedad civil debemos exigirle al gobierno que controle el uso de la fuerza, independientemente de quién gane las elecciones. Al cierre, enfatiza la importancia del “diálogo de improbables”, por ejemplo, entre las empresas mineras y las comunidades afectadas, para lograr cambios positivos. Para incidir en las políticas, añade, hay que dialogar con el otro.  No hay otra solución.

Desayuno de Paz No. 23 de 2017

Invitada: Olga Amparo Sánchez, Casa de la Mujer

Tema: El papel de las mujeres en la construcción de paz.

15 de julio de 2017

Olga Amparo Sánchez se caracteriza a sí misma como feminista, paisa, madre y abuela. Hace parte de la organización Casa de la Mujer, que trabaja por los derechos de la mujer y evidenciar la estigmatización del género dentro de la sociedad para poder combatirla y alcanzar la igualdad de oportunidades y derechos. Esta organización tiene 35 años de vida, y desde sus inicios ha acompañado a mujeres víctimas de las violaciones de sus derechos.

desa23.jpg

Una constante histórica, geográfica y de estrato: la violencia contra las mujeres

Olga Amparo hace un recorrido histórico de décadas recientes, desde la persecución durante el Estatuto de Seguridad de Turbay Ayala, que incluyó innumerables casos de tortura, abuso y violación sexual contra las mujeres, hasta hoy, y encuentra que Colombia sigue teniendo el patriarcado como sistema sociosexual. Esto tiene serias consecuencias para el rol de la mujer en la sociedad, pues la hace subordinada y la priva de su autonomía. Olga Amparo resalta la necesidad de que nos deconstruyamos y deconstruyamos los imaginarios, rompiendo los mandatos que hemos heredado de generación en generación.

Pero resulta difícil que la mujer se pueda construir a sí misma (que sería lo ideal) pues la subordinación le aporta ganancias secundarias: la aparente seguridad y compañía de un hombre. Pero la necesidad de seguridad o compañía no implica restringir nuestra autonomía: reconocer que necesito al otro no implica castrarme. Todos los seres humanos dependemos de otros; después de todo, somos seres sociales con necesidades que no podemos satisfacer en su totalidad por nuestra propia cuenta. La autonomía también implica el reconocimiento de la necesidad del otro.

Por otra parte, la sociedad no está acostumbrada a las mujeres autónomas. Pero si las mujeres van a hacer un aporte a el proceso de paz, es necesario que puedan desplegar sus capacidades por fuera del rol de mamá y ama de casa. Así podrán ser líderes dentro de las comunidades y generar cambio. Para esto es necesario que puedan tener acceso a las oportunidades de las cuales los hombres gozan con más facilidad y frecuencia, como la educación.

Las mujeres víctimas de la violencia armada experimentan privación económica, social, política y en términos de educación. La violencia se da en todos los estratos y poblaciones, pues se ha convertido en una forma de ejercer el poder y en una matriz del país. Para sobreponerse a ella, es necesario que sean fuertes, que denuncien y que luchen por lo que les importa. Además, es necesario un acompañamiento para concientizar a la mujer y hacer que todo esto deje de parecerle natural. Resulta también muy importante reproducir el pensamiento de igualdad para romper con los esquemas sociales; solo así podrá la mujer alcanzar cierto grado de autonomía y hacer una aporte a la construcción de la paz. Las mujeres tienen que conquistar su autonomía.

Las mujeres cumplen un papel muy importante pues viven el conflicto de manera diferente. Además de ser víctimas del desplazamiento, muchas tienen que enfrentar situaciones sumamente inhumanas, como el entierro de seres amados (asociado al papel de esposas y de madres) y el abuso sexual. Al estar tan involucradas en el conflicto, su papel adquiere importancia.

El poder del diálogo

En cuanto al poder del diálogo, y específicamente a los diálogos con las guerrillas o los paramilitares, Olga Amparo estima que a pesar de lo difícil que resulta reconocer al otro cuando es tan distinto, es necesario humanizar al contradictor, verlo de frente y desde su condición humana y así descubrir que no es un monstruo. Sólo el diálogo puede lograrlo.

Se refiere, por ejemplo, a la falta de arrepentimiento por parte de los victimarios. Lo más común, dice, era que los perpetradores de la violaciones de los derechos humanos hablarán de forma “natural” acerca de las cosas que hacían. Por ejemplo, les advertían a las madres que no siguieran buscando a sus hijos desaparecidos porque sus cuerpos habían sido arrojados al río. Doloroso como puede ser esto, nos reafirma en cuanto a la necesidad de cambio.

desay23.jpg

El feminismo y sus detractores

El feminismo es especialmente criticado y antagonizado por el capitalismo y el patriarcado. El feminismo no es rentable, pues exige la igualdad de oportunidades laborales y salariales de mujeres y hombres, y esto no les conviene a las empresas. Aparecen entonces prejuicios y resistencias frente al feminismo. Está también el hecho de que la autonomía implica compartir el poder, lo que hace que se vea como una amenaza. Pero Olga Amparo señala así mismo que Los roles sociales también afectan a los hombres. Los hombres tienen más derechos pero al mismo tiempo son víctimas de estereotipos y rígidos roles; deben ser fuertes y demostrar su capacidad como proveedores y como amantes.

Así pues, las causas estructurales del conflicto no son sólo la pobreza y la desigualdad, sino que tienen que ver también con los imaginarios y las matrices culturales que debemos constantemente cuestionar y deconstruir.

 

Desayuno de Paz No. 20

Invitado: Henry Rivera, Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ)

Tema: El Sistema de Justicia Transicional y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP)

24 de junio

Henry Rivera, abogado santandereano, coordinador del área de justicia del Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ), abordó en qué vamos con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y cómo funcionará.

desayuno201

El papel del ICTJ en la justicia transicional

Primero, Henry explicó el rol del ICTJ durante las conversaciones en la Habana formulando recomendaciones técnicas. Al ICTJ se le asignaron dos responsabilidades en los acuerdos: por un lado, el ICTJ debe escoger a un miembro del comité de selección que va a elegir la terna que va a conformar la unidad de investigación, los comisionados de la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad y los magistrados de la Jurisdicción Especial de Paz, y por otro lado realizará acompañamiento al punto de víctimas junto con la ACNUR, el CICR y la Embajada de Suecia.

El Sistema de Justicia Transicional

En Colombia se está construyendo un nuevo régimen de justicia transicional resultante de las conversaciones entre el Gobierno y las FARC en la Habana. Desafortunadamente a causa de la dificultad de construir toda una institucionalidad estatal desde ceros, y como consecuencia del triunfo del ‘No’ en el plebiscito del pasado de 2 de octubre, este régimen de justicia no se encuentra listo para empezar a operar. Esto, a pesar de que los guerrilleros de las FARC ya se encuentran concentrados en las Zonas Veredales y por estas semanas están dejando sus armas.

Henry explicó cómo se creó el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición (SIVJRNR). Los esquemas clásicos de justicia existentes no son suficientes para desentrañar la complejidad de la situación del conflicto colombiano. Por eso surgió la necesidad de plantear un sistema que fuera más allá del modelo de justicia penal por el cual nos regimos actualmente. El SIVJRNR es un sistema holístico que se creó para resolver tres necesidades de justicia que surgieron de las negociaciones entre las FARC y el gobierno colombiano:

  1. Facilitar la salida del conflicto.
  2. Satisfacer los derechos de las víctimas ahora, con el propósito de resolver sus demandas de justicia para que estas no permanezcan en el tiempo.
  3. Brindar seguridad jurídica a las personas que participaron en la negociación y lograr la transición hacia la paz que se está buscando.

Para lograrlo, ambas partes tuvieron que ceder a sus demandas. Las FARC reconocieron el Estado y sus instituciones, y el Gobierno le reconoció el carácter político a este grupo guerrillero. El resultado es un modelo de justicia que consistirá en unas Salas de Justicia Especial y un Tribunal para la Paz, que juntos conforman la Jurisdicción Especial para la Paz, y que al mismo tiempo hacen parte de SIVJRNR, dentro del cual están otros elementos, como las medidas de reparación a las víctimas y la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad.

Henry menciona que es particularmente importante entender bien el tema de justicia penal porque existen unos estándares de justicia internacional más allá de los cuales nuestro modelo de Jurisdicción para la Paz no puede estar. Por esta razón, los crímenes que se cometieron en el marco del conflicto que alcanzan la categoría de crímenes internacionales, como los crímenes de guerra y de lesa humanidad y violaciones de derechos humanos, deben ser investigados y judicializados. Dados estos estándares internacionales, no se pueden aplicar amnistías generalizadas y fue necesario incluir capítulos dedicados a la justicia penal.

¿En qué consiste la Jurisdicción Especial Para la Paz (JEP)?

Para entenderla hay que reconstruir las premisas sobre las cuales se construyó:

  1. A mayor verdad menor punibilidad. Las sanciones se van a modular dependiendo del aporte de verdad que la persona ofrezca. Para esto se crea una Sala de Reconocimiento de Responsabilidad y Reconocimiento de Conductas (sala de conductas), la cual sirve como puerta de entrada al modelo. Esta sala recibe informes que presentan la Fiscalía, Contraloría, Procuraduría, Comisión de Acusaciones de la Cámara, la Justicia Militar, la rama judicial, las organizaciones de víctimas, etc… y estos informes son el alimento de la Jurisdicción Especial para la Paz. A partir de estos la sala hará un ejercicio de contrastación y llamará a las personas en los informes para definir sus conductas. Esto es distinto a la justicia penal ordinaria.

A partir de ahí se crearán dos rutas: una ruta de reconocimiento de responsabilidades y otra para las personas que no reconozcan su responsabilidad en los hechos.

  1. Aplicación de amnistías. Para determinar la aplicación de amnistías, se crea una Sala de Amnistía basada en que el sistema jurídico colombiano permite amnistiar ciertas conductas. Además, los instrumentos internacionales también ofrecen rutas para la amnistía, percibiéndola como un mecanismo deseable para resolver conflictos armados. En Colombia, los delitos políticos y conexos son amnistiables. Por otro lado, el numeral 40 del Acuerdo incluye una lista de los delitos que no pueden ser amnistiados.

Otra instancia que se crea es la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas, cuyo propósito es darle simetría jurídica a los crímenes cometidos por los agentes del estado.

  1. Reconocimiento de la masividad y sistematicidad de las violaciones de derechos humanos. Para esto se crea un Tribunal para la Paz, que se concentrará en juzgar los crímenes más graves y significativos teniendo en cuenta que no se van a poder resolver todos los crímenes.
  2. La Jurisdicción Especial para la Paz está pensada para facilitar la rendición de cuentas de todos los actores involucrados en el conflicto. La Jurisdicción para la Paz va a estar abierta a todas las personas que cometieron crímenes en el marco del conflicto, incluyendo civiles, miembros de la fuerza pública, políticos y demás, que podrán ser juzgados si hicieron parte de los crímenes más graves y representativos. Para otras personas que pudieron estar involucradas en crímenes menos graves, sus casos van a la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas.

A grandes rasgos, ¿cómo funciona este aparato?

Si la persona reconoce su responsabilidad en los hechos, su caso pasa a la sección de reconocimiento del Tribunal para la Paz. La sección de reconocimiento impone sanciones de carácter restaurativo, que en los casos más graves implican sanciones de restricción de la libertad de 5 a 8 años.

 Si la persona niega su responsabilidad, en la sección de no reconocimiento del Tribunal se da un proceso penal ordinario. Por eso se creó una Unidad de Investigación que actúa como una Fiscalía que demuestra la responsabilidad de esa persona en los crímenes que se le atribuyen. Esta sección podrá enviar a los culpables a la cárcel, tal como dentro del sistema penal ordinario.

Por otro lado, estará la Sección de Revisión, encargada de revisar sanciones previas, pero ahora dentro de este Sistema de Justicia Transicional, evaluando los crímenes en el contexto del conflicto armado. Esta sección puede cambiar la definición de los delitos cometidos y la sentencia imputada.

desayuno202

Conclusión

La Jurisdicción Especial para la Paz no es un cheque en blanco de impunidad. Por el contrario, es bastante compleja, pues está pensada para evaluar la complejidad misma de las diferentes situaciones que ocurrieron durante el largo conflicto armado en Colombia. Por eso el mundo mira con interés y esperanza la implementación del punto de víctimas del acuerdo Gobierno-FARC.

Desayuno de Paz No. 17

Serie Aprendizajes en Construcción de Paz desde los Territorios (Alianza Redprodepaz)

Invitado: Padre Juan Pablo Romero, Programa de Desarrollo y Paz Boyapaz

Junio 3

Nuestro invitado, el sacerdote y abogado Juan Pablo Romero, jefe ejecutivo de la organización Boyapaz — que hace parte de la Redprodepaz—comenzó evocando a Monseñor Leonardo Gómez Serna y al padre Francisco de Roux, pioneros en esta iniciativa de paz y desarrollo que empezó en el Magdalena Medio. Nos habló de los esquemas de desarrollo de las regiones mineras de Boyacá occidental, basados en la extracción y la explotación; de la importancia determinante del “patrón” de la minería de las esmeraldas y del abandono e indiferencia del Estado. Juan Pablo es una persona con la determinación y capacidad para hacer un cambio en su comunidad, y es reconocido por sus acciones sin descanso para contrarrestar la influencia de los patrones de las esmeraldas, cuyo dominio ha determinado la existencia de una “violencia tácita” en esta región.

Imagen 1

El conflicto en Colombia: no sólo las guerrillas

El padre Juan Pablo enfatizó en que, a diferencia de algunas falsas percepciones, las FARC, el ELN y Víctor Carranza no son los únicos actores en la violencia en Boyacá, y nos invita a desmitificarlos. Insistió en que la conflictividad en ese departamento viene menos de la guerrilla que de la situación económica. Explica que, al estar el occidente de Boyacá conectado con el Magdalena Medio, hay fuerte presencia del paramilitarismo, el cual no permitió que llegara la guerrilla a la zona esmeraldífera, pero sí los narcotraficantes, que sacaban la coca por el Magdalena Medio hacia el Pacífico. Señaló que en todos los rincones rurales de Colombia se pueden ver los resultados de un desarrollo en que unos pocos tienen el poder de afectar negativamente a su comunidad. Dijo que en Boyacá hay muy pocas zonas afectadas por el conflicto con las FARC y que el fondo del problema es un desarrollo desigual. Por eso invita a “darle la justa medida a la guerrilla como generadora de la violencia, ya que, si no vemos los otros fenómenos generadores de conflicto, y de pobreza, nos vamos a ahogar.” Al respecto menciona como en este país mega-hídrico, hay graves problemas de acceso al agua pues no la sabemos proteger; además ocurren desastres como el de Mocoa, que derivó del descuido en el manejo ambiental.

Los patrones de las esmeraldas

En Boyacá occidental, donde actúa Boyapaz, estos patrones determinan lo económico, lo social, lo político, todo. Para el resto de la población, la falta de oportunidades ha generado una forma macabra de buscar la riqueza fácil; este proceso, que es ilegal, consiste en correr sin protección a las minas a buscar esmeraldas en la tierra de desechos (el material estéril) para venderlas. Sugiere ver en You Tube el video Las voladoras que ilustra esta dramática situación.

Los procesos como estos son mortales y han cobrado cientos de vidas en la zona; también hay gran presencia de sicarios y prostitución de menores, que no ven ninguna otra forma de sobrevivir. El poder de los gamonales sobre la economía, la política y las minas crea una oportunidad para silenciar a, entre otros, a líderes sociales o de la oposición política que amenacen con tumbar el imperio de poder que las familias esmeralderas han acumulado. Los excluidos pueden ganar dinero beneficiándose de los esmeralderos, quienes necesitan sicarios para silenciar a la oposición. Se ha desarrollado una cultura del malgasto, de la riqueza fácil y de la muerte. Predomina el individualismo, y las organizaciones sociales son débiles. El papel del Estado, que está ausente, lo asumen las empresas mineras con un asistencialismo malsano.

Imagen 2

“El desarrollo es el nuevo nombre de la paz”

Esta frase de Paulo VI citada por el padre Juan Pablo, ilustra la labor que Boyapaz viene adelantando, aunque se sienten solos pues son solo tres personas liderando las acciones. Menciona como ejemplo alentador el plan de sustitución de coca por cacao, en el que han dado pasos exitosos. También ven un aliento de esperanza en los proyectos de las comunidades con cultivos alternativos de cacao, frutas, café, aguacate y panela. Sobre la precaria situación de las mujeres, que están vulnerables y sin protección, el padre Juan Pablo insistió en que hay evitar que sus hijos terminen en la minería. Su aspiración es fortalecer a las mujeres mediante empresas solidarias de artesanías y otras actividades.

En cuanto a las perspectivas de la región de Boyacá occidental en el posconflicto, nuestro invitado señaló que, dado que esta no es zona de presencia de las FARC, tampoco es receptora de recursos del post-acuerdo y deberá buscar recursos de otras fuentes para su desarrollo. Habló de los Concejos Municipales de Paz como los gestores de procesos políticos y económicos locales para hacer contrapeso a la minería y a la coca, y de la importancia de fortalecer las comisiones empresariales, una figura dentro de las Juntas de Acción Comunal.

En conclusión, el Padre Juan Pablo Romero enfatizó la necesidad de repensar la región en torno a los tres ejes de la red: 1) la incidencia política de la población y sus organizaciones; 2) la asociatividad y el cooperativismo, creando empresas solidarias; y 3) la reconciliación. Además, valoró el apoyo de la Universidad Santo Tomás, que está convocando personas a integrar un “consejo de sabios” que les ayuden a pensar la región, pues considera que el occidente no ha sido pensado como lo merece.

Desayuno de Paz No. 16

Invitado: Miembro de Misión de Monitoreo y Verificación

Tema: Desarrollo del punto 3 de los acuerdos de paz, fin del conflicto

Mayo 27

El desayuno inició con una breve presentación de cada uno de los asistentes, quienes también formularon algunas de sus principales dudas frente a la implementación del punto 3 de los acuerdos, en tanto a experiencias vividas, garantías de entrega de armas y mecanismos de monitoreo y verificación.

Posteriormente nuestro invitado especial nos contó que ha recorrido parte de todos los continentes durante los últimos 22 años trabajando en temas relacionados con la transición de grupos armados insurgentes a la política. Entre estas experiencias estuvo en Nepal, donde atendió el proceso de paz. Frente a su visión del proceso de Colombia, de manera sintética, resalta que este se ha estructurado a partir de experiencias significativas de otros procesos y esto aumenta la posibilidad de éxito.

La ONU en el Mecanismo Tripartito

1

(Fuente: https://twitter.com/MisionONUCol)

La preocupación y responsabilidad de la ONU frente al punto de fin del conflicto va más allá de la entrega de armas: va enfocada también hacia las personas y el bienestar de las partes involucradas; es por esto que la ONU impulsa la intervención de ambos actores del conflicto en el proceso de verificación de sus propias conductas y lo hace precisamente a través del  mecanismo tripartito, que funciona como mecanismo conjunto de verificación a la implementación, en este caso del punto 3. El objetivo es, entre otros, generar confianza entre las partes involucradas. El mecanismo consta de 3 componentes que facilitan su misión: el componente político, el componente militar y el internacional. Las tres partes que lo integran son: el Gobierno Nacional, la Organización de las Naciones Unidas y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El vaso medio vacío

El cumplimiento de los tiempos acordados ha representado un desafío en lo que respecta a la entrega de armas. Así mismo, ha habido factores externos al cumplimiento del Gobierno y las FARC, como el triunfo del NO en el plebiscito, que han afectado el desarrollo de la logística de implementación.

Otro de los aspectos que ha obstaculizado la implementación del punto relativo al fin del conflicto, es la violencia que se sigue presentando de manera persistente. El asesinato de líderes sociales, e incluso de familiares de los miembros de las FARC afecta el proceso de dejación de armas y si no se resuelve apropiadamente afectará el proceso de reincorporación. Normalmente es de esperar que haya algún tipo de violencia después de la firma de los acuerdos, pero vale la pena preguntarse ¿si la violencia que se está dando ha sido más de la razonable?

Frente al asunto de las disidencias, y del incremento de la actividad otros grupos armados es importante mencionar que las FARC mantenían un status quo en muchas regiones, y al dejar un vacío, otros grupos han empezado a ocupar dichos espacios; estas situaciones se están dando en lugares muy concretos, enfocados en violencias frente a ciertas poblaciones.  También ha habido dificultades y retrasos por la parte logística pues al crear las zonas veredales no se previó que se requería destinar un espacio para la dejación de las armas.

El vaso medio lleno

En el desayuno hablamos también de los aspectos que valdría la pena resaltar de lo que hasta ahora se ha implementado en cuanto a la entrega de armas. Frente a esto, se puede recoger que ha sido exitoso el cumplimiento del cese del fuego y las hostilidades; así mismo, se ha podido constatar el avance en la dejación de las armas. En este momento hay 7000 armas identificadas y registradas, meta que hemos podido alcanzar en parte gracias a la coordinación y la confianza generada entre ambas partes durante las negociaciones.

Sesión de preguntas

Las preguntas estuvieron enfocadas en la posibilidad de participación de las comunidades con el mecanismo tripartito, la posible existencia de caletas y el papel clave que tienen los medios de comunicación. Frente a esto, se plantea que un proceso ideal debería contar con la participación de las diferentes comunidades, sin embargo, es algo ambicioso y dificulta la implementación. Se resalta la importancia de conocer hoy en día la existencia de caletas y se expone el caso del FMLN de El Salvador, un grupo guerrillero al que descubrieron caletas en su transición política, arruinando los intentos de reincorporación que se llevaban a cabo. En tanto a la última pregunta. Los medios tienen un papel fundamental, en especial las redes sociales y en la difusión de diversas experiencias frente a las negociaciones enfatizando en la responsabilidad que tienen en la visión de la población frente a las negociaciones.

2

Cierre

El desayuno finalizó con una anécdota que sintetiza las experiencias vividas desde una perspectiva humana. En ella habló del drama de la formación de familias de las FARC, y del caso de las mujeres mayores de 45-50 años que sacrificaron todo y ahora ven distante la formación de una familia. Y con un mensaje para ReD de felicitación, porque  espacios como éste, de información, participación y reconciliación que son fundamentales para la construcción de paz.

Desayuno de Paz No. 15 de 2017

Invitado: César Torres, Consultor Banco Mundial

Tema: Justicia comunitaria para la paz

Mayo 20

En este desayuno tuvimos como invitado a César Torres, quien con una charla muy amena nos dio un panorama general de la justicia comunitaria. La conversación inició con la presentación de los asistentes y su respuesta a la pregunta: ¿Qué entiende por justicia comunitaria? Los resultados mostraron un patrón poco usual en los desayunos, puesto que la mayoría no tenía ningún conocimiento del tema o sus ideas se limitaban a nociones relacionadas con la justicia por mano propia y la jurisdicción indígena.

¿Quién es César Torres?

Nuestro invitado nos hizo un breve resumen de su vida profesional y nos contó de su origen santandereano, de algunas de sus experiencias como abogado, profesor de filosofía del derecho, integrante de CREDHOS — Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos con acción en el Magdalena Medio–, organización que sufrió el exterminio de la mayoría de sus miembros, y fundador de la Red de Justicia Comunitaria. Desde el año 2002 se radicó en Canadá de donde regresó recientemente. Cuenta que actualmente dicha red reúne a 35 organizaciones, presentes en más de 105 municipios de Colombia.

d51

¿Qué es justicia comunitaria?

César Torres expuso el concepto de justicia comunitaria, que empezó por definir así: “Todas aquellas maneras de resolver conflictos sin recurrir a instituciones estatales. Son prácticas comunitarias, autónomas y pacíficas, que deben tener como fin la resolución de conflictos y la regulación de la vida social”. Sin embargo, aclaró, la vida real no funciona como en los libros, por lo que para entender su verdadero funcionamiento es clave aterrizar dicha definición en ejemplos concretos. Refirió cómo al trabajar con indígenas se encontró con penitencias extrañas para la lógica de la justicia ordinaria y violentas según nuestros códigos, como el uso del cepo o del fuete, y aprendió que para algunas comunidades indígenas en el Cauca estas prácticas no son considerados como un castigo sino como un remedio que busca curar, recuperar la armonía que perdió la comunidad por la acción en que incurrió la persona. Concluye entonces que la forma de resolver conflictos en la justicia comunitaria es contextual, es decir, está enmarcada en un momento y un lugar que determinan lo que es justo o injusto para una comunidad y situación determinada. Esta idea nos exige salirnos del modelo de justicia corriente y pensar en todas aquellas situaciones que sin mediación del Estado implican una resolución de conflictos, desde un problema cotidiano hasta la autorregulación ejercida por comunidades indígenas.

¿Qué papel juega la justicia comunitaria en un proceso de paz?

César nos contó que se enfrentó por primera vez a esta pregunta durante el proceso de paz con los paramilitares en el gobierno del ex presidente Álvaro Uribe. Después de estudiar 17 casos en el mundo de resolución de conflictos, incluyendo algunos países africanos, Timor Oriental, Nicaragua y Perú llegó a la conclusión de que, dada la complejidad de impartir justicia una vez finalizada la guerra, un sistema judicial corriente resulta insuficiente y se hace necesario utilizar la justicia comunitaria. Un ejemplo muy conocido es el de Ruanda, en donde se instaló un tribunal popular de reconocimiento y rendición de cuentas con el fin de dar el primer paso para la reconciliación.  En cuanto a Colombia, César Torres considera que la justicia comunitaria es una pieza clave en la reconstrucción de lazos sociales y está muy ligada a la justicia transicional.

¿Qué papel juega la justicia comunitaria en Colombia?

Nuestro país cuenta con mecanismos como los jueces de paz, los centros de conciliación, las jurisdicciones indígenas, que son espacios para ejercer esta forma de justicia. La pregunta es qué tanto los sabemos usar o si les damos la relevancia que pueden tener.

Según se pactó en el Acuerdo de La Habana, quienes hayan participado en el conflicto armado y sean indígenas podrán ser juzgados por la jurisdicción indígena. A propósito comenta César, uno de los frentes de las FARC que operaba en el Cauca estaba en un 75 % integrado por miembros de la comunidad Nasa, y muchas de las víctimas también fueron indígenas. Esto no implica que no se puedan contemplar también otros mecanismos de justicia comunitaria. No obstante, la justicia comunitaria por su carácter comunal y autónomo va más allá de estos casos y también puede ser utilizada en otros contextos relacionados con el conflicto armado; un ejemplo de esto son las tensiones que surgen dentro de las zonas veredales, que son mediadas por el código guerrillero, que no es otra cosa que un mecanismo de justicia comunitaria. También puede permear muchos otros ámbitos de la vida colombiana.

El invitado considera que la justicia comunitaria debe tener un papel importante en las negociones con el ELN en el cual, explica, hay dos mesas: una que está tratando los asuntos humanitarios y otra qué está definiendo qué es y cómo hacer real y efectiva la participación social. Aquí, resalta la necesidad de que la sociedad civil promueva una reforma a la justicia que incluya la justicia comunitaria como un mecanismo judicial alternativo, legítimo y reconocido para la solución de conflictos. Esta iniciativa correspondería al cuarto punto del proceso con el ELN, que hace referencia a las transformaciones institucionales para la paz.

d52

Preguntas y reflexiones

Surgieron varias preguntas entre los asistentes alrededor del papel de los medios en la idea de justicia, la construcción de comunidad en Colombia, la relación entre el tema expuesto y la justicia transicional, y la posible tensión entre la justicia comunitaria y la justicia ordinaria. En sus respuestas César Torres destacó la importancia de esta forma de justicia como una práctica que puede facilitar la transición y ser un complemento a la Jurisdicción Especial para la Paz y que requiere la existencia de comunidades organizadas y autónomas. Explicó cómo aunque en la justicia ordinaria y tradicionalmente se entiende el crimen como una deuda con el Estado, para lo cual se creó el Código Penal, la deuda en realidad es con la víctima y por lo tanto ésta tiene derecho a conocer la verdad y a recibir reparación y garantía de no repetición, aún hasta elegir la forma de reparación, en lugar de  enfocar la acción de la justicia en el castigo al victimario.

En definitiva, las ideas planteadas por Cesar Torres dan una nueva mirada a la idea de justicia y dejan sobre la mesa una discusión clave para la construcción de paz.

Conversatorio-taller de Paz No. 4. de 2017

Invitados: Mathew Brown, Goya Wilson y María Teresa Pinto, Universidad de Bristol

Tema: Memoria e historia en sociedades (post)conflictivas.

Mayo 16

En la primera parte de este encuentro, Matthew Brown, profesor de la Universidad de Bristol en el Reino Unido, habló sobre la selección de los materiales para una clase sobre la historia de Colombia y la importancia de diversificar estos materiales. Esta charla fue la introducción para desarrollar un taller en el que se propuso a los participantes del conversatorio que pensaran en los temas y materiales que deberían incluirse en la elaboración de un programa para una cátedra de paz en Colombia. Luego, en un segundo momento Goya Wilson, investigadora asociada de la misma universidad, hizo algunas reflexiones sobre la violencia en el Perú y las lecciones que pueden ser útiles para Colombia.

Taller de construcción de un programa para la cátedra de paz

En esta sección se invitó a los participantes a que de manera breve desarrollaran un programa con los temas que consideraban que sería pertinente abordar para llevar a cabo la cátedra de construcción de paz. En grupos de tres participantes se discutieron las ideas de lo que debería incluirse en esta clase. Al terminar el tiempo previsto para ello, hubo una breve socialización de cada uno de los programas. Allí cada grupo tuvo la oportunidad de elegir dos de los temas que había desarrollado y presentarlos a los demás participantes. Entre los temas mencionados se incluyeron los siguientes: una breve reconstrucción histórica del conflicto y de las resistencias en Colombia, los diferentes procesos de paz que se han adelantado en Colombia, los diferentes actores del conflicto; se propusieron materiales para hablar del conflicto, tales como las novelas u obras literarias, entre otros.  Al terminar estas presentaciones se hizo una breve reflexión sobre las dificultades y los retos que surgen al necesitar condensar más de 50 años de conflicto armado y las trasformaciones hacia la paz.

Con4

Observaciones sobre la violencia en Perú

En la segunda parte del conversatorio Goya Wilson dio paso a la reflexión sobre la violencia en el Perú y los respectivos retos que se han presentado desde el debilitamiento de Sendero Luminoso y del Fujimorismo.

Goya habló sobre la necesidad de entender y explicar lo que pasó en el Perú desde finales de los años 70 hasta comienzos del 2000. Para ello hizo una breve contextualización del conflicto peruano haciendo énfasis en la manera en que la narración ha ido cambiado y en el hecho de que, a diferencia del caso colombiano, el ejército peruano venció a Sendero Luminoso. En cuanto a los cambios de la narración del conflicto, contó por ejemplo que a las víctimas de éste se les conocía anteriormente como los “afectados”, lo cual no necesariamente recogía todas las implicaciones de los hechos de victimización. Asimismo hizo mención a la diferencia entre las categorías de víctimas y víctimas inocentes, ya que hubo víctimas que no tuvieron nada que ver con el conflicto y otras que de una u otra manera sí estuvieron vinculadas a éste. Otro de los temas que se discutió fue el papel de la Comisión de la Verdad en ese país, lo que nos llevó a pensar en los retos que enfrentará Colombia en el desarrollo de las investigaciones de la Comisión de la Verdad y las implicaciones que pueden tener las próximas elecciones presidenciales para la implementación de los acuerdos y para el funcionamiento de dicha comisión.

Reflexiones finales

Luego de pensar en la manera en que se podría desarrollar una cátedra de paz en Colombia y acercarse al caso peruano y su experiencia de postconflicto, los participantes del conversatorio hicieron unas breves reflexiones acerca de la utilidad de diferentes materiales para el desarrollo de la cátedra de paz (música, novelas literarias, documentos oficiales del proceso de paz), y el papel de la educación para la construcción de paz y para la narración del conflicto.

Desayuno de Paz No. 12 de 2017

Invitada: Pilar Gaitán (exviceministra de Relaciones Exteriores e investigadora)

Tema: El impacto de la crisis en Venezuela sobre la política exterior colombiana y la implementación del Acuerdo de Paz.

Abril 29

Preocupación, temor, incertidumbre, curiosidad, esperanza, tristeza y solidaridad, entre otras, son las emociones que en un primer momento expresamos los asistentes al desayuno, al pensar en la situación actual de Venezuela y sus efectos en el vecino país, en el nuestro y en la región.

Nuestra invitada Pilar Gaitán, Politóloga de la Universidad de los Andes, principalmente vinculada a las universidades Externado y Nacional de Colombia como docente e investigadora en diversos temas, vivió la época del exilio latinoamericano (Chile, Argentina, Colombia y Centroamérica) mientras cursaba un doctorado en Ciencia Política en la UNAM. En el año 94 fue Directora de Derechos Humanos en el Ministerio de Defensa, cuando el tema era aún novedoso. De allí ingresó a la Cancillería, en donde continuó trabajando en derechos humanos y como Viceministra de Relaciones Exteriores para Europa, Asia y Oceanía, de donde dio un último salto en el sector público a la Dirección de Asuntos Internacionales de la Fiscalía. En Washington trabajo en la Organización de Estados Americanos (OEA) la cual – asegura Pilar — adquiere un papel relevante hoy en día para la región. Actualmente hace parte de La Paz Querida, iniciativa ciudadana que trabaja por la paz de Colombia.

Imagen 1

¿Cuál es la situación en Venezuela?

Desde luego es muy compleja, con problemas de raíz que son de vieja data; al mismo tiempo, se refleja en la suma de todos los sentimientos que expresamos al iniciar el desayuno. Durante muchos años Venezuela se caracterizó por extremos de desigualdad, exclusión, corrupción y pobreza, lo que abrió las puertas para que Hugo Chávez y posteriormente Maduro llegaran al poder. Éstos, en efecto, apostaron por mayor equidad e inclusión; sin embargo, se consolidó un modelo económico asistencial basado en el petróleo, que aportó beneficios para muchos sectores, pero a la vez y de manera progresiva fue recortando algunos derechos civiles.

La concurrencia de una crisis humanitaria, crisis de la industria nacional, crisis política, escasez, precariedad en el acceso a los servicios públicos, y fisuras entre las diferentes fuerzas militares, sumado a la caída del precio del petróleo, no deja de configurar un panorama de angustia.

¿Cómo afecta a la política exterior colombiana?

El proceso de aislamiento en que ha venido avanzando el país vecino, se acentúa con el anuncio de su retiro de la OEA, que tomará dos años en concretarse. A pesar de que Colombia y Venezuela han tenido siempre una “relación de siameses” ya no somos los mismos aliados, según Pilar. Aunque la política exterior de Colombia siempre ha sido de respeto a los asuntos internos de los demás países, y por supuesto de Venezuela, son varias las evidencias que surgen en la actual situación:

  1. Las economías de ambos países son cada vez menos dependientes y los vínculos se han deteriorado, habida cuenta del contrabando de gasolina, armas, drogas y ganado.
  2. Desde el punto de vista de la Real Politik, Venezuela ha jugado un papel fundamental en las negociaciones con las FARC, gracias al rol de intermediación que jugó Hugo Chávez, clave en la consolidación de las negociaciones en La Habana.
  3. Colombia no se deja provocar por el régimen de forma militar; la reacción ante la reciente incursión militar de Venezuela en suelo colombiano es una muestra de ello.

A todo esto hay que añadir que Andrés Pastrana y Alvaro Uribe, de forma irresponsable, usan este tema para impulsar su agenda política e intentan debilitar al régimen venezolano, al mismo tiempo que hacen daño a las frágiles relaciones entre ambos países.

Colombia por su parte se suma a las peticiones de naciones del continente y de la OEA que piden elecciones libres, liberación de presos políticos, libertad de prensa y respeto a la Asamblea Nacional, y afirman que existe una alteración importante del orden constitucional. Este distanciamiento es positivo en cuanto deja con menos argumentos a la derecha, cuando habla del llamado “castrochavismo” para crear un clima adverso al proceso de paz en Colombia.

¿Qué impacto puede tener esta ruptura en el proceso de negociación con el ELN?

Puede que el respaldo concreto sea más difícil a como fue con las FARC, a pesar de que hay buena disposición hacia las negociaciones. Los gobiernos, la geopolítica y el contexto regional han cambiado, y eso de alguna manera afecta su participación. El posconflicto con las FARC ha traído la aparición de nuevos grupos armados sumados a los ya existentes, lo que junto con el asesinato de líderes sociales puede desestabilizar las negociaciones. Además, las declaraciones de Maduro en las que afirmó “tener información de que se planeaba una masacre contra los desmovilizados igual o peor que la de la Unión Patriótica,” no augura una relación constructiva.

¿Cómo generar empatía con la situación en Venezuela?

Para esto hay que “desarmar los espíritus y la palabra”; entender que también hay grandes sectores del país que apoyan al gobierno y hay que acercarse y entenderlos. En esta dinámica, la sociedad civil, jóvenes, estudiantes, tienen que exigir al gobierno colombiano que respete los asuntos internos; la diplomacia de micrófono debería estar fuera de todo acto político en Colombia y seguir persistiendo en el diálogo; generar una salida pacífica implica que Colombia diga en alto: “no a la xenofobia, bienvenidos los venezolanos”. No es el momento de cerrar puertas al pueblo venezolano.

Es el momento de presionar a candidatos e instituciones para que se comprometan a no ahondar el conflicto en Venezuela y a propiciar una salida política, rechazar la violencia y frenar la crisis humanitaria. La obligación de Colombia, teniendo en cuenta el contexto nacional, es llamar a la salida política y negociada a la crisis. Ver que el chavismo es parte del problema pero también de la solución, pues hay un sector importante de la sociedad que apoya al régimen y debe ser tomado en cuenta.

Venezuela es un régimen autoritario, afirma Pilar; sin embargo no estamos en épocas de intervención militar, a pesar de Donald Trump. A la vez, pensar en tumbar a Maduro es absurdo; por eso nuestro deber es exigirle que cumpla.

¿Y para el 2018?

Es difícil predecir el escenario para las próximas elecciones. Sin embargo hay una oposición de la ciudadanía y de los jóvenes que pide cambios en los partidos y la forma de hacer política. Sin embargo, el próximo presidente no cambiará las relaciones con Venezuela. Aunque, la situación es compleja, va a durar mucho tiempo y marcará la política exterior de Colombia a partir del 2018.

Imagen 12

Comentarios finales

Colombia y Venezuela son como un espejo. Nuestra deuda histórica con ellos es grande, no sólo por su apoyo al proceso de paz, sino también porque en los años de mayor expansión paramilitar más de dos millones de colombianos buscaron refugio en el vecino país.

¿Qué soluciones ofrecemos para no contribuir a la lectura fanática de la realidad y no cometer el mismo error de la extrema derecha de verlo todo en blanco y negro, como un problema de buenos y malos? Propiciemos que el diálogo sea la herramienta que permita replantear, corregir errores e incluir diferentes lecturas. A pesar de la salida de la OEA, los estados miembros podrían jugar al respecto un papel importante, porque las organizaciones internacionales son para fomentar consensos entre las naciones. En este sentido, la gran pregunta que nos llevamos es: ¿Cómo puede nuestro país jugar un papel constructivo, así como Chávez lo hizo para Colombia en la búsqueda de la paz, y que sea una apuesta para fomentar la negociación y el diálogo en Venezuela?

Desayuno de Paz No. 13 de 2017

Invitado: Rodrigo Pardo García-Peña (Director Editorial Revista Semana)

Tema: Periodismo, política y paz, de cara al debate electoral del 2018

Mayo 6

Rodrigo Pardo García-Peña ha ejercido el periodismo por poco más de 30 años. Fue director de RCN televisión, trabajó en RCN radio y en prensa escrita en el periódico El Tiempo, El Espectador, la Revista Cambio, y actualmente es Director Editorial de la Revista Semana. En paralelo, ha sido catedrático de la Universidad de los Andes en el departamento de Ciencias Políticas, enfocado en la política internacional. Trabajó en el sector público como Ministro de Relaciones Exteriores y como Embajador en Venezuela, con los gobiernos liberales de César Gaviria y Ernesto Samper. En esta oportunidad conversamos acerca de su percepción sobre el periodismo colombiano, el papel que jugaron los medios en el resultado del plebiscito, los retos frente al seguimiento de la implementación de los acuerdos con las FARC y el proceso de paz con el ELN.

1

El periodismo en Colombia

Indagar por la percepción general del periodismo en Colombia, a pesar de ser una pregunta pertinente, conlleva el peligro de hacer un análisis totalizante del periodismo sin tener en cuenta que no se puede hablar de ‘un periodismo’ que funcione igual en todo el país y en todos los medios; aún más porque hay una diferencia sustancial entre el periodismo de las grandes ciudades y el de las regiones, en un país tan diverso y desintegrado. El problema del periodismo colombiano, reflexiona Rodrigo, no tiene tanto que ver con la falta de independencia de los medios de comunicación, ni con la propiedad de éstos por parte de los grandes poderes económicos, aunque no es una cuestión menor. Más bien, tienen que ver con la banalización de la realidad y la falta de análisis de las noticias.

Rodrigo recuerda una frase del mismo García Márquez: “No existen medios independientes, existen directores independientes”. En este sentido, hay una delgada diferencia entre asumir una posición editorial, y la militancia política en el periodismo, esta última cuestionable en cuanto impide la neutralidad de la información, tiende a la censura y privilegia unas posturas sobre otras. A pesar de que la objetividad plena no exista, no se puede caer en la subjetividad arbitraria de desconocer la realidad por fines políticos o económicos particulares. El periodismo debe enfocarse en la profundidad y seriedad de la información y tiene que hacerse con un lenguaje comprensible para el ciudadano del común. Por eso, considera que Revista Semana es el medio que más encaja con lo que considera esencial en el periodismo: el análisis de las noticias.

El cubrimiento del proceso de paz desde RCN y Semana y su papel en el resultado del plebiscito

Mientras fue el director de RCN televisión, tuvo una línea editorial en extremo diferente a la que se presenta actualmente. Durante el Proceso de Paz – lo más importante que ha pasado en su vida –, realizó viajes a La Habana con el fin de conocer los puntos de vista del equipo negociador, con la convicción de que para dar y explicar una noticia, antes hay que entender la realidad. Por eso, fortaleció el equipo de cubrimiento en La Habana y apoyó la realización de dos documentales (realizados por Carlos Julio Betancourt y Natalia Orozco). Por su parte, la Revista Semana realizó publicaciones respaldando claramente el Sí en el plebiscito, en las que se explicaban las ventajas de por qué para Colombia era positivo el Acuerdo de Paz.

Reconoce que hubo errores de los medios, que contribuyeron al triunfo del No en el plebiscito: Uno, aceptar una narrativa en la cual influyó fuertemente el uribismo, cayendo en la trampa de verla como un pulso entre Santos y Uribe. Dos, haber intentado una campaña muy racional sin entender lo que emocionalmente significaba para los colombianos. Un plebiscito es un fenómeno político distinto a una elección presidencial y los medios en general cometieron el error de cubrir al plebiscito como si se tratara de una elección. De manera que mucha gente fue a votar pensado en un voto y no en una decisión colectiva que ponía fin a la guerra y que marcaba un nuevo derrotero para Colombia.

El nuevo reto: la implementación de los Acuerdos de Paz

Los procesos de paz no solo sirven para silenciar fusiles, también sirven para inducir dinámicas de cambio en una sociedad, transformar políticas y realidades estructurales que deberían conducir a una mejor comunicación entre el centro y la periferia. En los centros urbanos y las áreas rurales hay realidades distintas y desconectadas y, la coexistencia de estas realidades es a su vez una fuente de problemas que acentúa la violencia. El Proceso de Paz bien implementado generaría mejores posibilidades para solucionar esos problemas que se han acumulado en el país por mucho tiempo.

Es necesario que los medios de comunicación expliquen a profundidad e informen con neutralidad la implementación de los acuerdos. El problema es que hay una fuerte oposición y hay una audiencia escéptica frente a un proceso que todavía está en juego y que depende, fundamentalmente, de la voluntad política de todos los colombianos para que se lleve a cabo.

2

Venezuela y su impacto en la política nacional

La situación de Venezuela incide en la agenda política interna y en la polarización colombiana. Es difícil hablar sobre Venezuela sin que eso sea interprestado como ser santista o uribista y sin que se califique como castrochavista, término acuñado por el uribismo. En general los colombianos no entendemos la complejidad de la situación de Venezuela y nos limitamos a fijar posiciones irresponsables y banales.

Hay que recordar que el chavismo está gobernando de 1998 y que surgió en un contexto en que la política tradicional venezolana tuvo una crisis muy profunda. En Colombia, esta revolución se vio con cierta simpatía porque se concibió como una opción de cambio que desafiaba la maquinaria tradicional y corrupta. Le cabe gran responsabilidad a la oposición venezolana, pues durante este periodo tan largo no ha sido capaz de construir un proyecto político que entusiasme a la sociedad venezolana.

La negociación con el ELN

A pesar de que hay voluntad de llegar a un acuerdo entre el ELN y el gobierno, la mayor dificultad es la desconfianza mutua que afecta las posibilidades de una negociación rápida. El ELN percibe que el gobierno desea un acuerdo exprés que se ancle a lo pactado con las Farc, sin que ellos tengan ningún protagonismo, ni refleje un sello propio y una identidad. En el gobierno hay una desconfianza frente a la voluntad política del ELN, sobre todo, por el hecho de que estamos en una negociación en medio del conflicto.

De otra parte, hay inquietud sobre cuál será el próximo gobierno y si este modificará las reglas de juego, por lo cual resulta difícil asumir un compromiso previo frente al panorama político incierto de las próximas elecciones presidenciales del 2018. A pesar de que es precipitado hablar de elecciones, en esta ocasión, afirma Rodrigo, hay un desgaste de opciones tradicionales que favorece un escenario distinto. A pesar de que hay diferentes formas de hacer oposición, la de Uribe es una oposición diferente a la tradicional y se ha desgastado.

Reflexiones finales: el efecto de la post-verdad

Hoy en día, las redes sociales permiten la difusión de versiones sin responsabilidad y en anonimato, que contribuyen a las noticias falsas o ‘verdades alternativas’. El efecto de esto es negativo y peligroso porque pone en tela de juicio el valor de la verdad. El reto actual consiste, precisamente, en superar la desconfianza entre unos y otros, en entender que hay puntos de vista diferentes y abrir canales de comunicación que despolaricen la sociedad. Ahí, los medios de comunicación tienen la responsabilidad de dar a conocer las realidades de las regiones, dejar la visión estigmatizada entre el país de “los buenos” y el de “los malos” y contribuir a narrativas en las que nos reconozcamos como humanos. Esto toma tiempo. Para construir confianza necesitamos pensar que, finalmente, las Farc también tomaron una decisión muy difícil: abandonar una lucha en la que muchos de ellos creyeron sinceramente, para hacer parte de un proyecto de país que fue la misma causa por la cual ingresaron, en su momento, a las filas.

Desayuno de Paz No. 11 de 2017

Invitada: Juliana Uribe Villegas (Fundadora de Movilizatorio)

Tema: El Avispero y la movilización social por la paz

Abril 22

 Juliana Uribe nos cuenta que después de graduarse como economista en la Universidad de los Andes, encontró que el ejercicio de esta profesión no era lo que había imaginado pues sus intereses estaban más orientados a lo social. Posteriormente cursó una maestría en Administración Pública en Harvard donde se enfocó en buscar cómo generar impacto social desde el sector público. En Nueva York trabajó durante tres años en el proyecto “Purpose” y esta experiencia le dio la base para las dos iniciativas de acción ciudadana a través de medios virtuales, que son el tema de nuestra charla en este desayuno.

El Avispero

C_ZRR-lXYAAZgOQ

Es una comunidad de agentes de cambio basada en una plataforma tecnológica, que ya cuenta con 33.500 miembros, creada para conectar los esfuerzos dispersos de muchas personas y de esta manera potencializarlos. Tiene como fin crear puentes y permitir que las personas se mantengan conectadas más allá de los momentos de efervescencia ciudadana.

Es una comunidad de colombianos comprometidos con la construcción de una ciudadanía más activa, tolerante, y solidaria, que trabaja unida por un país incluyente, sin corrupción y con oportunidades para todos. El Avispero existe para fortalecer y empoderar a la sociedad civil y brindarles a los individuos las herramientas necesarias para influenciar procesos de toma de decisiones, construir cultura ciudadana y crear narrativas positivas que transformen comportamientos.

Surgido como idea en 2014, tomó cerca de dos años para materializarse y el 1º de septiembre de 2016, ya con el terreno abonado, emitió su primer mensaje. Así, para la fecha del plebiscito muchos líderes se habían unido al Avispero y desde allí se ayudó a convocar y a movilizar en especial a los jóvenes en las marchas de los primeros días de octubre.

Para 2017 sus prioridades están centradas ante todo en la construcción de paz y en combatir la corrupción. Además, apuntarán con sus acciones a la protección del ambiente, la educación y los temas de género. También se interesan en las elecciones del 2018, y el impacto de las noticias falsas o la desinformación. Recientemente el Avispero ha estado muy activo en solidaridad con los damnificados de Mocoa y en la campaña “SOS Venezuela”.

El Movilizatorio

Es un laboratorio virtual, de participación ciudadana e innovación social, que identifica, fortalece e implementa las mejores prácticas de participación a través de:

  1. Estrategias de comunicación
  2. Herramientas tecnológicas para volverlas escalables y sostenibles, y amplificarlas.

El movilizatorio ayuda a que las personas puedan participar de las siguientes maneras:

  1. Conectar esfuerzos dispersos de la comunidad y los agentes de cambio. (En este contexto se desarrolló El Avispero).
  2. Activísimo desde el sofá
  3. Activísimo físico
  4. Proyectos de largo plazo

El laboratorio pretende generar diferentes hipótesis sobre la información existente y verificada; busca entender qué es lo que está pasando y qué es lo que funciona.

  1. Crear conocimiento a través de eventos
  2. Sumarse a los avances y las alianzas existentes
  3. Liderar y crear movimientos desde cero, en lo que otros no estén haciendo.

En este momento se trabaja en una Red de Salvavidas, buscando cuál es la mejor estrategia para proteger la vida de los líderes sociales.

Proyectos en región

Con financiación del PNUD y la embajada de Suecia, el Movilizatorio llegará a tres regiones afectadas por el conflicto para ayudar al empoderamiento de las personas en estos territorios y además entender qué funciona y qué no funciona. Su gran apuesta para este año es crear en las regiones una red de jóvenes líderes, para construir desde la región. El piloto se llevará a cabo en Córdoba, Urabá antioqueño y Norte de Santander.

El país que queremos

En relación con las elecciones del 2018, las acciones del movilizatorio y las campañas del Avispero se centrarán en temas más que en personas. El propósito será comunicar y aglutinar alrededor de temas que no polaricen; más bien, construir conjuntamente la agenda del país que queremos: trabajar por reducir el abstencionismo, en especial en los jóvenes; promover el voto informado y desvirtuar las noticias falsas. Finalmente, hacer veeduría a los candidatos y sacarle tarjeta roja a quien no esté jugando limpio. Nuestra invitada considera que, independientemente de quién sea el próximo presidente, somos los ciudadanos, con nuestra participación activa los que lograremos cambiar el país.

Reflexiones finales

A través de estas iniciativas se ha logrado mover a la participación a muchas personas y se han visto resultados impactantes en momentos como las marchas de octubre y varias de las campañas realizadas. Sigue siendo un gran reto que esta participación sea más comprometida, significativa,  y tenga continuidad.

Se requiere crear más espacios para el diálogo y el debate entre quienes piensan distinto. Solo así se pueden valorar los matices y neutralizar el efecto de las falsas verdades. Encontrarnos con el otro es la mejor forma de construir y de comprender una realidad compleja. Por esto son de gran valor los procesos que vienen desarrollando grupos como el Avispero, el Movilizatorio, Paz Querida y Tercera Voz, entre otros.