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Rodeemos el Diálogo
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Desayuno de paz No. 43 de 2016

enero 16, 2017/in Desayunos de paz, dialogo, Eventos Anteriores/by Rodeemos el Diálogo

Invitada: Esperanza Hernández Delgado (Profesora Universidad de la Salle)

Tema: La construcción de paz

10 de diciembre

Esperanza Hernández es investigadora en temas relacionados con la construcción de paz y ha escrito libros sobre la resistencia civil no violenta, tanto en Colombia como en América Latina. Ha publicado también experiencias de mediación del conflicto armado en Colombia.

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El concepto de paz imperfecta

Esperanza nos recuerda que los estudios de paz empiezan después de la segunda guerra mundial, pero sólo desde 1992 existe la disciplina de la construcción de paz. En el tema de la paz hemos pasado por tres conceptualizaciones distintas. 1) La paz minimalista: la paz como ausencia de guerra. 2) La paz maximalista: la paz como justicia social y ausencia de violencia, la visión más amplia y utópica. 3) La paz imperfecta: el concepto nace en 1998 en Granada, en el Instituto Universitario de la Paz y los Conflictos, y su autor fue Francisco Muñoz. Este es el enfoque más propositivo, y asume que la paz es un proceso inacabado y perfectible. Admite la complejidad de los conflictos y que sigue habiendo violencia estructural. Se fundamenta en la resolución pacífica de los conflictos y en un optimismo inteligente.

En Colombia podríamos aplicar el concepto de paz imperfecta, ya que tiene varias implicaciones teóricas importantes. Por ejemplo, implica un cambio de “chip” que nos invita a reconocer a Colombia a partir de sus experiencias de paz y no de guerra; invita también a subrayar la importancia del empoderamiento pacifista.

Resistencia civil

Las más auténticas experiencias de construcción de paz se dan por medio de la resistencia civil, que tiene tres características: 1) es una acción colectiva; 2) tiene origen en la base social, es decir, surge de la gente; y 3) no admite el uso de la violencia.

Las primeras de estas resistencias en Colombia se dieron en los pueblos indígenas y afro contra la colonización. En los últimos años hemos presenciado muchas de estas resistencia: resistencias de las víctimas, resistencia de los indígenas, por ejemplo en el Cauca; resistencias de negritudes, por ejemplo el caso de Cocomacia en 1982 en el Chocó; resistencias campesinas como las de San José de Apartadó o la de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare (ATCC); resistencia de mujeres, como la de la OFP, Amor de Mujeres o Tejedoras de Vida del Putumayo; o grupos de hombres, como los objetores de conciencia.

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La experiencia de la ATCC

En las orillas del Río Carare viven unas 7.000 familias, y la mayoría de ellas llegó del Chocó huyendo de la pobreza. En estas comunidades el color de la piel nunca ha sido un problema, como tampoco lo ha sido la religión (hay cuatro diferentes iglesias en la zona).

En los años 70 llegan las Farc a la región y se ganan la simpatía de las comunidades; de ahí nacen dos frentes. Con la posterior llegada del ejército empieza a agudizarse el conflicto, cuyo blanco son los campesinos; ajusticiados por ambos bandos, ellos recuerdan esa época como la de “la ley del silencio”. Con la llegada de los paramilitares y su alianza con el ejército, escaló aún más el conflicto. El ejército le dio a la comunidad cuatro alternativas: irse con la guerrilla, unirse al ejército, abandonar la zona o morir.

A este ultimátum la comunidad respondió con un intento de frenar la violencia a través del diálogo con los grupos armados, y unos 30 campesinos decidieron salir por el río a buscar a los actores del conflicto para realizar acuerdos. Poco a poco más campesinos se unieron a esta iniciativa basada en una metodología propia que incluía diálogos públicos, acuerdos firmados y oraciones colectivas con los actores.

Cuando el movimiento se veía fortalecido, una coalición de paramilitares, empresarios y políticos de la zona mataron a todos sus líderes, incluyendo a Silvia Duzán, quien se encontraba realizando un documental en la zona. Los victimarios pensaron que matando a los líderes la lucha iba a desaparecer, pero la respuesta fue seguir luchando. Hoy la comunidad ha logrado acabar con la violencia armada en su territorio. Sin embargo, la resistencia ahora es contra la violencia estructural: la lucha es por lograr inversiones públicas para eliminar la pobreza y la exclusión.

La importancia de la mediación

En Colombia, desde 30 años antes de la constitución del 91, los indígenas ya hacían mediación; por eso la mediación es parte del patrimonio de paz del país. Durante el Gobierno de Álvaro Uribe se prohibió hacer cualquier tipo de mediación con grupos armados sin previa autorización del gobierno; sin embargo, las mediaciones siguen existiendo.

Estas experiencias nos han enseñado mucho. Para los indígenas un mediador debe cumplir tres condiciones: ser reconocido por la comunidad, ser una persona que ama la vida y ser una persona sencilla. Esto contrasta con la visión de occidente que piensa que el mediador debe ser un tercero neutral, mientras que aquí el mediador es parte de la comunidad y puede incluso ser víctima.

Concluyendo, nos dice Esperanza, la paz es imperfecta y todo está por construir. No hay ni paz ni igualdad absolutas, pero sí existe el compromiso de resolver los conflictos pacíficamente.

https://rodeemoseldialogo.org/wp-content/uploads/2024/05/Logo-azul-espanol-300x270.png 0 0 Rodeemos el Diálogo https://rodeemoseldialogo.org/wp-content/uploads/2024/05/Logo-azul-espanol-300x270.png Rodeemos el Diálogo2017-01-16 08:41:082024-08-19 21:35:12Desayuno de paz No. 43 de 2016

Conversatorio en Londres: Discurso retos y ventajas del proceso de paz

diciembre 2, 2015/in dialogo, Eventos Anteriores, implementación, Uncategorized/by Rodeemos el Diálogo

Rodeemos el Diálogo agradece la oportunidad de participar en este conversatorio. ReD se fundó en Londres en septiembre 2012, poco después del lanzamiento oficial de los diálogos de paz en La Habana, para ser una fuente de apoyo desde la sociedad civil hacia las negociaciones y la idea de la salida negociada al conflicto armado colombiano, y para promover un mayor conocimiento de los acontecimientos y acuerdos. Además, a lo largo de estos tres años, hemos venido fomentando una cultura de diálogo en los espacios donde realizamos nuestras actividades, como herramienta individual y social para la superación de los conflictos. Existen dos capítulos, uno en Londres y otro en Bogotá, y damos la bienvenida siempre a quienes deseen integrarse tanto en los núcleos de trabajo como desarrollar alianzas estratégicas favor de nuestras metas en común. Cabe repetir, entonces, nuestro aprecio para Conciliation Resources, quienes nos invitaron a hacer parte de esta mesa, y las otras organizaciones aquí presentes. En la misma conexión, es de destacar que el presente discurso es el producto de varias manos, un esfuerzo mancomunado y consensuado que refleja la postura y los sentimientos de nuestros adherentes.

Se comprenderá entonces que el recién firmado acuerdo sobre la justicia transicional en el pos-acuerdo, nos llenó de alegría y optimismo. Tal y como publicamos en nuestro comunicado poco después del anuncio del mismo, destacamos que lo acordado entre las partes encuentra un equilibrio entre las exigencias de la verdad, la justicia, la reparación y la no-repetición, teniendo en cuenta los derechos y las necesidades de las víctimas para evitar la impunidad, y las realidades de una negociación política. Lo que se da, en efecto, es una herramienta a cuya base se encuentran una especie de zanahoria y garrote, con beneficios jurídicos a cambio de la verdad e – importantemente – la disposición de cumplir con medidas las restaurativas que se puedan establecer. Esta, la Jurisdicción Especial para la Paz, se suma a la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición como instrumento del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición. Cuya forma final aún está en desarrollo, pero que ya cuenta con mecanismos para buscar la satisfacción de las necesidades de la verdad y la justicia.

Para que la no-repetición tenga mayor posibilidad de éxito, es necesario entonces que se defina mejor cómo se estructurarán las medidas restaurativas, que quedaron en manos del Tribunal para la Paz. Y hacemos eco a la observación de la Coordinación Colombia-Europa-EEUU, quienes llaman la atención a la importancia de la transparencia en la selección de jueces para las Salas de Justicia y el Tribunal. Se sabe que contarán con una mayoría de jueces nacionales, además de la participación de una minoría de jueces extranjeros. Sobra decir que deben ser sin mancha alguna. De pronto podemos pensar en cómo hacer llegar a las autoridades competentes nuestras propuestas de jueces – y necesariamente hacer un sondeo informal de quienes sean los y las adecuados, ejercicio que realizó ReD en Bogotá frente a posibles comisionados para la Comisión para el Esclarecimiento.

A estas alturas entendemos mejor por qué ha costado el mismo tiempo llegar a parar aquí en el punto de víctimas, que resultó necesario para sacar los acuerdos parciales en los primeros tres puntos de la agenda: desde las comisiones de víctimas que visitaron La Habana hasta el último anuncio, lo que se deja entrever es un trabajo serio, novedoso y ejemplar. Tenemos la convicción que este elemento del acuerdo final será la herencia de Colombia tanto en la jurisprudencia de la justicia transicional, como para los futuros procesos de paz en el mundo.

Otro elemento que se dio a conocer con la firma del punto sobre la justicia transicional, fue la fecha definitiva para la firma del acuerdo final: el próximo 23 marzo.

 

Recursos:

http://www.utadeo.edu.co/files/collections/documents/field_attached_file/comunicado-conjunto-60-23-septiembre-2015.pdf?width=740&height=780&inline=true#pdf_reader

http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/oacp/Pages/informes-especiales/jurisdiccion-especial-paz/index.html

http://coeuropa.org.co/?q=node/252

 

https://rodeemoseldialogo.org/wp-content/uploads/2024/05/Logo-azul-espanol-300x270.png 0 0 Rodeemos el Diálogo https://rodeemoseldialogo.org/wp-content/uploads/2024/05/Logo-azul-espanol-300x270.png Rodeemos el Diálogo2015-12-02 17:23:202024-08-13 17:31:14Conversatorio en Londres: Discurso retos y ventajas del proceso de paz

Tertulia de Reconciliación y Paz

noviembre 18, 2015/in dialogo, Eventos Anteriores, implementación, Uncategorized/by Rodeemos el Diálogo

Invitado: Juan Carlos Moyano, Director del Grupo de Teatro Tierra

Tema: El treatro y los retos para la construcción de paz

29 de octubre de 2015

Juan Carlos agradece la invitación a conversar destacando que, en este mundo determinado por las comunicaciones, el hablar mirándose a los ojos parece haberse relegado a un segundo plano. Nos cuenta que se dedica desde hace 40 años al teatro y la literatura y que el conflicto armado del país lo ha tocado con distintas intensidades desde su niñez: su madre campesina fue víctima de desplazamiento forzado en una zona esmeraldera de Boyacá donde la violencia era cotidiana, al punto de que era común la expresión “aquí trancamos las puertas con muertos y calentamos el tinto a balazos.”

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Expresa que el teatro apela a épocas pasadas donde las relaciones de los seres humanos se propiciaban en el juego de la representación dramática, logrando una ilusión de libertad. El teatro ha logrado impactar la vida de muchos colombianos que, aún en condición de víctimas del conflicto armado, se han dejado atrapar por las tablas en un intento de establecer una ruptura con ese cordón umbilical de violencia que les ha condicionado la existencia.

Conociendo el país a través del teatro

Desde su época de juventud, Juan Carlos empezó a recorrer el país haciendo teatro, visitando de manera especial aquellas zonas más intensamente trastornadas por la guerra. Entre su quehacer teatral y sus viajes, fue apropiando la historia como esos hechos cotidianos que signan la humanidad, más allá del mero acontecimiento heroico que enseña la institucionalidad.

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Ha visitado lugares de Colombia donde la vida no vale nada o vale muy poco. Ha recorrido con sus escenografías desde la Guajira hasta Nariño, desde Providencia hasta el Amazonas, desde el Chocó, Buenaventura y Tumaco hasta la Orinoquia y la selva, siempre compartiendo con el alma de la gente, permitiendo que la memoria no sucumba en la amnesia establecida. Recorrió el Magdalena Medio y fue testigo de los cadáveres flotando en el río Magdalena, “el cementerio fluvial más grande de la tierra,” y de mujeres remendando cadáveres para velar a sus propios difuntos en el cuerpo múltiple de otros. En esta zona del país, como muchas otras, la gente ha resistido y sobrevivido también gracias al arte.

Su teatro ha sido desarrollado para que la gente y las comunidades se puedan expresar y afirmen su identidad. Entre muchas experiencias, cuenta cuando viajó a Providencia a montar “La Isla del tesoro”, proyecto que requería actores hombres, pero al encontrar que contaba únicamente con mujeres, realizó “La isla de las mujeres”. Esas mujeres solas, vivían la tragedia de tener que responder por sus hijos, la comida, el sostenimiento de la lengua y la cultura, afrontar la soledad. La ausencia de los hombres se debía a que muchos estaban en las cárceles de la Florida, el Golfo de México o Centroamérica porque la falta de oportunidades los había involucrado en el negocio de transporte de cocaína.

En una referencia literaria evoca a Antígona, ese personaje que se rebela contra el tirano porque no puede enterrar a su hermano muerto en la guerra. Y esto no es lejano, pues ocurre en el Cauca, Putumayo y el Urabá antioqueño, por mencionar algunas zonas, donde habitan miles de Antígonas reclamando la dignidad de sus difuntos, de sus desaparecidos y de la vida.

Teatro, conflicto y construcción de paz

Su experiencia teatral en relación con el conflicto se ve plasmada en varios de sus proyectos, entre ellos La memoria del Viento, un montaje que realizó en el Guaviare con la participación de 80 reinsertados de la guerrilla y paramilitares. También es memorable su adaptación de Los Ejércitos, la novela de Evelio Rosero, donde responde a la necesidad de mirar la historia con honestidad. Esa obra, presentada en zonas como Timbiquí, Paz de Ariporo, Belén de los Andaquíes y Salahonda, entre otras, no es más que la mirada de la población civil acerca del conflicto armado. Así vemos cómo el verdadero teatro de los acontecimientos es la vida de cada uno.

El fin del conflicto armado lo están negociando unos protagonistas que no han sido víctimas de esta guerra manchada de odios y retaliaciones. En consecuencia, afirma, la paz puede realizarse es desde lo cotidiano, donde el teatro puede ser una herramienta que reconforte y abra posibilidades; sin embargo esto de ninguna manera constituye una solución de fondo, debido a que el arte no ha logrado la relevancia que merece dentro de nuestra cultura. Además, el teatro no deja de ser ficción y la realidad en Colombia es que no es raro ver todavía escuadrones de paramilitares llevando en primera línea al radio-comunicador y las motosierras, como si fueran emblemas de guerra.

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Esta visión crítica de cómo se está negociando en La Habana genera algunas reacciones. Un participante plantea que pese a todo este panorama, el paso hacia la firma del acuerdo en la Habana es significativo, lo mismo que el espacio que se les ha abierto a las víctimas para que participen del proceso, que aunque aún es un paso inicial, es algo inédito. También comenta que aunque la firma de la paz es un acto protocolario, es muy significativo, y que un reto para los colombianos tiene que ver con cómo se están apropiando del proceso desde lo cotidiano. Explica que precisamente ese el aporte de Rodeemos el Diálogo, que desde un acto tan sencillo como conversar y abrirse a una multiplicidad de puntos de vista, ha logrado resonancia positiva en la sociedad, al convocar cada vez más participantes, y crecer en reconocimiento y apoyo. En este sentido, el teatro también es o puede ser una herramienta para mantener la esperanza. Desde su lectura el teatro ayudar a superar los miedos de los que no hablan ciertos sectores de la sociedad colombiana, contribuyendo así a la construcción de paz.

Teatro: Acción, Reacción, Transformación

Juan Carlos hace referencia a una declaración hecha en el Festival de Poesía de Medellín diciendo que el cese al fuego en Colombia no debe ser unilateral ni bilateral, sino multilateral porque nos involucra a todos. En este sentido, nos habla de cómo su metodología propone una dinámica de acción-creación-transformación, y por lo tanto su propósito al hacer teatro es perturbar a la gente, no divertirla; su intención no es que la gente se olvide de la realidad sino que la sienta y la transforme desde su día a día y pueda ejercer su derecho a soñar.

Un participante comenta su cercanía con el Teatro del Oprimido y pregunta si en efecto es viable para sanar la violencia del país. Juan Carlos explica que este tipo de teatro surgió en Brasil como una respuesta política de sectores teatrales ante la dictadura militar. En Colombia este tipo de teatralidad se hizo desde el sentimiento de las comunidades, aunque hoy en día se ha desviado un poco a la consecución de recursos económicos ofrecidos por el Estado o por algunas ONG, desvirtuando su razón de ser.

En conclusión, el anhelo de paz en el país sigue resultando complejo porque la guerra ha signado el corazón de muchos, dejando ecos que no son tan fáciles de desheredar, desapropiar, olvidar. Quedan en el ambiente muchas inquietudes respecto a los impactos de la guerra y el aporte del teatro a la construcción de paz, visiones que en ciertos sentidos se atraen y se rechazan. Sin embargo, el diálogo en sí mismo sugiere eso, y por eso esta tertulia resultó transformadora y valiosa.

https://rodeemoseldialogo.org/wp-content/uploads/2024/05/Logo-azul-espanol-300x270.png 0 0 Rodeemos el Diálogo https://rodeemoseldialogo.org/wp-content/uploads/2024/05/Logo-azul-espanol-300x270.png Rodeemos el Diálogo2015-11-18 09:09:112024-08-13 17:33:56Tertulia de Reconciliación y Paz

Relatoría Conversatorio Comunidades vulnerables, desmovilizados, reconciliación y convivencia

noviembre 14, 2015/in dialogo, Eventos Anteriores, implementación, Uncategorized/by Rodeemos el Diálogo

Rodeemos el Diálogo y Uniandinos por la Paz

Conversatorio: Comunidades vulnerables, desmovilizados, reconciliación y convivencia

21 de octubre de 2015

En este conversatorio que se llevó a cabo en la Asociación de Exalumnos de la Universidad de los Andes, Uniandinos, compartieron con nosotros sus historias Duván Barato, desmovilizado de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en 2006, e Ildefonso Henao, desmovilizado del Ejército Popular de Liberación (EPL) hace más de 25 años. Ambos han trabajado largos años con otros desmovilizados de diferentes movimientos armados y con las víctimas del conflicto.

La asistencia fue muy diversa: una docente guionista, una empresaria, un reportero, un fotógrafo, estudiantes, alguien que fue víctima de desplazamiento, una ex- secuestrada, miembros de Uniandinos y de Rodeemos el Diálogo y personas que trabajan desde iniciativas personales para enseñar un idioma diferente al de la violencia. Todos concordaban en sus razones para estar en el encuentro: querían escuchar algunas voces del conflicto, pero sobre todo expresaron que quieren vivir y soñar con un país en paz, sin miedo, donde la gente desplazada de sus fincas pueda volver a su tierra y donde el compromiso por la vida sea un estandarte de todos.

Ante las preguntas sobre cómo son el proceso de desmovilización y el trabajo con las víctimas, Duván nos relató por qué dejó de combatir por voluntad propia. Al iniciar como patrullero de la policía tenía claro que quería proteger al pueblo; se les enseñaba a combatir al comunismo como una amenaza para el país. Más tarde saltó a la ilegalidad como parte de los paramilitares, pensando aúnproteger al pueblo, pero ahora utilizando las mismas estrategias de miedo que usaban sus enemigos. Después de darse cuenta de que las instituciones militares estaban permeadas por los paramilitares,y que la política de esta agrupación era favorecer a los políticos que estaban en el poder, decidió dejar ese pasado atrás, desmovilizarse y empezar a estudiar, con apoyo del programa de la ACR de atención al desmovilizado.

Ahora, en su trabajo como psicólogo, su experiencia directa con el conflicto le permite entender con más profundidad a los excombatientes y brindarles así una mejor atención psicosocial, lo que le da una gran ventaja sobre otros egresados de la universidad. Puede darles mejor asesoría a pacientes que sufren de situaciones como el abandono, la marginalidad o las fracturas emocionales. Se les permite hablar sobre lo que no es tan fácil hablar.

En el caso de Ildefonso, la desmovilización fue también compleja porque el contexto social de la época los llevaba a pensar que la revolución lo era todo y que no había futuro como individuos por fuera de ella. La recuperación de la individualidad fue un tránsito difícil, y el Estado no estaba preparado para reintegrar excombatientes a la sociedad. Ildefonso subraya de manera enfática que los desmovilizados tienen capacidades únicas para aportarle a la sociedad, y es por eso que tanto el estado como la sociedad deben apreciar las habilidades de esas personas que estuvieron en la guerra, ya que en un contexto diferente ayudarán a construir un camino para la paz. No se trata de un cobro de cuentas sino de entender que somos parte del mismo país. Además, se debe tener en cuenta que muchos combatientes fueron reclutados forzosamente o mediante engaños.

Para concluir, nos instan a reconocer al ser humano en el enemigo, a cambiar la mentalidad y ”desarmar” nuestra manera de ver al otro; por esto es necesario aplicar la consigna de “ponernos en los zapatos del otro”. Comprender que la guerra no solamente es mala sino que también es un oficio, pero que muchas veces termina con la muerte. Tal vez por esa razón los excombatientes se sintieron convocados y protegidos por la “familia” del grupo armado, muchos entraron siendo menores de edad, para huir de un ambiente en donde eran víctimas de sus problemas familiares, pero luego se vieron engañados al darse cuenta de que se estaban matando entre ellos mismos.

Es vital que el estado y la sociedad no invisibilicen a los excombatientes. Actualmente existe un verdadero programa de reparación y un programa educativo para los desmovilizados; es necesario mejorar el programa de reinserción del Distrito, que en años anteriores ha hecho una gran labor. Tanto en éste como en el programa nacional, hay que hacer mayor énfasis en la salud mental. Eso es importante para que logren restablecerse y recuperarsu individualidad y humanidad, con lo cual podrán ayudar a otros. Y así, entre todos, será más fácil construir un país en paz.

También es importante resaltar que en este conversatorio RED inició la campaña de “Yo también firmo la paz”, al hacer entrega de unos lapiceros tricolores se buscaba que los asistentes encuentro se sintieran apersonados del proceso de paz, haciendo un gesto simbólico donde cada uno se presentaba y expresaba el motivo de estar allí, cada uno iba afirmando con su respectivo tono y emocionalidad por qué firmaría la paz.

https://rodeemoseldialogo.org/wp-content/uploads/2024/05/Logo-azul-espanol-300x270.png 0 0 Rodeemos el Diálogo https://rodeemoseldialogo.org/wp-content/uploads/2024/05/Logo-azul-espanol-300x270.png Rodeemos el Diálogo2015-11-14 16:35:222024-08-13 17:37:16Relatoría Conversatorio Comunidades vulnerables, desmovilizados, reconciliación y convivencia

Tertulia Literaria de Reconciliación y Paz

noviembre 10, 2015/in dialogo, Eventos Anteriores, Uncategorized/by Rodeemos el Diálogo

Invitado: Rafael Baena – Periodista y escritor colombiano.

Octubre 22 de 2015

En esta oportunidad Rodeemos el Diálogo conversó con Rafael Baena a cerca de la literatura y sus relaciones con el conflicto y la paz en Colombia. Desde sus inicios en los años 90 como redactor y posteriormente como editor, trabajó en reconocidos periódicos y revistas, como El Espectador y Cambio 16. Años más tarde decidió marcar una distancia respecto del periodismo para dedicarse exclusivamente a su gran pasión: la escritura y la fotografía.

rafael-baena-entrevista

Foto: El Pais

Durante su ejercicio periodístico, escribió tres novelas motivadas además por las inquietudes que le manifestaban sus tres hijos –aun pequeños– respecto a qué era lo que estaba pasando en el país. Escribió su primera novela pensando en los jóvenes. En ella, se inventó un país sacudido por guerras civiles y problemas agrarios como expresión de lo que fue el siglo XIX; una historia que con letras daba cuenta de un corazón –un país– reventado. Y a esa primera historia la tituló Tanta sangre vista (2007) como evocación al episodio en que un comandante rebelde no logra explicarse porque después de tanta sangre derramada por la guerra civil, “su gente” –sus hombres– siguen peleando con él y se pregunta ¿será que tanta bala y tanta sangre vista los ha aturdido de tal manera que no saben que más hacer? Y este proyecto literario ha logrado tal éxito que próximamente tendrá lugar su lanzamiento como novela gráfica.

Su segunda novela Vuelvan caras carajo (2010), que no es más que la expresión de un grito de guerra de la caballería llanera, versa sobre la caballería revolucionaria en la época de la independencia, en un intento de novelar a Juan José Roldón, un capitán negro venezolano quien una vez en el Pantano de Vargas –días previos a la Batalla de Boyacá– “salvó la patria” –siguiendo la petición de Bolívar– de los ataques de la caballería española. Paralelamente, escribe su tercera novela Samaria films xxx (2010). Posteriormente surgió el proyecto La bala vendida (2011) cuyo discurso antibélico sitúa como tema central la guerra de los mil días.

¿Por qué escribir la guerra que ha azotado a Colombia? ¿Por qué fotografiarla? ¿Cómo transcurre la guerra “reciente”, la de su generación? Con todas estas inquietudes nace Siempre fue ahora o nunca (2014) donde el personaje de Raquel Arbeláez permite establecer un hilo conductor entre hechos históricos: la clase media que militó en el M-19, un guerrillero que luego de reinsertarse a la vida civil se dedica al narcotráfico, la de un general honesto que es llamado a calificar servicios luego de expresar en un discurso público la necesidad de hacer reformas sociales y no sólo hacer la guerra, la corrupción de las clases políticas, entre otros. Una historia signada por la violencia que tuvo lugar con mayor fuerza en la segunda mitad del siglo XX y que ha determinado el ADN nacional.

Ante la pregunta: ¿Cuál es el valor agregado de transitar y vivir el ser periodista y escritor? Rafael expresa que hay una pasión en él hacia la escritura y un procesual desencanto del periodismo en el sentido que los medios de comunicación hoy por hoy han desdibujado su razón de ser, aun cuando sin ellos no se tendría acceso a significativa información en el país.

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Después reflexionamos sobre la siguiente pregunta: ¿Tiene la literatura un papel privilegiado para hablar de los retos que tenemos como sociedad en términos de reconciliación? Las artes en general son un motor de divulgación de objetivos comunitarios y elevados como la paz, el perdón y la tolerancia. La referencia al tema de la paz llevó a Rafael a comentar que ella consiste en muchas cosas, por ejemplo, en una presencia estatal responsable, en el respeto a los derechos humanos; por eso, va mucho más allá de la firma del acuerdo en la Habana. Aunque aún un importante número de colombianos esté en desacuerdo con el proceso de paz, hoy es un momento histórico para dar un primer paso fuera del círculo vicioso de guerra que ha signado al país. Es importante reconocer que el posconflicto tomará mínimo dos generaciones.

También conversamos sobre la preocupación alrededor de los niveles tan bajos de lectura en el país. En este sentido, se puso sobre la mesa que uno de los principales problema de Colombia es la educación. Más allá de los problemas de la institucionalidad, se planteó el tema de una pedagogía que se enfoque en la motivación por el aprendizaje a través de medios alternativos, como por ejemplo, el arte en todas sus manifestaciones y la literatura en particular.

Al respecto, se expresó que la escritura es liberadora de emociones y desde su capacidad de humanizarnos, ha permitido a muchos, confrontar el conflicto y la guerra del país y contar aquello que desde la institucionalidad no se dice. Una de las participantes compartió su proyecto “cartas de amor en medio del conflicto”, un libro que retrata a través de cartas originales de familiares de personas desaparecidas el horror de la guerra en Colombia.

Otra participante comentó el trabajo colectivo que hace meses ha emprendido con sus compañeros de clase de maestría y que se traduce en la escritura de una novela sobre la paz en Colombia; trabajo colectivo que además surge en el marco de un seminario donde se ha logrado una proximidad a los procesos políticos en Colombia desde 1958 hasta la actualidad a través de novelas, como las que precisamente ha escrito Rafael Baena y otros autores como Evelio Rosero, Mario Mendoza y Héctor Abad. Esta metodología, ha permitido que los estudiantes descubran el valor de poner a conversar política y literatura –confrontándolas con textos académicos– además de no perder esa sensibilidad que parece anularse con la naturalización de la guerra y el conflicto armado.

Finalmente, rescatamos el gran valor de la novela histórica tanto fuera como dentro de la academia y de la literatura en general, no solo como elemento para contar lo que ha pasado sino para transformar la sociedad colombiana. Las experiencias compartidas por los asistentes son una muestra clara de que ello es posible. La tertulia cerró con el lema “Yo firmo por la paz porque”… a lo que los asistentes expresaron: queremos una sociedad mejor, unas generaciones no viciadas por la guerra, creemos en la humanidad, porque es un momento histórico que no se puede desperdiciar, queremos más armonía, no queremos más dolor, tenemos el derecho de vivir en paz, porque debemos ser cómplices de esa gran utopía.

https://rodeemoseldialogo.org/wp-content/uploads/2024/05/Logo-azul-espanol-300x270.png 0 0 Rodeemos el Diálogo https://rodeemoseldialogo.org/wp-content/uploads/2024/05/Logo-azul-espanol-300x270.png Rodeemos el Diálogo2015-11-10 11:25:492024-08-13 17:38:10Tertulia Literaria de Reconciliación y Paz

Reporte Desayuno de Paz # 31 Invitado: Ildefonso Henao.

septiembre 25, 2015/in Desayunos de paz, dialogo, Eventos Anteriores/by Rodeemos el Diálogo

Desayuno de Paz # 31

Invitado: Ildefonso Henao.

Tema: Las formas de reconciliación y convivencia entre excombatientes y las comunidades en Bogotá

5 de Septiembre de 2015

En este desayuno tuvimos como invitado a Ildefonso Henao, desmovilizado del EPL y ex director del programa de Atención al Proceso de Desmovilización y Reintegración en Bogotá. Actualmente trabaja como Coordinador de la Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas, en la Secretaría de Gobierno del Distrito Capital.

Por su condición de reinsertado y su trabajo tanto con excombatientes como con víctimas, Ildefonso tiene conocimiento bastante amplio sobre el conflicto armado y sobre los procesos de reconciliaciónque se han llevado en el país. De hecho, estos procesos se viven a diario en una ciudad como Bogotá, que recibe una gran proporción de la población vulnerable y desmovilizada del país. Presentamos algunos de los temas tratados en el desayuno:

– Se habló de los procesos de reinserción de los grupos guerrilleros de los años noventa y sus similitudes y diferencias con el proceso actual: en su momento, el proceso de desmovilización del M-19 fue considerado una traición a la lucha guerrillera por los integrantes del EPL. Sin embargo, con el tiempo, este proceso abrió el camino a que el EPL decidiera dejar las armas. En últimas, la desmovilización del EPL no fue necesariamente producto de un análisis racional, sino más bien de un proceso intuitivo: las causas que los habían llevado a las armas no se habían resuelto, pero hubo una reflexión sobre si se justificaba continuar con los actos de violencia contra el país. Una vez se tomó la decisión de dejar las armas, el EPL siguió con el proceso a pesar del miedo a que los mataran, y aún a pesar de los ataques en contra de varios de sus miembros, que terminaron con el asesinato de dos de sus líderes.

Para nuestro invitado, también es importante señalar que la desmovilización debe asumirse como un problema de la sociedad, no solamente del Gobierno. Es por eso importante el trabajo que hacen Rodeemos el Diálogo y otros grupos de la sociedad civil, que apoyan tanto las negociaciones como los avances de construcción de paz desde la ciudadanía.

Específicamente en cuanto a los procesos de reconciliación, es importante señalar que tanto las víctimas como los desmovilizados se encuentran en condiciones sociales muy similares de pobreza y marginalidad. De hecho, esa división entre víctimas y excombatientes es muchas veces artificial, ya que en la cotidianidad comparten los mismos espacios de trabajo y de convivencia. Igualmente, las diferencias entre los combatientes de uno y otro bando se borran una vez se desmovilizan los grupos armados. De hecho, hay muchas experiencias en donde excombatientes de guerrilla y de autodefensas trabajan juntos: por ejemplo, en el Programa de Atención al Proceso de Desmovilización y Reintegración en Bogotá, desde su inicio incluye a excombatientes de todos los bandos: M19, EPL, FARC, ELN y AUC.

– En los 90 los desmovilizados fueron coautores de la política de reinserción, mientras que bajo el gobierno Uribe a las desmovilizaciones se les quitó el componente político y se convirtieron en una transacción del tipo: “yo te doy, tú me das”: un intercambio en el que se pide a una persona que deje las armas y en compensaciónse le otorgan unos beneficios jurídicos y legales. Sin embargo, se dejaron por fuera los elementos emocionales y humanos de lo que significa la reintegración de excombatientes. Por tanto, es importante hacer mayor énfasis en cómo los excombatientes pueden contribuir a la sociedad. En este momento, por ejemplo, hay muchos reintegrados que hacen trabajo con población vulnerable, con víctimas del conflicto, y también en prevención del reclutamiento de niños en grupos armados o bandas criminales.

Igualmente, se podría decir que más que un proceso de reinserción con excombatientes, es el Estado colombiano y el país el que debe reinsertarse. Esto quiere decir que las desmovilizaciones de grupos armados también deben traer transformaciones en el Estado y en la sociedad en general. En este punto, se entró en un debate sobre si el conflicto es o no marginal. Se anotó que aunque efectivamente ha habido un impacto enorme del conflicto en muchas zonas del país, hay muchos sectores de la sociedad queno han sentido su real efecto, especialmente en las grandes ciudades.

También se habló sobre cómo articular a los empresarios al proceso de reintegración. En el Programa de Atención al Proceso de Desmovilización y Reintegración en Bogotá se creó un modelo para abrir oportunidades de empleo para los desmovilizados y sus familias, que implicaba un acompañamiento constante al empresario desde el programa. Los excombatientes no deben ser presentados como un problema para el empresario sino como una oportunidad que también genere beneficios económicos, porque al final esto es lo fundamental en un negocio. Lamentablemente, hay mucho rechazo hacia esta población en las grandes empresas, mientras que son las medianas y pequeñas las que son más abiertas a dar oportunidades de empleo a la población reintegrada.

Para finalizar, se mencionó brevemente el tema la participación de las mujeres como líderes en los procesos de paz y reconciliación luego de los conflictos. Dado que este tema amerita un espacio más amplio de discusión, ReD se encuentra organizando un nuevo conversatorio que reunirá a mujeres excombatientes de varios grupos.

https://rodeemoseldialogo.org/wp-content/uploads/2024/05/Logo-azul-espanol-300x270.png 0 0 Rodeemos el Diálogo https://rodeemoseldialogo.org/wp-content/uploads/2024/05/Logo-azul-espanol-300x270.png Rodeemos el Diálogo2015-09-25 02:53:022024-08-13 19:22:10Reporte Desayuno de Paz # 31 Invitado: Ildefonso Henao.

Desayuno de Paz N. 30: El poder transformador de la música en zonas de conflicto

septiembre 15, 2015/in Desayunos de paz, dialogo, Eventos Anteriores/by Rodeemos el Diálogo

Desayuno de Paz N. 30

Invitada: María del Rosario Torres, Gerente de Desarrollo de la Fundación Batuta.

Tema: El poder transformador de la música en zonas de conflicto

29 de agosto de 2015

 

Nuestra invitada nos cuenta que su pasión por la música viene  desde niña cuando empezó a  cantar en un coro, actividad que mantuvo durante toda su etapa escolar; así descubrió que esta experiencia le permitía sentirse  parte de una comunidad, lo que es hoy en día cada vez más difícil, en especial en las grandes ciudades como Bogotá. Estudió Música con énfasis en Gestión Cultural, en la Universidad Javeriana, y siguió desarrollando continuó su formación en Gestión Cultural en los Estados Unidos;  siente que además de ser ésta su profesión, es su estilo de vida. Desde la Gerencia de Desarrollo de Batuta, se ocupa de garantizar la sostenibilidad financiera de la fundación.

Inicialmente, María del Rosario nos presentó un video en el cual un niño de Puerto Asís, Putumayo, da su testimonio de cómo su participación en Batuta, donde lleva tres años, ha transformado su vida, y ahora sueña con llegar a ser profesor de música y presentarse ante el público; este segundo sueño ya se cumplió pues el niño estuvo con Batuta tocando en Italia.

La Fundación Batuta nació en el año 1991 como una iniciativa impulsada y financiada por el Gobierno Nacional en alianza con la empresa privada y tuvo como modelo inspirador el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela. Lo innovador en este caso es que se ha adoptado un  modelo de enseñanza grupal que rompe las jerarquías profesor-alumno, para dar paso a un aprendizaje horizontal donde todos cooperan y comparten saberes.

Su objetivo desde entonces ha sido fortalecer e incrementar el disfrute y la enseñanza de la música y generar mayores oportunidades para el ejercicio de los derechos culturales. Ha llegado a cerca de 39.710 niños y niñas del país y, a través de ellos, a sus familias y comunidades. Tiene presencia en 32 departamentos y 95 municipios a través de  184 centros de formación musical. Nos explica que cada centro de formación está conformado por: un profesor, un coordinador, un asistente administrativo que se ocupa del registro y el seguimiento de los procesos, y un profesional para apoyo psicosocial, encargado de vincular el trabajo con los niños a la familia y la comunidad.

En cuanto al impacto de la fundación, investigaciones realizadas por el Departamento Nacional de Planeación y la Fundación Luker han encontrado que los niños que participan en Batuta obtienen mejores resultados en  las Pruebas Saber; así mismo, construyen una proyección profesional de acuerdo con sus sueños y metas, y adquieren hábitos para el aprendizaje y la vida en general como la disciplina. Es un espacio protector, donde también se cultiva la paz a partir de la pertenencia a una comunidad. Su gran acogida por parte de la población colombiana tiene que ver con su contribución al desarrollo integral y la mejora de la calidad de vida de niños, niñas y jóvenes en zonas de vulnerabilidad.

Su contribución a la paz en Colombia, se ve reflejada en la capacidad del programa para la reconstrucción de tejido social, abriendo espacios de reconciliación y convivencia lejos del tiempo que soledad que figura como un patrón negativo especialmente en aquellos menores víctimas del conflicto armado; también, en la generación de capacidades individuales para formar a ciudadanos activos, al fortalecimiento de procesos culturales y educativos en los territorios.

Esta apuesta por la paz de Batuta se ha materializado significativamente desde el año 2001 a través de su Programa Música para la Reconciliación, del Departamento para Prosperidad Social, con un modelo integral que ha brindado formación musical y atención psicosocial para  enriquecer la vida de cerca de 17.000 niños, niñas, adolescentes y jóvenes víctimas del conflicto interno (80%) y vulnerabilidad (20%), en el ejercicio de sus derechos y su desarrollo integral. Esto se logra porque la acción de Batuta está concebida como un proceso, donde cada niño tiene una permanencia mínima de tres años en el programa, al cual  asiste entre 11 y 12 horas semanales. No se requiere tener habilidades especiales para la música para poder ingresar, y vinculan niños desde los 2 años de edad, siendo la edad máxima de 22 años.

Así mismo, el Programa Música en las Fronteras – Plan Fronteras para la Prosperidad– con apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores, busca desarrollar procesos orquestales en todas las fronteras, con financiación del gobierno central, lo gobiernos locales y el sector privado. Éste ha logrado fortalecer la promoción cultural favoreciendo la integración binacional en la zona de frontera colombo-venezolana y colombo-ecuatoriana,  y ha beneficiado a 480 niños, niñas y jóvenes. Se recuerda como algo memorable un concierto realizado en Ipiales y Tulcán, por la “orquesta binacional tricolor”, que tuvo altísima acogida.

Todo esto sin duda constituye, en el actual contexto del proceso de paz en Colombia, una apuesta hacia el posconflicto. En este sentido, nos cuenta nuestra invitada que Batuta viene hace años trabajando por el posconflicto y se refiere al  Manifiesto Cultural para la Paz que se generó como una iniciativa de la sociedad civil, en especial del sector artístico, con la pretensión de contribuir al desarrollo nacional y a la reducción de las brechas sociales desde dimensiones artísticas y culturales y en el ejercicio de los derechos humanos.  

Luego se abrió espacio a las preguntas y reflexiones de los asistentes, de donde surgieron algunos temas y conclusiones:

  1. la importancia del poder transformador de la música en medio del conflicto en Colombia.
  2. podemos hablar de paz más bien como una construcción -y no como un objeto-, que es indispensable para transformar la sociedad y que, si bien la firma de los acuerdos no es la expresión máxima de la paz, sí es un paso muy importante para la transición hacia el posconflicto.
  3. en un escenario de posconflicto Batuta ha previsto la vinculación de  adultos desmovilizados para desarrollar  un proyecto musical tipo Stomp (música con latas, canecas y otros  objetos comunes).
  4. ¿Cómo resolver la tensión entre la identidad cultural y la cultura  desde Batuta? si bien la música popular y tradicional se integran en la etapa inicial de formación musical,  Batuta es un programa formación sinfónica, no de música popular; por otra parte, el Gobierno a través del Plan Nacional de Música para la Convivencia, promueve escuelas orientadas a la música popular.
  5. se propuso organizar conjuntamente entre Batuta y ReD un concierto para enviar un mensaje de paz y reconciliación a la Habana para manifestar nuestro apoyo al proceso, ya que a veces nos hace falta expresar nuestro cariño y reconocimiento a este proceso que nos ha cambiado la vida.

En el cierre aprendimos y entonamos en coro una canción que se asocia con la época de la lucha por los derechos civiles, cuya letra podemos aplicar al momento actual. Todos cantamos:

“We shall overcome, someday

Deep in my heart, I do believe

We shall overcome, someday

 

We shall live in peace, someday

Deep in my heart, I do believe

We shall live in peace, someday”

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0 0 Rodeemos el Diálogo https://rodeemoseldialogo.org/wp-content/uploads/2024/05/Logo-azul-espanol-300x270.png Rodeemos el Diálogo2015-09-15 18:53:222024-08-13 19:23:14Desayuno de Paz N. 30: El poder transformador de la música en zonas de conflicto

Desayuno de Paz N. 29: Proceso de paz y medio ambiente en Colombia

septiembre 15, 2015/in Desayunos de paz, dialogo, Eventos Anteriores/by Rodeemos el Diálogo

Desayuno de Paz N. 29

Invitada: Brigitte Baptiste, Directora del Instituto Alexander von Humboldt

Tema: Proceso de paz y medio ambiente en Colombia

22 de agosto de 2015

Brigitte Baptiste es desde hace cinco años la directora del Instituto Alexander Von Humboldt, una entidad de carácter mixto que se ocupa de la biodiversidad en Colombia, en el territorio comprendido por sus fronteras terrestres y las costas. Es bióloga  de la Universidad Javeriana, con una maestría en Conservación y Desarrollo Tropical de la Universidad Internacional de Florida. Fue docente e investigadora de la Facultad de Estudios Rurales y Ambientales en la Universidad Javeriana de Bogotá.

La conversación giró en torno a cuatro puntos: 1) La falta de reflexión sobre la relación entre los seres humanos y la naturaleza. 2) La poca conciencia que hay en Colombia sobre la importancia de la vida biológica y su conservación. 3) La afectación de la biodiversidad por el conflicto, y 4) El futuro de la diversidad biológica una vez se firmen los acuerdos de paz.

Brigitte sostuvo que nos hace falta tomar conciencia sobre las interacciones entre el ser humano y la naturaleza en lo que se refiere al conflicto en Colombia. Considera que es importante hacer mención explícita a nuestra biodiversidad en los diálogos de La Habana, aunque el tema esté implícito en los acuerdos cuando se refieren al agro y los cultivos ilícitos.

Reflexionó acerca de la poca conciencia que tenemos sobre la gran diversidad biológica de Colombia: “nosotros no vivimos en nuestro país, tenemos una mirada muy superficial del territorio.” Cada vez es más, las nuevas generaciones no tienen ningún vínculo directo con el campo: mientras que las generaciones anteriores en su mayoría venían directamente de las zonas rurales, o tenían familiares en el campo. Esto hace que los jóvenes sean ajenos e indiferentes a la realidad de la biodiversidad colombiana. Este desconocimiento es a la vez causa y consecuencia del conflicto.

Sobre las distintas maneras como se ha visto afectada la biodiversidad por el conflicto en Colombia, Brigitte manifiesta que hay una falta evidente de protección estatal de los territorios diversos y que hacen falta regulaciones específicas en la forma como las personas, las empresas y otros sectores se relacionan con el entorno natural. En el marco del conflicto cada actor armado tiene su forma de acceder a la biodiversidad, y estas concepciones en un proceso de confrontación armada entran en disputa. Ejemplo de ello es que las fuerzas armadas no tienen en cuenta el impacto ambiental en el desarrollo de operativos, bombardeos y fumigaciones en territorios biodiversos, mientras que la insurgencia también causa grandes afectaciones buscando garantizar su seguridad. Por su parte, las organizaciones indígenas y campesinas, que tienen sus propios procesos organizativos, han aprendido a valorar los recursos naturales, y adoptan medidas para conservar la biodiversidad. Aunque existen figuras institucionales de ordenamiento territorial como las Zonas de Reserva Campesina, los espacios de toma de decisiones en el marco de dichas figuras son cooptados por intereses particulares en detrimento de la participación de la población en el diseño de políticas públicas para los territorios. Por tanto, mientras no haya regulación y controles no habrá mayores cambios, luego de la firma de los acuerdos.

Por otra parte, la poca importancia que el Estado ha dado a lo rural se evidencia en que hacía más de cuarenta años el país no había hecho un censo agropecuario. También cabe la discusión sobre las políticas de seguridad alimentaria, lo cual atañe a las prácticas de cultivo que tienen los campesinos en los territorios rurales y a la distribución de la tierra.

Una iniciativa que abre gran expectativa es la de promover el ecoturismo. Aquí se debe contemplar la oportunidad de participación de las comunidades en las regiones, y no dejar estos desarrollos solo en manos de los grandes capitales.

Las preguntas de los asistentes giraron en torno a: las iniciativas de las organizaciones de base rurales para la conservación de la biodiversidad; el nexo entre la conservación de la vida y las concepciones ancestrales del territorio que tienen los pueblos indígenas; las posibilidades de participación que tiene la población colombiana en el diseño y la formulación de políticas ambientales una vez firmados los acuerdos de paz; el despojo de territorios colectivos y la resistencia social al respecto; el cuestionamiento a la explotación de recursos naturales por empresas extranjeras y las oportunidades que éstas tienen de contribuir a la conservación de la biodiversidad; y la conveniencia de discutir el proyecto económico del país en La Habana.

En respuesta, Brigitte sostuvo que evidentemente el proyecto económico de Colombia no se está discutiendo en La Habana. Tanto el modelo económico como la conservación de la biodiversidad están relacionadas con los proyectos individuales y colectivos de subsistencia de las personas, y con la forma como los seres humanos dan sentido a sus vidas. Esto necesariamente atraviesa la cultura. Finalmente, se refirió a la problemática del cambio climático, de cuya dimensión no somos conscientes y no nos estamos preparando para darle respuesta adecuada. Cita el caso de los arroceros y los cafeteros, que mantienen sus mismas prácticas, mientras que algunas empresas multinacionales sí están proyectándose con esa perspectiva. Por último, señaló que debe haber iniciativas concretas de gestión ambiental que estén construidas con el aporte del Estado y los diferentes sectores sociales de Colombia.

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0 0 Rodeemos el Diálogo https://rodeemoseldialogo.org/wp-content/uploads/2024/05/Logo-azul-espanol-300x270.png Rodeemos el Diálogo2015-09-15 18:51:252024-08-13 19:24:23Desayuno de Paz N. 29: Proceso de paz y medio ambiente en Colombia

Desayuno de Paz N. 28 Serie sobre medios de comunicación y Construcción de Paz

septiembre 15, 2015/in Desayunos de paz, dialogo, Eventos Anteriores/by Rodeemos el Diálogo

Desayuno de Paz N. 28

Serie sobre medios de comunicación y Construcción de Paz

Invitado: Camilo Segura, editor de la plataforma ¡Pacifista!

15 de agosto de 2015

Nuestro invitado nos presenta a ¡Pacifista!, una plataforma para la generación de paz en Colombia, dirigida a jóvenes entre 15 y 35 años (la población  de la era digital). Es un portal de VICE, que tiene presencia en más de 25 países. Surgió por iniciativa de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, con el propósito de  comunicar temas de paz a la juventud. El portal presenta contenidos noticiosos, de opinión y crónicas, relacionados con quienes están construyendo paz y quienes viven experiencias de resistencia.

¡Pacifista! cuenta el proceso de La Habana en términos simples y transforma el contenido de los documentos publicados por los negociadores para que lleguen a la juventud. También cuenta –  desde la memoria, los expedientes judiciales y el relato de las víctimas –  historias sobre personas, hechos e hitos del conflicto armado colombiano. Tiene una línea de participación ciudadana y construcción de paz desde las comunidades, centrada en el papel que va a desempeñar la juventud en las regiones, una vez se firme la paz.

Por la forma en que se desarrolla su contenido, la plataforma  está generando nuevas dinámicas; busca que los jóvenes se sientan conectados con narrativas y memorias históricas de nuestro terrritorio nacional. Desde una perspectiva “para Dummies” informa sobre temas que en ocasiones pueden ser muy técnicos, jurídicos o complejos, haciendo uso de un lenguaje más sencillo para que sean entendidos en su contexto.  Con los contenidos busca generar curiosidad y cultivar en los jóvenes la conciencia de la importancia que tienen dentro de este proceso de paz, en el cual existe mucho dolor. Por eso es fundamental que los jóvenes hagan parte de estos diálogos y que su compromiso  vaya más allá de la firma de los acuerdos, con una paz duradera y sostenible.

¡Pacifista! tiene alianzas con otros medios de mayor difusión como Vice Colombia, El Espectador, Las 2 Orillas, ReD, entre otros. También tiene entre sus proyectos, en alianza con Odeón, presentar sus documentales en el espacio público con el propósito de visibilizar los problemas rurales colombianos entre la población urbana.

En opinión de Camilo, nadie sabe realmente cómo llegarles a los jóvenes, sobre todo ahora que construyen su identidad e individualidad a partir de las redes sociales. Entonces, lo que hace ¡Pacifista! para lograr que los jóvenes lo sigan, es desplegar sus contenidos a través de Facebook, Twitter, YouTube.

Esta plataforma  cada vez ha ido teniendo mayor acogida y crecimiento, lo que se refleja  en el número de personas que visitan la página y las redes sociales; está generando impacto en una población bastante apática que son los jóvenes, quienes en general utilizan internet para revisar contenidos relacionados con música, sexo, drogas. Se ha enfocado en esta parte de la población porque conoce la importancia de involucarlos dentro de una  sociedad activa  que debe hacer parte del proceso de transformación que está viviendo Colombia y además, entender los retos futuros que enfrenta el país  para que  en algún momento participen en las transformaciones que se requieren para crear una realidad en la que quepamos todos,  y que las generaciones futuras crezcan en una sociedad sin conflicto armado interno.

¡Pacifista! hace activismo desde el periodismo porque considera, primero,  que el periodista no es aséptico, y además, que  el periodismo está basado en la democracia y en la paz. No es un portal que pretende reemplazar la gobernabilidad ni la institucionalidad. Lo que hace es generar contenido editorial independiente.

A diferencia de los grandes medios de comunicación, que  tienen que transmitir todo, que hacen eco a voces que pueden  estar basadas en  falacias, que responden al mercado, a la coyuntura, el periodismo de ¡Pacifista! no está interesado en aumentar el ruido sino en eliminarlo.

Este medio no desecha las prácticas de conexión con los lectores (formatos de participación, comentarios, carga del lector, tendencias en redes sociales, etc.), porque al identificar las tendencias sobre el proceso de paz tiene la oportunidad de aclarar la desinformación y multiplicar las aclaraciones. Los seguidores  también pueden enviar sus textos para que sean publicados, con acompañamiento editorial.

Esta es una opción alternativa para cualquier tipo de audiencia: crea otros espacios de opinión, va más allá de producir contenidos diarios porque  lo que busca es  convertise en una herramienta útil para la sociedad civil. ¡Pacifista! informa abiertamente sobre el proceso de paz, fomenta la democracia y apoya activamente una nueva sociedad que se imagina y sueña con un país en paz.

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0 0 Rodeemos el Diálogo https://rodeemoseldialogo.org/wp-content/uploads/2024/05/Logo-azul-espanol-300x270.png Rodeemos el Diálogo2015-09-15 18:49:172024-08-13 19:25:25Desayuno de Paz N. 28 Serie sobre medios de comunicación y Construcción de Paz

Desayuno: La enseñanza del SENA y la Construcción de Paz

septiembre 15, 2015/in Desayunos de paz, dialogo, Eventos Anteriores, pedagogia/by Rodeemos el Diálogo

Desayuno de Paz N. 25

Invitada: Lina María Reyes Corral, de la Dirección General del SENA

Tema: La enseñanza del SENA y la  Construcción de Paz

25 de julio de 2015

En este desayuno hablamos del rol del SENA (Servicio Nacional de Aprendizaje) como institución, su papel frente al proceso de paz, cómo este visibiliza los retos de Colombia, y cómo los programas en desarrollo pueden apoyar las transformaciones que se requieren, a partir de lo que sucede en La Habana.

Nuestra invitada fue Lina María Reyes, funcionaria de la División de Relaciones Internacionales de la Dirección General del SENA, quien contó sobre su trabajo en la institución, a la cual está vinculada  hace tres años, y su participación en los programas que se han creado para  poblaciones vulnerables, como: personas con discapacidad visual, población LGBT y personas desplazadas y víctimas de la violencia. Se refirió también a las dificultades que implicó la creación del programa “Volunteer teachers” para la enseñanza del inglés, por el corto tiempo que se tuvo para cumplir con la meta de traer 150 profesores que tuvieran este idioma como lengua nativa. Insistió en que el rol principal de la organización es instruir técnicamente a sus aprendices para el óptimo desempeño laboral.

El Servicio Nacional de Aprendizaje tiene una cobertura nacional del 99%, y orienta sus servicios de formación de acuerdo con  las necesidades de cada región,  aunque con frecuencia  sus recursos  son escasos para la alta demanda. Manifiesta Lina María su preocupación por las responsabilidades que le son asignadas al SENA por el Gobierno para responder a las coyunturas del país, y  para las cuales no siempre está la institución preparada. Cita como ejemplo  la Ley de Víctimas (1448 de 2011), que  dictamina dar prioridad en la asignación de cupos a víctimas de la violencia, lo que supone una gran tarea para el SENA. Al respecto plantea la dificultad para atender esta exigencia, y en cierta forma su desacuerdo, pues esto deja en segundo plano a todos los demás aspirantes de estratos bajos que necesitan esta oportunidad, para privilegiar en cambio a víctimas y a desmovilizados.  Como respuesta los presentes manifiestan que en circunstancias como las actuales este criterio de priorización está plenamente justificado.

Se señaló la importancia de la relación entre la empresa privada y el SENA, ya que su financiación depende de los aportes parafiscales de aquélla; también este vínculo es muy estrecho en cuanto a los programas,  porque la formación que se imparte debe atender directamente la demanda que tienen las empresas de personal capacitado. Lina nos comenta con preocupación que actualmente existe el riesgo de que con la Reforma Tributaria se afecten estos aportes, lo que dejaría al SENA sin recursos para funcionar, o ante la necesidad de cobrar por sus servicios, algo que cambiaría profundamente la naturaleza de la institución.

Acerca de la financiación que recibe por cooperación internacional, nos explica que esta fuente de recursos ha sido importante para el SENA pero se ha reducido últimamente, ya que a medida que Colombia mejora en su calificación, al dejar de ser catalogado como país “en vía de desarrollo”, deja también de ser candidato para algunas de estas ayudas.

Otro de los problemas que enfrenta el SENA se debe a la mala calidad de la educación en los colegios públicos, ya que llegan algunos aprendices que, aun siendo bachilleres, no saben ni siquiera leer bien; por ende, la institución debe invertir tiempo y recursos en alfabetizar y enseñar, en algunos casos, incluso matemática básica. Resalta con esto  la importancia del mejoramiento de la enseñanza en planteles públicos de modo que los aprendices al ingresar al SENA lleguen preparados en los conocimientos básicos, y así la  organización pueda dedicarse a instruirlos técnicamente  para facilitarles la obtención de un trabajo y con esto contribuir a disminuir el desempleo. Los asistentes estuvieron  de acuerdo con las fallas que presenta la educación en Colombia y con la necesidad de mejorarla.

Un gran interrogante planteado en el desayuno fue si el SENA podría establecer un programa  de  pedagogía de la paz. Lina sostuvo que el rol del SENA no es enseñar temas culturales y sociales del país, ya que eso le corresponde al Ministerio de Educación. Explicó que el SENA tiene como finalidad  específica la formación  para el trabajo -y por esto es una entidad adscrita al  Ministerio del Trabajo-, mientras  que la responsabilidad  de educar integralmente y desde los niveles básicos, le corresponde al  Ministerio de Educación. Quedó sin embargo planteada la  posibilidad que la pedagogía de paz pueda enmarcarse dentro de las llamadas ‘materias transversales’ (o sea, no técnicas) que el SENA proporciona a sus aprendices y que contribuyen a su formación integral, como la protección del medio ambiente, el cuidado por el otro y el respeto por la diferencia, entre otros.

Por último, hubo una ronda de preguntas y comentarios  de los participantes, de donde quedaron las siguientes reflexiones:

  1. El SENA no está aislado de los retos que enfrenta Colombia. Incluso podría conversar en las mesas de trabajo de reintegración.
  2. Se podrían usar los recursos del SENA y los alcances que tiene a nivel nacional, sin incrementar gastos, para cambiar la percepción del proceso.  
  3. Es muy preocupante pensar que el SENA no consideraría  incluir en sus programas  la pedagogía de la paz  y de los  derechos humanos. Muchos reconocieron que una de las causas del conflicto armado que sufrimos hoy en día se debe a la falta de educación, la desigualdad y la pobreza. Colombia está muy próxima a conseguir la paz y debemos procurar evitar otro ciclo de violencia, entonces todos deberíamos hacer lo que podamos para apoyar este proceso.
  4. Se planteó la idea de escribirle una Carta al Ministro de Trabajo enfatizando esos puntos de importancia, así como  la preocupación por la sostenibilidad financiera del SENA  en el mediano plazo.

Para concluir, quedó  la impresión que existe escepticismo entre las instituciones del Estado, al igual que entre amplios sectores de la sociedad colombiana, sobre si Colombia logrará implementar un eventual acuerdo de paz en La Habana. Por tanto, el reto es ir más allá de cumplir las tareas que cada institución tiene, para así aprovechar los nuevos aires de la paz.

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0 0 Rodeemos el Diálogo https://rodeemoseldialogo.org/wp-content/uploads/2024/05/Logo-azul-espanol-300x270.png Rodeemos el Diálogo2015-09-15 18:45:082024-08-13 19:27:26Desayuno: La enseñanza del SENA y la Construcción de Paz
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