No-Talleres de Pedagogía del Proceso de Paz

Fundación Universitaria Cafam

Bogotá, julio de 2016

Entre marzo y mayo de 2016, en el marco de sus actividades de pedagogía sobre el proceso de paz entre el gobierno y las FARC en La Habana, el grupo de pedagogía de Rodeemos el Diálogo (ReD) condujo una serie de no-talleres en la Fundación Universitaria Cafam de Bogotá. Se desarrolló en tres sesiones, una por mes, con nueve grupos de estudiantes de las facultades de Ingeniería, Administración, Hotelería y Gastronomía y Educación Inicial, tanto en sesiones diurnas como nocturnas. Los grupos oscilaron entre 20 y 25 estudiantes de aproximadamente 17 a 25 años de edad. Algunos de los grupos pudieron asistir a una conferencia introductoria por Andrei Gómez Suárez que les dio una visión global del proceso de negociaciones, facilitándoles la posterior participación en los No-Talleres.

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Metodología

Cada uno de estos No-Talleres estuvo bajo la conducción de dos (excepcionalmente tres) no-talleristas de ReD, con la presencia como observador del profesor encargado del grupo. Las sesiones se centraron en los siguientes temas generales: 1) ¿Cómo nos informamos y construimos nuestra verdad sobre lo relacionado con el proceso de paz? 2) ¿Qué es negociar y cómo negociamos? 3) Los actores e hitos las negociaciones de La Habana, y 4) ¿Qué puede aportar cada uno de nosotros en nuestra vida cotidiana para poner en práctica y fomentar el diálogo y la paz?

Desde el inicio se establecieron los cuatro principios de ReD, como guía para la actuación de los no-talleristas y los participantes, tanto en los no-talleres como en la vida cotidiana: respeto, honestidad, generosidad y solidaridad. Por otra parte, los no-talleristas evitaron a toda costa imponerles a los estudiantes una manera de ver el proceso de negociaciones, ni en pro ni en contra, sino de darles insumos para que ellos decidieran autónomamente qué pensar.

La metodología utilizada por ReD combinó contenidos de información, dinámicas lúdicas y reflexión conjunta. En ciertos momentos se recurrió a la música y a los videos para acompañar las actividades. Era importante generar un ambiente activo y participativo, y darle prioridad al involucramiento emocional de los estudiantes por encima del manejo de conocimientos o información.

 

Evaluación

Los no-talleristas se enfrentaron a diversos retos: las deficiencias que traen muchos de los estudiantes en materia de reflexión lógica y comprensión de lectura; el cansancio de los participantes tras largas jornadas de trabajo y/o estudio, especialmente en las sesiones nocturnas; las distracciones que generan los aparatos electrónicos, sobre todo los teléfonos celulares; la falta de disciplina de los participantes, especialmente en materia de puntualidad; ciertas fallas de comunicación y coordinación con la algunos docentes de la universidad. En algunos casos, se encontraron con actitudes de indiferencia, en otros de abierta oposición y rechazo frente a las negociaciones de paz. Sin embargo también hubo interés y receptividad en buena parte de los estudiantes.

Evaluando la experiencia, además de la insuficiente comunicación con algunos docentes de la universidad, y el hecho de que no todos los participantes tuvieron una adecuada contextualización previa, vemos que faltó también un trabajo inicial de preparación con los profesores.

 

Evolución

A pesar de todos los retos encontrados, el equipo de pedagogía de ReD, al igual que la Decana, quien más ha promovido esta iniciativa al interior de UniCafam, consideramos que vale la pena seguir promoviendo esta iniciativa. Al finalizar la tercera y última sesión, los estudiantes, en sus testimonios informales escritos en fichas bibliográficas, se pronunciaron en términos abrumadoramente positivos tras la experiencia. Estos testimonios reflejan el impacto que tuvo en ellos esta intervención, en términos de despertar su interés y sensibilidad hacia el tema, lo que nos anima a considerar una segunda serie de No-Talleres, incorporando los siguientes ajustes:

  • Debe hacerse un trabajo previo de contextualización y preparación con los estudiantes y los profesores por medio de un no-taller con los profesores y una conferencia introductoria para los estudiantes.
  • Con ayuda de los profesores debe encontrarse la forma de vincular los contenidos de los no-talleres con las carreras que están cursando los participantes.
  • Las tres sesiones deben agruparse más, pues una cada mes resultó ser un ritmo pedagógicamente inadecuado. La distribución en el tiempo de las sesiones, demasiado espaciada, debilitó el compromiso y el interés de los participantes.
  • Integrar otras actividades, tales como paneles de víctimas para fomentar la empatía, o foros en que se controviertan diferentes puntos de vista.

 

Motivación

Después de este primer semestre de trabajo en la Fundación Universitaria Cafam, hemos constatado que formar una ciudadanía de paz y promover el diálogo y la reconciliación son tareas arduas y que requieren tiempo. Y que, aunque en un comienzo podamos sentir que nuestro mensaje está cayendo en saco roto, el final del semestre nos ha mostrado que las transformaciones son posibles y que hay lugar para el entusiasmo y la esperanza. Es por ello que, además de los ajustes mencionados, vemos en la continuación de estos No-Talleres la oportunidad para seguir llegando a personas con diferentes formas de pensar y actuar. Que sea ahora el tiempo para reflexionar y decidir cómo podemos ser parte de este gran momento.

 

NO TALLERES PARA COMPRENDER EL PROCESO DE PAZ

11 y 12 de abril de 2016

Armenia

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Por invitación del Diplomado en Construcción de paz de la Universidad del Quindío Rodeemos el Diálogo (ReD) realizó una serie de no-talleres para los participantes en este diplomado. Como el grupo total es de 100 alumnos, la Universidad dio la oportunidad a los 50 primeros que se inscribieron y se conformaron dos grupos de 25 personas, con cada uno de los cuales trabajamos durante cuatro sesiones de 90 minutos cada una.

La Universidad y Sueje (Sistema Universitario del Eje Cafetero) costearon el transporte, alojamiento y alimentación y ReD aportó el trabajo de los dos días. Se desarrolló el formato que empleamos en el Colegio Anglo Colombiano en febrero de 2016; 4 sesiones de 1 hora y media.

Se trabajó con un doble propósito: además de ofrecer la experiencia pedagógica sobre el proceso de paz, que se busca con esta propuesta horizontal y afectiva, se enfocó también en dar elementos metodológicos a los participantes, ya que el interés y la propuesta de la universidad es que se conviertan en multiplicadores.

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Participantes

Asistieron personas de Armenia y de varios municipios vecinos; dentro del grupo hubo profesionales en ciencias sociales dedicados a la docencia, comunicadores, estudiantes de Trabajo Social, líderes comunitarios, funcionarios de municipios, líderes campesinos y cuatro estudiantes de colegio de un barrio socialmente desfavorecido, invitados por la Alcaldía.

Impresiones

Posiblemente por ser personas que cursan el Diplomado en Construcción de Paz, muestran en general, y sin que falten las dudas e incertidumbres, una expectativa positiva frente al proceso de paz. A la vez, en el grupo encontramos personas que manifestaban pensamientos completamente opuestos frente a la guerrilla: desde quien sentía rabia y dolor por haber su padre sido una víctima directa, hasta quienes mostraron simpatía con la ideologia de las FARC. Frente a los medios de comunicación hay clara y fuerte desconfianza.

La presentación de los equipos negociadores despertó interés y llevó a un reconocimiento mayor de los negociadores y su compromiso con la paz. Sobre los hitos del proceso manifestaron que aunque creían estar bastante enterados, la realización de una línea del tiempo les había llenado vacíos y dado mucha claridad, además de mostrarles que desconocían más de lo que imaginaban. El ejercicio de cierre sobre la reconciliación nos dejó ver reales manifestaciones de compromiso con acciones concretas en lo personal para contribuir a la paz.

En general luego de los dos días pudimos observar un cambio en los grupos hacia una mayor actitud de escucha y de disponibilidad a dialogar en medio de las diferencias.

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Reflexiones Finales

La experiencia con personas de una región diferente nos acercó a otras formas de ver el país, ya que han vivido o conocido el conflicto desde otros ángulos. Este acercamiento es muy valioso para ReD pues amplía nuestro conocimiento y comprensión de la población de Colombia.

A través de los mensajes que solicitamos escribir al momento del cierre encontramos un impacto muy positivo y un gran agradecimiento por nuestra labor. Como en ocasiones anteriores, se manifestó que reconocieron en ReD una actitud balanceada que permitió ventilar las diferentes posiciones y tendencias.

Quedó la propuesta de conformar equipos para continuar con la labor de pedagogía y ReD ofreció el acompañamiento necesario para quienes decidan hacerlo. Esperamos hacer realidad el sueño de los participantes de hacer pedagogía de un proceso de paz que nos pertenece a todos y está cambiando la forma en que nos relacionamos entre muchos sectores de Colombianos.

Pedagogía y habilidades para la paz y la vida

DESAYUNO DE PAZ No. 33

Invitado: Julián de Zubiría, pedagogo, Rector del Instituto Merani

Tema: Pedagogía y habilidades para la paz y la vida

26 de septiembre de 2015

Julián de Zubiría nos habló de pedagogía, del sistema educativo, de sus debilidades y sus implicaciones en la sociedad del futuro. Nos cuenta que hace 30 años decidió trabajar una nueva forma de enseñar, con un currículo diferente, diferentes criterios y formas de evaluar. El Ministerio de Educación no estuvo de acuerdo, pero desarrolló su propuesta.

La idea fuerza de Julián es que el sistema educativo se centra en la trasmisión de información, y no en la formación de los estudiantes para vivir en sociedad. Es decir, se crean dos realidades, una que se vive en la vida diaria y otra en la escuela. Tampoco se les capacita para argumentar, contradecir y ser críticos. Según el antiguo proverbio, se les da un pescado (información), pero no se les enseña a pescar (pensar). La educación está mal concebida. Para ilustrar sus críticas, Julián hace referencia a “The Wall” de Pink Floyd. El sistema educativo ha fracasado rotundamente. Esto se evidencia actualmente en que en Colombia sólo 3 de cada 1000 jóvenes de 15 años entienden lo que leen. 50% tienen a los 17 años el nivel de lectura de niños de seis. No se puede desarrollar competencias para la vida si no se desarrollan habilidades básicas como la lectura.

Adicionalmente, no hay articulación entre los profesores de las escuelas, ni entre las instituciones de educación media y superior, lo que lleva a que no se forme a los estudiantes de manera coherente y unificada. Sin embargo, rescata la educación inicial, hasta los 5 años, dado que hasta ese momento no ha empezado la trasmisión de información.

Respecto a la guerra, dijo que ésta siempre degrada la vida humana. Pero cuando dura tanto como en Colombia, la guerra tiene un impacto mucho más grande; permea todas les estructuras del Gobierno, las instituciones y la sociedad. Un ejemplo de ello es el lenguaje que se maneja en la educación: expresiones como “concentración escolar”, “bandas de guerra” o “desertores  escolares” (los que salen del sistema) son términos bélicos, agresivos. Y el lenguaje de la izquierda es igual de intolerante que el de la derecha.

Asimismo, se ha fracturado el tejido social en Colombia; ya no se confía en el otro. La cultura mafiosa al estilo de “el vivo vive del bobo” se ha establecido en el corazón de la sociedad. La estructura valorativa de las personas se ha visto trastocada. Y es aquí donde se ve la importancia de la educación, ya que el problema no son ni los ex combatientes, ni los combatientes, sino toda la sociedad, que se ha llenado de odio y desconfianza.

Hay que cambiar el modelo educativo – y el sentido mismo de la educación que se imparte actualmente. Pero a corto o mediano plazo es muy difícil de llevar a cabo esa transformación en el plano institucional. Asimismo, es muy largo el tiempo necesario para romper las estructuras que la guerra ha creado en la sociedad colombiana. Tomará décadas transformar las estructuras valorativas generadas por la guerra.

Ante la pregunta sobre qué se está haciendo bien en educación, Julián dice que se ha mejorado la cobertura, y que se está tendiendo a pensar más en la integralidad y en formar en competencias ciudadanas. Menciona el programa de “maestros formando maestros” que implantó Abel Rodríguez cuando fue Secretario de Educación aunque el actual secretario no lo continuó. Considera que es muy buena la Ley General de Educación, que creó el Proyecto Educativo Institucional; piensa que se debe volver a este modelo, dándoles autonomía y acompañamiento a los colegios.

Es necesario replantear la formación de los docentes, aunque esto es sólo una parte; se requiere reformar el sistema educativo, y sacar la educación pública de la pobreza. El sistema actual agrava la inequidad, pues marca grandes diferencias en las oportunidades dependiendo de la calidad de educación según el colegio al que se tenga acceso.

Para Julián la idea de Rodeemos el Diálogo es muy profunda. Hay que continuar con ella, poner personas diferentes a dialogar; y para lograr mayor impacto, llegar al corazón de la gente, buscar no sólo transmitir ideas sino emociones, a través de actos simbólicos. Esto es lo que hacen con mucha eficacia las voces que se oponen al proceso de paz.

La Cátedra para la Paz como está concebida actualmente es una idea floja, tradicional. Lo que no implica que la educación para la paz sea un caso perdido: para Julián – y aquí hubo consenso – la educación para la paz debe desarrollar competencias cognitivas, valorativas y prácticas; habilidades transversales básicas para vivir, pensar y comunicarse, para conocerse y conocer al otro, para vivir con tolerancia… es decir, para ser más humanos, de forma tal que pueda crearse un futuro diferente. Se debe privilegiar el ser por encima del saber y convertir la paz en una competencia transversal. Y es que, tal como lo manifestó, “Las guerras nacen en la mente de los hombres, entonces la paz también. Si construimos esta sociedad, también podemos construir otra”.

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Experiencias comparadas de pedagogía de paz

Desayuno de Paz No. 32

Invitada: Alicia Cabezudo, Vicepresidenta del International Peace Bureau

Tema: Experiencias comparadas de pedagogía de paz

19 de septiembre de 2015.

 

En esta ocasión nos acompañó la pedagoga Argentino-Italiana, experta en pedagogía en construcción de paz, Alicia Cabezudo,  quien nos habló desde su visión como experta, y de su experiencia desde cuando  se empezó a hablar de estos temas en la época de la  dictadura en su país, Argentina. El concepto de pedagogía para la paz, que en principio fue entendido como educación para la democracia y defensa de los derechos humanos. Se tornó área de conocimiento desde los años 70, cuando  en Latinoamérica estaba el auge de las dictaduras militares – Perú, Argentina, Uruguay- que creó un escenario en el que se tenía que defender la democracia, y los jóvenes se reunían: obreros y estudiantes,  en el campo y  las ciudades,  con la necesidad de construir nuevas realidades, a partir de la historia, de sus  memorias.

La  pedagogía para la paz debe ser consciente de la realidad en que se vive y del entorno histórico. Requiere también encontrarse, no solo con los que piensan igual; resalta la importancia del diálogo, del que hablaba Paulo Freire. Toda construcción de paz, debe implicar la construcción de democracia y ciudadanía y la defensa de los derechos humanos; de lo contrario, Alicia considera,  sería un “cascarón vacío”

Al principio se hablaba de educación para los derechos humanos, y educación para la democracia, pero no estaban conectados estos campos. En los años 80 y 90, sobreviene en Latinoamérica  la oleada de las democracias y se estructura la idea de ciudadanía;  las guerras que habían existido, bajo la forma de dictaduras, caen. No así  en Colombia  donde se ha dado un conflicto armado. En ese momento se crean  diseños curriculares para hacer pedagogía de los derechos humanos y la democracia y se instauran en Argentina dentro de la educación formal.

Hay tres tipos de educación:  El primero es el formal, que se refiere a la educación dictada en las instituciones escolares (colegios y universidades), que necesariamente está vinculada al Gobierno;  es el brazo político del  Gobierno de turno. El segundo hace referencia a la educación no formal, que se puede dar en cualquier ámbito,  no tiene un programa establecido por la autoridad política, y   es también conscientemente  un proyecto pedagógico; es mucho más flexible en cuanto a quién va dirigida, el lugar y el tiempo en el que se ofrece, es de lejos mucho más creativa e ingeniosa y puede ser más importante  que la educación formal. Por último, está la informal, en la cual el ciudadano recibe ciertos mensajes o ideas sin que él pueda controlarlo, como  es la información recibida día a día en la prensa, la publicidad, la familia, sin que a veces seamos conscientes de ella,  y es muy poderosa.  Ninguna de las tres formas de educación se debe subestimar.

Durante la época del auge de las democracias, el error fue centrar la educación para la paz sólo en lo formal, mientras que durante las dictaduras había prevalecido  la educación no formal, y se habían logrado muchas cosas buenas, pues esta contenía mayor  potencia y  alcance ya que sumaba  a todos los actores.

De la discusión quedaron ciertos consensos: la pedagogía para la paz puede ser dictada por cualquiera, ya que lo determinante  es la sensibilidad a cuestiones sociales y a la realidad,  y el contacto con los demás. Sin embargo, para obtener un buen resultado, se debe operar en los tres niveles, y asimismo evaluarlos para conocer su impacto y mejorar en su implementación. Por ello, en la educación formal se necesita el compromiso del Gobierno actual. La educación para la paz debe abordar conceptos como violencia, guerra, paz, conflicto, entre otros.

A lo largo de la discusión se resaltó la importancia de la educación no formal. Se aclaró sin embargo, que el hecho de que la educación formal haga parte del proyecto político vigente no implica que no pueda generar cambio, ya que tiene siempre dos aspectos: como reproductora del sistema, al establecer los conocimientos y principios morales y éticos que se quiere inculcar en la sociedad y como transformadora, cuando enfatiza el juicio crítico, la escucha, la comunicación y la lectura; este último es  el que debe prevalecer en las democracias, y dependerá de cada  gobierno determinar a cuál  darle mayor peso. Por ello, el papel de los educadores es muy importante. A este respecto Alicia menciona la valiosa labor que vienen haciendo Bolivia, Uruguay y Argentina.

Al pedirle su concepto sobre la Cátedra de la Paz, la propuesta actual para el país en la educación formal, comenta que no la conoce a fondo pero ha oído que se le han hecho muchas críticas. Sin embargo, hay mucho por hacer por otros medios como el no formal y el informal. Manifiesta que es muy importante hacer más entre todos, para explicar lo que se está ocurriendo el proceso de paz. Es necesario que el proceso de pedagogía sea sistemático, y tenga continuidad, y  llegue también a los sectores que están en contra. Considera que en Colombia, no existe apatía, más bien  oposición, y  los colombianos no se han  dado cuenta de la gran importancia que tiene el proceso de paz, independientemente del resultado. El colombiano “de la calle” no valora lo que sucede,  dice que “se está entregando el país a las FARC”;  en comparación, menciona Alicia los casos de la terminación del conflicto en  Irlanda, y de España, con la ETA, en donde no se habló de que se estaba entregando el país por haber hecho una negociación. Por ello, la importancia de la pedagogía que se está proponiendo hacer en diversos escenarios, entre los que se encuentra Rodeemos el Diálogo.

Finalmente puntualiza algunos elementos centrales para que la pedagogía sea efectiva: (1) Diagnóstico o reflexión sobre lo existente. (2) Definición de las estrategias para “deconstruir” la apatía.  (3) Objetivos: definir lo que queremos construir, los elementos, los actores. (4) Elaborar el proyecto pedagógico. (5) Evaluar los resultados y el proceso.

El sentimiento final fue reconocer el papel determinante que tiene la ciudadanía y la necesidad de que cada uno de nosotros haga lo que esté a su alcance para contribuir con acciones pedagógicas a la construcción de paz.

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Taller-Conversatorio: ‘Paz para las víctimas desde una perspectiva corporal’

15 Noviembre 2014
Bogotá

Taller-Conversatorio: ‘Paz para las víctimas desde una perspectiva corporal’

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Veinticinco personas nos reunimos con Andrés Cancimance, trabajador social y antropólogo de la Universidad Nacional de Colombia y director de la Fundación El Alumbrador[1], para conocer su trabajo con sobrevivientes del conflicto armado en el departamento de Putumayo a través de la práctica, enseñanza y formación de facilitadores comunitarios en la técnica TRE (Ejercicios para la Liberación de la Tensión y el Trauma). Esta técnica, inspirada en el trabajo con víctimas del Medio Oriente y el África, fue creada por el trabajador social norte-americano David Berceli con el propósito de liberar al cuerpo de los efectos negativos del estrés y de los traumas. A partir de una serie sencilla de ejercicios físicos, que tienen como finalidad estimular artificialmente algunos músculos del cuerpo, TRE reactiva un mecanismo natural que tenemos los seres humanos para liberarnos de las tensiones: las vibraciones espontáneas o los “temblores neurogénicos”, un reflejo natural del cuerpo que sirve para liberarlo de la tensión que se genera en situaciones de estrés o de amenaza. TRE rescata mecanismos naturales de autosanación del cuerpo humano.

Organizamos este taller-conversatorio porque dentro de las discusiones en ReD, hemos debatido mucho sobre el hecho que la paz tiene que trabajarse primero dentro de uno mismo, y dentro del cuerpo. Además, porque en nuestros contextos urbanos, a menudo la experiencia de víctimas directas del conflicto en las regiones rurales es ajena a nuestras vidas cotidianas. En este momento cuando en La Habana se está debatiendo los derechos de las víctimas, pensamos que era importante acercarnos más a la experiencia humana de estas personas desconocidas. No solo escuchamos el relato de Andrés sobre su experiencia enseñando esta técnica a campesinos víctimas del conflicto, sino que tuvimos un taller donde nosotros mismos aprendimos la técnica. Posteriormente dimos inicio a una discusión sobre la experiencia y su aplicación en el contexto del proceso de paz.

En Putumayo, TRE ha tenido dos principales efectos. Primero, ha posibilitado la superación de heridas emocionales profundas dejadas por el conflicto. Muchas de las intervenciones en esta zona, así como en otras partes del país, se han enfocado en la reconstrucción de los hechos y en la narración como terapia, dejando a un lado al cuerpo como vehículo de sanación. TRE en cambio permitió otro tipo de auto sanación, desde el cuerpo. Segundo, la Fundación ha formado a personas de Putumayo como facilitadores TRE, lo cual les ha dado un papel de liderazgo y devuelto su agencia para ayudar a otras personas en sus comunidades y a trabajar sus dolores desde la experiencia corporal. Estos sanadores comunitarios, después de su formación en TRE, plantean tener una responsabilidad social hacia el bienestar de sus comunidades. TRE ofrece a los sobrevivientes de la guerra una herramienta de empoderamiento desde la capacidad que tienen sus cuerpos para transformar las secuelas emocionales que la guerra ha dejado en ellos. Y esto no sólo les devolverá la vitalidad y la confianza que perdieron, sino que podrán participar más activamente en la reparación de los daños causados en su colectividad por el conflicto.

En nuestro debate, reconocemos que todos en la sociedad colombiana hemos sido afectados por el conflicto colombiano de alguna manera. Puede ser a nivel de violencia urbana, miedo de ir a ciertos lugares, frustración con nuestros políticos, o dudas sobre si quedarnos en el país. El trauma puede tener muchas caras, pero el cuerpo experimenta el trauma de la misma manera, pues el cuerpo no racionaliza una experiencia, la vive y la siente sin ningún tipo de análisis. Desde la neurofisiología, el trauma o lo traumático es aquello que no podemos resolver con nuestros recursos habituales, por lo tanto se convierte en una situación que nos sobrepasa, dejando en nosotros una tensión crónica. Las muchas facetas del conflicto son interiorizadas en nuestros cuerpos. En una sociedad fragmentada por los efectos de la guerra, la desconfianza hace que los cuerpos se tensionen y se vuelvan distantes de otros cuerpos. Cuando los campesinos de Putumayo aprendieron a liberar sus cuerpos de esas tensiones, pudieron otra vez reconocer cómo desde el cuerpo estaban conectados a la comunidad. Nosotros analizamos que cuando estamos más relajados, podemos interactuar mejor en nuestra sociedad.

Los temblores que experimentamos en el taller se escapan de la racionalidad. Muchos venimos con cierto escepticismo; pero todos temblamos, y muchos manifestamos vivir unas experiencias fuertes. Fue un momento de descubrir el cuerpo en otras dimensiones. TRE no es solo una técnica, sino una pregunta, o una provocación, que pasa por un trabajo de respiración, estar en el cuerpo, y observar qué pasa en él.

No es un ‘remedio rápido’, ni pensamos que es la única forma de sanación para sobrevivientes de hechos traumáticos. Pero sí creemos que experiencias como este taller nos dan las herramientas para entender que las víctimas del conflicto, quienes para muchos de nosotros son ajenas en nuestras vidas cotidianas, son seres humanos con cuerpos humanos como nosotros, al igual que los mismos combatientes quienes viven el conflicto desde el cuerpo. Y en esta sociedad, buscar la reconciliación empieza desde un trabajo interior, pero no para quedarnos en el individualismo, sino porque cuando estamos más relajados dentro de nosotros mismos, podemos tomar un papel más consciente en nuestra sociedad.

Así lo plantea una líder de Putumayo que ahora es facilitadora de TRE en su comunidad: “Hay que temblar antes de actuar”.

 FUNDACIÓN EL ALUMBRADOR

www.fundacionelalumbrador.com

 

Memoria de encuentro:Taller cocina vegana para la paz

Memoria de encuentro:Taller cocina vegana para la paz
Rodeemos el Diálogo-­Fundación Social Fénix

“Rodeemos el Diálogo es un espacio por el cual se aprende y sobre todo se comparte: un plato de comida, ideas y opiniones que son importantes para avanzar en la construcción de un mundo mejor” – Disney Caldas, Fundación Social Fénix

El 31 de mayo de 2014 nos sentamos algunos miembros de ReD con algunas miembros de Fundación Social Fénix, para compartir un taller de cocina vegana y hablar de los beneficios de comer sano e intercambiar ideas sobre el proceso de paz. Después de comer, leímos la sección sobre el problema de consumo del comunicado conjunto número 36 del gobierno y las FARC del punto sobre drogas ilícitas.

Los miembros de ReD aprendimos de la experiencia de las mujeres de Fénix en cuanto a las complejidades inherentes al problema de consumo de drogas en algunos barrios de Bogotá. Vimos la complejidad de tan solo ese subpunto en cuanto a la dificultad de tratar al problema de la adicción, y a los retos que hay en cuanto a la articulación entre instituciones, Estado y comunidades, debido al hecho que el consumo es un problema estructural ymultidimensional –microcriminalidad, efectos físicos y psicológicos de la adicción, estigmatización de los habitantes de la calle, y acceso a programas de rehabilitación, entre otras. En la discusión llegamos juntos a la conclusión que valoramos el enfoque en la salud pública sobre la criminalización y el hecho que el comunicado conjunto resalte la necesidad de articular las instituciones. Creemos que la sociedad civil en un escenario de pos-acuerdo debería hacer veeduría seria para asegurar su implementación, tanto en este punto como en todos.

La ‘complejidad’ es algo que hemos escuchado en otros espacios de ReD, e incluso en nuestras charlas con taxistas, porteros, amigos y familia:“Síqueremos un país en paz, pero es que es muy difícil; el tema agrario es tan difícil, equilibrar las demandas de verdad y justicia es difícil…”Sin embargo, las mujeres de Fénix nos dan un ejemplo contundente. Es difícil salir de una vida de adicción, prostitución, y crimen. El primer paso es trabajar en la calle con lo más básico – la atención a personas en prostitución y consumo para que tengan acceso a condones, pruebas de embarazo e información sobre sexo seguro. Luego dan otro paso y acompañan a las chicas que quieren salir de esa vida brindando acceso a instituciones. Otro paso más y empiezan a recibir en la casa de Fénix la atención de una psicóloga. Otro paso y pueden empezar a construir una nueva vida, compartir con otras mujeres, y llegar a conseguir los fondos para el estudio superior, hasta convertirse en miembros de la organización y volver su pasado difícil una fortaleza que empodera a otras chicas en estado de vulnerabilidad. “Es difícil pero desde la solidaridad y la comprensión lo hemos hecho y mira donde estamos”, nos dijeron.Creemos que eso da un ejemplo para toda Colombia, especialmente ahora.

Las asistentes de Fénix dejaron dos reflexiones escritas sobre nuestro intercambio: “fue un espacio productivo donde aprendimos a trabajar en grupo tanto en la cocina como en la construcción de ideas”; sintieron que salieron del espacio “con más conocimiento sobre el proceso de paz, habiendo aprendido, reflexionado, pensado más allá de lo común, en un escenario donde la opinión de todos se escuchaba, y motivaba a la participación para la construcción de los procesos que ayudarán a transformar nuestro país”.

En nuestro primer taller de cocina y paz compartimos comida, risas y opiniones, y es ese hecho de compartir que es importante para avanzar en la construcción de un país, y un mundo mejor.