Linea de trabajo

Encuentro con Luz Marina Hache, líder sindical

El encuentro realizado a finales del 2019 fue con la sindicalista Luz Marina Hache, quien nos condujo a una mirada profunda de la violencia histórica contra los sindicalistas en Colombia. Luz Marina nos contó la historia de su compañero, y padre de uno de sus hijos, Eduardo Loffsner Torres, desaparecido forzosamente en noviembre de 1986 como resultado de su trabajo político, sin que hasta el día de hoy se tengan noticias de su paradero. La reunión con Luz Marina nos dejó claridad, a todas y todos los participantes del encuentro, sobre el peligro y la injusticia que enfrentan los sindicalistas y activistas en Colombia hasta el día de hoy, como un triste recordatorio de la realidad política del país. A pesar de esto, y en el contexto del Paro Nacional, el mensaje de Luz Marina también fue un llamado a fortalecer el espíritu de resistencia, para que casos como el de ella y su compañero no se repitan nunca. 

Luz Marina Hache

Lanzamiento Campaña #YoFirmoLaPaz

Queridos amigos y queridas amigas de ReD

1) Lanzamiento Campaña #YoFirmoLaPaz

Desde el inicio de la negociación, el gobierno y las FARC establecieron acordar un mecanismo de refrendación para que nosotros los colombianos expresáramos nuestra conformidad o inconformidad frente al acuerdo. Hoy la Corte Constitucional ha definido que este mecanismo de participación ciudadana será el plebiscito. Dicha decisión, por fuera de la mesa de negociaciones, respalda el resultado del proceso de paz como parte del largo camino del fortalecimiento del Estado de Derecho y la democracia en Colombia.

La decisión de la Corte, el compromiso de los equipos negociadores, y el sentir de miles de colombianos y amigos de Colombia nos motiva a fortalecer y promover nuestra campaña #YoFirmoLaPaz.

Del compromiso de la sociedad con la implementación de los acuerdos depende la consolidación de la paz. El acuerdo de paz le pertenece al país entero y es la sociedad civil la protagonista en la refrendación y la construcción de paz. Desde mañana y hasta el día del plebiscito, invitaremos a millones de colombianos a decir #YoFirmoLaPaz con su voto por el .

Mañana 19 de julio de 2016, rodearemos con un abrazo afectivo a la Corte Constitucional, indicando nuestro voto de confianza con el inicio de una nueva institucionalidad que valora su relación con nosotros, la sociedad civil colombiana, y nuestra apertura al diálogo con todos los colombianos para transitar juntos el camino a la paz. ¡Acompáñanos a las 5pm en este abrazo de paz!

Comunidad Internacional y retos en la implementación de los acuerdos de paz en Colombia.

Abril 28 de 2016

Bogotá

En este conversatorio de la Fundación DOMOPAZ y Rodeemos el Diálogo (ReD) se trataron dos puntos centrales: el rol de la Corte Penal Internacional (CPI) y el papel de las Compañías Multinacionales en la implementación de los acuerdos de La Habana. Los profesores Felipe Corredor Carvajal (Universidad del Rosario) y Enrique Prieto-Ríos (Universidad de los Andes) ofrecieron su reflexiones en una conversación moderada por Andrei Gómez (profesor de la Universidad de los Andes y miembro de ReD). Alberto Almonacid (Director Domopaz) inauguró el conversatorio.

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La CPI y el proceso de paz en Colombia.

La conversación abrió con tres interrogantes fundamentales: ¿Por qué es importante la CPI para el proceso de paz en Colombia? ¿Cuál ha sido la posición de la CPI frente al acuerdo de justicia transicional? ¿Por qué han llovido tantas críticas frente al posicionamiento de la Corte respecto a lo acordado en la Habana?

La CPI no va a intervenir en Colombia: tres razones

Felipe precisó que, dado el actual escenario del proceso de paz, la CPI no va a intervenir en el caso Colombiano por varias razones. Primero, por una razón de competencia: la CPI no puede conocer de crímenes de guerra en Colombia cometidos con anterioridad a noviembre de 2009, ni de crímenes de lesa humanidad cometidos antes de noviembre de 2002. La referencia a estas fechas es fundamental toda vez que, siguiendo al profesor Marco Palacios, los episodios más críticos de violencia ocurrieron en el periodo 1985 a 2007, con lo cual lo más grave está por fuera de la competencia de la Corte.

Segundo, en relación con la admisibilidad la CPI se hace las siguientes preguntas: (1) ¿Existe capacidad del Estado para investigar y juzgar esos crímenes? Y(2) ¿Existe voluntad del Estado para investigarlos y juzgarlos? En cuanto a la capacidad, desde 1821 y al margen de los sucesos de 1985, la institucionalidad de la justicia ha sido ininterrumpida en Colombia, luego sí hay capacidad. Respecto de la voluntad, se pueden contar las reformas constitucionales, leyes pro-paz como la ley de Justicia y Paz, el Marco Jurídico para la Paz y la Jurisdicción Especial de Paz; en las que el Estado manifiesta su voluntad de investigar los crímenes más graves.

Tercero, en cuanto a la activación de la competencia: Para que la CPI conozca un caso, el jefe de Estado debe solicitarle asumir el conocimiento del proceso y este no es el caso de Colombia. Por otra parte, se requiere que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas solicite a la CPI investigar al país. En este sentido y teniendo en cuenta lo establecido en la resolución 2261 de enero de 2016, dicho Consejo lo que está haciendo es respaldar, apoyar y verificar el proceso de paz.

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La CPI y la implementación de los Acuerdos de La Habana

Felipe menciona el principio de complementariedad: la jurisdicción de la CPI no es subsidiaria ni residual sino complementaria: es decir, los primeros responsables de investigar esos crímenes son los estados. El rol central no es de la CPI sino de la oficina del Fiscal, quien define y hace el seguimiento y monitoreo a través de sus funcionarios. Señala también que desde 2004 Colombia se encuentra en examen preliminar. Aproximadamente por 15 años la oficina del Fiscal de la CPI ha venido investigando qué la efectividad de la justicia en cuanto a crímenes de lesa humanidad. La Fiscalía de la CPI entiende que el Estado está haciendo su trabajo, razón por la cual no ha intervenido.

La CPI es un gigante con ciertas limitaciones humanas, financieras y de capacidad de investigación; es por ello que debe seleccionar los crímenes más graves y, dentro de estos, juzgar a los máximos responsables. Para el caso colombiano, la atención de la Fiscalía de la CPI está centrada en los falsos positivos, la violencia sexual y el desplazamiento forzado.

Sobre la implementación del acuerdo sobre víctimas las preguntas son: ¿Lo que hay va a funcionar? ¿Cómo va a funcionar? ¿Puede materializarse? En los próximos tres a cinco años, la CPI lo que hará es definir si lo que se acordó fue posible llevarlo a la práctica. Es importante, aclarar que el rol de la CPI no es la protección ni reparación de las víctimas, sino juzgar y sancionar a los máximos responsables de las peores conductas. En la lógica del proceso de paz, la garantía máxima de no repetición que tienen las víctimas, es el fin del conflicto. Y en este punto Colombia es soberana para decidir en su política criminal y de víctimas, qué mecanismo adoptar, y cómo reparar a las víctimas.

Adicionalmente está lo referente a las penas y la discusión entre impunidad y amnistía. El acuerdo de paz explica que serán objeto de amnistía los delitos políticos, la rebelión y los delitos conexos -aquí existe un debate sobre el narcotráfico. Sin embargo, no habrá impunidad ni amnistía para crímenes de lesa humanidad, desaparición forzada, crímenes de guerra, secuestro y lo correspondiente a las exigencias del derecho internacional. El acuerdo prevé penas de tres tipos: de 5 a 8 años donde se les priva de algunos derechos y será para quienes reparen a las víctimas y cuenten toda la verdad. La segunda pena es en condiciones ordinarias de privación de libertad de 5 a 8 años, para los que acepten la responsabilidad o cuenten la verdad pero tarde y antes de la sentencia. Y una pena de 20 años para quienes no reparen ni cuenten la verdad.

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La CPI como garante de la implementación de los Acuerdos: un debate abierto

Algunas conclusiones que comparte Felipe y abren en debate son: (1) La CPI es un gigante sin fuerza ejecutiva; (2) La CPI va a ser un actor importante en el pos-acuerdo, como un tercero que va a estar controlando que las partes cumplan los acuerdos; (3) En cuanto a víctimas, la CPI tendrá un papel de garante para que sus derechos sean respetados en la ejecución del acuerdo; (4) La gran pregunta es: ¿Hasta qué punto esto se materializará?

Todo lo anterior, da lugar a un interesante debate. Una de las inquietudes se refiere a que, dado que la Ley de Justicia y Paz involucró únicamente a paramilitares y el actual acuerdo involucra a agentes del Estado, terceros civiles y guerrilleros desmovilizados, ¿Cómo este nuevo panorama da tranquilidad a la CPI en el sentido de que no solo rendirán cuenta máximos responsables de un lado sino de todos los lados? Al respecto Felipe comenta que el interés fundamental de la CPI en Colombia está en las ejecuciones extrajudiciales – los mal llamados falsos positivos – que de ninguna manera pueden quedar en la impunidad.

Sobre los inversionistas extranjeros y los acuerdos de paz en Colombia.

Enrique reflexionó sobre las siguientes preguntas: ¿Qué es una compañía trasnacional? ¿Por qué las compañías trasnacionales pueden ser un reto para la implementación de los acuerdos y en particular el de la Reforma Rural Integral? ¿Qué pueden hacer el Estado y la sociedad civil -y la guerrilla- para evitar un impacto negativo de las compañías trasnacionales en la implementación de los acuerdos?

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El Derecho Internacional y la protección de la inversión extranjera

Enrique explica que el Derecho Internacional de Promoción y Protección de la Inversión Extranjera (DIPPIE)es una pequeña ramificación del derecho internacional público; su objetivo es proteger la inversión cuando se hace en otro país –la inversión incluye propiedad privada, intelectual, derechos administrativos y los derechos de accionistas y compañías. Este sistema aparece en el siglo XX (Tratado entre Pakistán y Alemania en 1959). Una gran explosión de estos tratados tuvo lugar entre los años 80 y 90, entre otros factores, por la llegada de la ideología neoliberal. Los tratados buscan proteger al inversionista frente a medidas del Estado que puedan afectar sus intereses económicos y sus derechos como inversionista.

Las Compañías Trasnacionales son aquellas que funcionan en distintas jurisdicciones, sea indirectamente a través de un control de acciones o, de forma directa, a través de relaciones contractuales (traspaso de fronteras). El DIPPIE le facilita las actividades económicas a la transnacional. En cuanto a la relación con el Estado, se traduce en la limitación de su soberanía y de su capacidad reguladora. En aquellas situaciones donde exista un conflicto entre el inversionista y el Estado que recibe la inversión, el caso pasa a ser resuelto por tribunales de arbitramento (el inversionista no tiene que agotar la jurisdicción interna), cuya actuación está regulada por el acuerdo bilateral o TLC (estos árbitros han determinado que los inversionistas no están obligados por compromisos de derechos humanos, protección del medio ambiente, etc).

Las compañías internacionales vs la Reforma Rural Integral acordada en La Habana

El DIPPIE está relacionado con el primero de los acuerdos, el de la Reforma Rural Integral, que contempla un fondo gratuito de distribución de tierras (tierras que no se estén explotando de forma adecuada, teniendo en cuenta la función social de la tierra, o no estén cumpliendo normas medioambientales, y terrenos que hayan sido adquiridos ilegalmente). Muchos de estos terrenos se encuentran hoy en manos de empresas multinacionales, o nacionales que se han constituido como multinacionales y, si el Gobierno inicia un proceso de expropiación, lo más probable – ya pasó con la Ley de Víctimas- es que ese inversionista pedirá la indemnización del Estado. Y destaca que las indemnizaciones nacionales nunca van a alcanzar los niveles que va a imponer un tribunal de inversión extranjera. Pareciera entonces que este primer punto de los acuerdos puede ser un factor que dispare estas demandas contra el Estado colombiano.

Enrique comenta que prefiere moverse en este escenario con una dosis de pesimismo pero plantea algunas alternativas: (1) El Gobierno debe aproximarse muy diplomáticamente a los inversionistas para tratar de vincularlos dentro del proceso de paz, mostrando los beneficios económicos de éste. (2) Hay que tener cuidado con los procesos administrativos y de expropiación que se adelanten (aquellos que vinculen al inversionista con el campesino o victima). (3) Revisar los tratados y tratar de renegociarlos con el otro país. (4) Lo último sería reparar financieramente y pagar las indemnizaciones.

Ante la inquietud sobre el hecho de que algunas compañías trasnacionales han sido responsabilizadas por participar o financiar actores que han estado en graves violaciones a los derechos, Enrique precisa que si se le comprueba a una compañía que adquirió de forma ilegal los terrenos, no hay lugar a indemnización. Lo problemático es que hoy en día estas compañías –en su mayoría- se declaran como “terceros de buena fe”.

 

Comunidad Internacional y retos en la implementación de los acuerdos: Las inquietudes.

Las reflexiones de los expertos invitados, suscitaron en el público una serie de preguntas:

  1. ¿Cuál es el concepto de justicia y de impunidad que contiene el modelo de justicia transicional para Colombia? Respecto a la justicia transicional no hay un modelo preestablecido que les dicte a los Estados las maneras de proceder. Por esto, resulta conveniente que sea el mismo Estado Colombiano quien defina cómo administrar la justicia en este momento de transición, dada la magnitud y la cantidad de crímenes que han tenido lugar en el marco del conflicto armado y la violencia del país, sin que ello implique impunidad.
  1. ¿Cuál es la relación entre el modelo económico de Colombia y las negociaciones de paz? ¿Qué incidencias mutuas existen? Es claro que el modelo económico no se está negociando en la Habana. Ahora bien, en una Colombia en pos-acuerdo se debería analizar el modelo económico neoliberal que ha seguido el país, siguiendo la premisa del desarrollo como “la tierra prometida”. Sería preciso evaluar si vale la pena continuar con esas perspectivas desarrollistas y pensar en alternativas.
  1. ¿En qué sentido el simbolismo de la pena es parte de la reparación a las víctimas? Efectivamente el derecho penal está cargado de símbolos. Pero la pena, desde la óptica de la dogmática, no persigue la finalidad de satisfacer a la víctima, sino que es una justicia administrada por el Estado que persigue fines de prevención general, resocialización, etc. Pero no puede ser vista como una materialización de la reparación a la víctima.
  1. ¿En qué casos la gravedad de los crímenes cometidos en Colombia con ocasión del conflicto armado y la violencia, puede llevar a que la CPI tenga que intervenir? La gravedad necesariamente tiene en cuenta el número de casos, la magnitud del actuar –si es generalizado o sistemático-. Las ejecuciones extrajudiciales por eso resultan graves en el país, porque implican el modus operandi sistemático de disfrazar civiles para darlos como bajas en combate, institucionalizado por las fuerzas armadas.

Reflexiones finales

Los temores que tienen muchos colombianos frente al proceso de paz parecen responder a una agenda mediática que privilegia la circulación de malas interpretaciones sobre el papel de la comunidad internacional. El miedo de que el acuerdo de víctimas no cumpla con los estándares mínimos del Derecho Internacional de los Derecho Humanos queda desvirtuado con el pronunciamiento el 24 de septiembre de 2015 de la Fiscal de la CPI, quien emitió un comunicado donde dio a conocer su respaldo al proceso de paz, siempre que respete los estándares del Estatuto de Roma.

Mientras tanto los medios han informado el ingreso a la OCDE como algo positivo. El argumento parte de que si nos vinculamos a esta organización, vamos a dar una imagen de que somos buenos para hacer negocios, y necesitamos atraer inversión extranjera. Ahora bien, no existe una claridad sobre los beneficios de esta inversión extranjera; el panorama aún es de incertidumbre. Más aún cuando no se ha pensado seriamente el papel negativo que pueden jugar algunas compañías multinacionales en la implementación de los acuerdos, cuando su interés es exclusivamente proteger su inversión e independientemente del derecho a la paz que tienen los colombianos.

En suma, aún existen grandes preocupaciones frente al proceso de paz. Aquí quedan expuestos argumentos que permiten reconsiderar si el foco de las preocupaciones de hoy está en el lugar correcto.

Event Transitional justice

Since October 2012 the Government of Colombia and the FARC have been negotiating a 6-point agenda to put an end to five decades of armed conflict.After agreeing on rural reform, political participation, and addressing production of illicit crops, last September the parties reached an initial agreement on transitional justice.

Gustavo Gallón, the director of the Colombian Commission of Jurists, will share his reflections on the pros and cons of this landmark agreement.

Limited capacity, early registration required. First come first served basis.

Language of the event: English

Organised by: 

 

http://www.eventbrite.co.uk/e/justice-and-peace-in-colombia-developments-and-challenges-tickets-19802922073

 

Exhibición Los Rostros del Perdón, Londres. 3 al 20 de Noviembre 2015

El 3 de Noviembre de 2015 en las instalaciones del Consulado de Colombia en Londres se llevó a cabo la inauguración de la exhibición Los Rostros del Perdón, evento organizado por la Fundación Plan Perdón y apoyado por Rodeemos el Diálogo (ReD), St Ethelburga’s, Canning House, la Embajada y el Consulado de Colombia en el Reino Unido. Su apertura se dio en una de esas noches lúgubres, frías y ligeramente lluviosas londinenses que convirtió la sala del consulado en un perfecto resguardo para la reflexión íntima y personal alrededor de las siete imágenes e historias que hacen parte de la exhibición. En este ámbito ceremonial y tras unas breves palabras del Embajador, Dr. Néstor Osorio y la presentación de David Giraldo, director de la Fundación Plan Perdón, los relatos de propias experiencias de perdón y reconciliación de algunos de los casi cuarenta asistentes a la inauguración, no se hicieron esperar.

La exhibición presenta los rostros y las historias de colombianos y colombianas de diferentes edades, que han sido víctimas de cierto tipo de violencia en su país. Algunos han sido víctimas de la guerra, del narcotráfico, de la intolerancia, del maltrato, del abuso sexual o de manoteo escolar. Los Rostros del Perdón enfrenta al visitante con una realidad colombiana que a veces se confunde con cotidianidad y que en ocasiones parece parte esencial de su identidad. Éstos, son retratos de seres humanos reales, con nombre propio, de carne y hueso -como usted o como yo-, que a pesar de su terrible y sentido sufrimiento físico y psicológico decidieron perdonar a sus agresores y continuar adelante con sus vidas en vez de vengar, agredir, sentenciar, odiar o matar. Y que además de enfrentar sus miedos y reajustar sus vidas, se resistieron a quedar en el olvido de esa efímera memoria colectiva Colombiana, para contar su historia y ser ejemplo del perdón, el valor y la esperanza. Son entonces las imágenes de estos héroes del perdón, las que la exhibición trae para la comunidad colombiana y todos los interesados hasta el 20 de Noviembre de 2015 en el Consulado de Colombia en Londres.

Pre-event

Esta exhibición es una oportunidad para reflexionar acerca de las experiencias individuales de perdón, el diálogo y la reconciliación, y su potencial como herramientas de cohesión social claves para reformar la cotidianidad colombiana y su misma identidad más allá de la eventual salida negociada a los 50 años de conflicto colombiano que se negocia actualmente en La Habana.

Con su participación en este evento, los miembros de Rodeemos el Diálogo (ReD) reafirman una vez más su misión de promoción de la cultura del diálogo entre colombianos, colombianas, amigos y amigas de Colombia creyentes en la salida negociada al conflicto armado colombiano.

ReD agradece a Plan Perdón, al Cónsul General Rafael Merchán, el capítulo de javerianos en el Reino Unido y a todas las organizaciones convocantes por permitir nuestra participación en esta memorable iniciativa y hacerla un evento gratuito y abierto al público londinense en general.

Víctimas en el exterior: ¿Qué papel juegan y jugarán en el proceso de paz?

Víctimas en el exterior: ¿Qué papel juegan y jugarán en el proceso de paz?

Análisis de coyuntura

Juan Carlos Villamizar

Analista CODHES

Aunque parezca obvio en una comunidad impactada frontalmente por la guerra y que tuvo que abandonar el país para salvaguardar su vida, preguntarse por el estado de un proceso de paz,  vislumbrar un regreso a partir de la firma de un acuerdo no es un tema que esté en las prioridades e intereses. Para miles de personas residentes en el exterior la paz es tan distante como el exilio.

Los últimos acontecimientos relacionados con la negociación en La Habana y las conversaciones con el ELN dan cuenta de avances significativos hacia la irreversibilidad de la negociación. ¿Qué es la irreversibilidad? es un límite a partir del cual el proceso entra en un punto de no retorno. Luego de un cese al fuego unilateral decretado por parte de las FARC en diciembre de 2014 y la suspensión de bombardeos por parte del Gobierno en marzo de 2015 vino un escalamiento del conflicto a causa del ataque a un campamento del ejecito por parte de las Farc que dejó 11 soldados muertos en el Cauca el pasado mes de abril. Posterior a ello, se reanudaron los bombardeos y en uno de ellos murieron 26 guerrilleros, entre ellos dos que habían sido parte del equipo negociador y estaban haciendo pedagogía en las filas, situación que conllevo a la suspensión del cese unilateral de las Farc.

Tras la reanudación de los ataques de las FARC a la fuerza pública y a la  infraestructura  petrolera, la sociedad civil, pero sobre todo la comunidad internacional, jugaron un papel fundamental en solucionar la crisis que se estaba gestando en La Habana. Por primera vez, los delegados del Gobierno cubano y noruego hicieron público un comunicado de prensa en el que llamaban a las partes a desescalar la intensidad del conflicto. A primera vista resulta extraño que durante esas semanas de enfrentamientos, atentados y bombardeos la Mesa de Negociación no haya dejado de sesionar, sin embargo, no lo es. Las partes siguieron el guion establecido, el de negociar en medio de la guerra y no levantarse de la mesa independientemente de la intensidad de la confrontación, eso explica porque mientras el país vivía un recrudecimiento de la violencia las partes seguían cumpliendo con los ciclos de negociación.

Aun así los principios que rigen la mesa no son lineales y los efectos de la reanudación de la guerra a gran escala provocaron la desafección de gran parte de la sociedad colombiana y la presión internacional. Luego del comunicado público de los países facilitadores, Noruega y Cuba, además de diversas manifestaciones de la sociedad civil colombiana, las FARC volvieron a declarar un cese unilateral del fuego y el Presidente ordenó parar los bombardeos aéreos. El 12 de julio las partes acordaron “desescalar en Colombia y acelerar en La Habana”,  el Presidente de la República fijó un plazo de cuatro meses para evaluar los avances.

Al margen del ruido producido por la confrontación armada, la última fase de la negociación en La Habana ha dejado resultados tangibles de mucha relevancia. Comenzó el proceso de desminado en Antioquia, se acordó la creación de una futura Comisión de la Verdad y la comunidad internacional ha nombrado delegados para acompañar la recta final de la negociación, ese es el caso de Estados Unidos, Alemania, la ONU, Uruguay y previsiblemente el Vaticano. El debate de fondo tiene dos elementos que aún no terminan de encontrar su cauce, se trata de la elaboración de un mecanismo de justicia transicional que  logre un balance entre amnistías a delitos políticos y conexos y penas para los crímenes internacionales por una parte y la satisfacción de los derechos de las víctimas por la otra. Es entendible que sean dos temas muy sensibles para la sociedad colombiana, prueba de ello es la polarización que hay en las opiniones cuando se trata de establecer unos lineamientos básicos de aplicación de justicia para los involucrados en el conflicto, al tiempo para suscribir un acuerdo lo suficientemente amplio y reparador para las víctimas.

Un proceso para reparar y restituir derechos a las víctimas

Desde el primer momento el proceso de negociación se ha constituido en una oportunidad para la reparación integral de las víctimas del conflicto armado. Las declaraciones de las partes en este sentido han recalcado la importancia central de clarificar responsabilidades, dignificar la memoria, restituir las tierras, resarcir el daño y garantizar la no repetición de los hechos. Las delegaciones del Gobierno y de las FARC hicieron una declaración conjunta presentando los 10 principios para discutir el quinto punto de agenda y reconociendo las victimas que ha dejado a su paso el accionar militar. No es un reconocimiento menor, incluso en los años más dramáticos de la confrontación y bajo pruebas fehacientes de los hechos los organismos de seguridad del Estado y la Insurgencia han sido reacios a dichos reconocimientos.

Una cosa es que la Mesa discuta sobre víctimas y otra muy distinta que garantice su participación. En ese mismo comunicado acordó delegar a la ONU, Universidad Nacional y Conferencia Episcopal de Colombia la realización de tres foros regionales y uno nacional de víctimas además de definir 5 delegaciones de 12 personas que representaran todas las violencias ligadas al conflicto armado colombiano.

El desarrollo de los foros y las audiencias con las delegaciones en La Habana dejaron en evidencia varios aspectos que sugieren una reflexión más detallada. Por una parte que la sociedad colombiana se encuentra muy polarizada y que el concepto de la paz en el imaginario colectivo no va ligado al ejercicio de la reconciliación, prueba de ello fueron los altercados en los foros nacionales entre víctimas de Estado y víctimas de las FARC. En el fondo de este rechazo mutuo se encuentra la falta de reciprocidad para reconocerse unos a otros en su condición de víctimas, justificar desde las perversas razones que se esgrimen para alentar la guerra los motivos que causaron un hecho victmizante (ej.: a ustedes los asesinaron por ser auxiliadores de la guerrilla, a aquel lo extorsionaron porque financiaba a los paramilitares etc.) y finalmente por actitudes orientadas desde intereses políticos. En el caso de las delegaciones se presentaron amenazas y hostigamientos a las víctimas que decidieron participar en el proceso y reunirse con los negociadores. En segundo lugar que las medidas tomadas hasta el momento por parte del Estado para asistir y resarcir el daño en las víctimas sigue siendo insuficiente. En tercer lugar quedó en evidencia la invisibilidad hasta último momento de las víctimas en el exterior. Sobre este punto volveremos más adelante, entre tanto lo que queda de manifiesto después de desarrollar varios ejercicios de participación como los anteriormente descritos queda claro que una tarea urgente es desmontar las actitudes y los lenguajes beligerantes que distorsionan el trabajo por la reconciliación y que esta tarea recaerá en la práctica sobre la sociedad civil organizada .

Existen muchas expectativas sobre los alcances del acuerdo sobre víctimas que surja de la mesa de negociación. Uno, porque tendrá el reto de recoger las propuestas realizadas en los foros, enviadas por los sectores sociales y por las personas que a título individual aportaron sus reflexiones a los negociadores. Dos, porque el acuerdo obligará seguramente a la reformulación de la Ley 1448 y ubicará los nuevos principios rectores sobre el proceso de reparación integral y reconocimiento de las víctimas. Tres, porque como lo han planteado diversos analistas, la amplitud en el reconocimiento de las reivindicaciones de las víctimas será en el fondo el reconocimiento de los problemas estructurales que han causado la confrontación y en consecuencia la piedra angular de otros puntos de la agenda, en particular incidirá en la subcomisión de fin del conflicto. Todo ello sin ignorar que los reconocimientos suscritos en ese acuerdo incidirán en el modelo de justicia transicional que acoja la Mesa como mecanismo de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.

 Para qué negociar?

A priori un proceso de paz es una negociación entre dos partes sumidas en una confrontación armada para lograr acuerdos que pongan fin al uso de las armas, esto no significa y mucho menos garantiza la resolución del conflicto. Esta idea, sencilla pero muy relevante para mantener en su justa medida las expectativas frente a la paz, se va extendiendo poco a poco en la sociedad colombiana, que firmar un acuerdo no acabara con el conflicto ni las causas que lo generan. Entonces ¿para qué un proceso de paz? A parte de resultados tangibles y directos derivados de las conversaciones como el proceso de desminado iniciado en Antioquia o el compromiso de la insurgencia de no reclutar y desvincular a los menores de sus filas, la creación de la subcomisión de género para abordar el difícil tema de la violencia sexual ligada al conflicto y otros aspectos sustantivos, el proceso de paz genera un clima en el cual se desescala el escenario de confrontación y la sociedad civil tiene un margen para la participación. Un efecto concreto ha sido la decisión del Gobierno Nacional de suspender las fumigaciones aéreas con glifosato que fueron durante los últimos 15 años un inamovible de la política antidrogas del Estado y que por otra parte era foco de múltiples denuncias por parte de organizaciones de derechos humanos y comunidades indígenas y campesinas de las zonas afectadas. Se trata si de resolver el conflicto armado, evidentemente, pero subyace el objetivo de restituir derechos y reparar individual y colectivamente a la sociedad colombiana.

Otro debate surgido a partir de ese “clima propicio” tuvo que ver con los colombianos y colombianas en el exterior. Hace un momento enunciábamos la invisibilidad de las víctimas en el exterior que hasta hace muy poco no contaban con ningún tipo de política que mitigara los efectos de un desplazamiento forzado transnacional. La ley 1448 no recoge específicamente el hecho y toda referencia sobre casi 400 mil personas, según cifras de ACNUR, se circunscribe a una mención. El informe emblemático del Centro Nacional de Memoria Histórica “Basta Ya” directamente omitió el relato del exilio y en la legislación colombiana no existe tipificación alguna sobre este hecho victimizante. En este contexto las posibilidades de participación en el proceso de paz eran escasas, sin embargo un movimiento organizado de víctimas en el exterior que se creó justamente para demandar voz propia en la discusión del quinto punto de agenda y el esfuerzo de las organizaciones acompañantes permitió que se abriera un espacio de participación en el proceso de paz. Las consecuencias han sido múltiples y muy variadas, aunque no es un tema con mucha fuerza en las discusiones de la Mesa, el tema está allí y eso en sí mismo representa un avance. El Centro Nacional de Memoria Histórica abrió una línea de investigación exclusiva que permitirá recoger los testimonios de las víctimas en el exterior. La Unidad de Víctimas y de Restitución de Tierras está implementando gradualmente medidas para ampliar la cobertura en el exterior.

Algunas de las más importantes organizaciones acompañantes y de víctimas se han unido en un esfuerzo por elaborar una política pública integral para las personas en condición de refugio constituyendo una Comisión especializada en temas de exilio y reconciliación.

Finalmente todos los debates promovidos a partir de esta coyuntura le han dado una dimensión regional al problema y en consecuencia se están vinculando organizaciones de otros países en las elaboraciones que ha emprendido dicha Comisión.

En el mes de abril la Comisión Primera de Senado y Cámara convocó al primer debate de control político sobre víctimas en el exterior. Es significativo que en un contexto tan difícil se haya promovido un debate de estas características. Es sin duda en medio de ese ambiente proclive de una negociación y la capacidad de las organizaciones por posicionar el tema la que generan esos resultados. El debate en el momento político y social que vive Colombia dejó algunos desarrollos a los que cabe hacer un seguimiento exhaustivo. Por una parte se creó una subcomisión de seguimiento de Senado y Cámara para víctimas en el exterior. Se fortaleció la iniciativa de la Unidad de Víctimas de crear una mesa interinstitucional para coordinar al interior del Estado las acciones en materia de connacionales (colombianos y colombianas residentes en el exterior). Supuso el primer paso para acelerar un debate muchas veces postergado sobre la participación de las personas refugiadas en la Mesa Nacional de Víctimas y en el Consejo Nacional de Paz. Todas estas iniciativas y avances surgidos en el marco de una negociación política del conflicto buscan mejorar las condiciones de vida de las personas que han tenido que abandonar el país a causa de la violencia, restituirles sus derechos perdidos o vulnerados y procurar la posibilidad de un retorno digno.

En próximas semanas el país espera conocer el acuerdo sobre el quinto punto de agenda sobre víctimas, varios de los supuestos aquí contemplados quedarán clarificados con ese documento. Se  está avanzando en mecanismos para la participación del exilio colombiano en la política pública de Reparación Integral y en escenarios de construcción de paz, además se espera un anuncio del inicio de conversaciones con el ELN que abrirá seguramente otros espacios de participación que redundan en el mismo esfuerzo de reparación y restitución de derechos.

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Carta del Ministro de Estado Britanico a ReD

Respuesta del Ministro de Estado Britanico a la carta de ReD enviada en mayo pasado, donde solicitamos al Reino Unido apoyo al proceso de paz.

Reply letter Ministry FA UK.

Traduccion:

22 de junio de 2015

Carta dirigida a Rodeemos el Diálogo:

Agradecemos su carta enviada el 18 de Mayo al Ministro de Relaciones Exteriores con respecto al proceso de paz. Le doy respuesta como Ministro encargado de las relaciones con los países americanos.

En primer lugar, me permito asegurarle que el gobierno británico apoya incesantemente los esfuerzos del Presidente Santos por lograr la paz. Desde las elecciones parlamentarias, hemos continuado trabajando muy de cerca con el gobierno colombiano mientras se enfoca en planear e implementar estrategias para el post-conflicto. Durante la Cumbre de la EU-CELAC que tuvo lugar a principios de este mes, discutí algunos de estos importantes temas que su carta menciona con la Ministra de Relaciones Exteriores Holguín, y el Primer Ministro [Cameron] reafirmó nuestra posición cuando se reunió con el Presidente Santos.

Su carta mencionaba los contratiempos y por supuesto nosotros estamos preocupados por la reciente reanudación de los bombardeos aéreos y la suspensión del cese al fuego por parte de las FARC. Sin embargo, a pesar del escalamiento de las tensiones, nos sentimos optimistas por el compromiso por parte de ambas partes en mantener las negociaciones en la Habana.

Como lo he mencionado frecuentemente en el Parlamento, guardo la esperanza de que se alcance un acuerdo pronto, y de esa manera se logre paz, seguridad y oportunidades para todos los ciudadanos de Colombia. Como ustedes sugieren, esto necesariamente pasa por una negociación con el ELN, así como con las FARC. Sin embargo, mientras tanto, nosotros continuaremos apoyando las negociaciones, tanto en el ámbito público como en el privado, y apoyando al gobierno Colombiano en lo que podamos.

Firma

RT Hon Hugo Swire. Parlamentario Britanico.

Plan Perdon

Plan PerdonLos invitamos a este evento organizado por la organización Plataforma

Plan Perdón

Monday July 1st, 2013. 7:00pm
Canning House, 14-25 Belgrave Square, London SW1X 8PS

Plan Perdón is an independent project established by Colombians whose objective is to raise public
awareness about the importance of forgiveness and reconciliation in their country. The project
shares stories of forgiveness in the context of violence or armed conflict in the hope of encouraging
Colombians to find in forgiveness an alternative route to solving personal and social conflicts,
inspired by the experience of other fellow Colombians

RSVP by 27 June 2013
There are limited spaces so please confirm your attendance as soon as possible to
planperdon@gmail.com.
Only confirmed guests will be allowed entry.

www.plataformacol.com

www.planperdon.org