“Sabemos que nuestra decisión ha sido la mejor; sabemos que no estamos solos, que es una construcción colectiva, lo que nos permite comprometernos mucho más”
Valentina Beltrán, Candidata a la Cámara, Partido FARC
Desayuno de paz No.7 de 2018
10 de marzo
Valentina Beltrán (Luz Mary López), acompañada de su pequeña hija Sara Manuela, relata que viene de una familia de Boyacá, la única familia liberal del pueblo. Conmovida por la desigualdad social, resultado del modelo económico neoliberal, y tras el genocidio de la UP, se contacta con un grupo campesino con un programa agrario revolucionario, que veía el país de otra manera, convencido de la solución militar al conflicto por la tierra. Valentina se incorpora como militante a las FARC-EP. 24 años después de iniciarse en la guerra, hoy se inicia en la política como candidata al Congreso gracias al Acuerdo de Paz.
La cárcel
Cuenta que en 2005 cae presa, en un momento en que el panorama del país se empeoraba y se agudizaba el conflicto. En la cárcel se encuentra con una población femenina en crisis social, mujeres víctimas de la violencia encarceladas. En la cárcel, como afuera, persisten las desigualdades, no sólo entre clases sociales sino también entre hombres y mujeres. Valentina se acerca a las presas, mujeres de todas las procedencias, incluyendo paramilitares. Allí se centra en el trabajo artístico y pedagógico con ellas.
Valentina considera necesario reformar la justicia y el sistema carcelario para que se reconstruya el tejido humano en vez de destruirlo y violentarlo como ocurre actualmente. Dice que en la cárcel también se vive la realidad de la guerra. Estuvo seis años y medio presa, y al salir estudió Comunicación Social y después obtuvo una maestría en Estudios de Género.
El nuevo partido
En cuanto a la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común y su participación en la política, reconoce que no se trata de hacer borrón y cuenta nueva; admite que faltarán muchos años para que se acepte el proceso de cambios de la transición. Estima que no se puede borrar la guerra de la historia, pero cree que lo importante es reconocer dónde se origina el problema y hacer todo lo posible por no repetir lo ocurrido.
En cuanto a la decisión de mantener las siglas FARC, Valentina explica que se trata de no negar su historia. A pesar de su decisión de cerrar el ciclo de violencia con la dejación de armas, la sigla del partido implica no desconocer el pasado para que no se repita – a pesar del estigma que conlleva el nombre.
La participación en política
A la pregunta de por qué escogieron a Timochenko como candidato a la presidencia, Valentina aclara que fue una decisión de la asamblea de las FARC para apoyar el proceso de paz. Timo es uno de los gestores de paz, y es gracias a ellos, a los líderes, que nosotros estamos aquí, añade. La asamblea crea un plan de choque social para garantizar que el cambio perdure a largo plazo.
En la guerrilla asumían roles que hubiera debido asumir el Estado: resolvían conflictos de convivencia en la zona, construían carreteras, desarrollaban trabajo de organización social, alfabetización y apoyo social. Pero la mayor parte del trabajo fue en la tierra, sembrando.
En cuanto a su apuesta política como candidata a la Cámara por Bogotá, dice que está preocupada por el futuro de las nuevas generaciones, por lo que plantea:
- educación gratuita;
- derecho al acceso a la tierra (señala que 70% de Bogotá es rural);
- seguridad humana, sin armas, menos militarizada y represiva;
- enfoque de género: luchar contra la discriminación por razones de clase raza y género;
- sistema nacional de cuidado, en que se reconozca el trabajo de cuidado en casa como apto para pensión. Se trata de operativizar la Ley 1314.
Las mujeres
Valentina recuerda que 48% de la insurgencia eran mujeres. Las excombatientes llegaban a la guerrilla por varios factores, entre ellos la falta de educación en los territorios, el ambiente de violencia de género, y uno de los aspectos más fuertes: la violencia intrafamiliar. El programa político aspira a cambiar esta realidad. La organización política que se construyó desde el campo es una familia donde se respeta a las mujeres, y donde se rompen los estereotipos de que las mujeres deben ser frágiles y sumisas. No es una organización feminista, es anti patriarcal, anti clasista, y tiene un proyecto social donde se hace sensibilización en enfoque de genero para eliminar las desigualdades.
La autocrítica: a modo de conclusión
En cuanto a los recursos económicos de las Farc, Valentina admite que pasaron cosas de las cuales no están orgullosos, y que asumen los hechos y las responsabilidades. Enfatiza la necesidad de autocrítica. Señala que todos los antiguos combatientes van a pasar por la JEP y que no tienen nada que temer.