Comunidad Internacional y retos en la implementación de los acuerdos de paz en Colombia.

Abril 28 de 2016

Bogotá

En este conversatorio de la Fundación DOMOPAZ y Rodeemos el Diálogo (ReD) se trataron dos puntos centrales: el rol de la Corte Penal Internacional (CPI) y el papel de las Compañías Multinacionales en la implementación de los acuerdos de La Habana. Los profesores Felipe Corredor Carvajal (Universidad del Rosario) y Enrique Prieto-Ríos (Universidad de los Andes) ofrecieron su reflexiones en una conversación moderada por Andrei Gómez (profesor de la Universidad de los Andes y miembro de ReD). Alberto Almonacid (Director Domopaz) inauguró el conversatorio.

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La CPI y el proceso de paz en Colombia.

La conversación abrió con tres interrogantes fundamentales: ¿Por qué es importante la CPI para el proceso de paz en Colombia? ¿Cuál ha sido la posición de la CPI frente al acuerdo de justicia transicional? ¿Por qué han llovido tantas críticas frente al posicionamiento de la Corte respecto a lo acordado en la Habana?

La CPI no va a intervenir en Colombia: tres razones

Felipe precisó que, dado el actual escenario del proceso de paz, la CPI no va a intervenir en el caso Colombiano por varias razones. Primero, por una razón de competencia: la CPI no puede conocer de crímenes de guerra en Colombia cometidos con anterioridad a noviembre de 2009, ni de crímenes de lesa humanidad cometidos antes de noviembre de 2002. La referencia a estas fechas es fundamental toda vez que, siguiendo al profesor Marco Palacios, los episodios más críticos de violencia ocurrieron en el periodo 1985 a 2007, con lo cual lo más grave está por fuera de la competencia de la Corte.

Segundo, en relación con la admisibilidad la CPI se hace las siguientes preguntas: (1) ¿Existe capacidad del Estado para investigar y juzgar esos crímenes? Y(2) ¿Existe voluntad del Estado para investigarlos y juzgarlos? En cuanto a la capacidad, desde 1821 y al margen de los sucesos de 1985, la institucionalidad de la justicia ha sido ininterrumpida en Colombia, luego sí hay capacidad. Respecto de la voluntad, se pueden contar las reformas constitucionales, leyes pro-paz como la ley de Justicia y Paz, el Marco Jurídico para la Paz y la Jurisdicción Especial de Paz; en las que el Estado manifiesta su voluntad de investigar los crímenes más graves.

Tercero, en cuanto a la activación de la competencia: Para que la CPI conozca un caso, el jefe de Estado debe solicitarle asumir el conocimiento del proceso y este no es el caso de Colombia. Por otra parte, se requiere que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas solicite a la CPI investigar al país. En este sentido y teniendo en cuenta lo establecido en la resolución 2261 de enero de 2016, dicho Consejo lo que está haciendo es respaldar, apoyar y verificar el proceso de paz.

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La CPI y la implementación de los Acuerdos de La Habana

Felipe menciona el principio de complementariedad: la jurisdicción de la CPI no es subsidiaria ni residual sino complementaria: es decir, los primeros responsables de investigar esos crímenes son los estados. El rol central no es de la CPI sino de la oficina del Fiscal, quien define y hace el seguimiento y monitoreo a través de sus funcionarios. Señala también que desde 2004 Colombia se encuentra en examen preliminar. Aproximadamente por 15 años la oficina del Fiscal de la CPI ha venido investigando qué la efectividad de la justicia en cuanto a crímenes de lesa humanidad. La Fiscalía de la CPI entiende que el Estado está haciendo su trabajo, razón por la cual no ha intervenido.

La CPI es un gigante con ciertas limitaciones humanas, financieras y de capacidad de investigación; es por ello que debe seleccionar los crímenes más graves y, dentro de estos, juzgar a los máximos responsables. Para el caso colombiano, la atención de la Fiscalía de la CPI está centrada en los falsos positivos, la violencia sexual y el desplazamiento forzado.

Sobre la implementación del acuerdo sobre víctimas las preguntas son: ¿Lo que hay va a funcionar? ¿Cómo va a funcionar? ¿Puede materializarse? En los próximos tres a cinco años, la CPI lo que hará es definir si lo que se acordó fue posible llevarlo a la práctica. Es importante, aclarar que el rol de la CPI no es la protección ni reparación de las víctimas, sino juzgar y sancionar a los máximos responsables de las peores conductas. En la lógica del proceso de paz, la garantía máxima de no repetición que tienen las víctimas, es el fin del conflicto. Y en este punto Colombia es soberana para decidir en su política criminal y de víctimas, qué mecanismo adoptar, y cómo reparar a las víctimas.

Adicionalmente está lo referente a las penas y la discusión entre impunidad y amnistía. El acuerdo de paz explica que serán objeto de amnistía los delitos políticos, la rebelión y los delitos conexos -aquí existe un debate sobre el narcotráfico. Sin embargo, no habrá impunidad ni amnistía para crímenes de lesa humanidad, desaparición forzada, crímenes de guerra, secuestro y lo correspondiente a las exigencias del derecho internacional. El acuerdo prevé penas de tres tipos: de 5 a 8 años donde se les priva de algunos derechos y será para quienes reparen a las víctimas y cuenten toda la verdad. La segunda pena es en condiciones ordinarias de privación de libertad de 5 a 8 años, para los que acepten la responsabilidad o cuenten la verdad pero tarde y antes de la sentencia. Y una pena de 20 años para quienes no reparen ni cuenten la verdad.

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La CPI como garante de la implementación de los Acuerdos: un debate abierto

Algunas conclusiones que comparte Felipe y abren en debate son: (1) La CPI es un gigante sin fuerza ejecutiva; (2) La CPI va a ser un actor importante en el pos-acuerdo, como un tercero que va a estar controlando que las partes cumplan los acuerdos; (3) En cuanto a víctimas, la CPI tendrá un papel de garante para que sus derechos sean respetados en la ejecución del acuerdo; (4) La gran pregunta es: ¿Hasta qué punto esto se materializará?

Todo lo anterior, da lugar a un interesante debate. Una de las inquietudes se refiere a que, dado que la Ley de Justicia y Paz involucró únicamente a paramilitares y el actual acuerdo involucra a agentes del Estado, terceros civiles y guerrilleros desmovilizados, ¿Cómo este nuevo panorama da tranquilidad a la CPI en el sentido de que no solo rendirán cuenta máximos responsables de un lado sino de todos los lados? Al respecto Felipe comenta que el interés fundamental de la CPI en Colombia está en las ejecuciones extrajudiciales – los mal llamados falsos positivos – que de ninguna manera pueden quedar en la impunidad.

Sobre los inversionistas extranjeros y los acuerdos de paz en Colombia.

Enrique reflexionó sobre las siguientes preguntas: ¿Qué es una compañía trasnacional? ¿Por qué las compañías trasnacionales pueden ser un reto para la implementación de los acuerdos y en particular el de la Reforma Rural Integral? ¿Qué pueden hacer el Estado y la sociedad civil -y la guerrilla- para evitar un impacto negativo de las compañías trasnacionales en la implementación de los acuerdos?

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El Derecho Internacional y la protección de la inversión extranjera

Enrique explica que el Derecho Internacional de Promoción y Protección de la Inversión Extranjera (DIPPIE)es una pequeña ramificación del derecho internacional público; su objetivo es proteger la inversión cuando se hace en otro país –la inversión incluye propiedad privada, intelectual, derechos administrativos y los derechos de accionistas y compañías. Este sistema aparece en el siglo XX (Tratado entre Pakistán y Alemania en 1959). Una gran explosión de estos tratados tuvo lugar entre los años 80 y 90, entre otros factores, por la llegada de la ideología neoliberal. Los tratados buscan proteger al inversionista frente a medidas del Estado que puedan afectar sus intereses económicos y sus derechos como inversionista.

Las Compañías Trasnacionales son aquellas que funcionan en distintas jurisdicciones, sea indirectamente a través de un control de acciones o, de forma directa, a través de relaciones contractuales (traspaso de fronteras). El DIPPIE le facilita las actividades económicas a la transnacional. En cuanto a la relación con el Estado, se traduce en la limitación de su soberanía y de su capacidad reguladora. En aquellas situaciones donde exista un conflicto entre el inversionista y el Estado que recibe la inversión, el caso pasa a ser resuelto por tribunales de arbitramento (el inversionista no tiene que agotar la jurisdicción interna), cuya actuación está regulada por el acuerdo bilateral o TLC (estos árbitros han determinado que los inversionistas no están obligados por compromisos de derechos humanos, protección del medio ambiente, etc).

Las compañías internacionales vs la Reforma Rural Integral acordada en La Habana

El DIPPIE está relacionado con el primero de los acuerdos, el de la Reforma Rural Integral, que contempla un fondo gratuito de distribución de tierras (tierras que no se estén explotando de forma adecuada, teniendo en cuenta la función social de la tierra, o no estén cumpliendo normas medioambientales, y terrenos que hayan sido adquiridos ilegalmente). Muchos de estos terrenos se encuentran hoy en manos de empresas multinacionales, o nacionales que se han constituido como multinacionales y, si el Gobierno inicia un proceso de expropiación, lo más probable – ya pasó con la Ley de Víctimas- es que ese inversionista pedirá la indemnización del Estado. Y destaca que las indemnizaciones nacionales nunca van a alcanzar los niveles que va a imponer un tribunal de inversión extranjera. Pareciera entonces que este primer punto de los acuerdos puede ser un factor que dispare estas demandas contra el Estado colombiano.

Enrique comenta que prefiere moverse en este escenario con una dosis de pesimismo pero plantea algunas alternativas: (1) El Gobierno debe aproximarse muy diplomáticamente a los inversionistas para tratar de vincularlos dentro del proceso de paz, mostrando los beneficios económicos de éste. (2) Hay que tener cuidado con los procesos administrativos y de expropiación que se adelanten (aquellos que vinculen al inversionista con el campesino o victima). (3) Revisar los tratados y tratar de renegociarlos con el otro país. (4) Lo último sería reparar financieramente y pagar las indemnizaciones.

Ante la inquietud sobre el hecho de que algunas compañías trasnacionales han sido responsabilizadas por participar o financiar actores que han estado en graves violaciones a los derechos, Enrique precisa que si se le comprueba a una compañía que adquirió de forma ilegal los terrenos, no hay lugar a indemnización. Lo problemático es que hoy en día estas compañías –en su mayoría- se declaran como “terceros de buena fe”.

 

Comunidad Internacional y retos en la implementación de los acuerdos: Las inquietudes.

Las reflexiones de los expertos invitados, suscitaron en el público una serie de preguntas:

  1. ¿Cuál es el concepto de justicia y de impunidad que contiene el modelo de justicia transicional para Colombia? Respecto a la justicia transicional no hay un modelo preestablecido que les dicte a los Estados las maneras de proceder. Por esto, resulta conveniente que sea el mismo Estado Colombiano quien defina cómo administrar la justicia en este momento de transición, dada la magnitud y la cantidad de crímenes que han tenido lugar en el marco del conflicto armado y la violencia del país, sin que ello implique impunidad.
  1. ¿Cuál es la relación entre el modelo económico de Colombia y las negociaciones de paz? ¿Qué incidencias mutuas existen? Es claro que el modelo económico no se está negociando en la Habana. Ahora bien, en una Colombia en pos-acuerdo se debería analizar el modelo económico neoliberal que ha seguido el país, siguiendo la premisa del desarrollo como “la tierra prometida”. Sería preciso evaluar si vale la pena continuar con esas perspectivas desarrollistas y pensar en alternativas.
  1. ¿En qué sentido el simbolismo de la pena es parte de la reparación a las víctimas? Efectivamente el derecho penal está cargado de símbolos. Pero la pena, desde la óptica de la dogmática, no persigue la finalidad de satisfacer a la víctima, sino que es una justicia administrada por el Estado que persigue fines de prevención general, resocialización, etc. Pero no puede ser vista como una materialización de la reparación a la víctima.
  1. ¿En qué casos la gravedad de los crímenes cometidos en Colombia con ocasión del conflicto armado y la violencia, puede llevar a que la CPI tenga que intervenir? La gravedad necesariamente tiene en cuenta el número de casos, la magnitud del actuar –si es generalizado o sistemático-. Las ejecuciones extrajudiciales por eso resultan graves en el país, porque implican el modus operandi sistemático de disfrazar civiles para darlos como bajas en combate, institucionalizado por las fuerzas armadas.

Reflexiones finales

Los temores que tienen muchos colombianos frente al proceso de paz parecen responder a una agenda mediática que privilegia la circulación de malas interpretaciones sobre el papel de la comunidad internacional. El miedo de que el acuerdo de víctimas no cumpla con los estándares mínimos del Derecho Internacional de los Derecho Humanos queda desvirtuado con el pronunciamiento el 24 de septiembre de 2015 de la Fiscal de la CPI, quien emitió un comunicado donde dio a conocer su respaldo al proceso de paz, siempre que respete los estándares del Estatuto de Roma.

Mientras tanto los medios han informado el ingreso a la OCDE como algo positivo. El argumento parte de que si nos vinculamos a esta organización, vamos a dar una imagen de que somos buenos para hacer negocios, y necesitamos atraer inversión extranjera. Ahora bien, no existe una claridad sobre los beneficios de esta inversión extranjera; el panorama aún es de incertidumbre. Más aún cuando no se ha pensado seriamente el papel negativo que pueden jugar algunas compañías multinacionales en la implementación de los acuerdos, cuando su interés es exclusivamente proteger su inversión e independientemente del derecho a la paz que tienen los colombianos.

En suma, aún existen grandes preocupaciones frente al proceso de paz. Aquí quedan expuestos argumentos que permiten reconsiderar si el foco de las preocupaciones de hoy está en el lugar correcto.

Álvaro Uribe Vélez is King Canute!

By Henry Robinson, a friend of ReD

 

So Colombia watch out! The Chinese are coming… The Irish are coming… The British are coming, and so are the French, Israelis, Italians, Japanese and many more…

Don’t take my word for it – I just heard it sitting twelve feet from Juan Manuel Santos who just led a delegation to London to talk about economics and the imminent peace in Colombia.

As my regular readers know, I only really write when I see the need…

Well, I see the need.

It’s been a very long drawn-out five years since the beginning of the peace talks. There’s been a lot of anger; a lot of arguments; a lot of water under the bridge

But the truth is, it took more than twice as long to achieve peace in Northern Ireland – so count yourselves lucky there! I believe you’re eight to twelve weeks away from sealing that agreement on peace. A fact I reflected upon as I listened to JMS telling the story about why so few Chinese tourists visit Colombia. The Chinese premier’s reply was telling:

‘They don’t come because your country is marked out as a country in conflict… Once that’s removed there’ll be an influx of eager Chinese tourists – and the same goes for people from the rest of the world.’

At the conference there was talk of hope: of the post-conflict opportunities for all Colombians; of large scale infrastructure investment plans and, most importantly, the beginning of the healing process and how that entails all Colombians to pull together and work together for a better future together.

It wasn’t just me who was moved. I doubt that anyone who heard could fail to be moved.

But apparently, such people do exist. Chief among them the former President Uribe. I’ve written before about my admiration for him – and then my sadness to witness the way he changed – and now particularly his opposition to the peace process.

But even I was not prepared for the headline:

“URIBE CALLS FOR CIVIL RESISTANCE AGAINST PEACE DEAL”

It made me wish I didn’t know as much as I do about civil resistance and, for that matter, armed resistance. Just to make this clear: the key elements of civil resistance are demonstrations, vigils, petitions, strikes, occupations and so on. The tactics that have been used very effectively by the likes of Martin Luther King and Ghandi, who managed to end Britain’s Raj in India.

But I’ve never seen those methods used to oppose the ending of a bloody conflict – nor to oppose a peace agreement. It Luddite-like in its staggering, breath-taking insanity.

I have lost all hope that Uribe will return to Earth before the forthcoming Peace Referendum – in which all Colombians get their final say on ending the lunacy of war.

That said, tonight I will sleep easy knowing that when all Colombians pause with a pencil over the ballot paper options…

MORE WAR

NO MORE WAR

…They’ll break the point of the pencil in their haste to make the right mark!

My dear, beloved Colombians, please start reading about China and all those other countries of the world whose people want to…. Who will… come to see your beautiful country and meet you as a people.

Yours with hope

Henry Robinson

Invitación segundo Panel de Diversidades

Este próximo martes, 19 de abril, Rodeemos el Diálogo te invita a compartir nuestro primer panel de la mesa de diversidades y paz. Contaremos con invitados especiales como Diana Jembuel (miembro indígena de la Nación Misak de Silvia, Cauca) y Ricardo Peñaranda (Doctor en Sociología – Caso Quintín Lame) , quienes nos hablaran sobre los territorios y su relación con el proceso de paz.

Link de inscripción: http://goo.gl/forms/uqY3fUCtXJ

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Recuerda que puede encontrar más sobre Rodeemos el Diálogo (ReD) en:
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Carta abierta de Rodeemos el Diálogo a la sociedad colombiana

El pasado jueves 18 febrero, Jesús Santrich, Iván Márquez y Joaquín Gómez visitaron el corregimiento de Conejo (municipio de Fonseca) en La Guajira donde realizaron un acto público. En el lugar del evento se encontraban presentes, además de unos 2.000 civiles, entre 300 y 400 integrantes armados de las FARC[1].

Al ser conocidos estos hechos, el Gobierno Nacional, en cabeza de Humberto de la Calle, se pronunció[2], ordenando el regreso de los negociadores a La Habana, debido al desacato de los protocolos establecidos para la realización de la misión, y suspendió futuros viajes al territorio nacional para dicho propósito.

Dados estos hechos, Rodeemos el Diálogo (ReD) considera importante hacer algunas reflexiones sobre dichos acontecimientos y sobre la reacción de algunos sectores de la sociedad a los mismos:

Las jornadas pedagógicas sobre el proceso de paz dentro de la guerrilla de las FARC son valiosas y fundamentales, no solo para que se conozcan los acuerdos sino para que haya claridades sobre los compromisos que tanto el Estado como la guerrilla están adquiriendo en La Habana. Dichas jornadas contribuyen de manera particular a crear las condiciones necesarias para una efectiva implementación de los acuerdos.

Sin embargo es importante reflexionar sobre el impacto de realizar estas actividades con personal armado. Esto tiene especial relevancia porque el objetivo del proceso de paz actual es que las diferencias y las contradicciones políticas se aborden en los escenarios establecidos, y sin armas, por lo perjudicial que esa práctica ha sido para la sociedad colombiana y el ejercicio de las libertades políticas.

Los colombianos aún hoy somos testigos del uso destructivo de las armas para eliminar la oposición política, desde todos los extremos ideológicos. Conviene entonces un análisis calmado sobre las garantías de seguridad que pueda ofrecer el Gobierno a las FARC para que continúen con la realización de actividades pedagógicas sobre el proceso de paz hacia sus tropas, lo cual sería un primer paso para que las FARC puedan, en el futuro, hacer política sin armas.

Adicional a ello, llamamos a los colombianos a no permitir que las reacciones y manifestaciones sobre lo ocurrido promuevan la polarización. Las negociaciones de La Habana han llevado al país a estar a las puertas de un acuerdo definitivo. Se trata de un camino de aprendizajes, tanto para los negociadores como para la sociedad, que ya han debido superar más de un obstáculo.

La responsabilidad de los líderes políticos en estos momentos es significativa, por la influencia que pueden tener sobre la opinión pública. Es de suma importancia rodear el diálogo con un lenguaje moderado y ofrecer interpretaciones y apreciaciones constructivas. Expresiones como “proselitismo armado” no aportan al fortalecimiento de los logros de la Mesa, van en contravía de lo que se está proponiendo en La Habana y reviven fantasmas del pasado que han legitimado el uso de la violencia contra opciones políticas de izquierda.

Como colombianos y amigos de Colombia que apoyamos la salida negociada al conflicto armado, guardamos la esperanza de que las partes puedan aprender de los sucesos de La Guajira y reparar cualquier quiebre de confianza. Animamos a los negociadores a seguir trabajando incansablemente por la firma de un acuerdo final, para que podamos disfrutar finalmente de una Colombia que empieza a desvincular las armas del pleno ejercicio de los derechos políticos.

 

Rodeemos el Diálogo

Bogotá, Londres, Barcelona y Bruselas

22 de febrero de 2016

[1] Fuente BBC Mundo. [http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/02/160217_colombia_farc_politica_conejo_crisis_nc

[2] Comunicado de Presa. Alto Comisionado para la paz, [http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/procesos-y-conversaciones/proceso-de-paz-con-las-farc-ep/pronunciamientos-jefe-de-la-nacion/Pages/2016/Febrero/declaracion-de-humberto-de-la-calle-sobre-la-presencia-de-miembros-de-las-farc-en-la-guajira.aspx]

Charlando con ReD Londres

Londres 13 de Febrero 2016

Charlando con ReD

Hoy tuvimos la valiosa oportunidad de compartir con la diáspora Colombiana una conversación acerca del proceso de paz que se lleva a cabo hoy en día entre el Gobierno y las Farc. Un tema que es muy álgido, complicado de entender, hablar y escuchar ya que los niveles de desinformación han polarizado la sociedad Colombiana.

Este encuentro sirvió para ejercitar dos elementos claves. En Primer lugar, la oportunidad de ejercer el dialogo entre los asistentes y en segundo lugar, la oportunidad de escuchar los diferentes puntos de vista. Y precisamente, a través del dialogo pudimos acercarnos y entender las diferentes perspectivas tanto positivas como negativas frente al proceso de paz sin importar las condiciones sociales e ideológicas de cada uno.

El proceso de paz para todos es algo muy positivo. Sin embargo, no muchos están convencidos que el proceso se está manejando de una manera sincera, pues el gobierno nacional le ha ocultado a la opinión publica acuerdos claves que se están hablando en la mesa. Esto ha llevado a que muchos en Londres y en Colombia no crean en el proceso de paz ya que el lenguaje utilizado es de alguna manera excluyente, no se maneja un lenguaje sencillo, no es claro y además no es dirigido a todos los sectores dentro de la sociedad.

Muchos confunden que el proceso de paz va a hacer la Paz, pero para llegar a la Paz se necesita un compromiso social que incluya movimientos sociales, donde se resuelva los problemas de violencia y donde halla equidad, educación, salud y un compromiso directo del Estado con la gente.

Es importante hacernos estas preguntas: ¿Qué tenemos que hacer para acercar el proceso de paz a la gente? Los medios de comunicación tienen y están obligados a informar a la opinión pública con la verdad. Una verdad que tiene que ser también por parte del Estado y la guerrilla, utilizando un lenguaje silvestre para que todos podamos tener una mejor comunicación y los grupos sociales y movimientos sociales tienen que hacerse notar para exigir este derecho y así poder empoderarse del país.

Igualmente ¿Qué va a pasar después de la firma? Se necesita más información. Precisamente es más fácil oponerse al proceso de paz cuando no hay información. Y por último ¿Cómo se reta a la desinformación? Colombia necesita saber y entender los orígenes del conflicto y más cuando tenemos varias Colombias donde unos viven la guerra con mayor intensidad y otros siguen en una burbuja de comodidades.

Por lo tanto, reunidos en un espacio de reflexión, donde nos podemos mirar como ciudadanos y seres humanos, podemos afirmar que primero es necesario empezar la paz en nuestras casas; tenemos que elegir a nuestros representantes con criterio, hay que aprender a votar; para empezar un proceso de paz real primero hay que empezar a resolver el problema del país con los grupos insurgentes y luego resolver el problema de violencia e intolerancia entre los colombianos y necesitamos manejar un lenguaje silvestre en los medios sociales ya que son canales que son utilizados por la mayoría de los ciudadanos.

El compromiso es empezar a informar a la diáspora Colombiana en Londres con talleres de pedagogía para la paz, talleres de pedagogía de dialogo que ayuden a una mejor comunicación entre todos los colombianos, donde se aclaren esos mitos que existen alrededor del proceso de paz, donde se respete la palabra del otro, donde se incluya a todos los sectores de la sociedad, estudiantes, jóvenes, adultos, políticos, activistas políticos, gente del común para que podamos aplicar con más frecuencia el poder del dialogo el cual brinda la oportunidad de escuchar al otro sin señalamientos, una oportunidad que nos hace falta en Colombia.

 

 

Rodeemos el Diálogo (ReD) Communiqué Regarding a Tripartite Verification Commission

20 January, 2016

We celebrate that the negotiators in Havana have asked the United Nations’ Security Council to establish a tripartite verification commission for a future definitive bilateral ceasefire. We recognise in this gesture the will of the FARC to put their arms beyond use, we welcome the willingness of the Colombian government to take this request to the UN, and we hope for a positive response. We consider that the participation of the Community of Latin American and Caribbean States will strengthen the commitment of other Latin American countries which have already shown their unconditional support in many ways throughout the dialogues.

The proposal to create an unarmed verification commission, which will initially operate for the period of one year, will guarantee that the benefits of the de-escalation measures which have already benefitted those social sectors living in traditional conflict zones, will extend to the whole population. In Rodeemos el Diálogo we trust that increasing numbers of Colombians will, by way of diverse gestures and commitments, sign up to supporting the arduous process of building a Colombia in peace.

Diplomacy has been fundamental in reaching this formula, which depends significantly on the co-operation of other multilateral organisations. The success of the negotiations themselves, accompanied by various friendly States, is also the product of efficient diplomatic work. In particular, we know that the Embassy of Colombia to the UK has always played an important role in the peace talks and, as a transnational network deeply-rooted in Great Britain, we particularly value their contribution.

The head of the government’s negotiating team drew attention to President Juan Manuel Santos’s leadership, and the support of Foreign Minister María Ángela Holguín, in reaching this agreement. From the start of the negotiations, ReD has identified the need for the President, as head of the nation, to pro-actively lead this process. Today we reiterate how important it is that both he and his Executive, the negotiating team in Havana, those members of the FARC seated around the same table and their advisors, remain focused on the task of achieving a definitive bilateral ceasefire, as a step along the way to signing a final peace agreement this year. As the head of the FARC’s negotiating team said, “Colombia’s destiny is peace and not war.”

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Obra de Teatro: Viento Nocturno.  Monólogo de Héctor Aristizábal.

 

Noviembre 30 de 2015

En la noche del 30 de noviembre gracias a la invitación de Rodeemos el Diálogo nos reunimos en la sede de la Asociación de Exalumnos de la Universidad de los Andes, Uniandinos, cerca de 150 personas para una presentación teatral, la cual resultó ser una experiencia que tocó intensamente nuestras emociones y nos invitó a la creación y la reflexión: la obra Viento Nocturno, de Héctor Aristizábal.

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Con esta pieza, creada a partir de su experiencia directa, Héctor  nos trasladó a la Medellín de los años 80 y 90, donde vivió personalmente la violencia infringida tanto por miembros del ejército, como por los paramilitares. Su poder dramático, no exento de humor,  nos acercó a su experiencia de detención y tortura, así como al posterior secuestro y asesinato de su hermano menor, acusado injustamente de subversión. Nos hizo vivir la humillación, el miedo, la rabia y la impotencia que le produjeron esos hechos, el dolor de su familia, y el inevitable deseo de venganza. Representó su etapa de exilio en los Estados Unidos, donde, con los años, su poder de resiliencia y el deseo de vivir que le inspiran sus hijos, transformó esta terrible vivencia en una oportunidad de crecimiento y de curación para sí mismo y para otros.

Después de esta representación que duro cerca de cuarenta minutos, Héctor inició una interacción con el público, invitándonos a expresar las emociones y sensaciones que la obra produjo en cada uno. Instalados en el escenario, de una manera natural y  paulatina, primero mediante el cuerpo, luego usando también la voz y creando esculturas en grupo, con su dirección fuimos logrando procesar poco a poco el intenso recorrido emocional y doloroso que de su mano acabábamos de vivir. A continuación, la invitación fue a proponer también de manera conjunta, la forma como imaginábamos o quisiéramos transformar esta realidad en algo positivo. Por unos momentos todos fuimos artistas, escultores, protagonistas de una creación colectiva.

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La sesión terminó con una conversación  entre Héctor y público con reflexiones acerca  de su experiencia profesional y de las posibilidades del teatro y del arte en general como medio para comunicar, sanar y crecer, en medio del difícil panorama de violencias e inequidades que seguimos viviendo.

En esta propuesta nuestro invitado se baso en las técnicas del Teatro del Oprimido, creado por el artista brasilero Augusto Boal, que usa las técnicas del teatro para crear un diálogo y estimular el pensamiento creativo y la acción, a través de situaciones conflictivas sociales y económicas. Su intención es transformar la experiencia de un monólogo presentado por el artista ante una audiencia pasiva, en un diálogo en donde al espectador se convierte en “especta-actor”, expresando emociones a través de su gestualidad y su cuerpo.

Héctor lleva más de 20 años de experiencia en teatro como director, actor y maestro de drama con niños y adultos de diversas culturas, en California y en el ámbito internacional. Tiene también veinte años de experiencia en trabajo psicoterapéutico individual y familiar con organizaciones y comunidades, en el cual utiliza, entra otras técnicas, las del Teatro del Oprimido. Ha desarrollado su trabajo principalmente con jóvenes en situación de riesgo, como cofundador de Cityscape, un programa de arte-terapia con la ciudad de Los Angeles, así como en el Programa para Víctimas de Tortura y con jóvenes en prisión, con el programa de Autoridad para la Juventud. Fundador y director artístico de Imaginaction. Su obra Viento Nocturno ha visitado más de 25 países.

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Para la alianza entre Rodeemos el Diálogo y Uniandinos por la Paz esta fue una nueva oportunidad de estimular la conversación y la reflexión acerca de temas tan sensibles como la violencia que ha tocado a tantos colombianos y sobre la necesidad de acercarnos  a esta realidad para comprenderla y contribuir para que hechos como estos no se repitan. Reafirmamos también nuestra convicción de como el arte y los artistas nos ayudan a dar pasos firmes en ese sentido.