Desayuno de Paz No 19 de 2016
Invitado: Alberto Castillo, Decano, Gobierno y Relaciones Internacionales, U Santo Tomás
Tema: Perspectivas de seguridad en el posconflicto
11 de junio de 2016
Bogotá
En este desayuno conversamos sobre el tema de la seguridad como un factor determinante para la finalización del conflicto armado y de la responsabilidad del Estado de garantizarla, no sólo como un tema exclusivo de las partes negociadoras en La Habana, sino también de la ciudadanía en general en un escenario de postconflicto.
Si bien las primeras inquietudes rondaron en torno al concepto mismo de la seguridad en el contexto del post-acuerdo y de cómo se vería Colombia a mediano plazo en este tema, muchos de los participantes, aprovechando el perfil del invitado, afirmaron que el debate en estos temas relacionados con la paz parece limitarse a unas pocas universidades. Sin embargo, se han generado nuevas maestrías, cursos y diplomados en torno al tema de la paz y el postconflicto, ampliando el espectro a otras instituciones, aseguró Alberto Castillo.
En la Universidad Santo Tomás no se entiende la paz como un producto o un bien, sino que es un tema que incumbe a todos y por tanto es transversal a todos los ámbitos de la universidad y carece de un temario específico. A este respecto se entiende también que se haya creado el Instituto de Victimología en Tunja.
¿Qué es seguridad?
No es solo un concepto, sino que debe entenderse como un proceso que debe ser parte del análisis de los planes de desarrollo municipal y departamental; y una de las contribuciones de la Universidad Santo Tomás en este aspecto es la creación del Observatorio de Seguridad y Políticas Públicas para el Postconflicto.
Nuestro invitado expone en primer lugar la dejación de armas como parte de la seguridad física, la cual se relaciona con la violencia directa. En segundo lugar, existen otros aspectos que hacen que el concepto sea más amplio y que también fue definido como seguridad humana por el PNUD , el cual hace referencia a las necesidades de la persona tales como el acceso a la alimentación, a los recursos y a las oportunidades; garantías que pasan también por la seguridad alimentaria y la seguridad energética, no sólo de los desmovilizados en armas sino también del conjunto de la población. Es entonces la seguridad un concepto multidimensional que incluye igualmente la seguridad clásica del Estado en las fronteras.
Se puede medir también en términos de costo de oportunidades, ya que, para aquellos que quieran desmovilizarse, el incentivo de seguridad debe ser mayor que el que puedan tener en la organización a la que pertenecen, y esto debe aplicarse a todos los grupos alzados en armas. Así se evita que estos grupos se sigan nutriendo de nuevos miembros. Estos constituyen los verdaderos retos del post-acuerdo y de la paz.
La seguridad en el proceso de paz se ve mermada, pues hay incertidumbre que genera desconfianza, ya que al ser una negociación hermética, la poca información se presta para malas interpretaciones que se usan en contra del mismo proceso. Sin embargo, algunos participantes consideran que la desconfianza no sólo es causada por la desinformación; también viene de otros sectores informados cuyo nivel de expectativas supera lo que es alcanzable en un proceso de paz, algo que apunta también al inmediatismo, que es negativo en estos procesos.
Igualmente, debemos tener en cuenta los temas simbólicos que generan desconfianza, como los hechos ocurridos en Conejo relacionados con la “pedagogía armada” por parte de las FARC, un hecho que incrementó los niveles de desconfianza de la sociedad con respecto a las negociaciones. En la historia hay actos que hacen que se genere la desconfianza y que, por demás, es lógico y se entiende dados los antecedentes como el proceso de paz del Caguán y otros.
Es difícil pedir confianza si la gente no conoce la historia de su propio país, como lo enfatiza un informe de la Fundación Paz y Reconciliación. El desconocimiento del país y su historia se debe al propio sistema educativo y a los gobiernos, ya que no se enseña historia en los colegios. Además, la historia que se ha enseñado en Colombia es de carácter conservador y ha sido una visión que ha justificado la violencia.
¿Qué es paz y seguridad territorial?
Este punto tiene que ver principalmente con el campo colombiano. La reforma agraria es el punto crítico de la paz y la seguridad en los territorios. A este respecto Alberto afirma lo importante y fundamental que es la devolución de tierras adquiridas de forma ilegal a los campesinos, pero los Tratados de Libre Comercio no brindan seguridad multidimensional a los campesinos. Entonces ¿bastaría solo con la devolución de las tierras?
En este sentido, y desde el punto de vista económico, la paz es más costosa que continuar con la guerra, afirma Alberto. A pesar de esto, la ganancia de la paz es algo invaluable, pues no solo se trata de números y dinero, sino de vidas humanas y de una sociedad más sana, que hace que sea una inversión que merezca la pena. Se habla de que el 12% de la violencia se relaciona directamente con el conflicto y por tanto es más importante el otro 88%. Sin embargo, más del 15% de la sociedad colombiana está victimizada; por tanto sale a la vista la importancia de manejar datos y estadísticas con cuidado, pues el conflicto armado ha generado la mayor crisis humanitaria en número de desplazados del mundo.
Reflexiones Finales
Una vez se logre la firma de los acuerdos negociados en La Habana, se cree que la percepción del país cambiará y puede ser favorable al proceso de refrendación. Sin embargo, la “resistencia civil” juega un papel mediático importante a pesar de que argumentos simplistas. Hace falta un liderazgo que despolarice la sociedad, y esta es una responsabilidad de la sociedad civil.
La confianza es algo que se debe asimilar teniendo en cuenta que los actores en la mesa negociadora son conscientes del alto costo político del proceso; sin embargo, es mucho más rentable que la continuación de la guerra. De esta forma, la mesa de negociación es un mecanismo de confianza en sí mismo, así como lo será el cumplimiento de lo pactado por parte de las instituciones.