Relatoría Conversatorio Comunidades vulnerables, desmovilizados, reconciliación y convivencia
Rodeemos el Diálogo y Uniandinos por la Paz
Conversatorio: Comunidades vulnerables, desmovilizados, reconciliación y convivencia
21 de octubre de 2015
En este conversatorio que se llevó a cabo en la Asociación de Exalumnos de la Universidad de los Andes, Uniandinos, compartieron con nosotros sus historias Duván Barato, desmovilizado de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en 2006, e Ildefonso Henao, desmovilizado del Ejército Popular de Liberación (EPL) hace más de 25 años. Ambos han trabajado largos años con otros desmovilizados de diferentes movimientos armados y con las víctimas del conflicto.
La asistencia fue muy diversa: una docente guionista, una empresaria, un reportero, un fotógrafo, estudiantes, alguien que fue víctima de desplazamiento, una ex- secuestrada, miembros de Uniandinos y de Rodeemos el Diálogo y personas que trabajan desde iniciativas personales para enseñar un idioma diferente al de la violencia. Todos concordaban en sus razones para estar en el encuentro: querían escuchar algunas voces del conflicto, pero sobre todo expresaron que quieren vivir y soñar con un país en paz, sin miedo, donde la gente desplazada de sus fincas pueda volver a su tierra y donde el compromiso por la vida sea un estandarte de todos.
Ante las preguntas sobre cómo son el proceso de desmovilización y el trabajo con las víctimas, Duván nos relató por qué dejó de combatir por voluntad propia. Al iniciar como patrullero de la policía tenía claro que quería proteger al pueblo; se les enseñaba a combatir al comunismo como una amenaza para el país. Más tarde saltó a la ilegalidad como parte de los paramilitares, pensando aúnproteger al pueblo, pero ahora utilizando las mismas estrategias de miedo que usaban sus enemigos. Después de darse cuenta de que las instituciones militares estaban permeadas por los paramilitares,y que la política de esta agrupación era favorecer a los políticos que estaban en el poder, decidió dejar ese pasado atrás, desmovilizarse y empezar a estudiar, con apoyo del programa de la ACR de atención al desmovilizado.
Ahora, en su trabajo como psicólogo, su experiencia directa con el conflicto le permite entender con más profundidad a los excombatientes y brindarles así una mejor atención psicosocial, lo que le da una gran ventaja sobre otros egresados de la universidad. Puede darles mejor asesoría a pacientes que sufren de situaciones como el abandono, la marginalidad o las fracturas emocionales. Se les permite hablar sobre lo que no es tan fácil hablar.
En el caso de Ildefonso, la desmovilización fue también compleja porque el contexto social de la época los llevaba a pensar que la revolución lo era todo y que no había futuro como individuos por fuera de ella. La recuperación de la individualidad fue un tránsito difícil, y el Estado no estaba preparado para reintegrar excombatientes a la sociedad. Ildefonso subraya de manera enfática que los desmovilizados tienen capacidades únicas para aportarle a la sociedad, y es por eso que tanto el estado como la sociedad deben apreciar las habilidades de esas personas que estuvieron en la guerra, ya que en un contexto diferente ayudarán a construir un camino para la paz. No se trata de un cobro de cuentas sino de entender que somos parte del mismo país. Además, se debe tener en cuenta que muchos combatientes fueron reclutados forzosamente o mediante engaños.
Para concluir, nos instan a reconocer al ser humano en el enemigo, a cambiar la mentalidad y ”desarmar” nuestra manera de ver al otro; por esto es necesario aplicar la consigna de “ponernos en los zapatos del otro”. Comprender que la guerra no solamente es mala sino que también es un oficio, pero que muchas veces termina con la muerte. Tal vez por esa razón los excombatientes se sintieron convocados y protegidos por la “familia” del grupo armado, muchos entraron siendo menores de edad, para huir de un ambiente en donde eran víctimas de sus problemas familiares, pero luego se vieron engañados al darse cuenta de que se estaban matando entre ellos mismos.
Es vital que el estado y la sociedad no invisibilicen a los excombatientes. Actualmente existe un verdadero programa de reparación y un programa educativo para los desmovilizados; es necesario mejorar el programa de reinserción del Distrito, que en años anteriores ha hecho una gran labor. Tanto en éste como en el programa nacional, hay que hacer mayor énfasis en la salud mental. Eso es importante para que logren restablecerse y recuperarsu individualidad y humanidad, con lo cual podrán ayudar a otros. Y así, entre todos, será más fácil construir un país en paz.
También es importante resaltar que en este conversatorio RED inició la campaña de “Yo también firmo la paz”, al hacer entrega de unos lapiceros tricolores se buscaba que los asistentes encuentro se sintieran apersonados del proceso de paz, haciendo un gesto simbólico donde cada uno se presentaba y expresaba el motivo de estar allí, cada uno iba afirmando con su respectivo tono y emocionalidad por qué firmaría la paz.