Séptimo Conversatorio sobre los Diálogos de Paz en Colombia
Londres, 13 de Junio de 2014
El séptimo conversatorio sobre los Diálogos de Paz en Colombia se realizó en el Instituto de las Américas de UCL el 12 de Junio 2014, a tres días de la segunda ronda de las elecciones presidenciales, con el fin de analizar las declaraciones dadas a conocer por la mesa de negociaciones de la Habana el pasado 7 de Junio en materia del Punto 5 de la Agenda: Víctimas. Se contó con la participación de 22 ciudadanos Colombianos y Británicos en una discusión dirigida por Andrei Gómez Suárez (investigador asociado Universidad de Oxford) y animada por nuestra invitada Rosa Emilia Salamanca, fiel e incesante luchadora por los derechos humanos de la población colombiana con énfasis en los derechos de las mujeres y directora de la Corporación de Investigación y Acción Social y Económica (CIASE).
Tomamos como base los 10 puntos propuestos por la mesa de negociación, y estos revelaron de inmediato el valor simbólico y la importancia práctica y crítica de este quinto punto, pues toma en cuenta el déficit de las negociaciones hasta ahora: la participación directa de la sociedad civil en las mesas. Sin duda, el tema de la víctimas se presta como tema humanizador dentro de las negociaciones mientras hace de las víctimas actores políticos que entran al diálogo; un diálogo difícil pero sano y necesario para esclarecer la verdad, que es un eje constitutivo para ‘ganar la paz’.
La transición del diálogo de los Foros a las Mesas y el impacto complementario que este puede generar, merece mención especial, pues subraya esa necesidad de darle ‘voz propia’ y directa a las víctimas; víctimas que en ocasión se ven pero no se conocen; víctimas que se vuelven víctimas de la ‘invisibilización’ por sectores desconfiados de la sociedad que las señala como mentirosas, pues afirman que las víctimas ’no existen’. Aquí se esclarece la necesidad no solo de conocer estas víctimas, sino de reconocerlas como víctimas, que implica reconocer las dimensiones del conflicto y determinar cuestiones prácticas como la protección de las víctimas; que a su vez fomenta confianza dentro de ellas y respeto hacia ellas. Únicamente bajo estos criterios básicos de confianza y respeto se puede empezar a hablar sobre verdad. Una verdad que establece los orígenes de la formación de las víctimas, una verdad que no permita que los actores involucrados y responsables ‘se hagan pasito’, una verdad que no permita la impunidad. Este esfuerzo por generar confianza inyectará nueva vida a los mecanismos ya establecidos, permitiendo que sus procesos se lleven a cabo de manera eficiente y con el apoyo de actores fundamentales.
En cuanto a los mecanismos, aparte de los Foros ya mencionados, también se comentó sobre la importancia y el impacto que pudiera tener una Comisión Histórica del Conflicto que incorpore la participación de expertos externos, complementada por el Consejo Nacional de Paz y el mecanismo de esclarecimiento de la verdad. Estas propuestas son bienvenidas y sentimos que dichos mecanismos también complementan a otros procesos que fortalecen el proceso de paz en su totalidad. Sin embargo, la fe que fomentan estos mecanismos se contrastan con la posible amenaza que presenta el candidato Zuluaga y sus posibles acciones ante el proceso. Dentro de la discusión, que no es ciega ante lo que se podría denominar oportunismo de la campaña de Santos, hubo una divergencia de opiniones entre una minoría que sienten que el proceso tiene continuidad independientemente de quien sea el ganador de las elecciones este Domingo, debido al poder de los movimientos sociales y los mecanismos ya establecidos, y una mayoría que profesa una amenaza crítica, no sólo a la seguridad del proceso de paz, sino también a la seguridad y estabilidad del país en el caso que el candidato Zuluaga llegara a asumir la presidencia. Este ‘miedo’ tiene sus raíces en la evidente ‘campaña de mentiras’ que rodea el Proceso de Paz y se especula que quizás el miedo que genera esta campaña es sinónimo del miedo que algunos sectores de la sociedad le tienen a la verdad.
Sin embargo, el evidente intento de sabotear el proceso, no fue lo que dictó la conclusión de nuestra discusión, pues estos espacios deben ser instruidos por la empatía y la confianza y por eso nuestra apuesta es por el reto de un marco de justicia que sea capaz de manejar el proceso de esclarecimiento de la verdad. Más allá, sentimos que este marco sirve como base para generar una política pública que se desarrolle vis-a-vis una concepción integral de derechos humanos: derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, que garanticen que no se repita el conflicto. Rosa Emilia y CIASE son testimonio de esta apuesta y en su largo proceso de lucha, el poder del diálogo y la verdad han sido claves. Por eso felicitamos a Rosa Emilia y quedamos atentos al siguiente punto de la agenda, el punto más importante, el punto de las víctimas.
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