Sexto Desayuno de paz

El sábado 24 de mayo, un día antes de la primera ronda de las elecciones presidenciales de 2014, nos reunimos por sexta vez para un desayuno de paz.  Hablamos del acuerdo para resolver el problema de drogas ilícitas entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC. Es difícil resumir las diferentes posturas de los participantes y sus expectativas frente al tema. Las tres palabras que los participantes escribieron como testimonio de su presencia, como recuento emotivo de las discusiones surgidas a lo largo de dos horas de compartir vivencias y percepciones distintas con un mismo deseo de compartir un mejor país, encapsulan los augurios y temores que acechan a muchos colombianos en este momento que todos compartimos. Las dos palabras más recurrentes fueron PAZ y VIDA. Sin embargo, sale a la vista que hay confusión e incertidumbre sobre este camino que anhelamos nos lleve hacia el progreso, de la mano de cambios que nos acerquen a la paz y nos llenen de esperanza para alcanzar una reconciliación que nos permita disfrutar esta vida. Es importante articular programas desde lo localpara lograr un equilibrio entre control territorialversusla influenciade la criminalidad para superar el dolor y curar nuestro corazón, para resaltar lo mejor de nuestra humanidad y parar espirales de guerraque se alimentan de economías legales e ilegales. La paz es un camino lleno deescepticismosobre el presente y de desconfianzapor el pasado. Las minas que han despedazado sueños hay que desactivarlas y las partes deben mostrar su voluntad de paz para que triunfe el árbol de la vida. Así desataremos el poder del perdón para estar a la altura de los retos y desmontar lapersistencia de factores del conflicto. Así que vale la pena preguntarse sí ¿ha llegado el momento de dejar atrás el pesimismo y  apostarle al positivismo?