Comunicados relacionados con la implementación del acuerdo

Comunicado | sobre la Audiencia Pública de Reconocimiento de Verdad de la Jurisdicción Especial para la Paz sobre “falsos positivos”

El 27 y 29 de junio, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) celebró una audiencia pública en Dabeiba y Medellín, Antioquia, sobre el Caso 03 relativo a los “falsos positivos” y el Caso 04 relativo a la región de Urabá. Este acto de reconocimiento de verdad y de responsabilidad fue el resultado de más de tres años de investigación liderada por la JEP y se relacionó con las siguientes víctimas identificadas: José Duban Espinoza, Ovidio Jiménez, Jesús Javier Suárez Caro, Ándres Fonnegra, Óscar de Jesús Durango Pino, Albeiro Úsuga Uribe, Wilson Jairo Manco Úsuga, Jorge Eliecer Manco, Félix Manco Durango, Jorge Andrés Ortiz Zapata, Faber de Jesús Manco, Jael Góez, José Antonio Quesada, John Jarvy Cano, Edison Lexander Lezcano Hurtado, and Germán Darío Flórez.

Los “falsos positivos” – el acto de asesinar civiles, vestirlos de camuflaje y señalarlos como guerrilleros para presentarlos como bajas en combate y así aumentar sus cifras – se caracterizaron por tres patrones: el señalamiento de las víctimas como guerrilleros, el traslado de civiles de centros urbanos a Dabeiba para ser asesinados y la desaparición forzada de estas personas en cementerios. Esto llevó a que se reforzara la invisibilidad y vulnerabilidad de los habitantes de la calle que fueron blanco de estos crímenes en Medellín, agudizó la desconfianza hacia la fuerza pública y estigmatizó al municipio de Dabeiba.

Enfrentar la verdad es un proceso doloroso y difícil. Resaltamos el acompañamiento sensible y cuidadoso por parte de la JEP hacia las víctimas y los comparecientes durante los seis meses de preparación para la audiencia. Admiramos la generosidad, la fortaleza y la humildad de las víctimas por su disposición hacia la escucha y la reconciliación. Valoramos la valentía de quienes reconocieron su responsabilidad, quienes aceptaron su culpa mientras contaban avergonzados la verdad de lo que sucedió. Rechazamos las amenazas en contra de los comparecientes y quienes investigan este caso, en particular los magistrados Alejandro Ramelli Arteaga y Hugo Escobar Fernández y, apoyamos a aquellos que trabajan para esclarecer la verdad.

Rodeemos el Diálogo celebra los avances de los Casos 03 y 04 de la JEP, pues son pasos importantes en el reconocimiento de los crímenes cometidos por actores estatales y su colaboración con paramilitares. Para derrotar la impunidad, queda el reto de encontrar las sanciones apropiadas para que los responsables ayuden a reparar el tejido social. Apoyamos la dedicación de la JEP hacia la justicia restaurativa que fomenta la reconciliación y proporciona pasos significativos para reparar a las víctimas. Creemos que esta forma de justicia es la más eficaz para llevar a cabo las transformaciones necesarias para garantizar que estas atrocidades no vuelvan a repetirse.

Para saber más de lo sucedido en las audiencias puedes ver las audiencias en los siguientes links:

Audiencia del 27 de junio de 2023

Audiencia del 29 de junio de 2023

Condenamos los asesinatos de 7 ex-integrantes de FARC en lo que va corrido de 2022

Polarización y Reconciliación: un balance académico a 5 años del plebiscito por la paz

El 7 de octubre de 2021, el Centro de Religión, Reconciliación y Paz de la Universidad de Winchester, el Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia y Rodeemos el Diálogo organizaron un panel público seguido por un conversatorio con especialistas sobre Colombia afiliados a instituciones en varios países del mundo, con el objeto de reflexionar sobre el legado del plebiscito por la paz a cinco años del triunfo del ‘No’ y de cara a las elecciones de 2022. El panel público contó con reflexiones comparadas sobre consultas populares tras acuerdos de paz, contrastando el caso de Colombia y Guatemala; sobre la percepción de la polarización tras elecciones en Colombia, Estados Unidos y Reino Unido; y sobre el impacto del plebiscito en la implementación del acuerdo de paz y en el proceso de reconciliación. El conversatorio con los académicos posteriormente profundizó en los temas del legado del plebiscito, la polarización y la reconciliación en Colombia. Este documento sintetiza los ejes transversales de ambas discusiones y esboza las paradojas que atraviesan la coyuntura electoral, ad-portas de la elección del tercer gobierno que, por mandato constitucional, tiene la responsabilidad de implementar el acuerdo de paz.

Comunicado Conjunto #75

Comunicado Conjunto #75, La Habana, Cuba, 22 de junio de 2016

Comunicado Conjunto #75

La Habana, Cuba, 22 de junio de 2016

Las delegaciones del Gobierno Nacional y de las FARC–EP  informamos a la opinión pública que hemos llegado con éxito al Acuerdo para el Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo; la Dejación de las armas; las garantías de seguridad y la lucha contra las organizaciones criminales responsables de homicidios y masacres o que atentan contra defensores de Derechos Humanos, movimientos sociales o movimientos políticos, incluyendo las organizaciones criminales que hayan sido denominadas como sucesoras del paramilitarismo y sus redes de apoyo, y la persecución de las conductas criminales que amenacen la implementación de los acuerdos y la construcción de la paz.

El evento estará encabezado por el Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, el  comandante de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, y por los países garantes. Por Cuba, el Presidente Raúl Castro, y por Noruega, el Canciller, Borge Brende. También estarán en representación de los países acompañantes, la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet y de Venezuela, el Presidente Nicolás Maduro.

La ceremonia contará con la presencia, como invitado especial, del Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, quien estará acompañado por el Presidente del Consejo de Seguridad y el Presidente de la Asamblea General.

Igualmente asistirá el Presidente de República Dominicana, en calidad de Presidente de la CELAC; el presidente de El Salvador, y los enviados especiales para el proceso de paz de los Estados Unidos y de la Unión Europea.

Los acuerdos se darán a conocer mañana al mediodía en el salón de protocolo de El Laguito.

Comunidad Internacional y retos en la implementación de los acuerdos de paz en Colombia.

Abril 28 de 2016

Bogotá

En este conversatorio de la Fundación DOMOPAZ y Rodeemos el Diálogo (ReD) se trataron dos puntos centrales: el rol de la Corte Penal Internacional (CPI) y el papel de las Compañías Multinacionales en la implementación de los acuerdos de La Habana. Los profesores Felipe Corredor Carvajal (Universidad del Rosario) y Enrique Prieto-Ríos (Universidad de los Andes) ofrecieron su reflexiones en una conversación moderada por Andrei Gómez (profesor de la Universidad de los Andes y miembro de ReD). Alberto Almonacid (Director Domopaz) inauguró el conversatorio.

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La CPI y el proceso de paz en Colombia.

La conversación abrió con tres interrogantes fundamentales: ¿Por qué es importante la CPI para el proceso de paz en Colombia? ¿Cuál ha sido la posición de la CPI frente al acuerdo de justicia transicional? ¿Por qué han llovido tantas críticas frente al posicionamiento de la Corte respecto a lo acordado en la Habana?

La CPI no va a intervenir en Colombia: tres razones

Felipe precisó que, dado el actual escenario del proceso de paz, la CPI no va a intervenir en el caso Colombiano por varias razones. Primero, por una razón de competencia: la CPI no puede conocer de crímenes de guerra en Colombia cometidos con anterioridad a noviembre de 2009, ni de crímenes de lesa humanidad cometidos antes de noviembre de 2002. La referencia a estas fechas es fundamental toda vez que, siguiendo al profesor Marco Palacios, los episodios más críticos de violencia ocurrieron en el periodo 1985 a 2007, con lo cual lo más grave está por fuera de la competencia de la Corte.

Segundo, en relación con la admisibilidad la CPI se hace las siguientes preguntas: (1) ¿Existe capacidad del Estado para investigar y juzgar esos crímenes? Y(2) ¿Existe voluntad del Estado para investigarlos y juzgarlos? En cuanto a la capacidad, desde 1821 y al margen de los sucesos de 1985, la institucionalidad de la justicia ha sido ininterrumpida en Colombia, luego sí hay capacidad. Respecto de la voluntad, se pueden contar las reformas constitucionales, leyes pro-paz como la ley de Justicia y Paz, el Marco Jurídico para la Paz y la Jurisdicción Especial de Paz; en las que el Estado manifiesta su voluntad de investigar los crímenes más graves.

Tercero, en cuanto a la activación de la competencia: Para que la CPI conozca un caso, el jefe de Estado debe solicitarle asumir el conocimiento del proceso y este no es el caso de Colombia. Por otra parte, se requiere que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas solicite a la CPI investigar al país. En este sentido y teniendo en cuenta lo establecido en la resolución 2261 de enero de 2016, dicho Consejo lo que está haciendo es respaldar, apoyar y verificar el proceso de paz.

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La CPI y la implementación de los Acuerdos de La Habana

Felipe menciona el principio de complementariedad: la jurisdicción de la CPI no es subsidiaria ni residual sino complementaria: es decir, los primeros responsables de investigar esos crímenes son los estados. El rol central no es de la CPI sino de la oficina del Fiscal, quien define y hace el seguimiento y monitoreo a través de sus funcionarios. Señala también que desde 2004 Colombia se encuentra en examen preliminar. Aproximadamente por 15 años la oficina del Fiscal de la CPI ha venido investigando qué la efectividad de la justicia en cuanto a crímenes de lesa humanidad. La Fiscalía de la CPI entiende que el Estado está haciendo su trabajo, razón por la cual no ha intervenido.

La CPI es un gigante con ciertas limitaciones humanas, financieras y de capacidad de investigación; es por ello que debe seleccionar los crímenes más graves y, dentro de estos, juzgar a los máximos responsables. Para el caso colombiano, la atención de la Fiscalía de la CPI está centrada en los falsos positivos, la violencia sexual y el desplazamiento forzado.

Sobre la implementación del acuerdo sobre víctimas las preguntas son: ¿Lo que hay va a funcionar? ¿Cómo va a funcionar? ¿Puede materializarse? En los próximos tres a cinco años, la CPI lo que hará es definir si lo que se acordó fue posible llevarlo a la práctica. Es importante, aclarar que el rol de la CPI no es la protección ni reparación de las víctimas, sino juzgar y sancionar a los máximos responsables de las peores conductas. En la lógica del proceso de paz, la garantía máxima de no repetición que tienen las víctimas, es el fin del conflicto. Y en este punto Colombia es soberana para decidir en su política criminal y de víctimas, qué mecanismo adoptar, y cómo reparar a las víctimas.

Adicionalmente está lo referente a las penas y la discusión entre impunidad y amnistía. El acuerdo de paz explica que serán objeto de amnistía los delitos políticos, la rebelión y los delitos conexos -aquí existe un debate sobre el narcotráfico. Sin embargo, no habrá impunidad ni amnistía para crímenes de lesa humanidad, desaparición forzada, crímenes de guerra, secuestro y lo correspondiente a las exigencias del derecho internacional. El acuerdo prevé penas de tres tipos: de 5 a 8 años donde se les priva de algunos derechos y será para quienes reparen a las víctimas y cuenten toda la verdad. La segunda pena es en condiciones ordinarias de privación de libertad de 5 a 8 años, para los que acepten la responsabilidad o cuenten la verdad pero tarde y antes de la sentencia. Y una pena de 20 años para quienes no reparen ni cuenten la verdad.

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La CPI como garante de la implementación de los Acuerdos: un debate abierto

Algunas conclusiones que comparte Felipe y abren en debate son: (1) La CPI es un gigante sin fuerza ejecutiva; (2) La CPI va a ser un actor importante en el pos-acuerdo, como un tercero que va a estar controlando que las partes cumplan los acuerdos; (3) En cuanto a víctimas, la CPI tendrá un papel de garante para que sus derechos sean respetados en la ejecución del acuerdo; (4) La gran pregunta es: ¿Hasta qué punto esto se materializará?

Todo lo anterior, da lugar a un interesante debate. Una de las inquietudes se refiere a que, dado que la Ley de Justicia y Paz involucró únicamente a paramilitares y el actual acuerdo involucra a agentes del Estado, terceros civiles y guerrilleros desmovilizados, ¿Cómo este nuevo panorama da tranquilidad a la CPI en el sentido de que no solo rendirán cuenta máximos responsables de un lado sino de todos los lados? Al respecto Felipe comenta que el interés fundamental de la CPI en Colombia está en las ejecuciones extrajudiciales – los mal llamados falsos positivos – que de ninguna manera pueden quedar en la impunidad.

Sobre los inversionistas extranjeros y los acuerdos de paz en Colombia.

Enrique reflexionó sobre las siguientes preguntas: ¿Qué es una compañía trasnacional? ¿Por qué las compañías trasnacionales pueden ser un reto para la implementación de los acuerdos y en particular el de la Reforma Rural Integral? ¿Qué pueden hacer el Estado y la sociedad civil -y la guerrilla- para evitar un impacto negativo de las compañías trasnacionales en la implementación de los acuerdos?

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El Derecho Internacional y la protección de la inversión extranjera

Enrique explica que el Derecho Internacional de Promoción y Protección de la Inversión Extranjera (DIPPIE)es una pequeña ramificación del derecho internacional público; su objetivo es proteger la inversión cuando se hace en otro país –la inversión incluye propiedad privada, intelectual, derechos administrativos y los derechos de accionistas y compañías. Este sistema aparece en el siglo XX (Tratado entre Pakistán y Alemania en 1959). Una gran explosión de estos tratados tuvo lugar entre los años 80 y 90, entre otros factores, por la llegada de la ideología neoliberal. Los tratados buscan proteger al inversionista frente a medidas del Estado que puedan afectar sus intereses económicos y sus derechos como inversionista.

Las Compañías Trasnacionales son aquellas que funcionan en distintas jurisdicciones, sea indirectamente a través de un control de acciones o, de forma directa, a través de relaciones contractuales (traspaso de fronteras). El DIPPIE le facilita las actividades económicas a la transnacional. En cuanto a la relación con el Estado, se traduce en la limitación de su soberanía y de su capacidad reguladora. En aquellas situaciones donde exista un conflicto entre el inversionista y el Estado que recibe la inversión, el caso pasa a ser resuelto por tribunales de arbitramento (el inversionista no tiene que agotar la jurisdicción interna), cuya actuación está regulada por el acuerdo bilateral o TLC (estos árbitros han determinado que los inversionistas no están obligados por compromisos de derechos humanos, protección del medio ambiente, etc).

Las compañías internacionales vs la Reforma Rural Integral acordada en La Habana

El DIPPIE está relacionado con el primero de los acuerdos, el de la Reforma Rural Integral, que contempla un fondo gratuito de distribución de tierras (tierras que no se estén explotando de forma adecuada, teniendo en cuenta la función social de la tierra, o no estén cumpliendo normas medioambientales, y terrenos que hayan sido adquiridos ilegalmente). Muchos de estos terrenos se encuentran hoy en manos de empresas multinacionales, o nacionales que se han constituido como multinacionales y, si el Gobierno inicia un proceso de expropiación, lo más probable – ya pasó con la Ley de Víctimas- es que ese inversionista pedirá la indemnización del Estado. Y destaca que las indemnizaciones nacionales nunca van a alcanzar los niveles que va a imponer un tribunal de inversión extranjera. Pareciera entonces que este primer punto de los acuerdos puede ser un factor que dispare estas demandas contra el Estado colombiano.

Enrique comenta que prefiere moverse en este escenario con una dosis de pesimismo pero plantea algunas alternativas: (1) El Gobierno debe aproximarse muy diplomáticamente a los inversionistas para tratar de vincularlos dentro del proceso de paz, mostrando los beneficios económicos de éste. (2) Hay que tener cuidado con los procesos administrativos y de expropiación que se adelanten (aquellos que vinculen al inversionista con el campesino o victima). (3) Revisar los tratados y tratar de renegociarlos con el otro país. (4) Lo último sería reparar financieramente y pagar las indemnizaciones.

Ante la inquietud sobre el hecho de que algunas compañías trasnacionales han sido responsabilizadas por participar o financiar actores que han estado en graves violaciones a los derechos, Enrique precisa que si se le comprueba a una compañía que adquirió de forma ilegal los terrenos, no hay lugar a indemnización. Lo problemático es que hoy en día estas compañías –en su mayoría- se declaran como “terceros de buena fe”.

 

Comunidad Internacional y retos en la implementación de los acuerdos: Las inquietudes.

Las reflexiones de los expertos invitados, suscitaron en el público una serie de preguntas:

  1. ¿Cuál es el concepto de justicia y de impunidad que contiene el modelo de justicia transicional para Colombia? Respecto a la justicia transicional no hay un modelo preestablecido que les dicte a los Estados las maneras de proceder. Por esto, resulta conveniente que sea el mismo Estado Colombiano quien defina cómo administrar la justicia en este momento de transición, dada la magnitud y la cantidad de crímenes que han tenido lugar en el marco del conflicto armado y la violencia del país, sin que ello implique impunidad.
  1. ¿Cuál es la relación entre el modelo económico de Colombia y las negociaciones de paz? ¿Qué incidencias mutuas existen? Es claro que el modelo económico no se está negociando en la Habana. Ahora bien, en una Colombia en pos-acuerdo se debería analizar el modelo económico neoliberal que ha seguido el país, siguiendo la premisa del desarrollo como “la tierra prometida”. Sería preciso evaluar si vale la pena continuar con esas perspectivas desarrollistas y pensar en alternativas.
  1. ¿En qué sentido el simbolismo de la pena es parte de la reparación a las víctimas? Efectivamente el derecho penal está cargado de símbolos. Pero la pena, desde la óptica de la dogmática, no persigue la finalidad de satisfacer a la víctima, sino que es una justicia administrada por el Estado que persigue fines de prevención general, resocialización, etc. Pero no puede ser vista como una materialización de la reparación a la víctima.
  1. ¿En qué casos la gravedad de los crímenes cometidos en Colombia con ocasión del conflicto armado y la violencia, puede llevar a que la CPI tenga que intervenir? La gravedad necesariamente tiene en cuenta el número de casos, la magnitud del actuar –si es generalizado o sistemático-. Las ejecuciones extrajudiciales por eso resultan graves en el país, porque implican el modus operandi sistemático de disfrazar civiles para darlos como bajas en combate, institucionalizado por las fuerzas armadas.

Reflexiones finales

Los temores que tienen muchos colombianos frente al proceso de paz parecen responder a una agenda mediática que privilegia la circulación de malas interpretaciones sobre el papel de la comunidad internacional. El miedo de que el acuerdo de víctimas no cumpla con los estándares mínimos del Derecho Internacional de los Derecho Humanos queda desvirtuado con el pronunciamiento el 24 de septiembre de 2015 de la Fiscal de la CPI, quien emitió un comunicado donde dio a conocer su respaldo al proceso de paz, siempre que respete los estándares del Estatuto de Roma.

Mientras tanto los medios han informado el ingreso a la OCDE como algo positivo. El argumento parte de que si nos vinculamos a esta organización, vamos a dar una imagen de que somos buenos para hacer negocios, y necesitamos atraer inversión extranjera. Ahora bien, no existe una claridad sobre los beneficios de esta inversión extranjera; el panorama aún es de incertidumbre. Más aún cuando no se ha pensado seriamente el papel negativo que pueden jugar algunas compañías multinacionales en la implementación de los acuerdos, cuando su interés es exclusivamente proteger su inversión e independientemente del derecho a la paz que tienen los colombianos.

En suma, aún existen grandes preocupaciones frente al proceso de paz. Aquí quedan expuestos argumentos que permiten reconsiderar si el foco de las preocupaciones de hoy está en el lugar correcto.

Charlando con ReD Londres

Londres 13 de Febrero 2016

Charlando con ReD

Hoy tuvimos la valiosa oportunidad de compartir con la diáspora Colombiana una conversación acerca del proceso de paz que se lleva a cabo hoy en día entre el Gobierno y las Farc. Un tema que es muy álgido, complicado de entender, hablar y escuchar ya que los niveles de desinformación han polarizado la sociedad Colombiana.

Este encuentro sirvió para ejercitar dos elementos claves. En Primer lugar, la oportunidad de ejercer el dialogo entre los asistentes y en segundo lugar, la oportunidad de escuchar los diferentes puntos de vista. Y precisamente, a través del dialogo pudimos acercarnos y entender las diferentes perspectivas tanto positivas como negativas frente al proceso de paz sin importar las condiciones sociales e ideológicas de cada uno.

El proceso de paz para todos es algo muy positivo. Sin embargo, no muchos están convencidos que el proceso se está manejando de una manera sincera, pues el gobierno nacional le ha ocultado a la opinión publica acuerdos claves que se están hablando en la mesa. Esto ha llevado a que muchos en Londres y en Colombia no crean en el proceso de paz ya que el lenguaje utilizado es de alguna manera excluyente, no se maneja un lenguaje sencillo, no es claro y además no es dirigido a todos los sectores dentro de la sociedad.

Muchos confunden que el proceso de paz va a hacer la Paz, pero para llegar a la Paz se necesita un compromiso social que incluya movimientos sociales, donde se resuelva los problemas de violencia y donde halla equidad, educación, salud y un compromiso directo del Estado con la gente.

Es importante hacernos estas preguntas: ¿Qué tenemos que hacer para acercar el proceso de paz a la gente? Los medios de comunicación tienen y están obligados a informar a la opinión pública con la verdad. Una verdad que tiene que ser también por parte del Estado y la guerrilla, utilizando un lenguaje silvestre para que todos podamos tener una mejor comunicación y los grupos sociales y movimientos sociales tienen que hacerse notar para exigir este derecho y así poder empoderarse del país.

Igualmente ¿Qué va a pasar después de la firma? Se necesita más información. Precisamente es más fácil oponerse al proceso de paz cuando no hay información. Y por último ¿Cómo se reta a la desinformación? Colombia necesita saber y entender los orígenes del conflicto y más cuando tenemos varias Colombias donde unos viven la guerra con mayor intensidad y otros siguen en una burbuja de comodidades.

Por lo tanto, reunidos en un espacio de reflexión, donde nos podemos mirar como ciudadanos y seres humanos, podemos afirmar que primero es necesario empezar la paz en nuestras casas; tenemos que elegir a nuestros representantes con criterio, hay que aprender a votar; para empezar un proceso de paz real primero hay que empezar a resolver el problema del país con los grupos insurgentes y luego resolver el problema de violencia e intolerancia entre los colombianos y necesitamos manejar un lenguaje silvestre en los medios sociales ya que son canales que son utilizados por la mayoría de los ciudadanos.

El compromiso es empezar a informar a la diáspora Colombiana en Londres con talleres de pedagogía para la paz, talleres de pedagogía de dialogo que ayuden a una mejor comunicación entre todos los colombianos, donde se aclaren esos mitos que existen alrededor del proceso de paz, donde se respete la palabra del otro, donde se incluya a todos los sectores de la sociedad, estudiantes, jóvenes, adultos, políticos, activistas políticos, gente del común para que podamos aplicar con más frecuencia el poder del dialogo el cual brinda la oportunidad de escuchar al otro sin señalamientos, una oportunidad que nos hace falta en Colombia.

 

 

Rodeemos el Diálogo (ReD) Communiqué Regarding a Tripartite Verification Commission

20 January, 2016

We celebrate that the negotiators in Havana have asked the United Nations’ Security Council to establish a tripartite verification commission for a future definitive bilateral ceasefire. We recognise in this gesture the will of the FARC to put their arms beyond use, we welcome the willingness of the Colombian government to take this request to the UN, and we hope for a positive response. We consider that the participation of the Community of Latin American and Caribbean States will strengthen the commitment of other Latin American countries which have already shown their unconditional support in many ways throughout the dialogues.

The proposal to create an unarmed verification commission, which will initially operate for the period of one year, will guarantee that the benefits of the de-escalation measures which have already benefitted those social sectors living in traditional conflict zones, will extend to the whole population. In Rodeemos el Diálogo we trust that increasing numbers of Colombians will, by way of diverse gestures and commitments, sign up to supporting the arduous process of building a Colombia in peace.

Diplomacy has been fundamental in reaching this formula, which depends significantly on the co-operation of other multilateral organisations. The success of the negotiations themselves, accompanied by various friendly States, is also the product of efficient diplomatic work. In particular, we know that the Embassy of Colombia to the UK has always played an important role in the peace talks and, as a transnational network deeply-rooted in Great Britain, we particularly value their contribution.

The head of the government’s negotiating team drew attention to President Juan Manuel Santos’s leadership, and the support of Foreign Minister María Ángela Holguín, in reaching this agreement. From the start of the negotiations, ReD has identified the need for the President, as head of the nation, to pro-actively lead this process. Today we reiterate how important it is that both he and his Executive, the negotiating team in Havana, those members of the FARC seated around the same table and their advisors, remain focused on the task of achieving a definitive bilateral ceasefire, as a step along the way to signing a final peace agreement this year. As the head of the FARC’s negotiating team said, “Colombia’s destiny is peace and not war.”

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Comunicado de Rodeemos el Diálogo (ReD) sobre el acuerdo sobre el sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición para resarcir los derechos de las víctimas

15 de diciembre de 2015

Hoy es un gran día para los más de siete millones de víctimas del conflicto armado, en particular, y para todos los colombianos en general. Desde Armenia, Bogotá, Calarcá, Cajicá, Medellín, Pereira, Salento, Londres y Barcelona abrazamos este acuerdo para satisfacer los derechos de las víctimas.

Reconocemos que no fue fácil para los equipos negociadores del gobierno y las FARC acordar un sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición. Responder a las exigencias de todas las víctimas del conflicto armado colombiano implicaba abrir mecanismos de participación directa y ser autocríticos. Por esta razón, más de 3.000 víctimas participaron en cuatro foros en Colombia organizados por las Naciones Unidas y la Universidad Nacional, y 60 víctimas viajaron a La Habana para dar sus testimonios directos y ofrecer sus recomendaciones. Las víctimas compartieron sus memorias y experiencias ante los negociadores en La Habana; se organizaron para visibilizar sus demandas y crearon iniciativas de perdón y reconciliación. Esto demuestra los esfuerzos de las partes por poner en el centro a las víctimas. Asimismo, para el gobierno era imperativo cumplir con los estándares de la justicia internacional. A pesar de muchas presiones, ambos equipos han mostrado su voluntad de paz; dando un ejemplo de reconciliación nacional y sentando las bases para la reconstrucción del tejido social, tarea que exige la participación de todos los colombianos.

Los cinco mecanismos del sistema integral, que transversalmente tienen un enfoque territorial, diferencial y de género, son ejemplo para los procesos de paz en el mundo. La Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición; la Jurisdicción Especial para la Paz; la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas; el fortalecimiento de la institucionalidad para la reparación de víctimas y la creación de nuevos mecanismos de reparación demuestran el compromiso de las partes para afianzar la paz y desmontar la impunidad. La unidad de investigación y desmantelamiento de organizaciones criminales y los otros mecanismos para la no repetición que serán acordados como parte del punto tres del fin del conflicto, complementarán este andamiaje para asegurar la integralidad del sistema.

Respaldamos la declaración de las víctimas. Exigimos investigar las amenazas contra miembros de las delegaciones, y reiteramos el pedido que hicimos al Príncipe Carlos de Inglaterra en su visita a Colombia, en el sentido de que la comunidad internacional esté vigilante para que los derechos de las víctimas no sean vulnerados. Confiamos en que el gobierno colombiano no escatimará esfuerzos desde ya para sentar un precedente de no repetición, demostrando que nadie en Colombia puede re-victimizar impunemente a nuestros compatriotas.

Destacamos las palabras del jefe del equipo negociador del gobierno: “No hay violencia buena; las violaciones de un lado no justifican las del otro”, como también las del jefe del equipo negociador de las FARC: “No nos interesa ver en la cárcel a nuestros enemigos, preferimos trabajar con ellos reconstruyendo el tejido social… para satisfacer los derechos de las víctimas.” Para nosotros, ambos reiteran la importancia de la justicia restaurativa. La cárcel sólo se aplicará a quienes no reconozcan responsabilidades directas o indirectas en graves crímenes internacionales. Este es un ejemplo para toda la sociedad colombiana, pues ni siquiera los altos funcionarios del Estado tendrán inmunidad ante las Jurisdicción Especial de Paz.

Consideramos de gran importancia que aquellos que no reconozcan responsabilidades sean investigados, juzgados y condenados con penas de prisión ordinaria. Esta medida contra la impunidad garantiza que las víctimas y la sociedad, además de conocer a los responsables, tengan la seguridad que uno de los componentes de la construcción de paz es la aplicación irrestricta del Estado de Derecho.

Entender y velar por el cumplimiento de este complejo acuerdo no será fácil; explicarlo demandará el esfuerzo de muchos sectores de colombianos. En ReD seguiremos trabajando en la pedagogía del proceso de paz y continuaremos pensando estrategias para llegar a más y más personas para que se conviertan en gestoras activas de paz en su trabajo, su hogar y su vida cotidiana, y logremos así un respaldo ciudadano amplio al acuerdo de paz. Buscaremos articularnos con más sectores; todos ellos serán bienvenidos a ReD. Creemos que la construcción de la paz sólo es posible si recuperamos la honestidad, la generosidad, la solidaridad y el respeto por la diferencia, si entre todos construimos una cultura de diálogo para vivir en una sociedad más justa, más sana.

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Fuente AFP

Comunicado acuerdo oficial Gobierno y FARC

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rodeareldialogo@gmail.com

redenbogota@gmail.com

Rodeemos el Diálogo celebra con alegría y optimismo  el acuerdo de justicia transicional que han logrado las partes. En junio de 2014, los equipos negociadores declararon que no buscaban “intercambiar impunidades”; este acuerdo demuestra que están siendo consecuentes con esa afirmación. Sabemos que conciliar las diferentes posturas y exigencias frente a la obtención del mayor grado de verdad, justicia y reparación, no ha sido una tarea fácil. Consideramos que con la creación de un Tribunal para la Paz que decidirá penas restaurativas y retributivas, las partes han encontrado una fórmula ejemplar en Colombia y el mundo para castigar a los máximos responsables de crímenes internacionales.

Garantizar el desmonte de la impunidad en Colombia, para asegurar la no-repetición de graves violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario, es un paso cierto para que evitar la prolongación del conflicto armado. Sabemos que este nuevo logro nos acerca aún más a la firma de un acuerdo de paz definitivo, ojalá antes del 23 de marzo de 2016.  Sin embargo, en ReD somos conscientes de los desafíos  que la fase de implementación de los acuerdos traerá sus propios retos, tal como nos lo recuerdan los desarrollos durante las últimas semanas en Irlanda del Norte.

Felicitamos a la Subcomisión Jurídica por haber avanzado eficazmente en la elaboración de un sistema de justicia para la paz, y a las partes por ratificar este acuerdo que llena de esperanza y optimismo a muchos colombianos, incluyendo a  las víctimas, cuyas vivencias y necesidades han estado en el centro de esta parte del proceso. Cuenten con nuestro compromiso y determinación para seguir apoyando las negociaciones y los acuerdos, desmontando los mitos que puedan surgir al respecto y contribuyendo, con todos los medios a nuestro alcance, a construir  entre todos una cultura de diálogo para que el florecimiento de una Colombia reconciliada continúe echando raíces.

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