Los desayunos de paz se realizan bajo la dirección de ReD Bogotá con el objetivo de reunir a diferentes conferencistas para que nos expliquen diferentes temas politicos relacionados con la paz de Colombia.

Radio Comunitaria: fortalezas y retos para la construcción de paz

Invitada: Ángela Sastre (Enlace regional Unión Europea-Resander-Emisoras comunitarias)

Desayuno No. 42 del 2017

9 de diciembre

redÁngela Sastre comenzó su carrera a los 20 años como directora de la radio comunitaria en Sibaté, un lugar asociado entonces con personas con trastornos psiquiátricos, y allí se dio cuenta de que “uno puede volverse loco, pero de amor”: amor por el campo, por el otro, por el trabajo en comunidad, por el líder popular, por los amaneceres y atardeceres, por el cantar de los pájaros y más. El campo es un lugar lejano al gobierno, y es por eso que se crean mecanismos como las radios comunitarias para comunicar, sin esperar que el estado llegue a gestionar.

Ángela enfoca su charla en la incidencia de las radios comunitarias en el post-acuerdo de paz en las comunidades y en cómo entender la palabra como un derecho.

Cómo surgió la radio comunitaria y cómo funciona en la actualidad

Ángela nos cuenta que muchas radios comunitarias surgieron como respuesta a desastres o catástrofes, para atender emergencias, comunicar acontecimientos, suplir necesidades y finalmente continúan al aire llevando mensajes muy diversos a las comunidades. Añade, sin embargo, que las emisoras comunitarias no son sólo para las comunidades campesinas o los sectores rurales o alejados.  De hecho, están pensadas para ser asignadas en cada municipio del país y en especifico para dar cobertura informativa a poblaciones de más de cien mil habitantes.  ¿Y qué pasa en los municipios donde hay más de 100.000?  Que por cada cien mil tienen derecho a una emisora comunitaria.  Por ejemplo, un dato que pocos conocen: en Bogotá existen siete emisoras comunitarias.

La radio comunitaria en zonas de conflicto y en el post-conflicto

Respetar el derecho a la comunicación es el mejor punto de partida: escuchar a cada uno de los actores, sin descalificar o estigmatizar las diferencias, y propiciar siempre el diálogo entre las partes involucradas. No es fácil, pues muchas veces las emisoras y los que allí trabajan se convierten en un blanco de amenazas, dice Ángela.  De hecho, uno de los factores por los que la incidencia de la radio comunitaria ha ido disminuyendo es porque han sido amenazadas, estigmatizadas, multadas.

Por otro lado, nos cuenta también que algunas veces los actores armados intervenían las frecuencias y transmitían comunicados, momentos en los que ella no podía hacer nada. La radio es una herramienta política con un poder de convocatoria e incidencia muy grande y los actores armados lo saben.

De ahí ella que Ángela decidió educar a los jóvenes sobre las decisiones que se deben tomar en tales situaciones y sobre lo que se quiere comunicar y cuál es el objetivo de su trabajo. Ahora son los jóvenes los que toman la vocería. Al principio son escépticos frente a la radio, pero luego, ellos mismos cuentan sus propias historias o las de los habitantes de la zona, con ejemplos de reclutamiento, desplazamiento forzado, conflictos, etc. Se apropian del micrófono, les interesa la tecnología, mueven los recursos para llevar el mensaje en la radio, y buscan que la señal mejore. Son ellos los que entran a la cabina, eligen el tema, piensan en la audiencia y finalmente desarrollan el programa. Se fortalece así su empoderamiento y su sentido de pertenencia a la comunidad.

Ahora, en esta nueva fase, y con la relevancia que han cobrado las radios comunitarias como herramienta para la pedagogía para la paz, es indispensable blindarlas desde el valor de la organización social y la sociedad civil.  A través de ellas se llega con la información sobre el acuerdo de paz a las diversas regiones del país. En la medida en que las comunidades y la organizaciones sociales quieran ser parte de la emisora comunitaria y cubrir los aconteceres diarios para el medio comunitario, estos medios se fortalecerán. En la medida en que sean las comunidades y organizaciones mismas que construyan sus propias temáticas y difundan sus realidades al aire, se empoderarán a través de la comunicación y al mismo tiempo estarán aportando al crecimiento y a la sostenibilidad de los medios comunitarios y públicos de Colombia. La tarea de comunicar no es sólo para expertos egresados de la facultad, añade Ángela.

Las así-llamadas “radios de las FARC”

En cuanto a las emisoras que supuestamente se darán al partido político de las Farc como resultado de los Acuerdos de paz, a mpruebenmil habitantes.  La c pues, como cia a la comunidad. n sus propias temno ss de participacios aprendizajes con la experÁngela explica que para que esto se realizara seria necesario cambiar la legislación de asignación de frecuencias de radios comunitarias y de interés publico en el país; pues, como mencionó antes, el criterio de asignación es por número de habitantes y cobertura: una emisora por municipio y/o una por cada cien mil habitantes.  La convocatoria la hace el Estado colombiano, y solicita a las organizaciones sociales y personas jurídicas organizadas que comprueben su trabajo y experiencia con comunidades en sus municipios o territorios. Colombia no entrega emisoras comunitarias a partidos políticos, sino a organizaciones sociales. Concluye Ángela que no es exacto que se entreguen emisoras a la Farc.

El trabajo conjunto con la Unión Europea

Uno de los proyectos realizados con a Unión Europea fue “Suenan Ondas de Paz” en el Putumayo, cuyo objetivo era informar sobre los avances del proceso de paz; pero en el camino los organizadores se dieron cuenta de que debían abrir las puertas a todas las voces y todas las opiniones, también a aquellos que no se sentían identificados con el proceso de paz. Comenta Ángela que la radio no es más que un pretexto tecnológico para compartir. Así, se desarrollaron foros y debates donde el análisis y la reflexión sobre las iniciativas de paz eran impulsados desde el territorio, desde las víctimas, y los locutores servían de puente.

Algunos aspectos técnicos que afectan las emisoras comunitarias

Ángela nos recuerda que no son necesariamente los campesinos a los que llegan las emisoras comunitarias. La reglamentación del Ministerio de las TIC exige que las antenas deben ubicarse en el casco urbano; así, los 250 kilovatios asignados pueden llegar a gran parte de la población urbana y no sólo a la población rural del municipio, dependiendo de la topografía.  Por otra parte, las emisoras comunitarias son entregadas por el Estado en F.M. (frecuencia modulada), una onda que no viaja igual que la A.M.  La A.M toma el recorrido de la topografía que encuentra en su línea de comunicación, lo que permite mucha mayor cobertura.  Radio Sutatenza, por ejemplo, funcionaba en A.M.  Por el contrario, donde la frecuencia modulada encuentra un obstáculo en su recorrido, por ejemplo una montaña, allí la señal se pierde y reaparece al pasar el obstáculo.  Esta condición la hace intermitente y hace que solo llegue al alcance de los 250 vatios asignados y con cobertura a un número limitado de habitantes.

Para concluir

El desafío, según Ángela, es que las gentes en sus comunidades le den el valor y el sentido a lo que representan la información y la comunicación locales. “No necesitamos que nos escuchen millones; escucharnos pocos y fortalecer desde el núcleo también vale la pena” dice. Cada uno desde su rol y en su lugar puede cumplir el papel de informar: desde el comunicador popular hasta el líder social. Cada uno debe identificar la información que quiere comunicar para compartirla, pues la palabra tiene un poder inimaginable.

 

 

Desminado Humanitario: un aporte a la reconciliación

Invitada: María Elvira Molano, Directora del Programa Danés de Desminado Humanitario

Tertulia de Reconciliación No. 8

5 de diciembre de 2017

Red

Uno de los temas que llama la atención de muchas organizaciones a nivel mundial es el de las minas anti persona, descritas como armas letales de uso general, cuyo objetivo primordial es el de mutilar a las víctimas. Las minas han sido de uso común en los conflictos armados a nivel mundial, a tal grado que, según las Naciones Unidas, se necesitarán 110 años para desactivarlas y una inversión gigantesca, ya que instalar una mina cuesta 2 USD, mientras que desactivarla cuesta 1.000 USD.

En Colombia

Colombia hace parte Convención de Naciones Unidas Sobre la Prohibición del Empleo, Almacenamiento, Producción y Transferencia de Minas Antipersonal y sobre su Destrucción de 1997 (Convención de Ottawa). En este sentido, en Colombia se han desminado 30 bases militares y el compromiso por parte de Indumil es parar la producción de las minas. Tanto las fuerzas militares como las FARC se han comprometido al proceso de desminado, actuando en ciertos casos mano a mano en un mismo municipio. El ELN, desde la mesa de negociación en Quito, también se ha comprometido con el desminado.

Existen tres formas de desminado: humanitario, comercial y militar. El Programa Danés de Desminado Humanitario se encarga del desminado de tipo humanitario, haciendo no solo sensibilización, educación y prevención en la población civil, sino también realizando el desminado físico de dos municipios. En las campañas de prevención se enseña un lema: “Si no lo botó usted, no lo recoja”, ya que se han encontrado minas camufladas en objetos de uso común como balones, tarros de Milo, aparatos electrónicos etc. Este tipo de minado “artesanal” hace mucho más difícil la detección de las minas, ya que en su mayoría carecen de partes metálicas.

En el posconflicto

En cuanto a las cifras de víctimas, se dice que desde el 2016 ha aumentado el número de víctimas de la población civil, ya que los territorios antes afectados por el conflicto estaban de cierta manera delimitados, o los mismos grupos armados informaban la ubicación de las minas a la población. En la actualidad, esos grupos se han retirado y se desconoce la ubicación real de las minas, dejando a la población civil expuesta, en especial a los niños.

Los aspectos en los que la población civil se ve afectada se refieren no sólo a la seguridad física, sino también a la restricción de su movilidad dentro de sus territorios, lo que genera cambios en sus costumbres; es el caso de las comunidades indígenas, por ejemplo, en cuanto a la recolección de frutos y a su relación emocional y espiritual con el entorno.

El aspecto positivo es que ahora, tras el Acuerdo de paz y la atención internacional, es factible hablar del tema de desminado. Anteriormente, por seguridad y por temor a ser identificados como informantes por uno u otro de los grupos implicados, los pobladores no mencionaban el tema. Esta nueva apertura permite que se realicen las campañas de educación, prevención e información y que cuenten con una participación activa por parte de la población civil. A pesar de esto, se requiere todavía un mayor número de campañas de prevención y de educación sobre el riesgo.

Las herramientas del desminado

Dentro de las formas de ubicación y remoción de las minas, existen algunas curiosas a nivel mundial, como el uso de animales entrenados. María Elvira menciona ratas gigantes y perros de una raza especifica que son livianos, pequeños y agiles. Menciona además métodos experimentales con abejas, en que se reconocen partículas de explosivos en el polen de la región. Igualmente, se utilizan detectores de metal y máquinas barreminas que en Colombia, por las características topográficas, son de poco uso. Se usan robots y drones que marcan las rutas de tránsito de la población y, por descarte, señalan las demás zonas que deben revisarse. Existe también la técnica manual, en que una persona entrenada llega a “limpiar” 10 m2 al día, debido a la presencia de serpientes o animales venenosos, a la tensión y al alto riesgo de la actividad.

Conflictos de intereses

Dentro del ámbito del desminado, existe un choque entre el desminado humanitario y el comercial, este último con intereses en la explotación de recursos minerales en las zonas minadas. Y el desminado que realizan las fuerzas militares, receptoras de la mayoría de los fondos para el proceso, con frecuencia se enfrenta con la desconfianza de las comunidades, que no permiten acceso a sus territorios.

Reflexión final

Ha habido importantes avances en el proceso, pero aún falta mucho trabajo de terreno, en especial por que las cifras oficiales sobre los territorios en proceso de desminado y la situación real de dichos territorios se contradicen.

El papel de los jóvenes en el posconflicto

Invitado: Manuel Echavarría, del Campamento por la paz y Ojo a la paz.

Desayuno de Paz No.38

11 de noviembre de 2017

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Nuestro invitado, egresado del Colegio Anglo Colombiano y diseñador industrial de profesión con maestría en diseño de interiores, empieza hablando de su convicción de que el emprendimiento es una forma de crear valor y de transformar la sociedad, razón por la cual desde su época de estudios en Italia se interesó por hacer empresa. También desde muy temprano se sintió atraído por la política, y cuando conoció el anuncio de la firma del acuerdo de paz con las FARC, se emocionó al encontrar un espacio donde su deseo de participación en política se haría realidad.

Conoció a Andrei Gómez y a Rodeemos el Dáalogo y ofreció  su apoyo a ReD, que se plasmó en el diseño del logo de la campaña “Yo firmo la paz”. Asimismo, se integró al equipo que apoyaba el SI en el plebiscito. Allí observó mucho afán de protagonismo, lo que en su criterio es erróneo. Propone que la pelea se dé por los objetivos y nos por los egos, cambiando de esa manera la discusión que hasta hoy prevalece.

El Campamento por la Paz

El 2 de octubre con el triunfo del No surge la idea de salir a acampar por la paz. Decide renunciar a su trabajo, con unos amigos convocan por whatsapp, y se inicia el campamento en la Plaza de Bolívar con unas pocas carpas. El 4 de octubre se lleva a cabo el primer encuentro de Paz a la Calle, todo esto movido principalmente por jóvenes universitarios, y se convoca para el 5 la Marcha del Silencio que tuvo una respuesta masiva, mucho más allá de lo que imaginaban.

Manuel define el Campamento por la Paz como un microcosmos; una mini- Colombia con todas sus diferencias y particularidades. Para proteger el campamento y evitar problemas con la Alcaldía y los medios, desde el comienzo establecieron reglas básicas (respeto, no droga, no sexo ni alcohol) y fijaron los objetivos del campamento:

1.- La firma del acuerdo de PAZ en forma inmediata.

2.- Cese bilateral indefinido.

3.- El centro del acuerdo deben seguir siendo las víctimas.

Como un dato curioso que refleja un rasgo característico de nuestra realidad, observa Manuel que el campamento se mantuvo, se toleró, porque al frente de éste estaba un grupo de gomelos. En contraste, en la misma plaza frente a la Alcaldía se había instalado hacía semanas un campamento de victimas que no recibió ayuda ni apoyo alguno. Esto demuestra la sociedad en la que vivimos.

Cuando el Presidente Santos recibió el Nobel de PAZ, llegaron victimas de todo el país y el campamento pasó de tener 11 carpas a 70. También llegaron las dificultades. Se requería una organización, y se creó una especie de liderazgo fantasma que gestionaba todas las necesidades. se establecieron unas asambleas para tomar las decisiones, pero este exceso de democracia impedía llegar a decisiones estratégicas.

Cuando se anunció la firma del segundo acuerdo de paz, los que iniciaron el campamento consideraron logrado el objetivo y decidieron levantarlo. Allí se dió una ruptura pues otro grupo se quería quedar, y reclamaba una superioridad moral por el hecho de no abandonar el campamento. Hubo incidentes difíciles, incluso amenazas. El primer grupo se retiró y esa misma noche entró el ESMAD, aunque Manuel reconoce que el trato que les dieron fue moderado. Esto coincidió con un evento cultural programado en la Plaza de Bolívar que justificó en cierta medida el desalojo.

Ojo a la Paz y el liderazgo de los jóvenes

Para acompañar la implementación se creó Ojo a la Paz, en el que están unos pocos jóvenes. Este grupo se apoya mucho en redes sociales para denunciar lo que pasa en el Congreso con la implementación. Hay que llegar a la gente joven con medios y lenguaje jóvenes. Llevar información fácil de digerir. Manuel resalta el hecho de que en las próximas elecciones entran 2 millones de personas nuevas aptas para votar. Al contrario de lo que indica la norma social, cree que se debe hablar de política y religión en los círculos de familia y amigos, con la gente cercana, pues es como se va formando el pensamiento.

¿Cómo Seguir?

Se requiere generar una cultura de hacer empresa. “Sin generar progreso, sin estabilidad económica, sin que los desmovilizados encuentren qué hacer para vivir, vamos a volver a lo mismo,” señala Manuel. Se requiere que los jóvenes se empoderen de su ciudadanía y que si salen del país a formarse, vuelvan a hacer patria; es así como van a lograr impactar a la política.

Estamos en un momento en que, si bien se cumplió el objetivo, también se siente que se requiere una fuerza grande que apoye el acuerdo. Tenemos que encontrar la manera de que se transmita y llegue a los oídos de los Colombianos información verdadera. Los senadores continúan saboteando la implementación; continúa el asesinato de líderes.

Comenta sobre la campaña No nos quiten los colores, dirigida a acabar con toda clase de estigmatización, tanto a la izquierda como a la derecha. “Cada lucha es un color y debemos protegerlos a todos; ver el panorama completo”. A la vez, opina que las muertes de líderes sociales se están visibilizando más en la medida en que no hay conflicto abierto, armado. Antes, no se conocían.

Reflexión final

Necesitamos aprender que estamos ante un proceso en el que no nos podemos afanar. Hay que fortalecer la veeduría ciudadana y el activismo, en especial de los jóvenes. Ser recursivos y fuertes  en la deliberación y en el autocuidado. Saber pelear en el mismo espacio. Manuel concluye resaltando que la FARC tiene derecho a hacer política y esto hay que respetarlo y defenderlo desde nuestro discurso.

Imaginarios y polarización: ¿cómo interpretarlos desde el psicoanálisis?

Invitada: Amanda Oliveros, Psicoanalista e investigadora.

Desayuno de paz No.35

21 de octubre de 2017

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En esta ocasión nos acompañó Amanda Oliveros, psicoanalista e investigadora formada en la Escuela Lacaniana.

Amanda realizó una explicación teórica sobre algunos conceptos del psicoanálisis, mencionando que el inconsciente es una alteridad necesaria para todo diálogo: “El diálogo se rompe cuando se rompe ese tercero que es la alteridad del inconsciente”, afirmó.

Para contextualizar su tema, dio a conocer una Banda de Moebius, una tira de papel que, sin necesidad de romperse, conecta el interior con el exterior de la misma. El interior representa el pensamiento subjetivo y éste se conecta con el exterior, la realidad social.

El diálogo se llevó a partir de su concepción de sociedad: la sociedad se arma con reglas, lo cual permite la convivencia. Este pensamiento lo comparte el psicoanálisis con la antropología. Basándose en Sigmund Freud, Amanda explica que para la creación de una convivencia en un pacto social, es necesario perder un goce. Algo se debe restar, algo se debe perder para poder vivir dentro de ese pacto social. Así, existen unos principios para la convivencia. El más importante establece que “hay que perder la aspiración de re-totalizarse en un goce”. Esto no se observa en las sociedades actuales.

Mito de Tótem y Tabú

Como tesis central de su explicación fue citado el mito de Tótem y Tabú, el cual se expresa en la hipótesis de que existiría un origen común del totemismo y la exogamia, determinados por el conflicto humano fundamental entre el deseo y la prohibición. La ambivalencia que caracteriza la relación con el padre en el complejo de Edipo, sería estructuralmente análoga al conflicto mítico que daría origen a la cultura: el asesinato de un padre originario perpetrado por el clan de hermanos. La cena totémica del padre asesinado simboliza también la internalización del padre y de su autoridad o “ley”. De esta forma el yo de los hermanos, su goce personal, se supedita a la autoridad impuesta por el padre.

Según este pensamiento se establece que ningún miembro de un grupo social renuncia a la aspiración de recuperar ese “goce perdido” dentro de la sociedad. Es allí donde cada uno tiene una singularidad con respecto al otro, “el otro diferente de cada otro”. Es así como se construyen diferentes versiones de la historia, cada una creada desde una perspectiva distinta.

Para la Escuela Lacaniana, lo social no se funda en los ideales sino en el residuo. La huella es lo que deja una memoria de que alguna vez existió una civilización. Para Jacques Lacan el inconsciente es nuestro discurso sobre el otro en nuestra historia; el inconsciente es una página en blanco que se va llenando en la historia de cada quien.

Cómo se arma el imaginario

Amanda expresa que el imaginario es el germen de la rivalidad; por ejemplo, “yo rivalizo con mi hermano porque no tengo algo que el sí tiene y que a mi mamá le gusta; es decir, no soy satisfactorio”. De manera que fuera de la Banda de Moebius cada ser humano va a salir a buscar en el mundo real una persona o un grupo que tenga rasgos parecidos con los que se pueda identificar: el otro yo en el espejo. Por otro lado, aquel que no comparte su imaginario debe ser eliminado ya que por su culpa él está perdiendo su goce. La polaridad mortífera, (aquella que conduce a la guerra) está sostenida por la fragilidad del imaginario en el cual yo veo en el otro de entrada un enemigo, es decir, el que no es parecido a mí en el espejo.

Al respecto, Amanda cita el ejemplo del Nacional Socialismo, donde los arios simpatizaban entre sí porque tenían un rasgo que los identificaba, mientras que los judíos no eran iguales a ellos pero poseían el manejo del dinero, lo cual les quitaba el goce a los arios, y por esto los judíos debían desaparecer, explica Amanda.

Aquí realiza una acotación interesante: el político actual sabe jugar con ese subjetivismo al prometerles, a los ciudadanos que comparten sus ideales, que les va a devolver lo que otros les roban. Para que funcione el negocio de la política actual, los políticos necesitan poner a distintas partes de la sociedad en contra.

“A los nuevos amos del discurso neoliberal les conviene tener a la sociedad fragmentada, atemorizada. Ese temor muchas veces se basa en una realidad mediática, por lo cual su realidad es cuestionable”, expresa Amanda, reflexionando sobre el caso colombiano.

La Cultura de Diálogo: una herramienta para resolver fragmentación y la polarización

Uno de los asistentes expuso que Colombia nace con el ideal de liberación del opresor, creando así una nueva sociedad. Sin embargo, durante la Patria Boba la incapacidad de los líderes de ponerse de acuerdo hace que el ideario de nación nazca fracturado; así la sociedad termina dividida entre dos bandos que generalizan la incapacidad de ponerse de acuerdo en cómo resolver los conflictos dentro de los sectores que la conforman. Lo anterior es un problema que no se ha resuelto. Ha estado presente durante las guerras del siglo XIX, a mediados del siglo XX y es una dinámica muy presente en la polarización actual.

Como conclusión se planteó que la cultura de diálogo aparece como una herramienta para desmontar la polarización. Ofrecer y construir espacios de diálogo es muy útil para cambiar el desarrollo de los conflictos ideológicos. Cuando surgen este tipo de espacios, no necesariamente se debe aspirar a cambiar la forma de pensar del otro, pero sí es posible sembrar la duda. Dejando los odios de lado, haciendo notar que ninguna de las creencias de los dos polos son verdades absolutas y practicando el ejercicio de escuchar, habrá un avance significativo en contra de la polarización política.

Educación para la Paz: apuestas y retos desde el sector público y el privado

Invitado: Óscar Sánchez, Coordinador Nacional de Educapaz

Desayuno de Paz No. 36

Octubre 28 de 2017

 

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Óscar Sánchez fue parte del movimiento juvenil que impulsó la “Séptima Papeleta” y uno de los fundadores del Polo Democrático, antes de ser secretario de educación de la administración de Gustavo Petro. Después de cursar una maestría en Poder y Participacion en la Universidad de Sussex, hoy es director de Educapaz.

¿A qué se dedica Educapaz?

Educapaz es el Programa Nacional de Educación para la Paz, conformado por organizaciones como el CINEP, Fe y Alegría, Fundación Escuela Nueva, Fundación para la Reconciliación, Universidad Javeriana de Cali, Programa Aulas en Paz (Facultad de Psicología de la Universidad de Los Andes) y la Facultad de Educación de la Universidad de Los Andes.

Este programa coordina las acciones de las organizaciones mencionadas para plantear proyectos que permitan el fortalecimiento de las capacidades de los individuos y comunidades, así como de las instituciones que intervienen en garantizar el derecho a la educación en los territorios más afectados por el conflicto armado, con especial atención en la educación para la paz.

Su forma de trabajo comprende tres fases: acción local para la toma de decisiones junto al acompañamiento de actores locales, investigación de la pertinencia de los proyectos en los territorios, y una ruta de incidencia; lo anterior le apunta a fortalecer la educación como un instrumento determinante tanto en lo local como en lo nacional.

Actualmente, Educapaz trabaja en cuatro aspectos fundamentales:

* Acompañamiento a la formulación e implementación de las políticas públicas de educación que nacen en el Acuerdo de Paz de La Habana.

* Prevención del reclutamiento de niños, niñas y adolescentes, que tiene como objetivo impedir que nuevas generaciones se vinculen a la guerra y generar mecanismos de proyección en las comunidades.

* Educación rural para cerrar las brechas de la inequidad y abrir nuevas oportunidades en los territorios más afectados por la guerra.

* Educación socio-emocional para la reconciliación, que busca contribuir a una cultura de paz por medio de herramientas de uso cotidiano en las personas y comunidades.

¿Cómo está el panorama de la Educación para la Paz en la agenda pública?

Hoy en día el tema no es prioridad en la agenda pública, en parte porque no tuvo la relevancia que prometió Juan Manuel Santos para el último gobierno, donde en teoría era uno de sus tres pilares.

Esto ha mermado el interés político, lo que impide que sea tomado nuevamente como una bandera electoral, así como impulsar la toma de decisiones que le permita avanzar en términos de gestión pública sobre los aspectos más apremiantes.

Si bien se entiende que en los temas de política pública existe una disyuntiva entre lo urgente versus lo importante, el actual gobierno no ha logrado solucionar los temas más urgentes (por ejemplo, el asesinato sistemático de líderes sociales en las regiones), y mucho menos logrará en el mediano plazo ponerse manos a la obra con lo importante (como es el caso de la educación).

De esta manera, es claro que aún faltan bastantes condiciones para que la educación para la paz sea prioritaria en la agenda, aunque hay que destacar que en todos los sectores (público, privado y social) hay gente interesada en trabajar por la educación para la paz, y sin duda, las elecciones presidenciales serán cruciales para determinar la importancia del tema, ahora que inclusive hay candidatos que abiertamente han manifestado su desacuerdo con los Acuerdos de La Habana y la intención de derogarlos o desconocerlos.

Por último, en lo que habría que trabajar a fin de generar las condiciones para que el tema entre en la agenda, es en sanar la serie de confianzas rotas entre los diversos sectores que tienen que ver con la educación, lo cual hace que nadie quiera trabajar con nadie, sino cada uno por su cuenta. Se necesita un sueño colectivo o una apuesta común que movilice a estas personas interesadas, independientemente de las posturas políticas y el lugar en donde trabajen.

Entonces ¿Qué esperanza nos queda frente al tema?

La esperanza actualmente, está en los diversos docentes, líderes y comunidades, que asumen que su trabajo en pro de la educación no solo es necesario, sino determinante para el futuro de sus territorios, entendiendo que si no se abren nuevas oportunidades a través de esta, las nuevas generaciones podrían volver a repetir la historia. Allí está Educapaz, acompañando el fortaleciendo de estos procesos.

El papel de los jóvenes en la política

Invitado: José David Castellanos, Concejal de Bogotá por Cambio Radical

Desayuno No. 33 de 2017

30 de septiembre de 2017

Como es usual, la conversación inició con una breve intervención de los asistentes, quienes mencionaron sus inquietudes sobre la relación entre jóvenes y política y pusieron sobre la mesa las noticias relacionadas con las declaraciones de Cambio Radical respecto a los magistrados elegidos para la JEP y la decisión de ese partido de no votar a favor de la JEP en el Congreso. Estos temas fueron los ejes centrales del desayuno y guiaron una conversación amena que permitió un dialogo entre posturas distintas

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¿Quién es José David Castellanos?

La vida de José David tiene la particularidad de que al ser narrada, más allá de ser un relato personal, es un recuento de algunos momentos importantes de la historia reciente de Colombia desde la experiencia de un joven. Su interés por los temas sociales empezó desde muy pequeño con su vinculación a organizaciones involucradas con poblaciones vulnerables. Unos años más adelante, a la edad de algunos de nuestros miembros del ala juvenil (ReD 020), es decir, alrededor de 15 años, se involucró en la política como representante estudiantil para la Asamblea Nacional de Jóvenes por la Paz, en donde tuvo un rol activo en el proceso de paz del Cagúan y conoció a uno de sus ídolos, Jaime Garzón. En medio de su búsqueda de movimientos políticos que le permitieran vincularse e incidir directamente en la situación del país, se topó con Cambio Radical, un partido que en ese entonces acababa de surgir y fue el único que le abrió las puertas. Desde allí fue consejero local de juventud por dos periodos, edil, y actualmente se desempeña como concejal.

Jóvenes y política

Tras su presentación personal, José David nos comentó que a partir de su propia experiencia, su trabajo en la política se ha encaminado a abrir espacios para que jóvenes como él puedan participar y no se encuentren con los impedimentos que él tuvo que enfrentar. Sin embargo reconoce que lograr este objetivo implica hacer profundas transformaciones en la forma en la que los partidos intentan motivar e inspirar a los jóvenes, dado que los llamados Millennials y las generaciones que les siguen se comunican y relacionan de forma diferente a las generaciones anteriores. Mencionó también que además de abrir espacios para la participación política activa -como lo ha hecho desde su rol de Director de Juventudes de Cambio Radical- ha impulsado proyectos como los laboratorios de paz, verdad y reconciliación, donde la juventud se acerca al conflicto a través de testimonios de víctimas.

José David hizo mucho énfasis en que la memoria es clave en el proceso de construcción de paz y fortalecimiento de la democracia, puesto que en Colombia es esencial combatir la desinformación y demostrarles a los ciudadanos que “quien conoce los horrores de la guerra, quiere la paz”. Así mismo, en el post acuerdo se espera que convivan distintas versiones del pasado, del presente y de las perspectivas futuras, por lo que es fundamental que, desde ejercicios permeados de emocionalidad, se enseñe lo que ocurrió durante los últimos 50 años.

Magistrados de la JEP y la posición de Cambio Radical

Dejando a un lado el tema inicial del desayuno, y en reconocimiento de la situación política del momento, el invitado tocó un debate polémico del que su partido fue protagonista. El 26 de septiembre el comité de escogencia anunció los 51 juristas que conformarán las salas de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), suscitando críticas que pusieron en duda la imparcialidad de los elegidos y su supuesta tendencia hacia la izquierda. Al respecto, José David quiso precisar que considera que el alma del acuerdo es la justicia restaurativa y es uno de los grandes aciertos de lo pactado. No obstante, es necesario que quienes estén encargados de hallar la verdad garanticen los principios de imparcialidad y neutralidad, y a él no le generan mucha confianza  los perfiles de los juristas de la JEP. Luego de una revisión exhaustiva de todos los individuos y su trayectoria profesional, concuerda con su partido en que es necesario elegir personas que satisfagan los derechos de las víctimas y no tengan ningún tipo de sesgo o preferencia. Sin dejar de reconocer su apoyo al proceso de paz y a la implementación, el invitado concluyó que es importante que sea posible criticar el proceso y sus desaciertos.

Diálogo con los participantes

La primera ronda de preguntas estuvo relacionada con las críticas sobre los escogidos para la JEP. Entre los comentarios de los asistentes sobresale que “estar politizado” no implica no tener la capacidad de satisfacer los derechos de las víctimas y que es hora que en Colombia se elimine el mito que la izquierda es sinónimo de violencia, terrorismo y narcotráfico. Por otro lado, la segunda ronda de preguntas indagó sobre la relación entre jóvenes y política, frente a lo que el invitado recalcó nuevamente que es importante tanto que los jóvenes esperanzados encuentren instituciones que los incluyan, como lograr que quienes no están interesados en ejercer la política sin embargo se informen.

Este desayuno, un encuentro de diversas posturas, fue un espacio en el que se pusieron en práctica los principios de respeto, tolerancia y corresponsabilidad promulgados por ReD. La paz requiere de un diálogo que nos permita fijar metas comunes por las que trabajemos juntos desde nuestras diferencias. La justicia y la implementación del Acuerdo final siguen siendo temas complejos en los debates nacionales y sin duda requerimos de más interacciones y reflexiones como las de este desayuno.

 

Intervenciones artísticas para la reconciliación

Tertulia de reconciliación No. 5 de 2017

Invitada: Mónica Savdié autora de “Examen de visión 20/20”

Tema: Intervenciones artísticas para la reconciliación

Septiembre 18 

En su presentación Mónica nos cuenta que es periodista y diseñadora industrial, además de montañista y alpinista. Cuando desarrollaba estas últimas actividades, se vinculó al El Tiempo como corresponsal y en sus crónicas desde lugares azotados por el conflicto armado buscaba dar a conocer la belleza de los sitios que visitaba. Lo que ha querido siempre es destacar que en medio del dolor y de las tragedias también existen espacios para lo bello. Más tarde, en una visita a su optómetra, al notar que las tablas de examen visual contienen letras sin ningún significado, le ofreció que escribiría una historia o un poema para que el examen se hiciera sobre algo con sentido.

monica

¿Cómo nace Examen de visión 20/20?

La idea surgida del examen de optometría encontró ocasión de desarrollarse a raíz de un artículo de prensa titulado “Colombia busca a sus muertos”, en el que se narraban múltiples historias de horror surgidas del conflicto armado. Su sensación con esta y otras noticias similares fue que muchos las evitan, no las quieren ver. Así comenzó a crear sus afiches en 2007 con la misma presentación del examen de visión, usando textos tomados literalmente de noticias o de testimonios de víctimas, y dando un significado a las franjas de color rojo y verde que en estas tablas se usan para detectar el daltonismo: en su obra, en cambio, representan la sangre y el paisaje donde ocurre la violencia.

Con esta misma presentación, empezando con la E y disminuyendo progresivamente en cada línea el tamaño de la letra, recogió textos como este:

ELRIOENESTAREGIONESCÓMPLICESELLEVOAMIHERMANOENUNALAPIDADEAGUA.

Sucesivas exhibiciones

En 2008 en la Cámara de Comercio se hizo un montaje muy especial con cajas de luz y se imprimieron afiches con su obra. Más adelante buscó apoyo en el MAMBO, donde la directora del momento consideró que aunque su propuesta conceptualmente era valiosa, no era artística. También expuso en el parque El Renacimiento lo que llamó la atención de los transeúntes, algunos de los cuales se acercaban a agradecerle al decir que por fin sentían que no estaban solos. Ha tenido también publicación de sus afiches por El Espectador, Redepaz, con quienes se desarrolló una propuesta interactiva en la que se invitaba a las personas a pintar las franjas verde y roja. La Alcaldía Mayor también imprimió uno, que se fijó en los CADES, con este texto:

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Luego fue invitada a exponer en el Gimnasio Moderno, y posteriormente mostró su obra en el Cerro Nutibara, en compañía de dos artistas cuyo trabajo se refería a las minas antipersona.

Nuevos temas

Su siguiente serie se llamó Autocensura, en la cual presentaba algunos de los textos tachados. Esto lo hizo a raíz de algunas críticas que recibió en el sentido de que los contenidos hacían alusión a hechos cometidos por la guerrilla y nunca por loa paramilitares. En el año 2011, cuando se empezaron a revelar las numerosas ejecuciones extrajudiclales, expuso con el patrocinio de la Universidad Javeriana grandes pendones donde las franjas no eran rojas sino grises, para simbolizar todos los casos que aún no habían sido descubiertos. Más adelante abordó el tema indígena, y colaboró con el libro de Alberto Nuño. Allí las franjas son de color dorado y rojo.

En el 2014 quiso dedicar su trabajo a visibilizar la violencia sexual contra la mujer en el marco del conflicto armado. Incluyó con otros colores franjas color rosa y en las imágenes insinuó la V que significa violencia y a la vez es victoria. Aquí destacaba algunos testimonios dramáticos de varias mujeres en relación con esta violencia. En el 2015 expuso en el Teatro Cafam de Bellas Artes, en 2016 en el Festival de la Cultura de la Universidad del Norte de Barranquilla. Allí presentó junto con investigadores de la realidad de la población LGTBI cuya obra se titulaba “Cuerpos que Cuentan”.

Desde julio hasta septiembre de 2017 está presentando su exposición llamada “Un encuentro con la memoria”, en la Universidad del Rosario. Esta empezó con una campaña de expectativa combinando colores y testimonios. Se enmarca en su campaña actual: “Memoria visible, Líderes rurales” y habla de dos momentos: El horror que no quisimos ver, que no pudimos evitar, que nos va a acompañar, y ahora: El horror que sí podemos prevenir porque está pasando ahora. La muestra incluye una actividad interactiva en la que se invita a los estudiantes a componer las frases que se les entregan fraccionadas. Comenta que a diferencia de la Universidad del Norte donde los visitantes fueron muy receptivos a su propuesta, en el Rosario ha notado mucha indiferencia de los jóvenes e incluso ha recibido reacciones agresivas.

Actualmente está iniciando una campaña, sugerida por la historiadora Diana Uribe, llamada LAPAZQUELOSCOLOMBIANOSNOQUEREMOSVER, con la intención de actuar frente a la indiferencia y la percepción negativa que persiste en muchas personas a pesar del inmenso logro de haber terminado con la guerra. También tiene previsto un afiche con la frase del papa Francisco: ELODIONOTIENELAÚLTIMAPALABRA. Sobre el alcance de su mensaje para los niños, nos cuenta que está trabajando en la creación de material pedagógico para colegios.

Comentarios finales

Los asistentes agradecen a Mónica por su obra y destacan la importancia de buscar que se visibilice más pues es una contribución muy poderosa que consigue sensibilizarnos y ayudar a confrontarnos con la realidad. Se sugiere llevar su trabajo al exterior, para las víctimas en el exilio, y buscar otros canales para darla a conocer, como las redes sociales a través de memes con sus imágenes de estos textos. Rodeemos el Diálogo ofrece su apoyo para contribuir con esta divulgación.

5 años de ReD

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“En nuestros espacios hemos aprendido no solo a imaginar formas para aportarle a Colombia en su transformación, sino también a ser más humanos, a ser sujetos constructores de paz a través de practicar lo que predicamos”

Hoy celebramos la amistad que hemos construido a través del apoyo a los procesos de paz y la promoción de una Cultura de Diálogo.

Algunas personas aquí presentes, y otras ausentes, hemos compartido durante 5 años alegrías y tristezas. Algunas se han unido a este proyecto tan sólo hace unas semanas; soñando crear un mundo más amable desde la transformación de este país y la vida cotidiana.

Cuando comenzó esta iniciativa hace cinco años, nos orientaba la convicción firme de que una salida negociada era la única forma de cerrar el largo capítulo del conflicto armado con las FARC. Hoy, con un acuerdo de paz firmado, en proceso de implementación –no sin grandes retos por delante-, pero que ha sido reconocido internacionalmente, y que según la ONU ha salvado de alrededor de 2.800 vidas, nos sentimos felices de haber contribuido de alguna manera desde nuestro empoderamiento como ciudadanos activos. Tenemos la convicción de que la violencia política va perdiendo su legitimidad, como lo demuestra la negociación actual con el ELN, aunque sabemos que solo transformaciones estructurales permitirán poner fin al conflicto social, que seguirá latente por muchos años si más amplios sectores de la sociedad no se comprometen con el cambio. Involucrar a millones de colombianos en diálogos sobre estas transformaciones seguirá siendo nuestra motivación durante los próximos 5 años.

En nuestros espacios hemos aprendido no solo a imaginar formas para aportarle a Colombia en su transformación, sino también a ser más humanos, a ser sujetos constructores de paz a través de practicar lo que predicamos.

Hemos escuchado nuestras frustraciones y esperanzas; hemos aprendido a trabajar en equipo, hemos puesto en práctica la solidaridad; entregamos gran parte de nuestra energía para construir una Colombia en paz; hemos escuchado a los que piensan distinto para sentir que por encima de nuestras diferencias somos seres humanos, así derrotamos lecturas unidimensionales de la realidad; hemos aprendido a ser autocríticos para no creernos dueños de verdades inmutables, sabemos que sólo así podremos responder a una realidad cambiante que siempre va a exigir de nuestro compromiso.

Hay momentos inolvidables en estos cinco años. La primera conferencia en Londres, la conferencia “high-tech” en la Cámara de Comercio (¡con todo el apoyo de Quantum!), la conferencia en Cambridge (¡en la que corrimos 10k para recaudar fondos y llevar invitados desde Colombia y Argentina!). Los Conversatorios en Canning House (con Embajador incluido). La Quermez con la Comunidad de Paz de San José de Apartadó (¡en la que ofrecimos un Ajiaco en el corazón de Londres!). Los Desayunos de Paz, con o sin invitados, como Gustavo Gallón, Jineth Bedoya, Rafael Guarín –¡desde entonces hemos querido invitar a Uribe para humanizarlo!-, Victoria Sandino, y Rosita –para algunos la mejor muestra del potencial de nuestra gente. Los no-talleres en Cazucá, UniCafam, Florencia y Algeciras. Las fiestas de “celebración”: la del cese al fuego bilateral y definitivo –¡que tristemente sólo celebrábamos nosotros, pero con reverendo a bordo!- la del 2 de octubre –¡con el análisis en vivo de Carlos Velandia, quien casi hasta el final nos decía esto se compone! … menos mal había muchas bebidas alcohólicas, sin esa borrachera colectiva no habríamos sobrevivido. Las marchas del 5 y 12 de octubre, donde sacamos el mejor repertorio de creatividad. La Jornada de la Reconciliación –en Subachoque y el Merani- en la que ReD 020 dio su primer gran paso.

Nombrar cada momento inolvidable nos tomaría toda la noche. Y la idea no es extendernos en un discurso de más de 812 palabras (162 por año, 16.2 por mes), sino disfrutar y terminar de conocernos.

Gracias a quienes nos han apoyado con proyectos e ideas. Gracias a quienes han entregado su tiempo, esfuerzo y cariñó a ReD –sin ustedes no estaríamos aquí. Cuando ReD nació y durante un tiempo no sabíamos cuando ReD dejaría de existir. Hoy sabemos que no dejará de existir. Es parte de nuestro ADN y lo pasaremos de generación en generación.

ReD se construye en órbitas, y aunque muchos de ustedes no han firmado el formato de compromiso con ReD (¡invitamos a que lo firmen hoy!), son parte de este sistema que llena de sentido nuestra existencia y hacen que nuestra apuesta se esparza a otros confines del universo.

Detrás de cada evento de ReD está la dedicación de muchas personas. Beatriz, Camilo, Danielle, Lucia, María E, Peter, y Sergio han hecho posible esta fiesta. Gracias por invertir su imaginación y su tiempo en esta celebración. Pido un fuerte aplauso para ellos y para ustedes porque entre todos hemos descubierto como construir un mundo más amable en medio de la incertidumbre y la polarización.

Brindemos por seguir humanizándonos a través del diálogo, este es el reto que cada generación pasa a la siguiente desde hace 50 millones de años, y esperamos contar con ustedes para seguir construyéndonos como seres humanos en todo el sentido de la palabra.

¡Salud!

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«Botas para la paz»

Desayuno de Paz No. 29 de 2017

Invitado: Jairo Alonso Manrique, artista.

Tema: «Botas para la paz»

Septiembre 2

Para iniciar, se dio a los asistentes una hoja en blanco y se les pidió hacer su presentación a partir de un dibujo que los definiera. Este ejercicio permitió que cada uno compartiera algo de su propia identidad. Nuestro invitado comenzó diciendo que se considera a sí mismo como un misionero del arte y la espiritualidad, y entiende el arte como una forma de vida. Como un medio transformador. Nació en Marquetalia, Caldas, una zona que fue golpeada por la violencia de todos los actores.

Botas para la paz: el arte como medio para sanar

Cuenta que hace cuatro años se vinculó al programa Arte para la Paz del Programa de Desarrollo y Paz, en la región alrededor del río Magdalena que comprende los departamentos de Antioquia, Caldas, Cundinamarca y Boyacá. Una de sus mejores experiencias fue Botas para la Paz. Surgió en Florencia, un corregimiento de Samaná, Caldas, en una región muy afectada por la presencia de guerrilleros y paramilitares. Allí hubo muchas muertes de campesinos porque eran confundidos con guerrilleros por las botas que usaban, ya que éstas se asociaban con la guerrilla, en especial las de suela amarilla ( los llamaban “los de las botas”). A diferencia de ellos, los paramilitares se distinguían generalmente por usar botas estilo militar.

Decidieron entonces intervenir artísticamente las botas para resignificarlas, para devolverles su dignidad y su identidad en relación con el trabajo. Usaron el arte como un elemento sanador, y también como un factor para educar y proyectar hacia el futuro. Trabajaron en el parque con niños y adultos, padres y madres, pues asistían las familias enteras: a medida que veían la actividad la gente se iba acercando. En ese espacio abierto, la comunidad se unió a través del arte y empezaron a contar sus historias.

Jairo hace referencia a un caso muy doloroso que los marcó en la región relacionado con falsos positivos, en el cual el supuesto guerrillero abatido fue encontrado con dos botas izquierdas.

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Florencia en medio del fuego

Por su característica selvática, – Florencia tiene un parque nacional natural conocido como ‘la selva de Florencia’-  esta zona era estratégica para los grupos armados pues les facilitaba ocultarse; allí las FARC tenían dos frentes, comandado uno de ellos por Karina. La población sufrió gravemente por los enfrentamientos entre guerrilla y paramilitares, en combates que duraban hasta tres y cuatro días. Hacia el año 2000 el ejército retomó la zona y la guerrilla retrocedió hacia Antioquia. Jairo cuenta que en la vereda El Congal se vivió la peor parte del conflicto: ésta prácticamente desapareció pues la población fue casi totalmente desplazada a consecuencia de una masacre cometida por paramilitares.

Jairo cree que la función del arte, por su potencial simbólico, nos permite capturar aspectos más profundos de las vivencias. Los testigos se abren y expresan cosas que no logran decir cuando simplemente se les pide un relato. Hay una gran dificultad en iniciar el diálogo por la profunda desconfianza que las víctimas tienen con todos, pero una vez que empiezan a explicar sus propios dibujos, empiezan a sacar sus sentimientos. Contar permite desinhibirse y a través de lo simbólico es posible contar los horrores vividos.

Preguntas de los asistentes

La experiencia de Jairo despertó mucho interés y reflexiones de los asistentes. Presentamos algunas de sus preguntas y los comentarios de nuestro invitado.

¿Hay una tensión entre el arte como conceptualización y como expresión? Expresión y conceptualización deben ir de la mano. Hay artistas que se cierran a su ego, que hacen una expresión demasiado personal y no permiten la entrada de la expresión pública. Si el artista no está en contacto con la comunidad no va a poder comunicar o sanar. Si el artista no se pone las botas y va allá, no ayuda a sanar.

¿Ha utilizado la música? En el programa Arte para la Paz, participaba un conjunto de personas que trabajaban diferentes expresiones artísticas: pintura, danza, música, teatro, narrativa.

¿Estos procesos artísticos se pueden usar con los ex-guerrilleros? Jairo cuenta que una noche despertó con la idea de que este proceso se debería usar con todos los grupos relacionados con el conflicto. Cree que los guerrilleros pueden necesitar estas intervenciones más aún que las víctimas porque el victimario sufre las consecuencias de las acciones. También sufren por estar aislados por no poder usar su verdadero nombre.  Relata también que en un tiempo vivió en una zona con alta presencia de autodefensas y colaboró en un programa de reinserción donde se hacía escultura en mármol; allí hablaba con ellos, compartía con ellos.

¿Qué no puede contar de la situación actual en tu región? En opinión de Jairo, Caldas es uno de los primeros departamentos libre de grupos armados. Aunque todavía quedan grupos armados escondidos, ya se puede vivir.

¿Cómo han venido trabajando, formalmente, al interior del programa de Arte para la Paz? Estos procesos de arte parten de una conceptualización, y al llegar a una zona se empieza por ofrecer unos conceptos básicos simbólicos y unas herramientas para que las personas puedan empezar a expresarse. No es una aproximación totalmente empírica.

Hay personas en la reunión que han usado diferentes formas de arte para este tema. Se menciona otro proceso parecido al de las botas en la Casa de la Mujer en La Dorada, con mujeres cabeza de familia. Las mujeres empezaron a expresar, a través de pintura en zapatos con tacón, sus historias. También se propuso a los hombres a caminar en zapatos de tacón y contar una historia, para que fueran receptivos a los mensajes de las mujeres, al ponerse en la posición de ellas. Esto es el arte como comunicación. Redprodepaz acude permanentemente al arte popular, a o que surge naturalmente de las comunidades. En algunas regiones, a través del canto y el repentismo se cuentan sus historias Esto ayuda a recuperar la palabra. Por ejemplo, en Las Pavas han creado un canto llamado “recuperando la tierra”. En otros casos a través de actividad colectiva de muralismo se rescata la memoria histórica.

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Reflexiones finales

Al conocer esta experiencia logramos incluir a Florencia, Caldas, un corregimiento desconocido para muchos, en nuestro mapa mental y afectivo. Esto nos ha ayudado a descubrir y valorar cómo cada territorio tiene sus recursos propios para expresar sus vivencias, sanar sus heridas y seguir adelante.

Defensa de los derechos fundamentales y la situación de los defensores de derechos humanos.

Desayuno de paz No.22 . 8 de julio de 2017

Invitada: Patricia Bartley, Investigadora de Derechos Humanos (Universidad de York)

Tema: Defensa de los derechos fundamentales y la situación de los defensores de derechos humanos

En esta ocasión tuvimos la oportunidad de acoger a Patricia Bartley, investigadora en Derechos Humanos de la Universidad de York en el Reino Unido, para hablar sobre la defensa de los derechos fundamentales y la situación actual de los defensores de derechos humanos.

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El contexto del proyecto de investigación

El diálogo se llevó a cabo a partir de una investigación sobre protección a defensores de derechos humanos realizada por la Universidad de York en cinco países. En dicho proceso Patricia, por hablar español, se concentró principalmente en hacer seguimiento a México y Colombia, los países hispanohablantes del proyecto. Sin embargo, nos indicó que los cinco países bajo estudio se encontraban en diferentes momentos de su historia. Durante el diálogo se puso de manifiesto la preocupación especial de los investigadores de York por la situación de los defensores de derechos en Egipto, en el contexto post-“primavera árabe”, una lucha muy radical que se diferencia de la de países como Colombia o México con una historia de luchas sindicales y aquí, además, con el movimiento por la paz.

La situación de los defensores en Colombia

Se expresaron algunas preocupaciones ante la situación de inseguridad, representada en el asesinato de treinta y ocho líderes sociales en Colombia desde la firma del Acuerdo de Paz. A la vez se resaltó el impacto mental y emocional que les supone a los defensores una situación de amenaza, por encima de las circunstancias tangibles. Patricia señaló que son varias las investigaciones que se han realizado sobre el tema. Enfatizó en que, aunque es mucha la información que se tiene sobre el asesinato de líderes sociales a nivel mundial, en este desayuno se refería en particular a los hallazgos del proyecto antes mencionado.

En ese orden de ideas, se identificaron cuatro áreas de importancia para la comunidad interesada en la protección de defensores: la impunidad de los hechos y el acceso a la justicia (la fragmentación del sistema jurídico, o la personalización de las causas de los crímenes); el impacto sobre las familias de vivir en un contexto de amenazas (por ejemplo, lo que significa para un niño tener que convivir con guardaespaldas armados, o la falta de previsión en los esquemas de reubicación para la familia nuclear); la estigmatización y su legitimación, y cómo contrarrestarlas (con cara al post-acuerdo, ya no se les estigmatiza tanto como guerrilleros, sino como opositores al desarrollo); y la protección desde la perspectiva colectiva (la guardia indígena es reconocida pero la guardia cimarrona no).

En cuanto a la prevención, se señaló la importancia de un aparato gubernamental proactivo, con mayor capacidad y más sensible. Se entró en un diálogo acerca del valor del acompañamiento internacional, por parte de ciudadanos de terceros países, en el cual los defensores que disfrutan de esta posibilidad siguen encontrando la mejor forma de asegurar su bienestar.

Los defensores y la transición a la paz

Se abrió la conversación al contexto de la implementación del Acuerdo de Paz. Para muchos participantes en el desayuno, era muy contradictorio que los asesinatos siguieran dándose, pues tal situación no concuerda con una paz duradera y estable. Otra intervención se enfocó en la relación entre el peligro para los defensores y el carácter internacional de las empresas. Se preguntó cómo se podría influir en la conciencia sobre esta la problemática, en los sectores urbanos.

Teniendo en cuenta que Colombia aún se encuentra en fase de transición, se destacó que el discurso oficial hacia los defensores había cambiado de forma positiva durante los últimos años y que era necesario mirar bien las fuentes actuales de la estigmatización. Se recordó que en varias zonas que no han conocido la presencia del Estado ha estado ausente la justicia, y eran las mismas FARC quienes que la imponían. También se argumentó, frente a la protección de los defensores internacionales, que la nacionalidad podía no ser el factor determinante y, si bien durante el conflicto las hostilidades se desarrollaban entre personas de bajo estrato, ¡el post-acuerdo se prestaba para pensar en la capacidad disuasiva de las personas de los estratos socioeconómicos más altos!

Se concluyó el diálogo compartiendo que los hallazgos de los cinco países que abarcó el proyecto se encuentran en internet, en inglés y en los idiomas locales, en el siguiente enlace: https://securityofdefendersproject.org/resumen-de-resultados. Quedó en el aire el desafío que enfrenta cualquier proyecto de investigación: cómo lograr que tenga un impacto real sobre la situación de los defensores. Patricia también afirmó que quienes nos reunimos para dialogar en pro de la construcción de paz también somos líderes sociales y que es un deber cuidarnos los unos a los otros, pues estamos luchando por una misma causa.