Encuentro con Luz Marina Hache, líder sindical

El encuentro realizado a finales del 2019 fue con la sindicalista Luz Marina Hache, quien nos condujo a una mirada profunda de la violencia histórica contra los sindicalistas en Colombia. Luz Marina nos contó la historia de su compañero, y padre de uno de sus hijos, Eduardo Loffsner Torres, desaparecido forzosamente en noviembre de 1986 como resultado de su trabajo político, sin que hasta el día de hoy se tengan noticias de su paradero. La reunión con Luz Marina nos dejó claridad, a todas y todos los participantes del encuentro, sobre el peligro y la injusticia que enfrentan los sindicalistas y activistas en Colombia hasta el día de hoy, como un triste recordatorio de la realidad política del país. A pesar de esto, y en el contexto del Paro Nacional, el mensaje de Luz Marina también fue un llamado a fortalecer el espíritu de resistencia, para que casos como el de ella y su compañero no se repitan nunca. 

Luz Marina Hache

Radio Comunitaria: fortalezas y retos para la construcción de paz

Invitada: Ángela Sastre (Enlace regional Unión Europea-Resander-Emisoras comunitarias)

Desayuno No. 42 del 2017

9 de diciembre

redÁngela Sastre comenzó su carrera a los 20 años como directora de la radio comunitaria en Sibaté, un lugar asociado entonces con personas con trastornos psiquiátricos, y allí se dio cuenta de que “uno puede volverse loco, pero de amor”: amor por el campo, por el otro, por el trabajo en comunidad, por el líder popular, por los amaneceres y atardeceres, por el cantar de los pájaros y más. El campo es un lugar lejano al gobierno, y es por eso que se crean mecanismos como las radios comunitarias para comunicar, sin esperar que el estado llegue a gestionar.

Ángela enfoca su charla en la incidencia de las radios comunitarias en el post-acuerdo de paz en las comunidades y en cómo entender la palabra como un derecho.

Cómo surgió la radio comunitaria y cómo funciona en la actualidad

Ángela nos cuenta que muchas radios comunitarias surgieron como respuesta a desastres o catástrofes, para atender emergencias, comunicar acontecimientos, suplir necesidades y finalmente continúan al aire llevando mensajes muy diversos a las comunidades. Añade, sin embargo, que las emisoras comunitarias no son sólo para las comunidades campesinas o los sectores rurales o alejados.  De hecho, están pensadas para ser asignadas en cada municipio del país y en especifico para dar cobertura informativa a poblaciones de más de cien mil habitantes.  ¿Y qué pasa en los municipios donde hay más de 100.000?  Que por cada cien mil tienen derecho a una emisora comunitaria.  Por ejemplo, un dato que pocos conocen: en Bogotá existen siete emisoras comunitarias.

La radio comunitaria en zonas de conflicto y en el post-conflicto

Respetar el derecho a la comunicación es el mejor punto de partida: escuchar a cada uno de los actores, sin descalificar o estigmatizar las diferencias, y propiciar siempre el diálogo entre las partes involucradas. No es fácil, pues muchas veces las emisoras y los que allí trabajan se convierten en un blanco de amenazas, dice Ángela.  De hecho, uno de los factores por los que la incidencia de la radio comunitaria ha ido disminuyendo es porque han sido amenazadas, estigmatizadas, multadas.

Por otro lado, nos cuenta también que algunas veces los actores armados intervenían las frecuencias y transmitían comunicados, momentos en los que ella no podía hacer nada. La radio es una herramienta política con un poder de convocatoria e incidencia muy grande y los actores armados lo saben.

De ahí ella que Ángela decidió educar a los jóvenes sobre las decisiones que se deben tomar en tales situaciones y sobre lo que se quiere comunicar y cuál es el objetivo de su trabajo. Ahora son los jóvenes los que toman la vocería. Al principio son escépticos frente a la radio, pero luego, ellos mismos cuentan sus propias historias o las de los habitantes de la zona, con ejemplos de reclutamiento, desplazamiento forzado, conflictos, etc. Se apropian del micrófono, les interesa la tecnología, mueven los recursos para llevar el mensaje en la radio, y buscan que la señal mejore. Son ellos los que entran a la cabina, eligen el tema, piensan en la audiencia y finalmente desarrollan el programa. Se fortalece así su empoderamiento y su sentido de pertenencia a la comunidad.

Ahora, en esta nueva fase, y con la relevancia que han cobrado las radios comunitarias como herramienta para la pedagogía para la paz, es indispensable blindarlas desde el valor de la organización social y la sociedad civil.  A través de ellas se llega con la información sobre el acuerdo de paz a las diversas regiones del país. En la medida en que las comunidades y la organizaciones sociales quieran ser parte de la emisora comunitaria y cubrir los aconteceres diarios para el medio comunitario, estos medios se fortalecerán. En la medida en que sean las comunidades y organizaciones mismas que construyan sus propias temáticas y difundan sus realidades al aire, se empoderarán a través de la comunicación y al mismo tiempo estarán aportando al crecimiento y a la sostenibilidad de los medios comunitarios y públicos de Colombia. La tarea de comunicar no es sólo para expertos egresados de la facultad, añade Ángela.

Las así-llamadas “radios de las FARC”

En cuanto a las emisoras que supuestamente se darán al partido político de las Farc como resultado de los Acuerdos de paz, a mpruebenmil habitantes.  La c pues, como cia a la comunidad. n sus propias temno ss de participacios aprendizajes con la experÁngela explica que para que esto se realizara seria necesario cambiar la legislación de asignación de frecuencias de radios comunitarias y de interés publico en el país; pues, como mencionó antes, el criterio de asignación es por número de habitantes y cobertura: una emisora por municipio y/o una por cada cien mil habitantes.  La convocatoria la hace el Estado colombiano, y solicita a las organizaciones sociales y personas jurídicas organizadas que comprueben su trabajo y experiencia con comunidades en sus municipios o territorios. Colombia no entrega emisoras comunitarias a partidos políticos, sino a organizaciones sociales. Concluye Ángela que no es exacto que se entreguen emisoras a la Farc.

El trabajo conjunto con la Unión Europea

Uno de los proyectos realizados con a Unión Europea fue “Suenan Ondas de Paz” en el Putumayo, cuyo objetivo era informar sobre los avances del proceso de paz; pero en el camino los organizadores se dieron cuenta de que debían abrir las puertas a todas las voces y todas las opiniones, también a aquellos que no se sentían identificados con el proceso de paz. Comenta Ángela que la radio no es más que un pretexto tecnológico para compartir. Así, se desarrollaron foros y debates donde el análisis y la reflexión sobre las iniciativas de paz eran impulsados desde el territorio, desde las víctimas, y los locutores servían de puente.

Algunos aspectos técnicos que afectan las emisoras comunitarias

Ángela nos recuerda que no son necesariamente los campesinos a los que llegan las emisoras comunitarias. La reglamentación del Ministerio de las TIC exige que las antenas deben ubicarse en el casco urbano; así, los 250 kilovatios asignados pueden llegar a gran parte de la población urbana y no sólo a la población rural del municipio, dependiendo de la topografía.  Por otra parte, las emisoras comunitarias son entregadas por el Estado en F.M. (frecuencia modulada), una onda que no viaja igual que la A.M.  La A.M toma el recorrido de la topografía que encuentra en su línea de comunicación, lo que permite mucha mayor cobertura.  Radio Sutatenza, por ejemplo, funcionaba en A.M.  Por el contrario, donde la frecuencia modulada encuentra un obstáculo en su recorrido, por ejemplo una montaña, allí la señal se pierde y reaparece al pasar el obstáculo.  Esta condición la hace intermitente y hace que solo llegue al alcance de los 250 vatios asignados y con cobertura a un número limitado de habitantes.

Para concluir

El desafío, según Ángela, es que las gentes en sus comunidades le den el valor y el sentido a lo que representan la información y la comunicación locales. “No necesitamos que nos escuchen millones; escucharnos pocos y fortalecer desde el núcleo también vale la pena” dice. Cada uno desde su rol y en su lugar puede cumplir el papel de informar: desde el comunicador popular hasta el líder social. Cada uno debe identificar la información que quiere comunicar para compartirla, pues la palabra tiene un poder inimaginable.

 

 

5 años de ReD

21766808_1443963112323871_3643794927192787294_n

“En nuestros espacios hemos aprendido no solo a imaginar formas para aportarle a Colombia en su transformación, sino también a ser más humanos, a ser sujetos constructores de paz a través de practicar lo que predicamos”

Hoy celebramos la amistad que hemos construido a través del apoyo a los procesos de paz y la promoción de una Cultura de Diálogo.

Algunas personas aquí presentes, y otras ausentes, hemos compartido durante 5 años alegrías y tristezas. Algunas se han unido a este proyecto tan sólo hace unas semanas; soñando crear un mundo más amable desde la transformación de este país y la vida cotidiana.

Cuando comenzó esta iniciativa hace cinco años, nos orientaba la convicción firme de que una salida negociada era la única forma de cerrar el largo capítulo del conflicto armado con las FARC. Hoy, con un acuerdo de paz firmado, en proceso de implementación –no sin grandes retos por delante-, pero que ha sido reconocido internacionalmente, y que según la ONU ha salvado de alrededor de 2.800 vidas, nos sentimos felices de haber contribuido de alguna manera desde nuestro empoderamiento como ciudadanos activos. Tenemos la convicción de que la violencia política va perdiendo su legitimidad, como lo demuestra la negociación actual con el ELN, aunque sabemos que solo transformaciones estructurales permitirán poner fin al conflicto social, que seguirá latente por muchos años si más amplios sectores de la sociedad no se comprometen con el cambio. Involucrar a millones de colombianos en diálogos sobre estas transformaciones seguirá siendo nuestra motivación durante los próximos 5 años.

En nuestros espacios hemos aprendido no solo a imaginar formas para aportarle a Colombia en su transformación, sino también a ser más humanos, a ser sujetos constructores de paz a través de practicar lo que predicamos.

Hemos escuchado nuestras frustraciones y esperanzas; hemos aprendido a trabajar en equipo, hemos puesto en práctica la solidaridad; entregamos gran parte de nuestra energía para construir una Colombia en paz; hemos escuchado a los que piensan distinto para sentir que por encima de nuestras diferencias somos seres humanos, así derrotamos lecturas unidimensionales de la realidad; hemos aprendido a ser autocríticos para no creernos dueños de verdades inmutables, sabemos que sólo así podremos responder a una realidad cambiante que siempre va a exigir de nuestro compromiso.

Hay momentos inolvidables en estos cinco años. La primera conferencia en Londres, la conferencia “high-tech” en la Cámara de Comercio (¡con todo el apoyo de Quantum!), la conferencia en Cambridge (¡en la que corrimos 10k para recaudar fondos y llevar invitados desde Colombia y Argentina!). Los Conversatorios en Canning House (con Embajador incluido). La Quermez con la Comunidad de Paz de San José de Apartadó (¡en la que ofrecimos un Ajiaco en el corazón de Londres!). Los Desayunos de Paz, con o sin invitados, como Gustavo Gallón, Jineth Bedoya, Rafael Guarín –¡desde entonces hemos querido invitar a Uribe para humanizarlo!-, Victoria Sandino, y Rosita –para algunos la mejor muestra del potencial de nuestra gente. Los no-talleres en Cazucá, UniCafam, Florencia y Algeciras. Las fiestas de “celebración”: la del cese al fuego bilateral y definitivo –¡que tristemente sólo celebrábamos nosotros, pero con reverendo a bordo!- la del 2 de octubre –¡con el análisis en vivo de Carlos Velandia, quien casi hasta el final nos decía esto se compone! … menos mal había muchas bebidas alcohólicas, sin esa borrachera colectiva no habríamos sobrevivido. Las marchas del 5 y 12 de octubre, donde sacamos el mejor repertorio de creatividad. La Jornada de la Reconciliación –en Subachoque y el Merani- en la que ReD 020 dio su primer gran paso.

Nombrar cada momento inolvidable nos tomaría toda la noche. Y la idea no es extendernos en un discurso de más de 812 palabras (162 por año, 16.2 por mes), sino disfrutar y terminar de conocernos.

Gracias a quienes nos han apoyado con proyectos e ideas. Gracias a quienes han entregado su tiempo, esfuerzo y cariñó a ReD –sin ustedes no estaríamos aquí. Cuando ReD nació y durante un tiempo no sabíamos cuando ReD dejaría de existir. Hoy sabemos que no dejará de existir. Es parte de nuestro ADN y lo pasaremos de generación en generación.

ReD se construye en órbitas, y aunque muchos de ustedes no han firmado el formato de compromiso con ReD (¡invitamos a que lo firmen hoy!), son parte de este sistema que llena de sentido nuestra existencia y hacen que nuestra apuesta se esparza a otros confines del universo.

Detrás de cada evento de ReD está la dedicación de muchas personas. Beatriz, Camilo, Danielle, Lucia, María E, Peter, y Sergio han hecho posible esta fiesta. Gracias por invertir su imaginación y su tiempo en esta celebración. Pido un fuerte aplauso para ellos y para ustedes porque entre todos hemos descubierto como construir un mundo más amable en medio de la incertidumbre y la polarización.

Brindemos por seguir humanizándonos a través del diálogo, este es el reto que cada generación pasa a la siguiente desde hace 50 millones de años, y esperamos contar con ustedes para seguir construyéndonos como seres humanos en todo el sentido de la palabra.

¡Salud!

22046799_1444352568951592_8380963856661637936_n

21768257_1444368298950019_7154667550374462839_n22007806_1444353005618215_8637833491337880204_n

21768097_1444368338950015_4576566705590191362_n

22046929_1444367618950087_7494429894659679356_n