Tres retos para pavimentar las negociaciones de paz con el ELN

El 25 de Marzo, en alianza entre Rodeemos el Diálogo (ReD) y su grupo de trabajo para la negociación entre el gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), junto con el Centro de Religión, Reconciliación y Paz (CRRP, por su siglas en inglés) de la Universidad de Winchester, se realizó el Diálogo Público sobre las dinámicas del conflicto y los retos de la paz con el ELN con Elizabeth Dickinson (International Crisis Group) y Kyle Johnson (Conflict Responses). El evento es la continuación de un encuentro anterior celebrado en febrero, y es el esfuerzo más reciente por promover el debate público en torno a las perspectivas de un proceso de paz

El conflicto con el ELN es complejo, y cualquier intento de establecer un diálogo debe ser consciente de tres retos claves. El primero, la renuencia del gobierno a comprometerse con el Acuerdo de Paz, tan amplio, logrado con las FARC-EP en 2016; el cual introducía importantes medidas socioeconómicas dirigidas a las causas del conflicto. Así mismo, el Estado ha fallado en la implementación integral de estas políticas de largo alcance y ha dejado a la expectativa al ELN sobre el compromiso institucional para realizar estar reformas estructurales. La implementación del Acuerdo de 2016 es crucial para construir confianza entre las partes.

El segundo reto, está en la falta de consenso al interior del ELN frente a la continuación del conflicto y la negociación de paz con el gobierno. Durante el 2020, el gobierno nacional se negó a conceder un cese bilateral de cese al fuego con el ELN. Esto ha contribuido a la incertidumbre entre algunos guerrilleros sobre los beneficios del proceso de paz. Igualmente, el ELN está preocupado por la formaen que los grupos armados ven el potencial vacío que dejaría en territorios estratégicos con importantes recursos. Abordar la presencia de otros grupos armados es clave para que el cese al fuego sea exitoso y pueda ayudar a un acuerdo entre escépticos de ambos lados.

El tercer, es el carácter transnacional del ELN, que ha operado por en Venezuela por décadas, complica aún la ruptura total de las relaciones diplomáticas entre Bogotá y Caracas. El reciente escalamiento de las tensiones entre las fuerzas de seguridad de Venezuela y los grupos armados en la frontera de Apure y Arauca que ha generado el desplazamiento de centenares de personas en ambos lugares; lo cual debe ser tenido en cuenta en próximas negociaciones con el ELN y sus operaciones en Venezuela. Establecer canales de comunicación entre las autoridades de Bogotá y Caracas es esencial para estabilizar el conflicto en la frontera Colombia-venezolana.

Los esfuerzos regionales como el acuerdo humanitario en el Chocó demuestra el rol que pueden jugarlas organizaciones de la sociedad civil en presionar al gobierno y al ELN en el cese de hostilidades. Mientras que los acuerdos locales aportan a la reducción del impacto del conflicto en las comunidades, la responsabilidad no es exclusiva de las comunidades y debe ser acompañado por la altas instancias para aprovechar la apertura de espacios de diálogo.

ReD y el CRRP recuerdan al gobierno Colombiano y al ELN el impacto que un proceso de paz puede traer, en particular para las comunidades que viven día a día el rigor de la guerra. Urge la adecuada implementación del acuerdo de paz de 2016, reconocer los esfuerzos para la construcción de confianza entre las partes, y reafirmar la importancia de restablecer la comunicación entre los gobiernos de Colombia y Venezuela.