Conversatorio No. 2 de 2017
Invitada: Alba Rocío Centeno (Oficial Programa para América Latina, International Alert)
Tema: Repensando la política de drogas desde una perspectiva de construcción de paz.
Fecha: 8 de marzo
Alba Centeno, quien representa a International Alert (IA) en Colombia, expuso una investigación que la organización realizó durante 2016, en que analiza las nuevas políticas antidrogas, los avances, los retos y las propuestas para lograr una construcción de paz que incorpore procesos de control del tráfico de estupefacientes en la frontera entre Colombia y Perú.
Colombia: La confluencia de economías ilegales y un estado débil en Putumayo
El informe de IA se basa en los estudios e investigaciones recopilados desde el terreno y enfocados en el Amazonas, donde confluyen grupos ilegales, minería ilegal, destrucción del medio ambiente, la falta de presencia del estado y unas elites con influencias en el Estado colombiano que ejercen el control de algunos territorios.
A raíz de una problemática tan compleja, los investigadores de la organización concluyeron que la mejor herramienta para solucionar esos problemas tan graves que están acabando la región del Amazonas es a través de unos mecanismos de dialogo e incidencia. Ese trabajo de dialogo tendría que estar enfocado en cuatro pilares: 1) Sensibilizar a la sociedad civil de que existe un conflicto. 2) Mejorar el análisis de la información que se recoge en el terreno. 3) Tener mayor creatividad para adoptar medidas y soluciones sobre los problemas presentados. 4) Oferta de incentivos diferentes para la sociedad civil que se encuentra cultivando plantas de coca.
Los retos en la erradicación y la terminación de las economías ilegales se relacionan específicamente con la seguridad, pues muchas veces la información no se puede recaudar con facilidad ya que hay grupos armados ilegales que no permiten que el trabajo de campo culmine. Adicionalmente, muchas de las comunidades vinculadas a economías ilegales no quieren dejar el negocio de los cultivos ilícitos, ya que la oferta garantiza un mejor ingreso económico.
La frontera colombo-peruana: tráfico de drogas y corrupción transnacional
La frontera entre Colombia y Perú está atravesada por grupos narcotraficantes que quieren mantener el control del territorio. El acceso al territorio por esos grupos es una de las causantes de la falta de Estado en esta región y la falta de oportunidades para reactivar economías legales, sumado a la ineficiencia en la aplicación de la ley.
El control de la frontera colombo-peruana es precario. El tráfico de drogas es recurrente y el fenómeno migratorio ligado a las zonas grises y a la economía ilegal se ha vuelto un problema para que el Estado le preste atención inmediata. La corrupción en algunas instituciones políticas no ha permitido avances en estas materias.
Las políticas gubernamentales implementadas en administraciones pasadas, como el Plan Colombia, hicieron que el crimen organizado, más específicamente los carteles, emigraran a otros países por causa de las fuertes operaciones militares. A pesar de la gran inversión de las fuerzas militares, las medidas contra el narcotráfico en las fronteras no han dado los resultados esperados, tanto por falta de voluntad política como de recursos.
Sin embargo, el narcotráfico no es la única actividad ilegal en la región. La tala ilegal de madera se ha convertido en un problema notable. El tráfico de personas, en especial de niños, va en aumento; y el tráfico de animales se ha vuelto una actividad lucrativa a causa de la alta demanda de algunas especies exóticas en el mercado ilegal. Son estas las actividades ilegales más vistas en Puerto Nariño. Todas estas actividades se realizan con la ayuda de personas que están también involucradas en los negocios del narcotráfico quienes tratan de ocultar estos hechos delictivos a través de economías legales. Estas actividades se relacionan con la falta de oportunidades para la supervivencia en los territorios.
Toda esta investigación indica que los grandes afectados por estas actividades ilegales son los jóvenes, que se vinculan al cultivo de coca en la región por falta de acceso a la educación. Además, las familias se vinculan también para acceder a recursos económicos. Las comunidades indígenas, que deberían estar protegidas por el Estado, también se vinculan a los negocios ilícitos. Todo esto afecta la cultura económica, el medio ambiente y la seguridad de toda la región.
Reflexiones finales
Las conclusiones el informe de IA generaron tres reflexiones entre los participantes al conversatorio. Primero, en la frontera colombo-peruana el cambio cultural para la construcción de paz no ha empezado. Segundo, la debilidad institucional perpetúa la existencia de economías ilegales en el Amazonas. Tercero, la corrupción tanto en el sector público, como en el sector privado, contribuye a la prolongación del uso de la violencia como forma de resolución de conflictos. Lo anterior reafirma la importancia de hacer realidad la “paz territorial.”