Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) queda fuera de la red CISC
El pasado 3 de febrero de 2020, la Coalición Internacional de Sitios de Conciencia (CISC) notificó a Colombia que el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), principal entidad de preservación y construcción de memoria del conflicto, quedaba fuera de esta red. Elizabeth Silkes (directora de CISC) explicó que había solicitado al director del CNMH que explicara si efectivamente reconocía o no el conflicto armado en Colombia. Al no recibir respuesta, CISC interpretó que el CNMH no está dispuesto a suscribir sus principios. Por su parte, Darío Acevedo (director del CNMH) reconoció públicamente que no envió una carta de respuesta.
Este episodio suscita nuevamente la discusión sobre el papel del CNMH en dirección de Acevedo, pues el reconocimiento estatal del conflicto armado se hizo en virtud de la Ley de Víctimas (Ley 1448 de 2011). Las declaraciones públicas de Acevedo no ofrecen garantías para el cumplimiento del deber de memoria del estado. La posición del actual director del CNMH no es nueva, pero sucesos posteriores generan aún más preocupación.
El 24 de febrero de 2020, el Gerente de Fedegan (Federación Nacional de Ganaderos), José Félix Lafaurie, anunció en la Junta Nacional de la Federación, con presencia de Acevedo, que realizará una alianza con el CNMH, para “contar otra historia que se ha querido negar” y mostrar que los ganaderos solo han sido víctimas de la guerra. Las declaraciones de Lafaurie desconocen los fallos judiciales nacionales contra directivos en ejercicio de la Federación que han sido condenados por paramilitarismo, las sentencias internacionales contra Colombia por la promoción y aquiescencia de la violencia ejercida por paramilitares, sectores estatales y élites empresariales, los numerosos reportes de Naciones Unidas sobre estos vínculos, así como de organizaciones nacionales e internacionales advirtiendo de las devastadoras alianzas a nivel regional y nacional. Esta campaña busca esconder la responsabilidad individual y colectiva de estos actores en el conflicto, más que generar un debate incluyente y respetuoso sobre todo tipo de víctimas.
Rodeemos el Diálogo expresa preocupación por estos hechos; no reconocer el conflicto armado y establecer convenios con organizaciones que no reconocen el involucramiento de algunos de sus afiliados en el conflicto armado va en contravía de los derechos de las víctimas y el deber de memoria del estado consagrado por ley.