Peregrinación por la vida y por la paz

El 21 de octubre cerca de dos mil firmantes del Acuerdo se movilizaron por la vida y por la paz

Snapshot de Reincorporación #12

La peregrinación 

El 21 de octubre de 2020, desde la tumba del excombatiente de las FARC Jesús Monroy Ayala en el municipio de Mesetas, Meta, comenzó la “Peregrinación por la vida y por la paz”. Ese día, alrededor de dos mil firmantes del Acuerdo de Paz se empezaron a movilizar desde distintas partes del país hacia Bogotá, para hablar con el gobierno nacional y exigir el cumplimiento de lo pactado y la implementación de medidas de seguridad.

Con banderas blancas y con la consigna de caminar hacia la capital para que se les garantizara su vida y la de los líderes sociales, en su recorrido realizaron actos de perdón y reconciliación (como los de Pipiral y el Doradal), velatones, actos culturales y de reconciliación y mingas.

Razones para peregrinar

El principal motivo para la movilización fue la falta de garantías de seguridad para quienes dejaron las armas para apostarle a la paz. Las amenazas a la vida y homicidios de las personas en proceso de reincorporación son alarmantes, y la mayoría está ocurriendo fuera de los centros urbanos. Sólo desde diciembre de 2019 a marzo de 2020 el 73% de los actos en contra de la vida de los y las firmantes de la paz ocurrieron en zonas rurales.

Por la falta de garantías de seguridad varios ETCR han sido reubicados. Es el caso de Monterredondo (Miranda-Cauca), La Pradera (Puerto Asís-Putumayo), Yarí (La Macarena-Meta), El Ceral (Buenos Aires Cauca) y Santa Lucía (Ituango-Antioquia); en este último, en junio de 2020 las personas tuvieron que desplazarse masivamente al municipio de Mutatá, a unos 352 kilómetros de distancia. 

La situación en las Nuevas Áreas de Reincorporación (NAR), donde se encuentra la mayoría de firmantes de la paz, no es diferente. La solución no puede ser los traslados, ya que obligan a las personas a dejar atrás avances en términos productivos o de vivienda y constituyen una pérdida de su arraigo y el de sus familias, generando nuevas fisuras en el tejido social. 

A la grave crisis humanitaria en términos de seguridad, se suman aspectos estructurales del Acuerdo de Paz y de la Política Nacional de Reincorporación que siguen sin resolverse, como ocurre con la Reforma Rural Integral y, por extensión, el acceso a tierra para vivienda y proyectos productivos, o la falta de un Sistema Nacional de Reincorporación que garantice compromisos, recursos y articulación institucional que permita que por fin llegue la oferta y se garanticen los derechos a las personas que habitan los territorios más afectados por el conflicto armado. 

Los peregrinos en la capital 

Al llegar a Bogotá, después de días de caminata, los firmantes de la paz tuvieron jornadas intensas en la Plaza de Bolívar y sostuvieron reuniones con distintos actores clave, como los Delegados de Gobierno ante el Consejo Nacional de Reincorporación, las Naciones Unidas y los países garantes, y las comisiones de paz del Senado, entre otras.

En la Plaza de Bolívar también se llevó a cabo el “Festival por la vida y por la paz”, en el que se presentaron los productos de algunos proyectos productivos y se hicieron varias actividades culturales, algunas de reconocimiento a las mujeres y a los pueblos indígenas. Cuando las personas en proceso de reincorporación marchaban pacíficamente por la ciudad, encontraron muestras de afecto y agradecimiento, aplausos y banderas blancas desde las ventanas y balcones de Bogotá. 

Los resultados de la peregrinación

En la reunión con el Consejero para la Estabilización, Emilio Archila, se llegaron a acuerdos significativos como la reunión con el Presidente Iván Duque; la planeación de sesiones ampliadas del Consejo Nacional de Reincorporación en los territorios; el esbozo de cronogramas para acceso a vivienda y el diseño de una estrategia de tierras, análisis y evaluación de las particularidades territoriales en materia de seguridad dentro y fuera de los ETCR. Así mismo, se acordó continuar con los consejos departamentales y municipales de paz y mantener un seguimiento exhaustivo al proceso.

Uno de los mayores logros de la peregrinación fue la reunión con el presidente Duque el 6 de noviembre. En esta, voceros representantes de las personas en proceso de reincorporación de todo el país expusieron 15 propuestas en la Casa de Nariño relacionadas con seguridad, tierras y vivienda, el Sistema Nacional de Reincorporación y el cumplimiento integral del Acuerdo. 

Después de estos espacios, las personas empezaron a retornar a sus territorios con esperanza. La peregrinación fue una oportunidad de reencuentro y camaradería en su máxima expresión. Los firmantes de la paz ya no recorren en silencio la selva, ahora lo hicieron pacíficamente por las carreteras de Colombia bajo un solo clamor: por la vida y por la paz. Lamentablemente, y a pesar de los acuerdos con el Presidente, después de la muerte de Jesús Monroy han ocurrido más asesinatos. A fecha de publicación, la desgarradora cifra ha subido a 244 firmantes de la paz muertos después de la firma del Acuerdo.


Rodeemos el Diálogo insta al Presidente Duque a cumplir lo pactado en el marco de la Peregrinación por la vida y por la paz y valora la movilización pacífica con actos de reconciliación realizada por los firmantes de la paz.