Hay condiciones para una negociación con el ELN

El 9 de febrero el equipo de Rodeemos el Diálogo que hace seguimiento a una eventual negociación entre gobierno y ELN sostuvo un diálogo público con Socorro Ramírez, profesora emérita del Instituto de Relaciones Internacionales y Estudios Políticos de la Universidad Nacional, y Luis Eduardo Celis, analista del conflicto armado, sobre las perspectivas de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). A raíz de ese diálogo, y dado que este 2021 se cumplen 30 años desde el primer intento de dialogar con el ELN, que la situación humanitaria en los territorios con presencia del ELN es crítica, y la pandemia la agrava aún más, consideramos que hoy es más urgente que nunca un proceso de paz

Una solución negociada con el ELN depende del contexto geopolítico en la región, especialmente de Estados Unidos, Cuba y Venezuela. La reciente acción de Cuba de informar al gobierno colombiano sobre un supuesto ataque militar del Frente Oriental del ELN es otra prueba del apoyo de ese país a la paz de Colombia. Este gesto abre una oportunidad para que Cuba y Colombia aborden conjuntamente la presencia de la delegación de paz del ELN en La Habana y busquen soluciones tomando en cuenta los protocolos de ruptura. También es una oportunidad para que la administración Biden retire a Cuba de su lista de países que apoyan al terrorismo, ya que una de las justificaciones del gobierno Trump para incluirlo en la lista fue la presencia de la delegación del ELN. Así Biden podría promover un ambiente regional más cooperativo para resolver un conflicto cada vez más transnacional.

Derrotar al ELN por la vía militar no tiene mayores posibilidades de éxito. El Estado ha logrado debilitar al ELN en muchos momentos, pero nunca lo ha derrotado. A pesar de tener diferencias internas a lo largo de su historia, el ELN se ha mostrado resistente frente a los grandes golpes militares. Por el contrario, un proceso de construcción de Estado en las regiones con presencia del ELN ayudaría a ambas partes a lograr sus metas por vías democráticas. 

Una negociación con el ELN debe contener dos elementos: un compromiso de Estado de hacer transformaciones reales en las regiones, y la participación de las comunidades en este proceso. Esto responde a las demandas históricas del ELN, al discurso del gobierno de paz con legalidad, y sobre todo al pedido de las comunidades, quienes exigen ser escuchadas y protegidas. Para avanzar, ambas partes podrían primero priorizar acuerdos humanitarios para aliviar la situación en las regiones.

Para retomar una solución negociada es fundamental acordar una agenda delimitada en el tiempo, que incluya la discusión de transformaciones estructurales co-construidas con la  participación de las comunidades en las zonas de conflicto. La sociedad civil puede ayudar reforzando la voz de las comunidades, exigiendo la terminación del conflicto y preparando el terreno para la construcción de una paz completa en Colombia. Invitamos a las partes a buscar urgentemente salidas a la guerra, con el apoyo de la comunidad internacional.