La educación como estrategia para la reincorporación

Snapshot de Reincorporación #6

La educación para las personas en proceso de reincorporación y sus familias es clave para promover la justicia social y la equidad en el país. Este snapshot presenta  los avances y retos de los procesos educativos en los diversos espacios de reincorporación donde algunos de los firmantes de la paz de la FARC y sus familias han decidido construir su proyecto de vida. 

Los centros poblados (antiguos Espacios Territoriales para la Capacitación y Reincorporación), así como las Nuevas Áreas de Reincorporación (NAR) son espacios donde los ex-guerrilleros han formado nuevas y reconstruido antiguas familias. Según las cifras del primer censo socioeconómico de las FARC, realizado por la Universidad Nacional en 2017, aunque el 90% de los encuestados sabe leer y escribir, solo el 57% tiene educación básica primaria. Además, el 54% tiene al menos un hijo. 

En este sentido, existen dos necesidades urgentes. Primero, los adultos que no culminaron el primer ciclo educativo requieren formación básica secundaria y la homologación de saberes, considerando los roles que algunos asumieron durante el conflicto. Segundo, teniendo en cuenta que la mayoría de los hijos de los ex-guerrilleros viven en zonas rurales alejadas de la oferta educativa, es esencial garantizar el acceso a una educación integral que responda a las necesidades del territorio y sus comunidades. 

Avances: El apoyo y articulación de organizaciones internacionales

Diversas entidades han trabajado conjuntamente para garantizar el acceso a la educación como lo estipula el acuerdo de paz. El programa Arando la Educación, por ejemplo, surge de una alianza entre el Consejo Noruego para Refugiados (CNR), la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD) y la Fundación Colombiana de Excombatientes y Promotores de Paz (FUCEPAZ) en convenio con el Ministerio de Educación. Este programa busca acompañar la alfabetización en primaria y secundaria con profesores que viajan hasta los centros poblados para dar las clases. En el proyecto, iniciado en 2017, han participado más de 3.000 ex-guerrilleros y se han graduado alrededor de 300. Otro programa es el proyecto “Fortalecimiento de Comunidades para la Paz”, donde la Cruz Roja Colombiana y Noruega se aliaron para ofrecer programas de homologación de saberes en salud. Así, muchos de los ex-guerrilleros que trabajaban en labores como enfermería y odontología obtuvieron títulos de técnicos en programas de salud

Según las cifras del primer censo socioeconómico de las FARC, realizado por la Universidad Nacional en 2017, aunque el 90% de los encuestados sabe leer y escribir, solo el 57% tiene educación básica primaria. Además, el 54% tiene al menos un hijo.

Enfoque diferencial

En abril de 2019 se inauguró el Programa de Reincorporación Integral, liderado por el Fondo para la Consolidación de la Paz de la ONU, que articula los esfuerzos del Gobierno de Colombia, la ONU y el Consejo Nacional de Reincorporación (componente FARC) el cual busca promover el desarrollo económico y empoderamiento de las mujeres a través de proyectos productivos, así como la construcción de espacios para el cuidado  los menores de 5 años. Para esta población, se ha adelantado la construcción de Centros de Desarrollo Integral en cinco centros poblados con apoyo del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y la Agencia de Reincorporación y Normalización (ARN).

Retos de los procesos educativos  

Pese a los  avances en la educación primaria, secundaria y técnica, es importante destacar las dificultades para acceder a educación universitaria y al mercado laboral que tienen los firmantes de la paz. En el caso de sus hijos, los proyectos apenas se iniciaron en  2019 y están dedicados principalmente a la primera infancia dado el  incremento de nacimientos desde la firma del acuerdo de paz

Debido a la falta de cobertura educativa en zonas rurales, gran parte de la población en edad escolar debe caminar largas distancias para acceder a una escuela veredal. En el caso del centro poblado Héctor Ramírez, en la Montañita, Caquetá, por ejemplo, solo hay una escuela primaria, mientras que los estudiantes de grado sexto a noveno tienen que caminar alrededor de una hora para llegar a la escuela más cercana. Aquellos que quieren continuar sus estudios de noveno en adelante tienen que asistir a colegios en los cascos urbanos. 

Así, una de las estrategias del proceso de reincorporación por parte de la comunidad fariana ha sido diseñar proyectos educativos propios que articulen sus principios ideológicos, las prácticas campesinas y los saberes locales. En este momento, el centro poblado Héctor Ramírez y la Biblioteca Popular Alfonso Cano, en alianza con la Facultad de Psicología de la Universidad de La Sabana en Bogotá, está consolidando un modelo alternativo a través de programas educativos impartidos después de la jornada escolar para complementar el  proceso de aprendizaje. 

Rodeemos el Diálogo observa que hay algunos avances en materia educativa, sin embargo, identifica serios retos para  que la educación sea una herramienta efectiva para la reincorporación. Se requiere mayor articulación entre las diferentes entidades nacionales e internacionales, así como un apoyo gubernamental más efectivo en términos de calidad y cobertura en zonas rurales. Como parte del acuerdo de paz la educación tiene un impacto no solo en los firmantes de la paz de la FARC y sus familias, sino en las comunidades rurales en general.